Sobrepeso y Obesidad Incrementan la Epidemia de Diabetes Tipo 2

Iván Darío Escobar, MD
Ana Beatriz Rossi, MD

El sobrepeso y la obesidad son el principal factor de riesgo relacionado con la aparición de la diabetes tipo 2.

El exceso de comida, sobretodo rica en grasas y dulces y pobre en alimentos con fibra, y la poca actividad física o ejercicio, lleva a que la gente aumente de peso a expensas de la acumulación de grasa corporal.

Si se logra parar, o en lo posible disminuir esta exagerada epidemia de sobrepeso y obesidad, a través de cambios en el estilo de vida, tales como el aumento de la actividad física y la adopción de hábitos alimenticios más saludables, se podría disminuir también la epidemia concomitante de diabetes que corre paralela y contrarrestar igualmente la amenaza de sufrimiento humano y los altos costos sanitarios que son el resultado del aumento de personas que sufren de diabetes.

La fórmula es “comer bien, sin excesos, y moverse bastante”.

Son cerca de 1.700 millones de personas en el mundo que padecen sobrepeso u obesidad, cifra que se acerca al 25% de la población mundial y lo que es más grave, que tiende a incrementarse de manera progresiva; sus consecuencias son fatídicas para la salud.

El 10 a 12% de estas personas sufren de diabetes tipo 2 y cerca de un 15% adicional tienen algún grado de alteración en el metabolismo de los azúcares hasta ahora desconocido.

En Colombia, existen 12 millones de personas con sobrepeso u obesidad, hay cerca de 1 millón de personas con diabetes y dos millones de individuos con hiperglucemia de ayuno o intolerancia a los carbohidratos, entidades que preceden a la diabetes tipo 2.

La magnitud de problemas es incalculable.

Se afirma incluso que en la actualidad muere más gente en el mundo como consecuencia de la obesidad que por desnutrición, triste realidad que nos confunde y nos hace meditar acerca de la inequidad en la distribución de la riqueza en el mundo, inequidad de la cual nuestro país no es ajeno; recordamos como la OMS encontró que Colombia es el segundo país del mundo con mayor desproporción en la repartición de la riqueza después del Brazil, donde el 80% del ingreso lo tiene el 20%, de la población, países donde se encuentran ricos tan ricos como los millonarios europeos más poderosos y pobres tan pobres como aquella madre que alimenta a sus hijos con papel periódico y agua de panela.

Un equilibrio en los ingresos económicos de la población harían que los ricos no se muriesen por sobrealimentación y los pobres por desnutrición; mientras tanto recordemos el lema del Día Mundial de la Diabetes del 2004: “Evite la obesidad para prevenir la diabetes”. ¿Cómo? Adquiriendo estilos de vida saludable.

Obesidad: Mal del Siglo XXI

Un panel de expertos reunidos en septiembre de 2004 en Estados Unidos por el Instituto de Defensa de la Salud Pública (PHAI) considera que si ya conocemos las causas de la obesidad no debemos ser tan pasivos y teóricos sino concretar las ideas para combatir este mal a través de acercamientos legales.

Estos expertos consideran que la proliferación de máquinas dispensadoras de bebidas (que tienen muchas calorías) en las escuelas y colegios, de alimentos “fortificados” con imágenes de superhéroes para que los niños consuman más y se vuelvan “grandes y fuertes”, de etiquetas de algunos productos “bajos en grasas” pero que son ricos en harinas o carbohidratos y, por tanto, ricos en calorías, son algunos ejemplos de circunstancias que tienen que cambiarse pero que solo se lograría a través de normas regulatorias.

Generalmente la gente no sabe cuantas calorías tienen los alimentos que consume. Una propuesta es que los restaurantes y cadenas de alimentos «rápidos » le digan al consumidor cuantas calorias tiene lo que está solicitando para comer.

Igualmente la máquina registradora le debería indicar el precio del producto y las calorías que contiene. Así, eventualmente, cada persona puede hacer un balance de las calorías que va a consumir y limitar la cantidad de comida.

Al igual que las cajetillas de cigarrillo que tienen el aviso:

“El tabaco es perjudicial para la salud”, ciertos tipos de alimentos deberían también prevenir al individuo sobre el hecho que su excesivo consumo puede ser perjudicial para la salud ya que puede llevarlo al sobrepeso y a sus consecuencias (diabetes, hipertensión, dislipidemia, enfermedad coronaria, etc.).

Igualmente debe promoverse la actividad física en niños y adultos en lugar de que pasen horas enteras al frente de una televisión o un computador. Para esto hay que generar más parques públicos y crear más ciclovías y vías peatonales amplias.

Será una lucha dura pero hay que comenzar la batalla contra toda esa propaganda que induce a que la gente coma de más y haga menos ejercicio.

¿Qué son el Sobrepeso y la Obesidad?

El sobrepeso y la obesidad son la excesiva acumulación de tejido adiposo (grasa) suficiente para alterar la salud de la persona. Cuando un individuo come más de la cuenta, el exceso de calorias se deposita como triglicéridos en las células grasas del tejido adiposo.

Igualmente, si no hace actividad física o ejercicio, entonces día a día acumulará calorías.

Podría entonces verse el sobrepeso y la obesidad como un problema de matemáticas simple: si ingreso al organismo más calorias de las que quemo, éstas se depositarán como grasa.

Expliquemos un poco mejor: realiza poca actividad física, o si su rata metabólica en reposo o su termogénesis son genéticamente muy «ahorrativos» (poco gasto de energía corporal). El resultado es evidente: se acumula más grasa.

  • El egreso de calorías o gasto energético se hace a través de tres vías.

Primero, el funcionamiento de todos los órganos del cuerpo requiere de energía (rata metabólica en reposo); segundo, el organismo quema calorías al procesar los alimentos que consume y para mantenerse caliente (termogénesis); y tercero, a través de la actividad física.

Se puede por tanto aumentar de peso cuando los ingresos son mayores que los egresos.

Por ejemplo, cuando se come más de la cuenta y no se hace ejercicio para quemar el excedente de calorías; o cuando se come lo mismo de siempre pero se deja de hacer ejercicio.

El peso de una persona dado en kilos o libras no dice nada pues si pesa 60 kilos y su altura es de 1.5 metros será gordo pero si mide 2 metros será muy flaco. La figura 2 nos aclara este concepto.

La persona A es un señor que pesa 60 kilos y mide 1.5 metros. Por supuesto que para una estatura tan baja 60 kilos ¡es mucho! La persona B pesa igualmente 60 kilos pero mide 2 metros. Como podrá ver, es delgado pues tiene que repartir los mismos 60 kilos en un cuerpo más largo.

Esta explicación es importante para entender que debe relacionarse el peso con la talla y para esto se usa una fórmula que se llama el “Indice de Masa Corporal” (IMC). La fórmula para determinar dicho índice es: Peso (en kilogramos). talla (en metros) al cuadrado.

Para definir estas categorías. Observe que igual o mayor de 25, sin importar el límite superior, se denominasobrepeso; o sea que existe un exceso de peso para su altura.

A mayor el IMC mayor es la posibilidad de sufrir los problemas de salud relacionados con el sobrepeso como veremos más adelante.

Lea También: Consecuencias del Sobrepeso para la Salud

Cómo interpretar el Indice de Masa Corporal

Existe una confusión en cuanto al uso de los términos sobrepeso y obesidad.

Así, en Colombia y otros países se habla de “sobrepeso” cuando el IMC está entre 25 y 29.9, pero según la clasificación de la OMS, sobrepeso sería cuando el IMC es igual o mayor de 25.

También, cuando se habla de obesidad, generalmente se hace alusión al exceso de peso corporal que, según la tabla, sería tener un IMC igual o mayor de 25; pero la misma tabla define la obesidad con IMC mayor de 30.

Si somos prácticos, los problemas de salud se originan cuando se tiene un exceso de peso que corresponde a un IMC igual o mayor de 25. Sin embargo, el IMC no diferencia si el exceso de peso depende de grasa, músculo, o acumulación de líquido (edema).

Así, un boxeador puede tener un IMC en 27 por el peso de sus músculos y no tener verdadero sobrepeso. Otra con una falla cardiaca puede tener un IMC en 28 causada por la retención de líquidos.

¿Hay que saber dónde esta localizada la grasa?

El IMC tampoco nos dice en que partes del cuerpo se encuentra acumulada la grasa y esto es importante pues cuando está más localizada en la cavidad abdominal (figura de manzana con obesidad abdominal o androide “persona barrigona”), el individuo tiene mayor riesgo de sufrir las enfermedades metabólicas secundarias al sobrepeso (diabetes, dislipidemia, hipertensión arterial, entre otras).

Cuando la grasa está localizada en la zona de caderas y glúteos (figura de pera con obesidad ginecoide (persona nalgona) esto genera otro tipo de problemas para la salud como, por ejemplo, el incremento de lesiones articulares (artrosis de rodillas) o sufrir de cálculos o inflamación de la vesícula biliar.

Hay que medir la circunferencia de la cintura para poder identificar si existe obesidad abdominal.

Si la circunferencia de la cintura es mayor de 102 cm en un hombre o mayor de 88 cm en una mujer se considera que existe una obesidad abdominal.

Definición de obesidad abdominal

En Europa se quiere proponer como definición de obesidad abdominal cuando exista una circunferencia de cintura igual o mayor de 94 cm tanto en hombres como en mujeres.

En otros países como México se ha encontrado que los otros elementos del síndrome metabólico están presentes cuando la circunferencia de la cintura es mayor de 90 cm. Es probable que ésta última medida sea la más propicia para considerar obesidad abdominal en los países de América Latina.

Para medir el perímetro de la cintura, primero identifique la parte superior de los huesos de las caderas (crestas iliacas) y ponga en estos puntos una marca con un lapicero.

Luego, rodée el metro por la cintura a nivel de los puntos que demarcó. El resultado es la circunferencia de la cintura.

Si la circunferencia de la cintura es mayor de 102 cm en un hombre o mayor de 88 cm en una mujer se considera que existe una obesidad abdominal.

El sobrepeso puede afectar a cualquier individuo, pero algunos son más propensos a engordar.

Existen varios factores de riesgo que exponen a un individuo a que sea más obeso que otro. Existen “genes” que favorecen la obesidad; por esto vemos que en una misma familia existe toda una historia generacional de sobrepeso y obesidad. Si uno de los padres es obeso, el 40% de los hijos serán obesos; si ambos padres son obesos, el 80% de los hijos también lo serán.

Lo que a veces no es fácil diferenciar es si se heredan los “genes” que inducen la obesidad o si se heredan los malos hábitos de alimentación.

En este último caso toda una familia es obesa (padres, hijos, tíos, abuelos) porque todos comen mucho. Se ha visto que los individuos que nacieron con bajo peso (menor de 2.5 kilos) y después tuvieron una rápida y excesiva ganancia de peso, en la vida adulta se vuelven más fácilmente obesos, diabéticos, y presentan más frecuentemente todos los componentes del síndrome metabólico y la enfermedad cardiovascular que le acompaña.

Otros estudios también demostraron que los que nacen con muy alto peso (mayor de 4 kilos) también tienen más posibilidad de ser obesos en el futuro. Si una persona tuvo sobrepeso cuando niño o adolescente tiene una alta probabilidad de tener sobrepeso u obesidad cuando adulto.

El gasto calórico es distinto en cada persona por lo que algunos se engordan sin que coman en exceso. Igualmente, la constitución o forma externa de las personas es distinta en cada cual.

Así, se ven “flacos”, que lo son por constiución y también se ven otras personas de “constitución gruesa”.

  • Consumo de dieta rica en calorías
  • Sedentarismo o inactividad física
  • Historia familiar de obesidad
  • Muy bajo o muy alto peso al nacer
  • Historia personal de sobrepeso
  • Susceptibilidad individual
  • Pertenecer a un grupo étnico con alta prevalencia de obesidad
  • Envejecimiento
  • Dejar de fumar

Existen ciertas razas o grupos étnicos en los que una alta proporción de la población tiene sobrepeso y obesidad.

Esto tiene que ver con los genes “obesogénicos”.

Lo llamativo es que hace muchos años, estos grupos raciales no tenían tanta obesidad, pues tenían que trabajar duro la tierra para producir sus alimentos, o tenían que salir de cacería o pesca, o eran inclusive nómadas.

Ahora, disponen de alimentos de forma fácil, tienen carro, televisión y otros placeres electrónicos de la vida moderna, y las consecuencias son evidentes.

Genes ahorrativos

Se dice que estas personas tienen “genes ahorrativos” que en períodos de escasez son beneficiosos pues ayudan a ahorrar energía, pero en periodos de abundancia hacen acumular mucha grasa. Los niños, adolescentes y jóvenes son más activos que las personas adultas.

El matrimonio, la llegada de los hijos, el trabajo que induce al sedentarismo, los ratos de ocio en casa, hacen que en la vida adulta se haga menos actividad física.

Cuando una persona deja de fumar aumenta en el primer año, en promedio, unos 3 kilos de peso.

Sin embargo, es muy beneficioso dejar de fumar porque el tabaquismo produce daños y cáncer de pulmón, e incrementa el riesgo de infarto, derrame cerebral y gangrena de una extremidad.

A pesar de que hay factores genéticos que explican parte del problema actual del sobrepeso y la obesidad:

En el fondo de las cosas vemos que la principal causa de la “epidemia” del sobrepeso y obesidad son los cambios en el modo de vivir de las personas, ocasionados a su vez por modificaciones en el entorno que las rodean (por ejemplo, ya no se puede caminar porque lo puede pisar un carro), por la disponibilidad casi ilimitada de comida (se puede comer a cualquier hora y la cantidad que desee), por la fácil disponibilidad de medios de transporte (carro, bus, metro), y por la influencia de los medios de comunicación masiva que nos introducen modelos de vida distintos a los tradicionales y nos inducen a consumir alimentos y bebidas con muchas calorías.

Sobre esto último, los niños son los más susceptibles ante la influencia publicitaria de productos elaborados y procesados ricos en grasas y carbohidratos simples y pobres en fibra.

Huellas de la Prehistoria en Tiempos Modernos

Una explicación antropológica de la epidemia actual de sobrepeso y obesidad es del “genotipo ahorrador”.

Esto significa que en la vida “prehistórica”, nuestros antepasados al estar expuestos a un consumo fluctuante de alimentos (unos días comían mucho, por ejemplo cuando mataban un animal, y otros días no tenían nada o muy poco que comer), generaron formas adaptativas para lograr un nivel alto de eficacia en el uso de la energía y en su depósito como grasa.

Esto significa que su metabolismo era muy eficiente para ahorrar energía y para acumularla como grasa, para luego “gastarla” en los períodos en que faltaba comida (la grasa es una reserva de energía que la utiliza el organismo en los períodos de ayuno prolongado).

Como estos genes aún el ser humano los conserva, pero mantiene disponibilidad permanente de alimentos, y come frecuentemente y más de la cuenta, está constantemente acumulando grasa y engordando más día tras día.

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