Juanes en la plaza de la Revolución de Cuba

Juanes

El gobierno de Cuba se mostró satisfecho con el concierto que reunión a cientos de miles de personas en la plaza de la Revolución y aseguró que había cumplido con no manipular políticamente el espectáculo.

“Cuba cumplió escrupulosamente y con gran altura los compromisos con el evento promovido por Juanes: consagrar a la paz el concierto, no manipular políticamente una expresión cultural”, expresó el lunes una nota del periódico Granma, órgano de difusión del Partido Comunista.

Titulado “Paisaje de paz después de la batalla”, el artículo hizo un recuento de algunas expresiones contrarias al espectáculo en Miami -donde viven la mayoría de los exiliados anticastristas- como la quema de discos de los artistas participantes o los intentos fallidos de realizar un “contraconcierto”.

Sin embargo, Francisco J. Hernandez, presidente de la Fundación Nacional Cubano Americana, uno de los más prominentes grupos anticastristas en Estados Unidos, manifestó que se sintió “conmovido” al ver el concierto, mismo al que consideró “muy positivo para la gente cubana. Fue una ocasión que debió haber significado mucho para esa generación joven”.

“Nunca me imaginé que ellos (los artistas) se atrevieran a gritar ´Cuba Libre´ justo allá”, declaró el líder cubano americano. “Nunca pensé que Silvio Rodríguez cantaría Ojalá en esta ocasión en la plaza de la Revolución”.

Hernandez dijo que cree que el conciero abrió una ventana para quienes están en la isla y agradeció a “Juanes y al resto de gente que estuvo allá por llevar una pequeña cantidad de esperanza y amor a los cubanos”.

Juanes, quien vive en Florida llegó a recibir amenazas de muerte por promover el espectáculo y debió asignarse custodia policial para su casa.

El propio Juanes, en declaraciones a la AP, estimó que hubo más de un millón de personas en el concierto de cinco horas “Paz sin fronteras”, en el cual participaron 15 artistas entre ellos la boricua Olga Tañón, los cubanos Silvio Rodríguez y Orishas y los españoles, Miguel Bosé, Víctor Manuel y Luis Aute.

Sin embargo, sí hubo algunas expresiones de matiz político por parte de los participantes, aunque de carácter general e interpretación variable, en especial por parte de Juanes y Tañón.

“Vinimos a Cuba por amor. Vencimos el miedo para estar aquí con ustedes y esperamos que ustedes también puedan vencerlo. Todos los jóvenes de la región, de Estados Unidos, de Miami, en todas las ciudades, perdamos el miedo y podamos llegar a entender lo importante: que es cambiar el odio por amor”, dijo Juanes antes de cantar un tema titulado It ´s time to change.

También dedicó una canción a todos los encarcelados “injustamente” en el mundo, especialmente los secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Tañón le mandó un “abrazo fraternal” lleno de “paz” para el exilio cubano, incluso a los que no apoyaron el evento.

Un grupo del exilio titulado “Vigilia Mambisa” continúo rompiendo discos de los artistas, aunque casi todas las cadenas televisivas de Miami incluyeron en sus servicios en línea el espectáculo y una protesta de exiliados se vio luego superada en número por otra de jóvenes cubano-americanos que apoyaban el esfuerzo de Juanes.

En una columna publicada en el rotativo Miami Herald, el congresista republicano Lincoln Diaz-Balart, comparó el evento con un concierto realizado en los 1980 en Sudafrica, en pleno Apartheid, para mejorar la imagen pública del país.

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