¿Cómo puedo apoyar mi tratamiento?

¿Cómo puedo apoyar mi tratamiento para cáncer de próstata?

Dieta en el tratamiento para cáncer de próstata

Usted va a encontrar innumerables consejos respecto a los alimentos que pueden ayudar en el tratamiento para cáncer de próstata o empeorar el cáncer; pero ciertamente no está comprobado que un alimento evite el cáncer de próstata o mejore la supervivencia.

Puede tener en cuenta que la oxidación y la inflamación desempeñan un papel impor­tante en el desarrollo del cáncer de próstata; y que existen sustancias antiinfla­matorias y antioxidantes como la vitamina C, E y β-carotenos que se encuentran en ciertos alimentos; como frutas y verduras crudas y frescas, entre ellas brócoli, perejil, guayaba, hinojo, coliflor, berro, pimiento, pepino, melón, papaya, fresas, coles de Bruselas; todos los cítricos, los kiwis y los tomates; en los aceites vegeta­les (soja, maíz y girasol), germen de trigo, vegetales verdes, frutos secos, cereales y yema de huevo; en frutas y hortalizas de color rojizo, amarillo y anaranjado, por ejemplo zanahorias, albaricoques, espinacas, tomate, calabaza y melón.

Pre­feriblemente deben ser ingeridas crudas o cocinadas al vapor. Evite consumir suplementos nutricionales o multivitaminas que no hayan sido formulados por su médico tratante (figura 11).

Alimentación saludableFigura 11. Alimentación saludable

La dieta está incluida dentro de los aspectos que usted debe modificar para cambiar a un estilo de vida que contribuya a mejorar su calidad durante y después del tratamiento de su cáncer de próstata; para evitar complicaciones o manejar los efectos secundarios de tratamientos.

Es importante que los hombres con cáncer de próstata se cuiden a sí mis­mos. Cuidarse a sí mismo incluye comer bien y mantenerse tan activo como sea posible.

Usted necesita la cantidad suficiente de calorías para mantener un buen peso, necesita también suficientes proteínas para conservar las fuerzas.

Comer bien puede ayudarle a que se sienta mejor y tenga más energía. El nutri­cionista puede sugerir una dieta saludable.

Actividad física en el tratamiento para cáncer de próstata

Muchos hombres se dan cuenta de que se sienten mejor cuando se mantie­nen activos; caminar, meditar, nadar y practicar otros ejercicios pueden mante­nerle fuerte y aumentar su energía, el ejercicio puede reducir el dolor y hacer que el tratamiento sea más fácil de manejar, también puede ayudar a aliviar el estrés.

Antes de practicar cualquier tipo de ejercicio, asegúrese de consultar con su médico o enfermera, así mismo, si su actividad le causa dolor u otros pro­blemas, comuníquelo. Se recomienda ejercitarse por lo menos treinta minutos al día, tres veces a la semana, no solo como complemento a su tratamiento de cáncer de próstata, sino porque es posible que a usted lo acompañen otras afecciones, como hipertensión arterial, diabetes, sobrepeso o hipertrigliceri­demia, afecciones que también se disminuyen con el ejercicio.

La dieta y el ejercicio son importantes en su nuevo estilo de vida saluda­ble, pero no remplazan ningún medicamento, cirugía o tratamiento; es solo un complemento que le ayudará a manejar mejor su enfermedad.

El ejercicio que usted puede practicar incluye caminar, nadar, estiramien­tos, ejercicios con bandas elásticas; si usted tiene metástasis óseas debe con­sultar especialmente con su médico sobre los ejercicios que puede realizar, debido a un mayor riesgo de fracturarse.

Hábitos: tabaco y alcohol

  • Estos son hábitos muy nocivos, si usted tiene alguno de ellos es el momento de dejarlos; el cigarrillo no solamente es un factor predisponente para el cán­cer, sino para enfermedades respiratorias y cardiovasculares que pueden oca­sionar complicaciones a la hora de una cirugía o un manejo crónico. El tabaco y el alcohol son sustancias estimulantes que empeorarán su cuadro si usted presenta ansiedad, insomnio o náuseas (figura 12).

Consumo de tabaco o cigarrillosFigura 12. Consumo de tabaco o cigarrillos

Manejo del estrés, la ansiedad y la depresión

Son cuatro los parámetros que usted puede incluir para cambiar exitosamente su estilo de vida y mejorar el curso de la enfermedad.

  • Reducción del estrés: exprese los sentimientos de estrés, ansiedad y tristeza que le estén causando problemas físicos o que lo estén haciendo sentir peor.Recuerde que su familia o amigos pueden no ser capaces de ayudarlo a manejar sus sentimientos apropiadamente; lo cual requiere apoyo externo por un psicólogo o una guía espiritual.

    Trate de no preocuparse demasiado por problemas laborales, de sus hijos o del hogar que le produzcan sentimientos negativos; no consiste en actuar como si nada pasara, consiste en manejarlos con una actitud positiva y tranquila.

    Realice actividades que disfrute o reúnase con personas que lo hagan sentir feliz y en paz; investigaciones han demostrado que una actitud positiva puede mejorar su calidad de vida y su estado de salud.

    Calme su cuerpo y su mente con relajación, meditación y ejercicio, duerma y coma bien.

  • Control de su entorno: sea usted quien decida salir de la cama y de su casa; realice las actividades que usted desee, determine qué quiere comer.Si tiene dolor, ponga todo de su parte para manejarlo, además de tomar su medicación, no le tema a volverse dependiente de los analgésicos; especialmente si consume opioides; controlar el dolor puede ser definitivo a la hora de hablar de calidad de vida.
  • Automonitoreo: propóngase unas metas, planee unas actividades, implemente cambios en su comportamiento y en sus hábitos; sea su propia conciencia y hágase un seguimiento, registrando los avances que va logrando con el paso de los días.

Apoyo social en el tratamiento para cáncer de próstata

Es posible recibirlo de su familia, amigos, parientes, grupos religiosos, grupos de pasatiempos o grupos de sobrevivientes de cáncer de próstata; estos últimos pueden ser importantes, ya que encontrará

personas que han pasado por las dificultades que usted está pasando en este momento y que lo entenderán, además de contarle sus experiencias.

Existen otras terapias alternas que le pueden ser de utilidad:

  • Los masajes pueden ayudar a reducir el dolor, la fatiga, el insomnio, la ansiedad, la depresión y las náuseas.
  • La aromaterapia mejora el sueño y ayuda a la relajación.
  • La reflexología reduce la ansiedad.
  • La acupuntura reduce las náuseas, el vómito, la fatiga y el dolor.
  • El yoga y la actividad física mejoran el sueño, reducen el estrés, la ansiedad, la depresión y la fatiga (figura 13).
  • El tai chi alivia el dolor, mejora la flexibilidad, la fuerza y reduce el estrés.

Terapias alternativas: yogaFigura 13. Terapias alternativas: yoga

Si tiene la posibilidad de hacer estas actividades, consulte con su médico o en­fermera antes de realizar cualquiera de ellas. Es de tenerse en cuenta que el estrés emocional y psicológico no solo lo sufre usted como paciente, también su pareja y fa­milia cercana, como acompañantes o cuidadores. Es importante, entonces, discutir sus necesidades, las de su pareja y las de quien se vea más directamente afectado por cual­quier decisión tomada o por cualquier problema o dificultad que se pueda presentar.

Preguntas de la vida cotidiana

¿Puedo seguir trabajando?

El cáncer de próstata es una afección de larga duración, que cuando es diag­nosticada pasa un tiempo antes de iniciarse un tratamiento, lo que le da la opor­tunidad de informar en su trabajo para alejarse de él por un tiempo prolongado de manera planeada. Aunque usted quiera seguir trabajando, los tratamientos, sea cual sea el que usted inicie, llevan un tiempo prolongado y causan efectos secun­darios que lo van a indisponer física y emocionalmente; si la clase de trabajo que usted realiza se lo permite, en ocasiones podría trabajar desde su casa cuando su estado se lo facilite.

La principal preocupación del paciente con cáncer de próstata respecto al tra­bajo es que a pesar de tener las condiciones legales de trabajo, solo recibirá las dos terceras partes de su salario mientras dure su incapacidad.

¿Me pueden tratar en el lugar donde vivo?

Si su enfermedad es sospechada o diagnosticada en un pueblo o ciudad pe­queña, es posible que incluso para la realización de la biopsia deba trasladarse a una ciudad más grande que cuente con los recursos de infraestructura y huma­nos idóneos para su tratamiento; normalmente, aunque lleve tiempo, su entidad prestadora de salud lo remitirá, pero obviamente esto conlleva un traslado que le ocasionará a usted y a su familia gastos extras e implicará la adaptación a nuevas circunstancias.

Una vez sea tratado y el paso posterior sea el seguimiento con controles y exá­menes periódicos, usted probablemente pueda regresar a su sitio de procedencia y viajar solo para los controles; pero si su situación de salud presenta complica­ciones o deterioro, es posible que deba permanecer por más tiempo en la ciudad donde lo están tratando.

Cuando vive en la misma ciudad donde se le realiza el tratamiento y su estado requiere cuidados paliativos, es posible brindárselos a domicilio.

¿Esta enfermedad puede afectar mi sexualidad y fertilidad?

Es probable que cuando le informaron que tenía cáncer haya pensado princi­palmente en sobrevivir, pero después de un tiempo empiezan a surgir otras pre­guntas: ¿qué tan “normal” puede ser mi vida aunque tenga el cáncer bajo control? O tal vez, ¿cómo afectará el cáncer mi vida sexual?

El sexo y la sexualidad son partes importantes de la vida diaria. La diferencia entre sexo y sexualidad es que el sexo es visto como una actividad, algo que usted hace con su pareja. La sexualidad, en cambio, se asocia más con lo que la gente siente y se relaciona más con su necesidad de cariño, intimidad, jugueteo y placer.

El primer paso es hablar sobre el tema de sexualidad con su pareja y con su urólogo o algún otro integrante de su equipo de atención de cáncer.

Usted tiene derecho a saber cómo su tratamiento afectará su alimentación, cuánto dolor po­dría llegar a sentir y su capacidad para regresar al trabajo; de la misma manera, también tiene derecho a saber y a tratar los aspectos de su vida sexual.

Generalmente, su sexualidad y su fertilidad se verán afectadas por el cáncer y por los efectos secundarios de los tratamientos; no hay una sola de las opciones tera­péuticas que no las afecten en mayor o menor grado, pero usted, junto con su pareja y su urólogo, debe discutir las posibles alternativas para mejorar estas alteraciones.

¿Cuánto tiempo puedo esperar sin riesgo antes de tratarme?

Esta es una situación muy particular para cada paciente; una vez es diagnos­ticado el cáncer de próstata, la decisión de iniciar uno u otro tratamiento es suya; pero tenga en cuenta la opinión de su urólogo, el estadio y la agresividad de su cáncer, su edad y la posible presencia de otras enfermedades (por ejemplo, cardio­vasculares, diabetes).

Es posible que su cáncer pueda vigilarse por un tiempo con exámenes periódi­cos, pero eso solo podrá discutirlo y decidirlo con su urólogo tratante.

¿Es necesaria una segunda opinión?

Antes de comenzar un plan de tratamiento, puede querer una segunda opi­nión acerca de su enfermedad; esto es muy natural y comprensible por parte del médico que lo está tratando. Algunas entidades aseguradoras de salud cubren una segunda opinión si usted o su médico la solicitan.

Puede que una segunda opinión lleve algo de tiempo y esfuerzo para reunir la historia clínica y hacer arreglos para ver a otro médico; en general, no es un pro­blema tomarse algunas semanas para obtener una segunda opinión.

En la mayoría de los casos, el retraso en empezar el tratamiento no hace que este sea menos efec­tivo. Para cerciorarse de esto, usted deberá hablar con su médico sobre la demora.

Algunos hombres con cáncer de próstata necesitan el tratamiento de inmediato, en estos casos no es conveniente una demora.

Hay varias formas de encontrar a un médico para obtener una segunda opi­nión. Es posible que su médico le refiera a uno o a varios especialistas; o en los cen­tros de atención especializada, varios médicos trabajan con frecuencia en equipo.

  • Tenga en cuenta que una segunda opinión es suficiente, no se desgaste ni es­pere mucho tiempo tratando de encontrar algún médico que le diga lo contrario; aunque sea lo que usted quisiera escuchar.

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