Remedios caseros para la brucelosis

Remedios Caseros para la Brucelosis

Te abordaremos un tipo de enfermedad infecciosa a nivel mundial y que impacta sobre la diversidad de especies vivas, como lo es todo sobre la brucelosis; qué es, características, síntomas, tipos, causas, consecuencias, principales remedios caseros, medidas preventivas o tratamientos y resumen de la enfermedad de bang o fiebre de malta.

¿Qué es la brucelosis?

La brucelosis, también conocida como fiebre de Malta, fiebre mediterránea o fiebre ondulante, es una enfermedad infecciosa causada por bacterias del género Brucella. Esta enfermedad puede afectar a varios mamíferos, incluidos los seres humanos.

Las personas generalmente contraen brucelosis al estar en contacto con animales infectados o al consumir productos lácteos no pasteurizados contaminados con la bacteria Brucella.

Los síntomas de la brucelosis en humanos pueden incluir fiebre, sudoración, escalofríos, fatiga, dolores musculares y articulares, pérdida de apetito y otros síntomas similares a los de la gripe. En casos graves, la brucelosis puede afectar el sistema nervioso, los huesos o el corazón.

Características de la brucelosis

También conocida como fiebre de malta o enfermedad de bang, establecida por el microbiólogo David Bruce en 1887, infecciosa, por animales a personas, puede ser crónica, dura años, distribución mundial, su prevalencia es mayor en el Mediterráneo, producida por bacterias.

Además produce un cuadro febril en el ser humano, especialidad de la infectología, constituye el más frecuente de los síndromes autoinflamatorios, impacta sobre todo a las personas que laboran con productos infectados o animales y sin ninguna vacuna humana.

(Lea También: Remedios Caseros para la Fibromialgia)

Síntomas de la brucelosis

La brucelosis es una enfermedad que puede afectar a diversas partes del cuerpo y sus síntomas pueden variar en intensidad dependiendo de la gravedad de la infección y de la respuesta inmunológica del individuo afectado.

Los síntomas de la brucelosis suelen aparecer de manera gradual, con un período de incubación que puede oscilar entre unos pocos días hasta varias semanas después de la exposición a la bacteria Brucella. Entre los síntomas más frecuentes están:

Fiebre

La fiebre es uno de los síntomas más característicos de la brucelosis y suele ser intermitente, con períodos de fiebre alta seguidos de remisiones. Esta fiebre ondulante es uno de los motivos por los que la brucelosis también se conoce como fiebre ondulante.

Sudoración excesiva

Las personas con brucelosis pueden experimentar sudoración profusa, especialmente durante los episodios febriles.

Escalofríos

Los escalofríos son comunes y pueden acompañar a los episodios de fiebre.

Fatiga

La fatiga es un síntoma frecuente y puede ser debilitante. Las personas afectadas pueden sentirse extremadamente cansadas incluso después de un descanso adecuado.

Dolores musculares y articulares

Los dolores musculares y articulares son comunes en la brucelosis y pueden afectar a diferentes partes del cuerpo, incluyendo los brazos, las piernas, la espalda y el cuello.

Pérdida de apetito

Muchas personas con brucelosis experimentan una pérdida de apetito, lo que puede llevar a una disminución del peso corporal.

Dolor abdominal

Algunos pacientes pueden experimentar dolor abdominal, náuseas, vómitos o diarrea.

Dolor de cabeza

Los dolores de cabeza pueden ser persistentes y pueden ser uno de los primeros síntomas de la brucelosis.

Dolor de garganta y tos

Algunos pacientes pueden presentar síntomas respiratorios leves, como dolor de garganta y tos seca.

Síntomas neurológicos

En casos más graves, la brucelosis puede afectar el sistema nervioso central y causar síntomas como confusión, irritabilidad, depresión, trastornos del sueño, convulsiones o incluso coma.

Es importante tener en cuenta que los síntomas de la brucelosis pueden imitar a los de otras enfermedades, como la gripe, la mononucleosis o la tuberculosis, por lo que es crucial buscar atención médica.

Tipos de brucelosis

La clasificación de la brucelosis es la siguiente.

Brucelosis aguda; sudoración, malestar general, fiebre, debilidad, cansancio y dolores articulares.

Brucelosis crónica; superior a los meses y síntomas como dolor de a columna vertebral, lesiones en la piel, estreñimiento e insuficiencia hepática.

También se pueden clasificar de la siguiente manera:

La brucelosis es una enfermedad infecciosa causada por bacterias del género Brucella, y existen varias especies de Brucella que pueden afectar tanto a humanos como a animales.

Brucelosis por Brucella melitensis

Esta es la forma más común de brucelosis en humanos y está asociada principalmente con ovejas y cabras. Se le conoce como fiebre de Malta y es endémica en muchas partes del mundo, especialmente en el Mediterráneo, Oriente Medio, Asia Central, América Latina y África. La transmisión a los humanos generalmente ocurre a través del consumo de productos lácteos no pasteurizados contaminados o por contacto directo con animales infectados.

Brucelosis por Brucella abortus

Esta forma de brucelosis está asociada principalmente con el ganado bovino, como vacas, búfalos y bisontes. La transmisión a los humanos puede ocurrir mediante el consumo de leche cruda o productos lácteos contaminados, o por contacto directo con secreciones corporales de animales infectados, como la placenta, el líquido amniótico o el semen.

Brucelosis por Brucella suis

Esta forma de brucelosis se asocia principalmente con cerdos y jabalíes. La transmisión a los humanos puede ocurrir por la manipulación de tejidos animales infectados, la ingestión de carne cruda o poco cocida de animales infectados, o por contacto directo con sangre, orina u otros fluidos corporales de animales infectados.

Brucelosis por Brucella canis

Esta forma de brucelosis afecta principalmente a perros. Aunque es poco común en humanos, la transmisión puede ocurrir por contacto directo con fluidos corporales de perros infectados, como orina, saliva o secreciones vaginales, o mediante mordeduras de perros infectados.

Brucelosis por Brucella ovis y Brucella neotomae

Estas formas de brucelosis están asociadas con ovejas silvestres (Brucella ovis) y roedores (Brucella neotomae). La brucelosis por Brucella ovis es una enfermedad importante en ovejas, pero su impacto en humanos es muy limitado. La brucelosis por Brucella neotomae se ha asociado con casos esporádicos de enfermedad en humanos que viven en áreas rurales.

Cada tipo de brucelosis puede presentar síntomas similares en humanos, como fiebre intermitente, sudoración, fatiga, dolores musculares y articulares, y en casos más graves, complicaciones neurológicas o cardíacas. El diagnóstico preciso de la brucelosis y la identificación de la especie de Brucella involucrada son fundamentales para un tratamiento adecuado y para implementar medidas de control y prevención efectivas.

Causas de la brucelosis

Contacto con animales infectados

La principal vía de transmisión de la brucelosis a los seres humanos es a través del contacto directo con animales infectados o sus productos, como la leche sin pasteurizar. La bacteria Brucella puede encontrarse en las secreciones reproductivas de animales infectados, como la placenta, el líquido amniótico, el semen, la orina y la leche.

El contacto con estas secreciones durante el parto, la inseminación artificial, el sacrificio de animales o la manipulación de tejidos infectados puede exponer a las personas al riesgo de infección.

Consumo de productos contaminados

Otra vía común de transmisión de la brucelosis es a través del consumo de productos lácteos no pasteurizados, como leche, queso o yogur, contaminados con la bacteria Brucella. Si estos productos provienen de animales infectados, pueden contener altas concentraciones de bacterias y pueden ser una fuente importante de infección para los humanos.

Inhalación de aerosoles contaminados

Aunque menos común, la brucelosis también puede transmitirse a través de la inhalación de aerosoles contaminados con Brucella. Esto puede ocurrir en entornos donde se manipulan animales infectados o sus productos, como mataderos, laboratorios veterinarios o instalaciones de procesamiento de carne.

Transmisión de persona a persona

Aunque rara, la brucelosis también puede transmitirse de persona a persona, especialmente a través de la exposición a sangre u otros fluidos corporales de individuos infectados. Esto puede ocurrir en entornos de atención médica donde no se siguen adecuadamente las precauciones para el control de infecciones.

Es importante tener en cuenta que la brucelosis no es una enfermedad contagiosa en el sentido tradicional, ya que no se transmite fácilmente de persona a persona a menos que existan condiciones específicas, como una exposición directa a sangre o fluidos corporales de un individuo infectado. (Ver también: Remedios caseros para las enfermedades autoinmunes)

Consecuencias de la brucelosis

La brucelosis puede tener una serie de consecuencias, que pueden variar desde leves hasta potencialmente graves, dependiendo de varios factores, incluida la gravedad de la infección, el estado de salud del individuo afectado y la prontitud con la que se inicia el tratamiento.

Síntomas agudos

Los síntomas agudos de la brucelosis pueden incluir fiebre, sudoración profusa, escalofríos, fatiga, dolores musculares y articulares, dolor de cabeza, pérdida de apetito y malestar general. Estos síntomas pueden ser similares a los de la gripe y pueden durar varias semanas.

Síntomas crónicos

En algunos casos, la brucelosis puede progresar a una forma crónica, en la que los síntomas persisten durante meses o incluso años después de la infección inicial. Los síntomas crónicos pueden incluir fatiga persistente, dolores musculares y articulares, problemas neurológicos, trastornos del sueño y depresión.

Complicaciones neurológicas

En casos graves, la brucelosis puede afectar el sistema nervioso central y causar complicaciones neurológicas como meningitis, encefalitis, neuritis periférica, neuropatía, confusión, irritabilidad, cambios de personalidad, convulsiones e incluso coma.

Complicaciones cardíacas

La brucelosis también puede afectar el corazón y causar complicaciones cardíacas como endocarditis, pericarditis, miocarditis, arritmias y otros trastornos cardiovasculares. Estas complicaciones pueden ser potencialmente mortales si no se tratan adecuadamente.

Complicaciones musculoesqueléticas

Los dolores musculares y articulares son síntomas comunes de la brucelosis, pero en casos graves, la enfermedad también puede causar complicaciones musculoesqueléticas como artritis, osteomielitis (infección ósea), bursitis y tenosinovitis.

Complicaciones reproductivas

En mujeres embarazadas, la brucelosis puede provocar abortos espontáneos, partos prematuros, bajo peso al nacer y otras complicaciones obstétricas. Además, la infección durante el embarazo puede transmitirse al feto y provocar una infección congénita, con consecuencias potencialmente graves para el bebé.

Impacto socioeconómico

La brucelosis puede tener un impacto significativo en la salud pública y la economía, especialmente en regiones donde la enfermedad es endémica. La brucelosis puede afectar la productividad agrícola y ganadera, provocar pérdidas económicas por la reducción de la producción de leche y carne, y aumentar los costos de atención médica y tratamiento. (Lea También: Remedios Caseros para el Hormigueo)

Remedios caseros naturales para la brucelosis

Los principales antibióticos naturales o plantas medicinales para la brucelosis son:

  • Vellosilla; en 1lt de agua hervir 60g de la anterior fresca, reposar, colar y consumir 3 tazas al día.
  • Centaura; preparar infusión con ramas de la misma en ½ de agua, reposar, filtrar, tomar una taza por la mañana y otra por la tarde.
  • Plata coloidal; adquirir en las farmacias botánicas y sus propiedades antibacterianas ayuda a combatir los síntomas.
  • Té de Ajo y limón; hervir en ½ taza de agua un diente de ajo crudo, refrescar, agregarle el zumo de limón exprimido y tomar 3 veces al día.

Tratamientos para la brucelosis

El tratamiento de la brucelosis se basa principalmente en el uso de antibióticos para eliminar la bacteria Brucella del cuerpo y prevenir la progresión de la enfermedad y la aparición de complicaciones graves.

Antibióticos

Los antibióticos son la piedra angular del tratamiento de la brucelosis. Los regímenes de tratamiento suelen incluir una combinación de varios antibióticos para aumentar la eficacia y prevenir la resistencia bacteriana. Los antibióticos más comúnmente utilizados para tratar la brucelosis incluyen:

Doxiciclina

Es un antibiótico de la clase de las tetraciclinas y es uno de los medicamentos de elección para el tratamiento de la brucelosis. Se administra generalmente junto con otro antibiótico para mejorar la eficacia del tratamiento.

Rifampicina

Es otro antibiótico ampliamente utilizado en el tratamiento de la brucelosis. A menudo se combina con doxiciclina u otros antibióticos para mejorar la eficacia del tratamiento.

Estreptomicina

Aunque menos comúnmente utilizada debido a sus posibles efectos secundarios y restricciones en su administración, la estreptomicina puede ser parte del régimen de tratamiento en ciertos casos de brucelosis, especialmente en aquellos con complicaciones neurológicas.

Trimetoprim-sulfametoxazol (TMP-SMX)

En algunos casos, se pueden utilizar combinaciones de trimetoprim y sulfametoxazol como parte del tratamiento de la brucelosis, especialmente en pacientes con contraindicaciones o intolerancia a otros antibióticos.

Duración del tratamiento

La duración del tratamiento antibiótico para la brucelosis suele ser prolongada, generalmente de cuatro a seis semanas o más, dependiendo de la gravedad de la infección y la respuesta del paciente al tratamiento.

Es importante completar todo el curso de antibióticos prescrito por el médico, incluso si los síntomas mejoran antes de finalizar el tratamiento, para asegurar la erradicación completa de la bacteria.

Manejo de síntomas

Además del tratamiento antibiótico, se pueden utilizar medicamentos para aliviar los síntomas asociados con la brucelosis, como analgésicos para el alivio del dolor y la fiebre, antiinflamatorios no esteroides (AINEs) para reducir la inflamación y los dolores musculares, y suplementos nutricionales para abordar la fatiga y la pérdida de apetito.

Seguimiento médico

Después de completar el tratamiento antibiótico, es importante realizar un seguimiento médico regular para evaluar la respuesta al tratamiento, monitorear la reaparición de síntomas y detectar cualquier complicación tardía. En algunos casos, puede ser necesario realizar pruebas adicionales, como análisis de sangre y pruebas de imágenes, para evaluar la efectividad del tratamiento y detectar la presencia de complicaciones.

Es fundamental seguir las recomendaciones del médico y completar todo el curso de tratamiento antibiótico prescrito para garantizar una recuperación completa y prevenir la recurrencia de la brucelosis.

Además, se deben implementar medidas de prevención, como la vacunación del ganado, la pasteurización adecuada de los productos lácteos y el control de la exposición a animales infectados, para reducir el riesgo de contraer brucelosis.

Ningún remedio casero o planta medicinal debe ser sustituto del tratamiento médico

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