Aporte Nutricional del Huevo y Aplicaciones

Aporte Nutricional del Huevo 

Valor Biológico de las Proteínas
DE DIFERENTES ALIMENTOS

Productos Cardioprotectores Recomendados por
la Fundación Colombiana del Corazón:

Aporte Nutricional del Huevo

Bogotá, Septiembre de 2021

Valor Biológico de las Proteínas de diferentes alimentos

Composición Nutricional
DEL HUEVO
por 100 grs de parte Comestible

Composición Nutricional del Huevo por 100 grs de parte Comestible

Valor Nutritivo de un
H U E V O D E 5 0 G R S

Valor Nutritivo de un Huevo de 50 grs

LAS PROTEÍNAS DE LA CLARA 
Aporte Nutricional del Huevo 

En la actualidad las proteínas de la clara se separan con cierta eficacia utilizando distintas técnicas. Los posibles usos para algunas de ellas son:

  • Ovoalbúmina:

    Es la proteína más abundante de la clara, se puede separar por cromatografía, y dado su poder espumante puede ser empleada. Por ejemplo, en la elaboración de productos tales como las mousses.
  • Lisozima:

    Es una enzima natural constituido por 129 aminoácidos. Se puede extraer de la clara por cristalización y precipitación o por filtración con membranas, además de por cromatografía. Está presente en las lágrimas y la saliva, donde actúa como una barrera frente a las infecciones.

    Posee un alto poder antibacteriano, en especial contra las bacterias Gram+, lo cual le da aplicación en el campo farmacéutico y médico. Recientes trabajos muestran además otras aplicaciones médicas, como su capacidad antiinflamatoria, y también biotecnológicas.

    Es capaz de romper los polisacáridos complejos que forman las paredes de muchas bacterias (lo que provoca su lisis). Por ello es utilizada en diversos procesos industriales, como en la producción de vino de calidad. Donde sirve para controlar las bacterias lácticas sin por ello perjudicar el trabajo de las levaduras. Se puede añadir al mosto de uva, al mosto parcialmente fermentado y al vino con objeto de controlar el crecimiento. Y la actividad de las bacterias responsables de la fermentación maloláctica en esos productos.

    La acción de la lisozima es casi inmediata, y luego se elimina por precipitación e inactivación. También se utiliza en la fabricación de quesos para combatir el Clostridium tyrobutyricum responsable de las hinchazones tardías en los semicurados y curados.
  • Ovotransferrina (conalbúmina):

    Se consigue separar de la clara por cromatografía líquida evitando la desnaturalización de la proteína. Tiene actividad antimicrobiana contra numerosos microorganismos Gram + y -, además de propiedades antivirales.
  • Ovomucina:

    Además de por cromatografía, es separable de la clara por el método de la precipitación isoeléctrica. Tiene cualidades gelificantes e importantes propiedades bioactivas. Recientemente se han publicado estudios relativos a su actividad antitumoral en cultivos celulares.

    También diversas investigaciones han demostrado su acción contra la absorción del colesterol. Lo cual hace prever su uso para tal fin en los llamados alimentos funcionales.

Entre los estudios más recientes de los componentes de la clara se encuentra la obtención de péptidos con actividad antihipertensiva.

Estos péptidos se obtienen a partir de las proteínas de la clara mediante hidrólisis enzimática. Y su importancia desde un punto de vista biotecnológico radica en su capacidad antihipertensiva. Por lo que sería interesante su empleo en la prevención de enfermedades cardiovasculares.

El reto tecnológico en estos momentos radica en conseguir, en los correspondientes hidrolizados, el enriquecimiento en los péptidos hasta niveles adecuados para su utilización comercial.

La albúmina de la clara de huevo también es una fuente significativa de proteínas destinadas a la fabricación de películas y recubrimientos. Cuya obtención se logra mediante complejos procesos de separación.

LAS PROTEÍNAS, LIPOPROTEÍNAS Y LÍPIDOS DE LA YEMA
Aporte Nutricional del Huevo 

Mediante diferentes procedimientos, a partir de la yema se han obtenido distintos compuestos con importantes aplicaciones biotecnológicas:

  • Fosvitina: 

    Se trata de una proteína con alto contenido en fósforo muy abundante en la yema de huevo. Se puede obtener de la yema por extracción en disolución acuosa. Seguida de una purificación cromatográfica.

    Su capacidad de unirse a iones metálicos le confiere propiedades antibacterianas y antioxidantes y, dada su capacidad de asociarse también al calcio. Se prevé su posible empleo como ingrediente en la fabricación de alimentos funcionales destinados a la prevención de la osteoporosis.
  • IgY (g-livetina):

    La immunoglobulina del huevo se puede purificar mediante técnicas cromatográficas. Y, al igual que la IgG, tiene amplia aplicación en el campo de la inmunología (tratamiento de infecciones intestinales, colitis, enfermedad celíaca, fibrosis quística, caries, ).
  • Lecitina (mezcla en diferentes proporciones de fosfolípidos, triglicéridos y colesterol de la yema de huevo):

    Se obtiene mediante distintos procedimientos basados en el uso de disolventes orgánicos. Tiene muchas aplicaciones en el campo de la alimentación como emulsionante, lubricante o surfactante y también en el campo de la cosmética y de la farmacia. Fundamentalmente como base en la elaboración de liposomas.

LAS PROTEÍNAS DE LA MATRIZ DE LA CÁSCARA
Aporte Nutricional del Huevo

En la cáscara del huevo se encuentran presentes diferentes proteínas que podrían tener aplicaciones en diversos campos. Ciertas proteínas de las membranas testáceas se pueden usar para el cuidado de la piel de niños y adultos y se está utilizando en muchos cosméticos. 

El calcio de la cáscara se está probando para pacientes con problemas renales que necesitan dietas bajas en fosfatos. También para enriquecer productos de pan y bollería, así como bebidas de frutas.

En la actualidad se reconoce el efecto de los péptidos bioactivos encontrados en la proteína del huevo como reguladores de la hipertensión arterial.

También en la regulación que ejerce el huevo en el apetito y el bajo impacto que se ha establecido entre su aporte de colesterol y el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Estas características hacen que el huevo sea considerado como una alternativa segura, efectiva y altamente disponible en el manejo y control de enfermedades altamente prevalentes en el mundo como la hipertensión arterial.

GRASAS10 
Aporte Nutricional del Huevo

El huevo es uno de los alimentos de origen animal con menos grasas saturadas y en el que la relación entre los ácidos grasos insaturados y los saturados (índice AGI/AGS) es considerada más que aceptable. Y, por tanto, recomendable en términos de nutrición.

Ahora que se sabe más sobre los riesgos de las grasas denominadas «trans» es bueno recordar que en el huevo no aporta grasas de este tipo. La grasa de los huevos se encuentra únicamente en la yema.

Si bien es cierto, el contenido de colesterol de un huevo de tamaño promedio es de alrededor de 213 mg. Los estudios han demostrado que la absorción de colesterol del huevo se reduce en su mayoría por la presencia de la lecitina, que es un fosfolípido presente en la yema de huevo.

EQUILIBRANDO CONTENIDO EN GRASAS
Aporte Nutricional del Huevo

Un huevo mediano tiene 4,85 g de lípidos totales.

Los ácidos grasos suponen unos 4 g y se reparten entre un 65% de ácidos grasos insaturados y un 35% de ácidos grasos saturados.

Es destacable el contenido de ácido oleico (monoinsaturado) del huevo. El cual también lo tiene el aceite de oliva y es altamente valorado porque ejerce una acción beneficiosa en los vasos sanguíneos reduciendo el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y hepáticas.

l huevo es la principal fuente de fosfolípidos de un programa de alimentación y contribuye a satisfacer de forma significativa las necesidades en ácido linoleico y linolénico, ácidos esenciales que el organismo no puede sintetizar.

COLINA11  
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El huevo es la mejor fuente dietética de colina, un nutriente esencial dado que su carencia provoca problemas en el desarrollo y en el normal funcionamiento de nuestro organismo.

Han sido detectadas deficiencias de colina que llevan al padecimiento de deterioros hepáticos, de crecimiento, infertilidad, hipertensión, cáncer, pérdida de memoria, entre otras. Y, por ello, se han fijado unas ingestas diarias recomendadas que quedan en gran medida cubiertas con el consumo de un huevo.

La colina y sus diferentes metabolitos son necesarios en diversos procesos de nuestro organismo. En la construcción de membranas y en la síntesis del neurotransmisor acetilcolina.

En las primeras etapas de la vida es esencial para el desarrollo del sistema nervioso y del cerebro. Ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares y mejora la actividad cerebral en la edad adulta. Contribuye a mantener la función de la memoria, lo que es especialmente importante en ancianos.

La yema de huevo es uno de los alimentos más ricos en lecitina (fosfatidilcolina), un compuesto que participa en la formación de las sales biliares y que es un emulsionante muy efectivo de las grasas.

Aunque la colina puede encontrarse en alimentos de origen vegetal, la lecitina de la yema de huevo es más aprovechable por nuestro organismo.

Es importante comprender si comer huevos, que son una fuente importante de colina en la dieta. Aumenta la exposición al N -óxido de trimetilamina (TMAO), que se ha asociado en ser un factor de riesgo para desarrollar enfermedades cardíacas.

El consumo de ≥2 huevos dan como resultado una mayor formación de TMAO.

La colina es un nutriente esencial que se requiere para las funciones normales del hígado y los músculos humanos y es importante para el desarrollo fetal normal.

Se necesitan estudios adicionales para confirmar la asociación entre TMAO y aterosclerosis e identificar factores, microbiota y genéticos, que influyen en la generación de TMAO antes de que se hagan recomendaciones políticas y médicas que sugieran una ingesta dietética reducida de colina.

VITAMINAS Y MINERALES ESENCIALES
Aporte Nutricional del Huevo

Un huevo aporta cantidades significativas de una amplia gama de vitaminas (A, B2, Biotina, B12, D, E) y minerales (fósforo, selenio, hierro, yodo y cinc) que contribuyen a cubrir gran parte de las necesidades diarias de nutrientes.

La acción antioxidante de algunas vitaminas y oligoelementos del huevo ayuda a proteger a nuestro organismo de procesos degenerativos como el cáncer o la diabetes. Así como de las  enfermedades cardiovasculares.

Ligados a la fracción grasa del huevo, que está en la yema, se encuentran nutrientes muy interesantes, sobre todo las vitaminas liposolubles (A, D, E, K).

También son importantes el hierro, los folatos y la vitamina B12, de los que a menudo no llegamos a alcanzar las cantidades diarias recomendadas en la dieta.

La biotina es otro nutriente esencial que se encuentra en el huevo, vinculado a la protección de la piel y al mantenimiento de importantes funciones corporales.

La ingesta diaria recomendada de biotina es de 30 mg por día, que un huevo cubre aproximadamente en un 40%. Pero no es asimilada si se consume el huevo crudo, por ello es siempre recomendable calentar las claras hasta su coagulación.

Los huevos contienen además riboflavina, importante para el crecimiento corporal y la producción de glóbulos rojos, selenio, un potente antioxidante, y vitamina K, que interviene en la coagulación sanguínea.

LUTEÍNA Y ZEAXANTINA
Aporte Nutricional del Huevo

La luteína y la zeaxantina son dos nutrientes reconocidos recientemente y que han colocado al huevo dentro de la categoría de «alimentos funcionales». Es decir, los que aportan beneficios nutricionales más allá de lo que corresponde a su contenido en nutrientes básicos.

La luteína y la zeaxantina son unos pigmentos de la familia de los carotenoides y se encuentran en los vegetales verdes y en la yema de huevo.

Actúan como antioxidantes que se depositan en el ojo y se ha demostrado que lo protegen y previenen de las cataratas y la degeneración macular, causas frecuentes de ceguera en edades avanzadas.

Investigaciones recientes han demostrado que consumir luteína puede incrementar la densidad del pigmento macular, e incluso mejorar la función visual.

Aunque las hortalizas aportan la mayor parte de la luteína en un programa de alimentación. Los estudios muestran que el contenido y la composición en grasa de la yema de huevo ayuda a que la luteína y la zeaxantina encuentren su camino a través del organismo hasta depositarse en el ojo.

ASPECTOS RELACIONADOS CON EL HUEVO Y LA SALUD CARDIOVASCULAR12,13 
Aporte Nutricional del Huevo

Hasta finales del siglo pasado se recomendaba limitar el consumo de huevos, por su alto contenido en colesterol, como una medida de prevención cardiovascular.

En 1973, la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association – AHA, en inglés) recomendó limitar la ingesta de huevos a un máximo de tres por semana. Esta idea fue aceptada durante años por los responsables sanitarios, quienes a su vez la transmitieron a la población general.

Sin embargo, el efecto que el colesterol dietético (el ingerido a través de los alimentos) ejerce sobre los niveles de colesterol plasmático (el presente en la sangre) en personas sanas es mínimo y depende en gran medida de factores individuales como la genética, el peso corporal o los hábitos de vida (actividad física y tabaquismo).

Los principales responsables dietéticos del aumento de los niveles de colesterol en sangre (y en particular del colesterol perjudicial, el LDL) son las grasas saturadas y las parcialmente hidrogenadas (también llamados ácidos grasos trans).

Por ello, restringir el consumo de este tipo de grasas es más beneficioso para el perfil lipídico del plasma sanguíneo que reducir el colesterol de un programa de alimentación.

Aunque la mayor parte de los alimentos ricos en colesterol suelen ser también ricos en grasas saturadas, el huevo no lo es.

Un huevo de tamaño medio contiene unos 200 mg de colesterol, pero tiene más grasas insaturadas que saturadas y solo 70 calorías.

Debido a su contenido en fosfolípidos, que interfieren en su absorción, este colesterol tiene muy poco efecto sobre el colesterol en sangre.

La falsa creencia de que la ingesta de huevos podría aumentar el riesgo cardiovascular a través de su efecto sobre los niveles de colesterol plasmático:

Aún no universalmente desterrada, no tiene ningún soporte científico tras los resultados de numerosos estudios que, sin excepción. Han demostrado de forma concluyente que la ingesta de un huevo al día no resulta perjudicial para el perfil lipídico sanguíneo ni aumenta el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.

Dos metaanálisis realizados sobre los resultados de 166 estudios clínicos así lo muestran.

Las evidencias de que la ingesta moderada de huevos no incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares han inducido a las principales sociedades científicas a modificar sus recomendaciones dietéticas con relación al huevo.

Así, la Asociación Americana del Corazón, ya en su revisión del año 2000 declara que «el colesterol procedente de los huevos no supone un riesgo añadido para padecer enfermedades cardiovasculares. Permitiendo recomendar la toma de un huevo al día, en lugar de la recomendación previa, de hasta tres huevos a la semana».

Estudios epidemiológicos

Por otra parte, los estudios epidemiológicos que han evaluado directamente la influencia de la ingesta de huevos en la enfermedad cardiovascular no han encontrado que exista ninguna asociación entre ambas.

Así lo muestran el «Physicians’ Health Study», que incluyó a más de 21 000 participantes concluyendo que «el consumo de huevos fue favorable respecto a la mortalidad cardiovascular frente a los que solo los comían ocasionalmente. Especialmente en lo que a pacientes diabéticos se refiere» y el «Nurses’ Health Study», que tras realizar un seguimiento a 88.757 mujeres, durante 16 años. Concluyó que «no existe relación entre el consumo de huevos y la incidencia de enfermedad coronaria, existiendo el mismo riesgo si se toma un huevo a la semana o un huevo al día».

Una revisión reciente de estudios sobre factores de la dieta y enfermedad cardiovascular confirma nuevamente estas observaciones, al no poder demostrar una relación causal entre la ingesta de huevos y la enfermedad coronaria.

Estas y otras evidencias científicas similares nos permiten desterrar de forma definitiva el infundado mito de que la ingesta moderada de huevos aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

El cambio de enfoque de la Asociación Americana del Corazón forma parte de una tendencia más amplia a la hora de plantear las recomendaciones nutricionales y alimentarias.

Se ha pasado de poner el foco de atención en limitar o promover la ingesta de determinados nutrientes o alimentos a contemplar los planes de alimentación globalmente.

Así, puede constatarse que existen patrones dietéticos asociados a una excelente salud cardiovascular con un alto consumo de huevos, como sucede en Japón.

La adquisición de un patrón dietético saludable, como el mediterráneo, conlleva el predominio en la dieta de alimentos considerados más saludables y la presencia marginal de aquellos que, consumidos en exceso, pueden considerarse menos saludables o incluso perniciosos para la salud.

La ingesta de huevo no solo no parece incrementar el riesgo cardiovascular. Sino que aumenta significativamente los niveles de luteína y zeaxantina en sangre, dos carotenoides que podrían impactar positivamente en el desarrollo de la arteriosclerosis.

Además, el huevo es una fuente rica en proteínas de alto valor biológico, esenciales para configurar un programa sano de alimentación.

Por tanto, y en el marco del patrón de alimentación saludable conocido como Dieta Mediterránea. La ingesta de huevos también puede contribuir a la prevención de la enfermedad cardiovascular. Tanto por su aporte nutricional como por sustituir a otros alimentos con mayor contenido en grasas saturadas e hidrogenadas que provocan un aumento del riesgo cardiovascular.

Los resultados de las tres cohortes y del metanálisis actualizado muestran que el consumo moderado de huevos (hasta un huevo por día) no está asociado con el riesgo de enfermedad cardiovascular en general. Y está asociado con un riesgo de enfermedad cardiovascular potencialmente menor en las poblaciones asiáticas.

La evidencia sugiere que una alimentación que incluya más huevos de lo recomendado, – al menos en algunos países. Puede usarse de manera segura como parte de una alimentación saludable tanto en la población general como para aquellos con alto riesgo de enfermedad cardiovascular. Aquellos con enfermedad coronaria establecida. y aquellos con DM2.

En conclusión, un enfoque centrado en la ingesta dietética total de una persona en lugar de alimentos o nutrientes específicos debería ser el corazón de las pautas de nutrición de la población.     

CONSUMO DE PROTEÍNA Y SARCOPENIA 14,15,16
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La sarcopenia se asocia con infarto de miocardio y fibrilación auricular en adultos de mediana edad y ancianos sin insuficiencia cardíaca clínica.

La inflamación aumenta la sarcopenia y la acumulación de grasa en el músculo esquelético en un círculo vicioso, lo que reduce la fuerza muscular y favorece la inactividad física.

A pesar de los innumerables avances en medicina y áreas relacionadas, el manejo de enfermedades crónicas es un desafío para los profesionales.

El envejecimiento conduce a modificaciones fisiológicas en la composición corporal, que afectan los resultados de la enfermedad y la amplificación de la carga para la atención médica pública y privada.

Como se señaló anteriormente, los ajustes físicos relacionados con la edad implican, por ejemplo, sarcopenia.

El proceso de envejecimiento está asociado con deficiencias en la función cardiovascular, la fuerza muscular y la capacidad cognitiva.

La disfunción mitocondrial, la reducción de la síntesis de proteínas y los niveles de peroxisoma PGC-1α. Así como sus consecuencias, como la degradación de proteínas, la atrofia, la denervación. Un cambio de la oxidación de ácidos grasos a una mayor dependencia de los carbohidratos provocan cardiomiopatía y otras complicaciones cardiovasculares.

La pérdida de masa muscular en individuos con enfermedad cardíaca crónica aumenta el riesgo de muerte.

La etiología de la sarcopenia en pacientes con ICC es multifactorial y la desnutrición está involucrada en su patogenia.

En la ICC, se ha demostrado un elevado gasto energético en reposo, y el equilibrio negativo entre la demanda y el gasto energético conduce a un estado catabólico y provoca desnutrición proteico-energética.

La anorexia, un síntoma común en pacientes con ICC, se asocia de forma independiente con una disminución de la masa muscular y la fuerza.

Las causas de la anorexia son complejas y los cambios fisiológicos diversos. Los pacientes con ICC a menudo tienen edema pulmonar y gastrointestinal. Lo que puede contribuir a la disgeusia, náuseas y gastroenteropatía, lo que finalmente causa anorexia y malabsorción.

Además, algunos fármacos teápeuticos para la ICC, especialmente la digoxina, también son causas potenciales de anorexia.

Muchos estudios ponen de manifiesto que la sarcopenia comparte varios aspectos fisiopatológicos con las enfermedades cardíacas en los adultos mayores.  

La sarcopenia se relaciona de manera independiente con los trastornos cardiovasculares prevalentes. Como el infarto de miocardio, la insuficiencia cardíaca congestiva, la fibrilación auricular, la aterosclerosis y los factores de riesgo relacionado.

En un estudio transversal, Santana et al. investigaron el valor de la sarcopenia per se y la sarcopenia relacionada con la obesidad como predictores pronósticos de enfermedad coronaria.

Descubrieron que la sarcopenia y la obesidad sarcopénica estaban presentes en el 64,6% y el 35,4%. Respectivamente, de pacientes de edad avanzada con infarto agudo de miocardio (IAM), y la sarcopenia se asoció con una puntuación de riesgo cardiovascular más alta en el IAM.

Por otro lado, la presencia de insuficiencia cardíaca crónica (CHF etapa D) puede estar asociada con la aparición de sarcopenia. Ya que puede conducir a una reducción de la masa muscular debido a la desnutrición, los cambios hormonales, los procesos inflamatorios y oxidativos, la autofagia y apoptosis. Además, la ICC puede agravar algunos resultados relacionados con la sarcopenia, como osteoporosis, caídas, caquexia, fragilidad, hospitalización y muerte.

La obesidad sarcopénica puede contribuir a la morbilidad y mortalidad de enfermedades crónicas, incluida la ECV.

Estos hallazgos son corroborados por un estudio de 664 pacientes de cirugía cardiovascular (mayores de 60 años) que se sometieron a una evaluación preoperatoria de sarcopenia. Los resultados de este estudio mostraron que la obesidad sarcopénica está estrechamente asociada con un mayor riesgo de mortalidad en este grupo de pacientes.

Un estilo de vida sedentario acelera el proceso de envejecimiento, poniendo a un individuo en un riesgo significativo de desarrollar sarcopenia, síndrome metabólico y ECV.

El aumento del tejido adiposo resultante de la disminución de la masa muscular en pacientes con sarcopenia también puede estar involucrado en la patología de la ECV. Ya que hay un aumento relevante en la producción de citocinas proinflamatorias. Por otro lado, la disminución de la masa muscular se acompaña de una reducción en la liberación de muchas mioquinas.

Además del ejercicio, la nutrición también debe evaluarse cuidadosamente, ya que una dieta adecuada puede estimular el anabolismo muscular e inhibir el catabolismo muscular.

La proteína es el componente más vital para los ancianos con respecto al equilibrio anabólico-catabólico. Y la ingesta excesiva de proteínas puede mejorar no solo la masa muscular sino también la función muscular.

Algunos aminoácidos esencciales y sus metabolitos, en particular los aminoácidos de cadena ramificada podrían ejercer efectos beneficiosos en el tratamiento de la ICC. Como mejorar la síntesis de proteínas e inhibir la proteólisis. Además, los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 podrían ser un agente terapéutico alternativo para la sarcopenia debido a sus efectos antiinflamatorios.

Además, los suplementos de vitaminas y minerales también son esenciales para los pacientes sarcopénicos con ICC.

La vitamina E tiene propiedades antioxidantes y la vitamina D afecta positivamente a la fuerza muscular. Se ha demostrado en estudios observacionales que los nutrientes minerales, especialmente calcio, magnesio y selenio, previenen la sarcopenia.

GENERALIDADES DEL CONSUMO DE PROTEÍNA Y LA PRESIÓN ARTERIAL
Aporte Nutricional del Huevo

INTERSALT (estudio internacional de SALT y presión arterial) fue un estudio transversal de 10020 hombres y mujeres de 20 a 59 años en 52 muestras basadas en la población en 32 países de todo el mundo. Con procedimientos estandarizados de control de calidad y evaluación de múltiples posibles factores de confusión.

Se estimó que la presión arterial sistólica y diastólica fue en promedio 3.0 y 2.5 mm Hg más baja, respectivamente. Para las personas con una ingesta total de proteínas en la dieta 30% por encima de la media general que para aquellas cuya ingesta de proteínas en la dieta fue de 30 % por debajo de la media general (12.94 versus 6.96 g / d de nitrógeno total urinario. Equivalente a 81 versus 44 g / d de proteína en la dieta, respectivamente).

Para la asociación de estos marcadores con la PA diastólica, los resultados fueron similares para personas más jóvenes (de 20 a 39 años) y mayores (de 40 a 59 años) y para mujeres y hombres.

Por su relación con la PA sistólica, los coeficientes de regresión fueron mayores tanto para las personas de 40 a 59 años que para las de 20 a 39 años y para las mujeres que para los hombres.

Conclusiones: estos hallazgos de INTERSALT respaldan la hipótesis de que una mayor ingesta de proteínas en la dieta tiene influencias favorables en la PA.

EL PAPEL DE LAS GRASAS EN LOS LÍPIDOS SANGUÍNEOS
Aporte Nutricional del Huevo

La concentración de cada una de las lipoproteínas depende de muchos factores y entre ellos de la cantidad y, especialmente, de la calidad de la grasa de la dieta.

Aunque con importantes variaciones individuales, las grasas saturadas aumentan las partículas de colesterol LDL. Por eso se dice que tienen una mayor relación con riesgo cardiovascular y su consumo en exceso puede ser un factor de riesgo en salud.

Los AGP y los AGM, tienen un efecto beneficioso, reduciendo los niveles de colesterol‐ LDL. Se ha revisado que la sustitución de ácidos grasos saturados por monoinsaturados y poliinsaturados puede tener grandes beneficios en salud. Los AG omega‐3 se han asociados con la reducción del riesgo de enfermedad cardiaca.

El colesterol de la dieta no parece tener una influencia importante elevando los niveles de colesterol en sangre, a menos, que se tenga predisposición genética.

También, se ha relacionado un consumo alto de los productos que contienen ácidos grasos trans con un aumento del colesterol sanguíneo y de la fracción de colesterol transportada en las LDL. Disminuyendo, por el contrario, las HDL.

De cualquier manera, la relación entre las grasas y los niveles de colesterol en sangre, y en definitiva con el riesgo cardiovascular. Es compleja y no totalmente comprendida, especialmente con respecto a algunos tipos de ácidos grasos.

Por otra parte, las LDL oxidadas son más aterogénicas por lo que la presencia de antioxidantes en la dieta (vitamina C, E, beta‐caroteno, fitoquímicos) puede reducir el riesgo.

Igualmente, un consumo adecuado de cereales integrales y fibra puede proteger. Se ha observado que personas con consumos altos de estos alimentos tienen menor riesgo de ECV.

La fibra se encuentra en cereales integrales, nueces, semillas, legumbres avena, frutas y verduras también reduce la absorción del colesterol.


Fundación Colombiana del Corazón

www.corazonesresponsables.org / Calle 127 No. 16A-76 Oficina 502 / Conmutador 5230012 / Bogotá – Colombia

 

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