Remedios caseros para la neumonía

Remedios Caseros para la Neumonía

Antibióticos naturales para la pulmonía 

Te hablaremos de una enfermedad del sistema respiratorio como lo es la neumonía o pulmonía: qué es, síntomas, factores de riesgo, diagnóstico, tipos, causas, transmisión, consecuencias, principales remedios Caseros para la Neumonía, medidas preventivas y tratamientos para aliviar esta inflamación de los pulmones.

¿Qué es la neumonía?

La neumonía es una enfermedad respiratoria aguda que afecta a los pulmones, causada por diversos agentes infecciosos como bacterias, virus u hongos. Esta condición inflamatoria compromete los alvéolos, pequeños sacos de aire en los pulmones donde se realiza el intercambio gaseoso necesario para la respiración.

La neumonía puede manifestarse de forma leve a grave y puede afectar a personas de todas las edades, aunque los grupos más vulnerables incluyen a los niños pequeños, las personas mayores y aquellos con sistemas inmunológicos debilitados.

Prevenir la neumonía es fundamental, especialmente para aquellos con mayor riesgo de complicaciones graves. Las medidas preventivas incluyen la vacunación contra enfermedades respiratorias comunes, como la gripe y el neumococo, practicar una buena higiene respiratoria, como lavarse las manos con frecuencia y cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, así como evitar el contacto cercano con personas enfermas.

Síntomas de la neumonía

La neumonía es una enfermedad respiratoria que puede presentar una amplia variedad de síntomas, que pueden variar en intensidad y manifestación dependiendo de varios factores, como la causa subyacente de la neumonía, la edad del paciente y su estado general de salud

Estos son algunos de los síntomas más comunes asociados con la neumonía:

Tos

La tos es uno de los síntomas más frecuentes de la neumonía. Puede ser seca o productiva, lo que significa que puede producir flema o esputo. La tos puede ser persistente y empeorar con el tiempo.

Fiebre

La fiebre es otra característica común de la neumonía. El cuerpo aumenta su temperatura como respuesta al proceso infeccioso. La fiebre puede ser moderada o alta y puede ir acompañada de escalofríos y sudoración.

Dificultad para respirar

La dificultad para respirar es un síntoma grave que puede indicar una forma más grave de neumonía. Esto puede manifestarse como respiración rápida y superficial, sensación de falta de aire o dificultad para respirar profundamente.

Dolor en el pecho

Algunas personas con neumonía pueden experimentar dolor en el pecho, especialmente al respirar profundamente o toser. Este dolor puede ser agudo o sordo y puede empeorar al acostarse de lado.

Fatiga

La fatiga es común durante la neumonía y puede ser persistente incluso después de que otros síntomas comiencen a mejorar. La infección y la respuesta del cuerpo al proceso inflamatorio pueden hacer que el paciente se sienta débil y sin energía.

Falta de apetito

Muchas personas con neumonía experimentan una pérdida de apetito debido a la enfermedad y la fiebre. Esto puede llevar a una disminución de la ingesta de alimentos y contribuir a la fatiga y la debilidad.

Confusión en personas mayores

En los adultos mayores, especialmente aquellos con otras condiciones médicas, la neumonía puede causar confusión o cambios en el estado mental. Esto a menudo se debe a una combinación de la infección, la fiebre y la falta de oxígeno.

Es importante tener en cuenta que los síntomas de la neumonía pueden variar según la causa subyacente de la enfermedad. Por ejemplo, la neumonía bacteriana puede presentarse de manera diferente a la neumonía viral o micótica. Además, los niños pequeños y los lactantes pueden manifestar síntomas diferentes a los adultos, como dificultad para respirar, irritabilidad, letargo y falta de apetito.

Factores de riesgo de la neumonía

La neumonía es una enfermedad respiratoria que puede afectar a personas de todas las edades, pero ciertos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollarla. Estos factores de riesgo pueden variar desde condiciones médicas subyacentes hasta hábitos de estilo de vida. Por ejemplo:

Edad

Los niños menores de 2 años y los adultos mayores de 65 años están en mayor riesgo debido a sistemas inmunológicos más débiles o a la presencia de otras afecciones médicas crónicas.

Sistema inmunológico debilitado

Las personas con sistemas inmunológicos debilitados tienen un mayor riesgo, no solo de contraer neumonía, sino de desarrollar formas más graves de la enfermedad. Esto incluye a personas con VIH/sida, cáncer, diabetes, enfermedades autoinmunes, o aquellas que están recibiendo tratamientos inmunosupresores, como quimioterapia o corticosteroides.

Enfermedades crónicas

Las personas con enfermedades crónicas, como enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC), asma, bronquiectasias, enfermedad cardíaca, enfermedad hepática o enfermedad renal, tienen un mayor riesgo de desarrollar neumonía. Estas condiciones pueden debilitar los pulmones y hacer que el cuerpo sea más vulnerable a las infecciones respiratorias.

Tabaquismo

Fumar cigarrillos debilita el sistema respiratorio y aumenta el riesgo de desarrollar neumonía, así como otras enfermedades respiratorias, como la bronquitis crónica y el enfisema. El humo del tabaco daña los cilios en los pulmones, lo que dificulta la eliminación de las bacterias y los virus, lo que aumenta el riesgo de infecciones respiratorias.

Exposición a contaminantes

La exposición a contaminantes ambientales, como la contaminación del aire, el humo de leña, los productos químicos industriales o el humo de segunda mano, puede aumentar el riesgo de desarrollar neumonía, especialmente en personas que trabajan en entornos con una alta exposición a estos contaminantes.

Hospitalización reciente

Las personas que han sido hospitalizadas recientemente, especialmente aquellas que están en cuidados intensivos o que han sido sometidas a procedimientos invasivos, tienen un mayor riesgo de desarrollar neumonía nosocomial, que es una infección adquirida en el hospital.

Inmunización incompleta

No estar completamente vacunado contra ciertas enfermedades respiratorias, como la gripe y el neumococo, puede aumentar el riesgo de desarrollar neumonía. Las vacunas pueden ayudar a prevenir las infecciones respiratorias y reducir la gravedad de la enfermedad si se contraen.

Condiciones de vida

Factores socioeconómicos, como vivir en condiciones de hacinamiento o en áreas con acceso limitado a atención médica adecuada, también pueden aumentar el riesgo de desarrollar neumonía, ya que dificultan la prevención y el tratamiento de las infecciones respiratorias.

Es importante tener en cuenta que estos factores de riesgo no garantizan que una persona desarrolle neumonía, pero pueden aumentar la probabilidad de contraer la enfermedad.

Diagnóstico de la Neumonía

El diagnóstico de la neumonía implica una evaluación cuidadosa de los síntomas del paciente, así como pruebas adicionales para confirmar la presencia de la enfermedad y determinar su causa subyacente.

Historia clínica y examen físico

El médico comenzará por recopilar información sobre los síntomas del paciente, incluida la duración y la gravedad de la tos, la presencia de fiebre, dificultad para respirar, dolor en el pecho y otros síntomas relevantes.

Se prestará atención a factores de riesgo como la edad del paciente, condiciones médicas subyacentes y exposiciones ambientales. Luego, se realizará un examen físico para evaluar los signos vitales, auscultar los pulmones en busca de sonidos anormales como crepitaciones o sibilancias, y buscar otros signos de infección como la presencia de fiebre o hipoxemia.

Radiografía de tórax

Una radiografía de tórax es una herramienta fundamental en el diagnóstico de la neumonía. Esta imagen proporciona una visualización detallada de los pulmones y puede revelar la presencia de infiltrados pulmonares característicos de la neumonía, como consolidaciones o áreas de opacidad. La radiografía de tórax puede ayudar a confirmar el diagnóstico de neumonía y determinar la extensión y la ubicación de la enfermedad.

Análisis de laboratorio

Se pueden realizar análisis de laboratorio para ayudar a confirmar la presencia de una infección y determinar su causa subyacente. Esto puede incluir análisis de sangre para evaluar los niveles de glóbulos blancos, que pueden estar elevados en caso de infección, así como pruebas para detectar la presencia de patógenos específicos, como bacterias o virus, en muestras de esputo o hisopos nasofaríngeos.

Cultivo de esputo

En algunos casos, se pueden recolectar muestras de esputo para su cultivo en el laboratorio con el fin de identificar el agente infeccioso responsable de la neumonía. Esto puede ser especialmente útil en pacientes con neumonía grave o que no responden al tratamiento inicial.

Pruebas de imagen adicionales

Además de la radiografía de tórax, se pueden realizar otras pruebas de imagen, como la tomografía computarizada (TC) de tórax, para obtener una evaluación más detallada de los pulmones en casos complejos o para evaluar complicaciones potenciales.

Otras pruebas

Dependiendo de la presentación clínica del paciente y de los factores de riesgo individuales, el médico puede ordenar otras pruebas adicionales, como pruebas de función pulmonar, análisis de gases en sangre arterial, o pruebas de diagnóstico por imagen como ecografía torácica o resonancia magnética (RM).

Tipos de Neumonía

La neumonía es una enfermedad respiratoria que puede presentarse en diferentes formas y clasificarse de diversas maneras según diversos criterios, como la causa subyacente de la infección, el lugar donde se adquirió la neumonía o la presentación clínica.

Neumonía adquirida en la comunidad (NAC)

Este es el tipo más común de neumonía y se refiere a la neumonía que se desarrolla fuera del hospital o en personas que no han estado hospitalizadas recientemente. La NAC puede ser causada por una variedad de patógenos, incluyendo bacterias como Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae, Mycoplasma pneumoniae y Legionella pneumophila, así como virus como el virus de la gripe (influenza) y el virus respiratorio sincitial (VRS).

La NAC generalmente se trata con antibióticos y, en algunos casos, antivirales, dependiendo de la causa subyacente.

Neumonía adquirida en el hospital (NAH) o neumonía nosocomial

Este tipo de neumonía se desarrolla en personas que han sido hospitalizadas recientemente, especialmente aquellas que están en cuidados intensivos o que han sido sometidas a procedimientos invasivos como la intubación o la ventilación mecánica.

La neumonía nosocomial puede ser causada por bacterias resistentes a los antibióticos, como Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) y Pseudomonas aeruginosa. El tratamiento de la neumonía nosocomial puede ser más complicado debido a la resistencia a los antibióticos y puede requerir terapias antimicrobianas más agresivas.

Neumonía viral

Esta forma de neumonía es causada por virus respiratorios, como el virus de la gripe (influenza), el virus respiratorio sincitial (VRS), el virus parainfluenza, el virus sincitial metapneumovirus y el coronavirus (incluido el SARS-CoV-2 que causa COVID-19).

La neumonía viral puede presentarse como una enfermedad leve a grave y puede ser especialmente peligrosa en personas con sistemas inmunológicos debilitados o en grupos de riesgo, como personas mayores o aquellos con enfermedades crónicas.

Neumonía bacteriana

Este tipo de neumonía es causada por bacterias como Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae, Staphylococcus aureus, Legionella pneumophila y Mycoplasma pneumoniae, entre otros. La neumonía bacteriana puede variar en gravedad y presentación clínica dependiendo del agente infeccioso causante.

Algunas formas de neumonía bacteriana pueden ser más graves y requerir tratamiento hospitalario con antibióticos intravenosos, mientras que otras pueden tratarse de forma ambulatoria con antibióticos orales.

Neumonía por aspiración

Este tipo de neumonía ocurre cuando líquidos, alimentos, saliva u otros materiales extraños son inhalados hacia los pulmones, causando una infección. La neumonía por aspiración puede ocurrir en personas con dificultades para tragar, como ancianos, personas con enfermedades neurológicas o aquellos que están bajo los efectos de sustancias sedantes. La aspiración de material contaminado puede provocar una infección bacteriana en los pulmones y requerir tratamiento con antibióticos.

Neumonía por organismos oportunistas

En personas con sistemas inmunológicos debilitados, como aquellas con VIH/sida, cáncer, trasplantes de órganos o en tratamiento con medicamentos inmunosupresores, pueden desarrollarse neumonías causadas por microorganismos oportunistas, como Pneumocystis jirovecii (antes conocido como Pneumocystis carinii), que pueden ser graves y requerir tratamiento específico.

Causas de la neumonía

Infección, virus de la influenza, herpes, citomegalovirus, neumonía por aspiración fumar, inhalar líquidos o químicos, microorganismos como virus, bacterias, hongos y otros gérmenes.

Transmisión de la neumonía

Se transmite por vía aérea como la tos, estornudos, aspiración, contacto directo con la persona, superficies, mucosidad saliva y alimentos.

Consecuencia de la neumonía

La neumonía, si no se trata adecuadamente o si se complica, puede tener una serie de consecuencias que pueden afectar la salud y la calidad de vida de una persona. Estas consecuencias pueden variar desde leves hasta graves, y pueden incluir lo siguiente:

Complicaciones respiratorias

La neumonía puede provocar una serie de complicaciones respiratorias, como la formación de abscesos pulmonares, que son acumulaciones de pus en los pulmones, o empiema, que es la acumulación de líquido infectado en el espacio pleural que rodea los pulmones.

Además, la inflamación y el daño en los pulmones pueden causar fibrosis pulmonar, una enfermedad pulmonar crónica caracterizada por cicatrización y endurecimiento del tejido pulmonar, lo que puede dificultar la respiración.

Insuficiencia respiratoria

En casos graves de neumonía, especialmente en personas con enfermedades subyacentes o en grupos de alto riesgo, la inflamación y el daño pulmonar pueden provocar insuficiencia respiratoria, una condición en la que los pulmones no pueden proporcionar suficiente oxígeno al cuerpo o eliminar dióxido de carbono de manera efectiva. La insuficiencia respiratoria puede requerir soporte respiratorio, como oxígeno suplementario o ventilación mecánica.

Complicaciones cardiovasculares

La neumonía puede afectar al sistema cardiovascular, especialmente en personas con enfermedades cardíacas preexistentes. La inflamación sistémica y la respuesta del cuerpo a la infección pueden causar arritmias cardíacas, insuficiencia cardíaca congestiva o incluso infarto de miocardio en casos graves.

Sepsis

La neumonía puede desencadenar una respuesta inflamatoria sistémica exagerada, conocida como sepsis, en la que el cuerpo libera grandes cantidades de sustancias inflamatorias en respuesta a la infección. La sepsis puede provocar una serie de síntomas graves, como fiebre alta, presión arterial baja, confusión, disminución de la orina y disfunción de órganos, y puede ser potencialmente mortal si no se trata de manera rápida y adecuada.

Complicaciones neurológicas

En personas mayores o en aquellas con sistemas inmunológicos debilitados, la neumonía puede causar complicaciones neurológicas, como delirio o confusión, especialmente en casos de neumonía grave o en pacientes hospitalizados. Estos cambios en el estado mental pueden ser temporales o, en algunos casos, pueden persistir después de la resolución de la neumonía.

Debilidad y fatiga

La neumonía puede dejar a las personas con una sensación de debilidad y fatiga durante semanas o incluso meses después de la recuperación, especialmente en casos graves o en personas mayores. La fatiga puede afectar la capacidad para realizar actividades cotidianas y puede requerir tiempo y rehabilitación para recuperarse por completo.

Recaídas y complicaciones a largo plazo

En algunos casos, la neumonía puede causar recaídas o complicaciones a largo plazo, como bronquiectasias (dilatación de los bronquios), que pueden predisponer a infecciones respiratorias recurrentes, o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), una enfermedad pulmonar crónica caracterizada por una obstrucción persistente del flujo de aire.

Remedios caseros naturales para la neumonía

Ajo; un gran antimicrobiano que nos brinda la naturaleza para combatir los microorganismos que atacan y fortalecer el sistema inmunológico. Consumir en la dieta crudo acompañado con miel o limón, su aceite, como cataplasma o inhalar el vapor del agua hervida con el mismo.

Cebolla y Ajo; triturar ½ cebolla y 6 dientes de ajo para extraer el zumo, luego agregar 2 cucharadas de miel, diluir en 250ml de gua y tomar en ayunas hasta mejorar la salud.

Orégano; prepararlo como infusión, en las comidas y como aceite aromatizado.

Salvia; preparar una infusión con sus hojas secas y te ayudara con las infecciones virales.

La albahaca; te ayuda a potenciar la inmunidad y combatir la neumonía.

El hinojo; consumir en las ensaladas y como infusión.

La Regaliz; hervir en agua un palito de raíz picadas en trozos finos, reposar, colar y tomar hasta ver resultados.

Plantas medicinales; (jengibre, eucalipto, sauco, tomillo, cúrcuma, alcachofa, equinácea, zanahoria, llantén, romero y otras hierbas naturales).

Tomar agua: mantener el cuerpo hidratado tomando mucho liquido para aflojar la flema de los pulmones.

Alimentación; acompañada de 10 raciones diarias de hortalizas, verduras y frutas.

Jugos; con fuentes de vitaminas C como el limón, naranja, toronja, moras, sandia, piña, melón, papaya, uva, fresas, kiwi y otros.

Reposo; descansar lo necesario hasta una completa recuperación para volver a las actividades cotidianas.

Consultar y tomar los medicamentos recetados por el médico especialista

Definitivamente, es una inflamación de los sacos aéreos de los pulmones por diversos microorganismos patógenos que infectan y causa la neumonía adquirida en la comunidad o en un centro sanitario.

Otros tratamientos caseros para la neumonía

Es importante tener en cuenta que la neumonía es una enfermedad grave que generalmente requiere tratamiento médico apropiado, que puede incluir antibióticos, antivirales, reposo y cuidados de apoyo. Sin embargo, algunos remedios caseros pueden ayudar a aliviar los síntomas y apoyar la recuperación, siempre que se utilicen como complemento al tratamiento médico y no como sustituto.

Descanso: el reposo es fundamental para permitir que el cuerpo se recupere de la neumonía. Es importante descansar lo suficiente y evitar esfuerzos físicos excesivos hasta que los síntomas mejoren significativamente.

Hidratación: beber suficientes líquidos puede ayudar a mantener el cuerpo hidratado y a aflojar la mucosidad en los pulmones. Beba agua, caldos claros, tés de hierbas o jugos naturales para mantenerse hidratado.

Humidificación del aire: respirar aire húmedo puede ayudar a aliviar la congestión y la tos. Use un humidificador de vapor frío o tome baños de vapor para respirar aire húmedo.

Inhalación de vapor: inhalar vapor puede ayudar a aflojar la mucosidad en los pulmones y aliviar la congestión. Llene un recipiente grande con agua caliente y coloque la cara sobre el recipiente con una toalla sobre la cabeza para atrapar el vapor. Tenga cuidado de no quemarse.

Compresas calientes: aplicar compresas calientes en el pecho puede proporcionar alivio del dolor y ayudar a aflojar la mucosidad. Use una compresa tibia o una bolsa de agua caliente y aplíquela en el pecho durante unos 10-15 minutos a la vez.

Descanso vocal: si la neumonía está causando irritación en la garganta y la tos, es importante descansar la voz tanto como sea posible para permitir que las cuerdas vocales se recuperen. Evite hablar en voz alta o gritar y evite el humo del tabaco y otros irritantes.

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VER 11 comentarios

  1. Neider forero dice:

    Tengo neumonia y pues hasta hora ningun remedio casero me ayuda tengo mucha tos y a raiz de eso me da dolor de cabeza y axfixia

  2. María graciela torres dice:

    Me regustó la enseñanza que me dio en Colombia los felicito Los Remedios caseros Me encantan y también obedezco a los médicos Le agradezco mucho por esta enseñanza

    1. Diana Rueda dice:

      Muchas gracias María Graciela, un saludo!

  3. Eugenia dice:

    Se que en caso de neumonia nunca se toman jarabes para la tos pues la flema se acumulara en el pulmon. A evitar.
    Gracias por los otros remedios caseros. Me serviran muchisimo!

  4. Roxana avila dice:

    Que medicamentos y remedios caseros ayudan a desinflamar los pulmones por neumonía por covid

  5. kelly dice:

    Muchas gracias por la información, buscaba orientación de como consumir la albahaca para una neumonía de la cual mi único síntoma es la dificultad para respirar …

  6. Alberto Aguero dice:

    X q a los q están enfermo de covid no tratan a los pacientes de neumonía existe antibiótico para el tratamiento y dejan morir tanta gente la gente mueren de nuemonia o pulmonía q es los mismo pero dicen q es covid

  7. Manuel Beleño Vázquez dice:

    Quiero comprar el remedio para la tos lo mas pronto posiblem

  8. Elisabet dice:

    Tengo tos seca tengo fiebre y me duelen los riñones e dejado de fumar en tres días

  9. Cecilia Luna dice:

    Me gustan lloss remedios naturales Gracias No me gustan los deFarmacia Gracias Dios los Bendiga

    1. Diana Rueda dice:

      Gracias Cecilia por tu visita, un saludo!