El auge de la medicina complementaria y alternativa, Editorial

Un reto para enfermería
Auge de la Medicina

The boom of complementary and alternative medicine: a challenge for the nurse

John Naisbitt, autor de Megatrends (1982), libro sobre tendencias sociales humanas, plantea que el nuevo énfasis del ser humano se manifiesta en dos senti­dos: los nuevos hábitos de vida (dieta saludable y ejer­cicio, entre otros), que implican el deber de cuidar la salud, y la autoayuda. Situación que mueve el espectro desde el requerimiento de ayudas institucionales (sis­tema médico convencional) hacia adquirir conciencia sobre nuestra responsabilidad por la salud y el autocuidado.(1,2)

El auge de optar por otro tipo de medicina, en este caso la complementaria y alternativa, la holística e integrati­va. Puede ser consecuencia de esta tendencia y de la preocupación por volver a lo “natural”, a lo orgánico, a evitar químicos y pesticidas, alimentos genéticamente modificados. Es posible también que en su afán de va­lorar el poder de la mente, el espíritu, la energía cós­mica, el individuo busque opciones que trasciendan la materia, el cuerpo.

Como profesionales de la salud es importante que re­conozcamos que los pacientes con enfermedades cró­nicas con frecuencia incorporan otras modalidades de terapia a sus tratamientos convencionales. Lo cual de­pende de una variada gama de factores como el tipo de enfermedad, la región geográfica, las costumbres, el gé­nero, el estado socioeconómico y las condiciones clínicas, entre otros.(3-5)

La medicina complementaria y alternativa (CAM, por su sigla en inglés), y más reciente la medicina integrativa. Es un campo amplio y polifacético que comprende una gran diversidad de terapias y terapeutas con dife­rentes niveles de entrenamiento y conocimientos.(6)

Medicina complementaria, la alternativa y la medi­cina integrativa

La medicina complementaria, la alternativa y la medi­cina integrativa se refieren a un conjunto de sistemas, productos y prácticas médicas que no hacen parte de los cuidados o tratamientos estándar de la medicina científica occidental o alopática.

Los cuidados o trata­mientos estándar son los que practican los médicos y los profesionales de la salud, enfermeros y terapeutas.

La medicina alternativa significa el uso de tratamientos distintos, en lugar de los convencionales o estándares mientras que la medicina complementaria indica el uso de tratamientos alternativos junto con los comunes.

En contraste, la medicina integrativa y la holística, combi­nan lo mejor de la CAM con la medicina científica oc­cidental, basándose en pruebas de seguridad y eficiencia, medicina con una mayor comprensión de la natu­raleza de la enfermedad, la curación y el bienestar. Tiene en cuenta la persona en todas sus dimensiones mente, cuerpo y espíritu, e incluye la totalidad de los aspectos de su estilo de vida y habilidades innatas de curación.(4) La acupuntura, la quiropráctica, la medicina bio-ener­gética, la medicina herbal, la meditación, son algunos ejemplos de las terapias de la CAM.

Saydah y Eberhardt:

Encontraron que cerca de 60% de adultos con artritis, 55% de pacientes con cáncer o con dos o más enfermedades crónicas, 46,4% de enfermos cardiovasculares, 43,6% de adultos sin enfermedad cró­nica y 41% con diabetes usan algún tipo de terapia al­ternativa o complementaria, en los Estados Unidos.(7) Otro estudio realizado por Sidora-Arcoleo et al, citado por Mullin. Demostró que aproximadamente 54% de los pa­dres de pacientes pediátricos usuarios de terapias alter­nativas negaron usarlas por temor a ser estigmatizados.(3)

C. Denebby (2006):

En un estudio realizado en los Es­tados Unidos en 2002, informa ventas de productos alternativos y complementarios por $18,7 billones de dólares.(8)

Este uso generalizado, entre otras razones, condujo a la creación del Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa (NCCAM, por su sigla en inglés), principal organismo del gobierno federal para la investigación científica de la medicina complemen­taria y alternativa, cuya misión es investigar las prácticas de la CAM por medio de métodos científicos rigurosos y crear una base de pruebas sobre la inocuidad y efi­cacia de estas prácticas.(9)

Terapias de la medi­cina complementaria y alternativa

Pese a que el NCCAM, clasificó las terapias de la medi­cina complementaria y alternativa en cinco grupos: sis­temas médicos alternativos (la medicina homeopática y la medicina tradicional china, son ejemplos de este campo); intervenciones corporales y mentales (visuali­zación y relajación, etc.); métodos de manipulación y que tienen el cuerpo como base (por ejemplo, la quiroprác­tica y el masaje); terapias basadas en la biología (las vitaminas y productos herbales); y terapias de energía (el contacto sanador y el Reiki, entre otros),(9) el listado de lo que se considera medicina complementaria y al­ternativa cambia de forma continua, conforme las tera­pias que se han comprobado que no hacen daño y que son efectivas se adoptan en el cuidado convencional de la salud, y a medida que aparecen nuevos métodos te­rapéuticos. (9)

Medicina Complementaria

Aunque la mayoría de estos productos y prácticas se han utilizado durante muchos años, incluso siglos, la CAM representa un reto para la investigación actual. Debido en parte, a que la gran mayoría de proveedores de estas terapias no son médicos o personal de salud con formación convencional y a que las técnicas y he­rramientas utilizadas se basan más en la experiencia que en la evidencia.

En general, la medicina tradicional China y otras prácticas de la CAM se guían por los sín­tomas y la subjetividad tanto del médico como del pa­ciente más que por el diagnóstico, paso obligatorio en el método occidental, lo que hace que a pesar de que existan miles de ensayos controlados y aleatorizados (RCT, por su sigla en inglés), el riesgo de sesgo en la interpretación de los resultados representa un desafío real para los investigadores.(3)

Para determinar la calidad de estos ensayos Bloom et al evaluaron más de 5.000 ensayos y encontraron que sólo 258 eran estudios controlados y aleatorizados.

La principal causa para rechazar la calidad de los estudios (más de 90%) fue el incumplimiento de sus requisitos o que estos no hubieran sido cegados. Los autores con­cluyeron que la mayoría de las técnicas o prácticas de la CAM se administra sin prueba de beneficio.(10)

Sin evidencia científica, las personas que utilizan tratamien­tos de medicina complementaria y alternativa ponen en riesgo la salud como consecuencia de emplear dosis incorrectas. De manera indebida, o combinados con otros medicamentos que podrían interactuar de forma peligrosa, o el uso de tratamientos ineficaces que enmas­caran síntomas agudos, bizarros. Mientras la enferme­dad avanza produciendo secuelas irreversibles, o per­diendo tiempo valioso para la curación de patologías tra­tables.(9)

En la actualidad el NCCAM financia estudios clínicos sobre tratamientos de medicina complementaria y alter­nativa, entre otros. La acupuntura, ayurveda, productos naturales como las plantas y otros suplementos dietéti­cos, la dieta macrobiótica, los masajes, la meditación, el Reiki, el Tai Chi, el Yoga, Pilates y la quiropráctica o la manipulación osteopática, y su utilidad en el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, los trastornos neu­rológicos y la osteoartritis.

Algunas de sus preguntas buscan responder inquietudes acerca de su beneficio y mecanismos de acción, dosis, efectos adversos, forma de administración, situaciones en las que podría causar daño, y bondad de la terapia al compararse con otros tratamientos disponibles, etc.(9)

La mayoría de estos estudios investigan los efectos de los métodos complementarios que se usan además de los tratamientos convencionales. Mientras que otros comparan las terapias alternativas con los convencio­nales.

Entre ellos están: la utilización de la acupuntura para reducir los síntomas del cáncer avanzado de colon y recto, quimioterapia de combinación más radioterapia con o sin cartílago de tiburón en el tratamiento de pa­cientes que tienen cáncer de pulmón de células no pe­queñas que no se puede extirpar con cirugía, terapia de oxigenación hiperbárica en pacientes con laringecto­mía, curación a distancia en el tratamiento de cáncer de cerebro, quimioterapia comparada con terapia de enzi­mas de páncreas para el tratamiento de cáncer de páncreas, y extracto de muérdago y quimioterapia para el tratamiento de tumores sólidos.(9)

La medicina tradicional China, practicada por miles de años se basa en el entendimiento de la conexión en­tre mente-cuerpo- espíritu tanto en salud como en en­fermedad y en la prevención de las enfermedades a través del estilo de vida.(3) Sus diferentes modalidades terapéuticas incluyen plantas, acupuntura, moxibustión (terapia que consiste en aplicar calor en puntos especí­ficos del cuerpo), masajes, digitopresión o acupresión (tui na), medicina mente-cuerpo (interacción entre el cerebro, mente, cuerpo y comportamiento, de una ma­nera poderosa en el que los factores emocionales, men­tales, sociales, espirituales y de comportamiento pueden afectar directamente la salud).

Al respecto Mullin cita dos artículos, uno acerca de la revisión de la literatura que hacen Potenza y Mechanick en la que encontraron resultados prometedores del uso de la acupuntura para el control del peso; y otro de Mark, sobre el uso de la acupuntura en pacientes pediátricos y adultos con asma, con muy pobres resultados. Sin embar­go, Mark demuestra, en el mismo artículo, que la hipno­sis puede mejorar el asma al reducir la ansiedad.(3,11)

Se estima que 80% de la población mundial confía en la CAM:

En especial en el poder medicinal de las plan­tas para cubrir sus necesidades de cuidados primarios de salud. De hecho, un estudio realizado en 1990 por el doctor David M. Eisenberg del Hospital Beth Israel de Boston, reportó que uno de cada tres estadouniden­ses ha usado prácticas de CAM y han gastado más de 14 billones de dólares de su bolsillo en medicina alter­nativa.

En los Estados Unidos, en 2002, la medicina herbal fue la más común con cerca de 38,2 millones de adultos usuarios de medicina a base de plantas y gastos por más de $5 billones de dólares.

La revisión de Kiefer y Klunk muestra el peligro y el gra­do de evidencia de su uso en ciertas condiciones. Es así como, por ejemplo, pese a que el licorice (Glycyrrhiza glabra) lo soportan estudios con nivel C de evidencia y a que algunas investigaciones que validan la seguri­dad de preparaciones herbales chinas alertan sobre la posible contaminación con pesticidas, metales pesados y reportan rastros de otros medicamentos. Su utilización para el reflujo gastroesofágico y la gastritis es bastante generalizado y sigue en aumento.(3,6)

La medicina basada en la energía, una de las modali­dades de la CAM, se considera la más controversial de­bido a la dificultad para estudiar los campos magnéticos y cuantificar sus efectos terapéuticos.

Consiste en la utilización de energía medible: vibraciones mecánicas (sonido) y fuerzas electromagnéticas. Y de energía no medible: energía vital, fuerza de vida, que no son medi­bles por el paradigma científico occidental, en la creen­cia de que las enfermedades son el producto del des­equilibrio de los campos energéticos.(6)

Un ejemplo de esto último es el Reiki:

Técnica de cura­ción y armonización que utiliza la canalización de ener­gía para transmitirla al paciente a través de las manos del practicante. Reiki es una palabra japonesa que sig­nifica Rei = energía universal y Ki (chi en chino) = ener­gía vital.

Esta técnica fue descubierta por Mikao Usui a mediados del siglo XIX en Japón, ha evolucionado y llegado a ser una modalidad de curación popular para una amplia variedad de condiciones médicas. En espe­cial para dolores crónicos, producidos por cáncer, ar­tritis, para el tratamiento de la depresión y la ansiedad.

Un estudio realizado en 2007 en los Estados Unidos reportó que en el año 2006, 1,2 millones de adultos y 161.000 niños recibieron una o más sesiones de energía curativa como el Reiki.(12) Aunque una revisión reciente concluyó que la evidencia es insuficiente para sugerir que el Reiki sea un tratamiento efectivo. Por lo que su valor clínico no ha sido demostrado, sus defensores afir­man que el Reiki es perfectamente compatible con cual­quier tratamiento médico y puede actuar como com­plemento.(6)

El Reiki se usa en los quirófanos desde mitad de la dé­cada de los noventa y ha ido ganando amplia acepta­ción en el establecimiento médico, de suerte que 15% de los hospitales en USA (cerca de 800) lo han incor­porado como un valor agregado en la promoción de sus servicios, con frecuencia ofrecido por médicos y enfer­meras de su institución debidamente entrenados en esa práctica.

Una investigación realizada en el Hospital de Hartford en Hartford, Connecticut, reportó que el Reiki mejoró el sueño en 86% de los pacientes estudiados, redujo el dolor en 78%, las náuseas en 80%, y la ansie­dad durante el embarazo en 94% de las pacientes.(13)

El contacto sanador (healing o therapeutic touch, TT):

Técnica desarrollada en 1972 por las enfermeras Dora Kunz y Dolores Krieger de la división de enfermería de la Universidad de Nueva York. Consiste en poner las manos sobre la parte del cuerpo con dolor y traspasar la “energía radiante del terapeuta” y desbloquear cual­quier desequilibrio energético del paciente.

Es la técni­ca más usada por las enfermeras en la actualidad. Según Rodríguez Malave es la combinación de teoría occiden­tal y oriental del flujo energético en nuestro cuerpo.(2) Al igual fue el Reiki existen muchos usos para el TT, por ejemplo, disminución de la ansiedad y el estrés, para relajación, aliviar el dolor y sanar heridas. Aunque no hay suficiente evidencia científica algunos estudios recientes muestran su eficacia para el tratamiento del dolor agudo y crónico.(2,6)

La medicina naturopática como se conoce también a la medicina natural:

Representa una opción real para cier­tas enfermedades “modernas”, provocadas por diversos factores que afectan al ser humano hoy día: la nutrición, el estrés, y el sedentarismo, entre otros.(2) Bien se cono­ce que la dieta tiene un gran impacto en la salud y que intervenciones nutricionales específicas pueden inter­venir en forma significativa en muchas enfermedades.

La dieta Mediterránea (frutas, vegetales, nueces, cerea­les, aceite de oliva, pescado, moderada ingesta de vino tinto, y una muy baja ingesta diaria de carnes rojas). Por ejemplo, parece ser efectiva en la reducción de ate­rosclerosis y su riesgo de complicaciones fatales (falla cardiaca, muerte súbita).

Algunos estudios muestran que la adherencia a esta dieta rica en selenio, glutatión, una relación balanceada de ácidos grasos ω-6:ω3, gran­des cantidades de fibra, antioxidantes fitoquímicos provenientes en especial del resveratrol del vino tinto y de los polifenoles del aceite de oliva, vitamina C y vitami­na E, está asociada a la reducción de la mortalidad multicausal y por causa específica.(3)

De igual forma, un número importante de estudios muestra que suplementos nutricionales con altas dosis de ácidos grasos ω3 son benéficos en el síndrome me­tabólico y la enfermedad cardiovascular y, que cuando se administran a niños menores de seis años con riesgo de asma muestran una reducción en los episodios de sibilancias.(3,11)

Conclusión

En conclusión, dado el incremento generalizado del uso de diferentes modalidades de medicina no convencio­nal, los profesionales en enfermería tienen la obligación de conocer estas terapias, advertir sobre sus riesgos y reconocer los efectos secundarios y deletéreos de su utilización. Pero también llegar a sugerir su uso cuando sus beneficios se evidencien científicamente o cuando su implementación no represente riesgo para los pa­cientes.

El personal de enfermería debería estar en ca­pacidad de integrar ciertas modalidades de la CAM que no sólo son inocuas sino que tienen un potencial be­néfico para la curación o paliación de algunas enfer­medades, en especial el alivio del dolor.

Referencias Bibliográficas

  1. Naisbitt J. Megatrends. The New Dictionary transforming our lives. New York: Warner Books. 1982. p. 146-7.
  2.  Rodríguez Malave E. Consejería naturopática. En: Medicina Natural: retorno a nuestra esencia. Puerto Rico: Editorial de la Universidad de Puerto Rico. 2005. p. 88-90.
  3.  Mullin GE. Isues in complementary and alternative nutrition treat­ments. Nutr Clin Pract. 2009; 24(5):543-8.
  4.  Wilkinson JM, Jelinek H. Complementary medicine use among attendees at a rural health screening clinic. Complement Ther Clin Pract. 2009;15:80-4.
  5.  Sirois FM. Provider-based complementary and alternative medicine use among three chronic illness groups: associations with psycho­social factors and concurrent use of conventional health-care ser­vices. Complement Ther Med 2008;16:73-80.
  6.  Kiefer D, Pitluk J, Klunk K. An overview of CAM: Components and clinical uses. Nutr Clin Pract. 2009;24:549-59.
  7.  Saydah SH, Eberhardt MS. Use of complementary and alternative medicine among adults with chronic diseases: United States 2002. J Altern Complement Med. 2006; 12:805-12.
  8.  Denneby C. The use of herbs and dietary supplements in gyneco­logy: an evidence/based review. J Midwefery Womens Health 2006;51:402-9.
  9. Medicina alternativa y complementaria. Disponible en: https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/complementaryandalternativemedicinel Consultado noviembre de 2009.
  10. Bloom BS, Retbi A, Dahan S, Jonsson E. Evaluation of randomized controlled trials on complementary and alternative medicine. Int J Technol Asses Health Care 2000;16:13-21.
  11. Mark J. Pediatric asthma: an integrative approach to care. Nutr Clin Pract. 2009;24:578-88.
  12. Barnes PM, Bloom B, Nahin R. CDC National Health Statistics Report #12.Complementary and Alternative Medicine Use Among Adults and Children, United States, 2007. (December 2008).
  13. Hartford Hospital, Integrative Medicine, Outcomes, Measurements cited were obtained during the initial pilot phase of the study, December 1999 – December 2000. Disponible en: https://www. harthosp.org/integrativemed/outcomes/default.aspx#outcome6. Consultado noviembre de 2009.

Autor


Sonia Echeverri Serrano. Enfermera de la Universidad Industrial de Santander, Magíster en Bioética, CNSN, Servicio de Soporte Metabólico y Nutricional, Hospital Universitario de la Fundación Santa Fe de Bogotá, Docente de la Facultad de Enfermería, Universidad El Bosque. Editora de la Revista Actualizaciones en Enfermería.

Correspondencia: soporte.metabolico@fsfb.org.co

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