Salud Intestinal: El Reto de la Nueva Era

Salud del Intestino

La nutricionista clínica, Sandra Cristina Rangel Borrero, concedió a Amarey  Nova Medical una entrevista  en el marco de la reunión de la línea nutricional  realizado con la Gobernación de Cundinamarca. No es necesariamente una nueva teoría.  Hipócrates, médico griego y padre de la medicina moderna, dijo hace más de 2000 años la famosa frase: “Toda enfermedad comienza en el intestino”.

Hoy podemos decir que nuestra salud está determinada por la Microbiota Intestinal, presente en los intestinos. Las funciones vitales de la flora intestinal, que ahora se denomina la Microbiota Intestinal, están siendo cada vez más apreciados.

En la actualidad los profesionales de la salud somos testigos de un cambio en la forma de entender el paradigma de la salud, la enfermedad y el tratamiento que tiene su centro en la Microbiota Intestinal. (Am J Gastroenterol 2013: 108; 174-185). .

Nuestro intestino es el hogar de infinidad de bacterias. Tanto en el infante como en el adulto de edad avanzada, la dieta es un determinante en la composición microbiana y en general para la salud del intestino.

La determina­ción del predominio de la microbiota intestinal entre un humano y otro. Según su diversidad, es el principal impedimento para definir una microbiota intestinal normal. Pues ésta varía en función de factores tales como las circunstancias del nacimiento, la alimentación en la infancia, el uso de antibióticos, la dieta, la edad, la geografía (latitud) y dinámicas microecológicas internas.

(Hattori M, Taylor TD. The human intestinal microbiome: a new frontier of human biology. DNA Res 2009, The Human Microbiome Project Consortium. Structure, function and diversity of the healthy human microbiome. Nature 2012; 486).

La microbiota residente en el intestino humano es una de las comunidades más densamente pobladas. Siendo diez veces mayor que el número total de células de un individuo.

Esta enorme masa celular, biológicamente activa que es la microbiota de los intestinos, tiene una gran influencia sobre la salud o enfermedad del huésped. Siendo indispensable en el desarrollo del sistema inmune, en el mantenimiento de la integridad anatómica de la mucosa, en el metabolismo energético y en la nutrición.

Dada la relevancia actual de la participación de la Microbiota Intestinal en enfermedades altamente prevalentes como la obesidad, diabetes y diversos trastornos gastrointestinales. Tales como el estreñimiento, diarrea, enfermedades inflamatorias del intestino, entre otras.

Actualmente sabemos que antes del nacimiento el intestino es estéril, posterior al nacimiento predominan en orden decreciente: Bifidobacte­rium, Escherichia coli, Enterococcos y Lactobacilos.

En la vejez, se observa un nuevo cambio: descienden significativa­mente Bifidobacterias, se incrementan Escherichia coli, Enterococcos, Lacto­bacillos y Clostridiums perfringens.

En la edad avanzada se observan con mayor frecuencia los síntomas de estreñimiento y diarrea. Por lo cual entre los factores predisponentes en los adultos mayores hay que indicar que con la edad el tránsito intestinal (el paso de los alimentos por el tubo digestivo) suele ser más lento.

Se pierde la fuerza muscular necesaria en muchas deposiciones y disminuye el reflejo de la defecación, no detectándose las heces en el recto. Esta es la porción final del intestino grueso donde se acumulan antes de ser expulsadas, hasta que son demasiado voluminosas para su evacuación normal.

Todo ello conlleva una menor frecuencia de las deposiciones, y que las heces sean más duras. Si a esto añadimos que los ancianos consumen menor cantidad de fibra dietética que el resto de la población, ya que presentan dificultad para la masticación y deglución de alimentos con alto contenido de fibra dietética (vegetales crudos, conchas de frutas, cereales integrales, avena, salvado de trigo, frutos secos, entre otros); la deshidratación por tomar muy poca cantidad de agua; la falta de actividad física y, en numerosas ocasiones, el uso continuado de laxantes y la toma de medicamentos que pueden estreñir, tenemos como resultado un estreñimiento prolongado e incluso crónico.

¿En qué consiste el protagonismo del Intestino?

El intestino es como un “segundo cerebro”, que si es saludable, entonces repercute en una mejor salud. Ya que el intestino contiene más de 100 millones de neuronas, segrega al menos 20 neurotransmisores idénticos a los producidos por el cerebro (serotonina, noradrenalina, dopamina, entre muchos más).

Además produce de 70 a 85% de las células inmunes del organismo. Por ello el sistema inmunitario intestinal constituye la parte más extensa y compleja del sistema inmunitario.

El intestino recibe diariamente una enorme carga antigénica y es capaz de distinguir entre patógenos invasivos y antígenos inocuos procedentes de los alimentos y de bacterias comensales. Además, posee mecanismos de defensa que limitan el acceso de sustancias nocivas al organismo.

Esta barrera intestinal está integrada por diversos elementos como enzimas digestivas pancreáticas, el epitelio intestinal y las bacterias que constituyen la flora intestinal. Sin embargo, la barrera más efectiva está constituida por el tejido linfoide asociado al intestino o GALT (Gut-Associated Lymphoid Tissue).

¿Qué es la Inmunonutrición?

Se define como la adición de nutrientes específicos a los regímenes de nutrición oral, enteral o parenteral; en concentraciones mayores que las normales, para lograr un efecto farmacológico que regule la función inmunitaria. También modula la respuesta inmunológica mediante la administración de ciertos nutrientes o farmaconutrientes llamadas Dietas órgano-específicas.

El concepto clásico de nutrición, entendido como la administración de calorías, proteínas y oligoelementos para mantener la función del organismo, ha pasado a la historia.

Los alimentos se componen de nutrientes; que no sólo se entienden como aquellas sustancias asimilables que permiten al organismo obtener energía, construir y reparar tejidos y regular los procesos metabólicos; sino que son sustancias, además, capaces de incidir en las funciones fisiológicas del individuo; como el sistema inmunitario y desempeñan un papel fundamental en el campo de la prevención de enfermedades.

La Inmunonutrición va más allá de mejorar el estado nutricional del paciente. Por lo que tiene función de defensa celular, función de barrera de la mucosa intestinal y actúa en la inflamación local y sistémica del organismo.

¿Qué son los Alimentos Funcionales?

Los alimentos funcionales se definen como aquellos que poseen la característica particular de que alguno de sus componentes, sea o no nutriente; afecta a funciones diana del organismo, de manera específica y positiva y promueve un efecto fisiológico o psicológico más allá de su valor nutritivo tradicional.

El efecto positivo de un alimento funcional puede ser tanto su contribución al mantenimiento del estado de la salud y bienestar; como a la reducción del riesgo de padecer una determinada enfermedad.

Un alimento funcional puede ser un alimento natural o modificado o una combinación de estas posibilidades.

Teniendo en cuenta que el objetivo tradicional del procesamiento de los alimentos ha sido elaborar productos alimenticios sanos, nutritivos, seguros; y con unas propiedades fisicoquímicas que prolonguen su vida media y que mantengan o mejoren sus características organolépticas; hasta el momento de su consumo, en el caso de los alimentos funcionales se necesita; además, la presencia de al menos un ingrediente funcional, que debe ser optimizado, añadido o eliminado del alimento.

Una de las características de los alimentos funcionales es retrasar los procesos de envejecimiento; es bien conocido que el envejecimiento produce cambios en la fisiología del intestino, la microbiota y la respuesta inmune.

Asimismo, la exposición a los primeros factores externos en lactantes como la alimentación con fórmulas infantiles, el tratamiento con antibióticos; el padecimiento de enfermedades y estrés en el transcurso de la vida interfieren en el normal desarrollo y equilibrio de la microbiota intestinal sana.

De ahí que las nuevas corrientes de investigación giren en torno al estudio de los efectos de las fibras, probióticos, prebióticos y simbióticos sobre el sistema inmunitario en las diferentes etapas de la vida.

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