Técnicas para Controlar la Frustración

Técnicas para Controlar la Frustración

Controlar la frustración es una competencia para la vida muy importante, útil para cualquier etapa; y es que la frustración es una emoción natural, la vamos a sentir en cualquier momento de la vida, incluso en la edad adulta. La clave está en aprenderla a controlar y no dejarnos dominar ni por la frustración, ni por la ira o rabia.

Es importante que, desde la infancia, comencemos a trabajar las diferentes técnicas que nos permitan controlar la frustración; de esta manera, en la edad adulta esta competencia está más desarrollada y nos será más fácil asumir esas situaciones que nos generan este tipo de emociones.

Y es que la frustración la podemos sentir en diferentes momentos y situaciones de la vida, no solo en el ámbito laboral; también durante la época estudiantil, en la casa, en las diferentes relaciones interpersonales, incluso durante un juego podemos sentir frustración.

Por eso es tan importante aprender y poner en práctica técnicas que nos ayuden a controlar la frustración; porque las diferentes acciones a las que nos conlleva esta emoción, como gritar a los demás, golpear las cosas, volvernos agresivos, ser hirientes, etc, nunca son justificadas ante la situación. (Ver También: Mejorar la Capacidad de Adaptación)

Técnicas para Controlar la Frustración

Reconoce tu Emoción

Esto hace parte de la inteligencia emocional o gestión emocional. Se refiere a que el primer paso antes de actuar, es reconocer qué estamos sintiendo, en este caso, la frustración. Una vez logras reconocer la emoción es mucho más fácil actuar de manera adecuada.

Y es que, una vez logramos reconocer qué sentimos, después podemos identificar qué nos hace sentir así; de esta manera es más fácil trabajar en aquellos aspectos que nos hacen sentir frustrados para darle un giro y volver a la calma.

Por ejemplo, normalmente cuando los hijos no obedecen a los padres, estos comienzan a gritar hasta que los pequeños hagan caso (a las malas). Es normal que los padres sientan frustración porque sus hijos no obedecen, pero antes de comenzar a gritar, los padres deben reconocer la emoción que están sintiendo, entender que lo sienten porque los hijos no hacen caso.

En consecuencia, antes de gritar, lo que pueden hacer es explicarles a los hijos que ese comportamiento de no obedecer les molesta a los padres, y también es útil explicarles por qué les piden que hagan las cosas. (Ver También: Cómo Ser más Asertivos)

No Acumules Frustración

Una vez que estés en situaciones que te generen frustración, trabaja para remediarlo. Lo peor que puedes hacer es acumular la frustración o llevarla de un lugar a otro; por ejemplo, llevar la frustración del trabajo a la casa, o viceversa.

Cuando se presentan situaciones de frustración acumulada y contenido es más probable que se presenten episodios de ira y agresión; a tal punto que cualquier pequeño factor puede ser un detonante. Por eso, lo mejor es atacar la situación que genera frustración de una vez, remediarla o darle la vuelta para que no te genere más esa emoción.

También te puedes ayudar con otras técnicas para canalizar toda esa energía negativa que genera la frustración, pues ensayar haciendo yoga, meditando, practicando algún deporte como boxeo, escuchar música; incluso, en la actualidad hay lugares en donde puedes ir a golpear cosas y romper y de esa manera liberar toda esa energía negativa acumulada.

Pide Ayuda

Pedir ayuda no te hace débil, sino al contrario, te hace emocionalmente inteligente y te ayuda a controlar la frustración. Cuando hay cosas que se nos salen de las manos o que no podemos controlar, lo mejor es soltar, en este caso, puedes soltar al pedir ayuda.

Muchas veces la frustración hace que no encontremos una solución o una salida a cierta situación, pero no es porque no exista, sino porque no la vemos. En este caso, la ayuda nos dará una nueva perspectiva de la situación y entre todos construir una solución.

También es importante, que cuando enfrentes una situación que te genera frustración, no te enfoques en solo lo malo; al contrario, mira lo positivo, recuerda lo que has hecho bien, los éxitos que has tenido. Este ejercicio te llenará de ánimo y autoconfianza para enfrentar los retos en cualquier ámbito de la vida.

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