Editorial, Médicos: ¿Cuándo retirarse?

Alfredo Jácome Roca1

En alguno de sus escritos, el profesor Fernando Sánchez Torres nos recordaba que saber retirarse a tiempo era uno de los mandamientos del decálogo del médico. Nada más lógico y paradigmático, si pensamos que las habilidades quirúrgicas -más que la capacidad de análisis o el “ojo clínico”- comienzan a mermar a ciertas edades, cuando es conveniente retirarse del ejercicio profesional para entregarse de lleno al llamado “disfrute de la pensión”.

Hablar del retiro no es sobre el cuándo o el cómo sino de qué. ¿De qué actividades nos vamos a retirar? Aquí nos referimos al ejercicio profesional. Muchos colegas desean hacerlo porque están su-friendo desgaste profesional (“burnout syndrome”). Los hay quienes ya tienen los recursos, no tienen deudas y han educado a sus hijos. Prefi eren cambiar el estrés del ejercicio por algo lúdico o cultural. En una ciudad populosa hay que lidiar con el transporte, con el jefe regañón (para los empleados), con las frustraciones, con el mal tiempo, la inseguridad. Está también el caso del médico que ejerce como su propio jefe en un consultorio que fuese rentable, que además se siente confortable y útil con su trabajo ¿para qué entonces dejarlo?

Otras veces el colega podría retirarse par-cialmente: no hacer obstetricia (para los ginecólo-gos), no hacer cirugías complicadas o solo hacer consulta (para los cirujanos), no hacer turnos ni atender emergencias (para internistas y pediatras), ni pacientes hospitalizados, etc. Podría retirarse de empleos administrativos o de empresas promotoras o prestadoras de salud en las que se presta un servicio a cambio de honorarios. Cada país tiene su sistema de salud y sus regulaciones sobre la edad obligatoria para el retiro profesional, aclarando que en Colombia la edad de retiro solo aplica para los empleos formales.

En la segunda mitad del siglo XX, jubilarse significaba el retiro del Seguro Social o de alguna “caja” al cumplir 20 años de labores. Tal logro era anhelado por los colegas, que pensaban entonces en dedicarse de lleno al consultorio particular, o a conseguir un oficio que le permitiera un cierto ingreso y calmar el estrés de la desocupación con un trabajo “a media máquina”.

La pensión de jubilación podría significar un cambio de actividad, quizás más gratificante. Pero no es raro que el médico contemporáneo llegue a la pretendida edad para retirarse sin los recursos suficientes para llevar una vida digna por el resto de una existencia que en los tiempos actuales hasta podría ser centenaria. Las empresas promotoras de salud y las de medicina prepagada prefieren profesionales relativamente jóvenes, así el galeno en su senectud conserve su sabiduría, capacidad de análisis y una decisión irrevocable de cumplir con sus deberes profesionales. Podría el médico jubilado sin embargo dedicarse a prestar servicios voluntarios, actividades académicas, telemedicina, o a escribir sobre diversos temas para quienes tienen esa disposición. Para investigadores y profesores, el retiro llega a una edad más bien tardía, incluso hasta los 85 años.

Saber retirarse a tiempo es pues, una determi­nación más compleja que una decisión personal. Puede tratarse en ocasiones de algo impuesto. En otros campos es frecuente que el retiro forzoso de una empresa lo coloque en una situación interme­dia: los nuevos empleadores lo consideran viejo aunque es capaz de rendir por muchos años más, y seguramente lo necesita.

Varias publicaciones profundizan en el tema de la edad de retiro y de la conveniencia del mis­mo. Tsugawa (1) dice que aunque los médicos mayores suelen ser más experimentados, podrían tener habilidades clínicas y quirúrgicas reducidas, o estar desactualizados en conocimientos científicos, tecnológicos o en guías clínicas. A igual conclusión llegaron Choudhry y colaboradores en una revisión sistemática de 62 artículos (2). Demasiado tiempo en la práctica médica puede llevar a un cuidado de menor calidad para los pacientes, lo que requiere una valoración e intervención para ciertos individuos con cursos de actualización, exámenes, revalidaciones. En Colombia esto es totalmente voluntario, ya que las recertificaciones no son obligatorias.

Hay muchos estudios que se refieren al re­tiro para determinadas especialidades o países, con opiniones encontradas cuando se observa una falta de recursos humanos en ciertas áreas de experiencia o en algunas regiones (3, 4). En Méjico y en España, los médicos deben retirarse de determinadas actividades, por ejemplo a los 30 años de servicio o a los 65 o 70 años de edad (5). Hace poco murió un distinguido médico japonés a los 115 años, quien incluso pocos meses antes de su fallecimiento, todavía atendía pacientes para exámenes de chequeos médicos rutinarios (6).

Ante la necesidad apremiante de conseguir recursos o la perspectiva de un regreso de tiempo completo al hogar (probablemente ya un “nido vacío”), por inercia se sigue ejerciendo hasta que sea posible. Hay que ser previsivo, no sea que la “tercera edad” o alguna situación infortunada sor­prenda al médico sin medios para llevar una vida digna. Mala cosa es que gobiernos, entidades e individuos se despreocupen en estas materias de seguridad social obligatoria para quienes viven bajo el sistema de honorarios. El paradigma “saber retirarse a tiempo” habrá que cambiarlo entonces por “poder retirarse a tiempo”.

Referencias

1. Tsugawa Y, Newhouse JP et al. Physician age and outcomes in elderly patients in hospital in the US: observational study. BMJ 2017;357:j1797.
2. Chowdrie NK, Fletcher RH, Soumerai SB. Sys¬tematic review: the relationship between clinical experience and quality of health care. Ann Intern Med 2005;142:260-73.
3. Racine M. Should older family physicians retire? Yes (Debate). Can Fam Physician 2012;58:22, 24, 26, 28.
4. Dickie G. Should older family physicians retire? No (Debate). Can Fam Physician 2012; 58:23-4, 27, 29.
5. Barraza W. (Physician retirement from clinical practice: how and when). Gac Med Mex. 2011; 147(3):262-5.
6. Lies E, Perry M. Shigeaki Hinohara, the oldest physician in the world, dies in Tokio at 115 years of age. Agencia Reuters.


1 Editor, revista MEDICINA.

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