Doctor Ninian Ricardo Cheyne
Precursor Escoces de la Cirugía en Colombia
La Academia Nacional de Medicina y la recientemente creada Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina, han querido honrar en esta fecha a uno de los precursores de la cirugía en Colombia, un destacado médico escocés quien figura entre los primeros profesores de Medicina operatoria en Bogotá, después de terminar la guerra de la Independencia.
Se trata del doctor Ninian Ricardo Cheyne. Ilustre figura de nuestra Medicina. quien vino de Edimburgo en 1824, ejerció su profesión entre nosotros durante 40 años. El doctor Cheyne tuvo el honor de atender enfermos tan ilustes como el Libertador Simón Bolívar el General Francisco de Paula Santander, el Arzobispo Mosquera y algunos otros personajes de su época. El doctor Cheyne fue el tronco de una distinguida familia y falleció el 16 de marzo de 1872.
Hoy cuando conmemoramos 10 años de su muerte. deseamos recordar algunos aspectos sobre su vida, la cual tratamos de investigar con la colaboración de sus descendientes y de la búsqueda de documentos originales y de las publicaciones de la época.
Las personas que han contribuido a realizar este trabajo han sido muy numerosas, pero vale la pena destacar el interés y generosidad del doctor Carlos de Mendoza Vargas, quien puso su archivo e iconografía a la disposición del investigador, al doctor Daniel Cheyne por su estímulo para desarrollar este trabajo y por facilitar la copia de la tesis de grado del doctor Cheyne.
A la señorita Graciela Acero de la biblioteca del Instituto Neurológico de Colombia, a la señora Ana de Guzmán de la Biblioteca Nacional, al profesor lohn Gillingham del Colegio Real de Cirujanos y a la biblioteca de esta institución tres veces secular, quien no sólo brindó su colaboración, sino que entusiasmado por conocer la vida y obra de su compatriota, ha programado para el 16 de abril la Conferencia Douglas Guthrie de Historia de la Medicina, la cual tendré el honor de dictar el mes próximo cuando se celebra también el cuarto centenario de la fundaciÍln de la Universidad de Eclimburgo.
Deseo también expresar las manifestaciones de gratitud al padre Tiznes, quien me cedió las notas manuscritas de Amalia Brandon, en las cuales se encuentra el árbol genealógico de los Cheyne y algunos episodios de la vida del eminente cirujano colombo-escocés.
Agradezco a otras personas que en una u otra forma han hecho posible la redacción de estas notas, especialmente a mi secretaria Patricia Sánchez, quien ha mecanografiado repetidamente el manuscrito.
Aun cuando la vida del doctor Cheyne está llena de anécdotas, tratamos de enfocar esta investigación desde el punto de vista profesional, pero lamentablemente no tuvimos suerte en descubrir los registros operatorios del destacado cirujano. Las publicaciones encontradas hasta ahora son muy escasas. (Leer también: Fallecimiento del Doctor Alfonso Agusti Pastor)
Ninian Ricardo Cheyne
Edimburgo 1798 – Bogotá 1892
Ninian Ricardo Cheyne, nació el 24 de agosto de 1798 en Edimburgo. Su padre Ninian Ricardo Cheyne Niving era librero de esa ciudad, su madre lean Auchinlech Esquired de Oxendon, habían contraido matrimonio el 25 de abril de 1786.
Los Cheyne eran de una rancia y noble familia, cuyos ancestros Normandos llegaron a la Gran Bretaña con Guillermo el Conquistador en el año de 1051.
Según datos de Amalia Brandon (2), tomados del libro publicado por William Douglas Cheyne Macpherson en 1943, se sabe que el tronco familiar se remonta a Rodolfo Chesney o de Caisneto. El apellido cambia en el siglo XII por “de Chene” y más tarde se trasladan a Escocia, en donde toman el nombre “del Chesne”. En el Siglo XVI se adopta el apellido Cheyne. En 1933 se matricula en Escocia el nuevo nombre de Cheyne-MacPherson que lleva la familia Británica, el jefe de la cual es el Cahallero Willíam Douglas Cheyne-MacPherson, quien publicó el libro de los Cheyne de Inverugie.
El escudo de armas de los Cheyne, está inclinado 45° a la diestra. Está dividido en cuatro cuarteles y cruzado por un bastón, el cual divide el primero y cuarto diagonalmente en dos y en cada segmento hay tres cruces heráldicas fijadas sobre campo azur.
El segundo y tercero muestran tres hojas de roble sobre plata. El escudo está timbrado con yelmo coronado por una cruz heráldica fijada y adornado con hojas de laurel. La divisa ostenta el lema familiar “Patientia Vincit”.
George su hermano mayor, nació en 1788, ingresó en la Marina Real e hizo su carrera bajo el Almirante Nelson, con quien participó con honor y gallardía en 1SO batallas.
Ninian Ricardo fue bautizado con ese nombre en honor de San Ninian el monje evangelizador de Escocia. A los 15 años se matriculó en la Universidad de Edimburgo. recibiéndose de cirujano el 16 de julio de 1816 (2).
El 14 de abril de 1820 después de sustentar su tesis “Enfisema”, dedicada a su preceptor y amigo primer médico Real de la Gran Bretaiia en Escocia doctor John Abercrombie, Ninian Ricardo Cheyne recibió su título de doctor en Medicina.
Ninian Ricardo Cheyne cursó en la Universidad de Edimburgo Anatomia con el profesor Alexander Momo III. Fueron también profesores de Historia Natural Robert Jameson. Quimica; Tomás C. Hope. Botánica: Daniel Rutheford. Materia Médica: James Home. Medicina Clínica y Medicina Forense: Andrew Duncan. Cirugía Clínica: James Rusell. Obstetricia: James Hamilton.
La tesis fue publicada en latín en Edimburgo en 1820 (6) Y la copia existente en Bogotá en poder de los descendientes del ilustre galeno está dedicada por el autor al doctor Domingo Caycedo. En ellas se encuentra también las siguientes notas manuscritas con elegante caligrafía: “Cuando el doctor Cheyne concluyó sus estudios. su preceptor y amigo en cuya casa estudió la Medicina le expidió espontáneamente un certificado que traducido literalmente dice así: “El doctor Cheyne se ha conducido siempre de un modo altamente satisfactorio para mí; ha hecho muy grandes progresos en sus estudios; ha visto mucha práctica manifestando en todo sumo juicio. Yo puedo con absoluta confianza recomendarle como un joven de grandes conocimientos en su profesión, estimabilisimo por su carácter y disposición como un hombre de conducta muy ejemplar. Edimburgo 17 de agosto de 1820. Fdo.: Juan Abercrombie”.
“El doctor Abercrombie es en el día médico primerodel Reino de la Gran Bretaña en Escocia; y demasiado conocido en Europa por sus escritos y gran práctica. El doctor Cheyne antes de aquella época había estudiado y practicado en Edimburgo y Londres. Después estudió en París y nuevamente en Londres”.
Varios miembros de la familia Cheyne fueron médicos; posiblemente el más famoso fue John nacido en 1777 en Leith. graduado en Edimburgo y quien ejerció en Dublin más de veinte años.
Su nombre es conocido por toda la profesión médica por su descripción de la respiración conocida como Cheyne-Stokes, hecha por el primer autor en 1818 (5) y por Stokes en 1854 (31). Menos conocida es la enfermedad de Cheyne. mal inglés o hipocondriasis descrita por George en 1773 (17).
La guerra entre la Gran Bretaña y Francia en 1793 hasta 1815 terminó con la victoria Británica en Waterloo pero en el periodo de la post-guerra se produjo una grave crisis económica por la caída del precio de los cereales, lo cual arruinó y despobló el campo. Se iniciaba la revolución industrial la cual captó la mayor parte de la población campesina pero fue una época tumultuosa en el país.
A pesar de todos los trastornos sociales y económicos en Escocia un grupo destacado de médicos famosos del Colegio Real de Edimburgo hacía contribuciones notables. Hombres como Bell. Bright. Adison y Graves dieron su nombre epónimo a las enfermedades que aún conocemos. En Inglaterra Parkinson describía la enfermedad que lo hiciera famoso.
En otros campos. Walter Scott publicaba sus poemas y novelas que le valieron su título nobiliario y el bellísimo monumento que engalana la capital escocesa. George Stephenson y su hijo Robert desarrollaban la locomotora de vapor y se iniciaba la era de las comunicaciones modernas. En la Gran Bretaña se luchaba por la independencia: soldados de la Legión Británica batallaban al lado de los patriotas para alcanzar la libertad.
George Cheyne vino a Colombia en 1812 y fue nombrado por Simón Bolívar Almirante de la nave “Victoria”, en la cual participó en las luchas de nuestra independencia. En 1833 emigró a los Estados Unidos en donde contrajo matrimonio y falleció en 1865. No cabe duda que George impulsó a su hermano Ninian Ricardo a viajar a la Nueva Granada.
La primera Escuela de Medicina fue establecida a principios del Siglo XIX por Isla y Gil de Tejada y en ella se formaron nuestros primeros médicos. Durante la independencia acompañando a la Legión Británica llegaron los doctores Carlos Moore, Hugo Blair, Tomás Foley y Jorge Enrique Mayne. En 1823 el General Santander contrató una misión Francesa, la cual fue integrada por Pedro Pablo Broc, Bernardo Daste y Deseado Roulin.
En el año de 1824 llegaron a Colombia dos personas a cual más distinguidas según Cordobez Moure (8). Uno era “El inglés Roberto Stephenson, ingeniero civil que propuso a Bolívar la construcción del ferrocarril entre Honda y Bogotá. El Libertador consideró aquello como una quimera impracticable o en parte de una imaginación enfermiza”. El otro era el escocés Ninian Ricardo Cheyne, médico cirujano escocés de la Universidad de Glasgow, (SIC) “que fue la antorcha que iluminó el caos de la Medicina entre nosotros”. Ibáñez relata (16) que “el doctor Cheyne desembarcó en las costas del Atlántico en el año de 1824 y después de permanecer en ellas algún tiempo dedicado al estudio de las enfermedades endémicas en aquel ardiente clima, emprendió viaje hacia la capital de la república”.
El viaje de Cartagena a Bogotá hasta mediados del siglo XIX se hacía a través del Canal del Dique para llegar al Río Magdalena, ascender en pequeñas embarcaciones llamadas champanes impulsadas por los bogas hasta Honda, una distancia probable de 1.000 kilómetros, la cual podría demorar varias semanas. Es posible que el doctor Cheyne tuviera la suerte de remontar el caudaloso rio en el primer buque introducido por Juan Elberts en 1824 (3).
El Viaje de Honda se hacía penosamente por el camino de herradura, el cual ascendía serpenteando hacia la sabana de Bogotá a 2.600 mts. de altura a una distancia de 150 kilómetros. Las mulas demoraban entre cinco o seis días para llegar a Santa Fé de Bogotá, orgullosa capital de la Nueva Granada, en donde vivían 20.000 o 30.000 de los 2.000.000 de habitantes del país en el siglo XIX.
La primera noticia de la presencia del doctor Cheyne en Bogotá se encuentra en el periódico El Constitucional, el cual informa que “el Secretario de la Sociedad Bíblica de Colombia, Secretario de la Universidad SS Fray Antonio María Gutiérrez, Segundo Secretario de la Sociedad Bíblica de Colombia NR Cheyne se reunieron el 4 de abril de 1825” (12).
Ninian Ricardo Cheyne, era alto, fornido, de aspecto imponente con frente amplia, abundantes y ondulados cabellos, ojos vivaces iluminados por la penetración o la indiferencia. La nariz dominadora y noble, los labios firmemente dibujados para la atención y el rostro ovalar y rasurado, según lo escribía Edmundo Rico (25). Poseía el doctor Cheyne carácter bizarro, orgulloso y un tanto sardónico, era humano, caritativo, solícito, magnánimo con su numerosa clientela, así formaran parte de ella los grandes como los menesterosos de la tierra. En el se reunían según Ibáñez (16) las buenas condiciones de las razas anglosajonas y latinas, era flemático y frío como cualquier exagerado inglés y ardiente en sus afectos.
Poco después de la conspiración septembrina, el doctor Cheyne fue llamado para atender al Libertador Simón Bolívar, a quien agradaron las modernas ideas médicas del fornido escocés, quien era apasionado, sin la sequedad del profesional. Según Von Hagen la enfermedad de Bolívar lo consumía visiblemente y el aspecto de su persona empeoraba de día en día.
En agradecimiento a sus valiosos servicios Simón Bolívar le entregó al doctor Cheyne la espada recibida del General Páez. Es una espada hecha en Burma cedida por Amalia Brandon al Museo Victoria y Alberto de Londres en memoria de Charles William Brandon: la espada se conserva en el departamento Indú del Museo con una leyenda que dice: “Esta espada fue obsequiada por el General Páez al Libertador Simón Bolívar, quien a su vez la entregó a su médico doctor Ninian Ricardo Cheyne y este a su yerno Percy Brandon”.
En octubre de 1827 después de un incidente ocurrido en un baile en el Palacio de San Carlos, el doctor Cheyne fue testigo del duelo ocurrido entre el Coronel Miranda y el Cónsul General de Holanda en Bogotá M. Stuart y pronunció muerto a este último, cuando la bala enviada por Miranda le atravesó la cabeza (8).
Van Hagen relata (34) que en 1829 Manuela Sáenz en un viaje al Salto de Tequendama, trató de arrojarse a la catarata Boussingault, trató de detenerla y con la ayuda del doctor Cheyne quien le asió de las trenzas logró detener a Manuelita, quien parecía decidida a lanzarse al vacío.
El 3 de julio de 1831 el doctor Cheyne publicó en la Gaceta de Colombia un aviso en el cual informaba al público que “habiendo la Facultad Central de Medicina … resultó que no puede el que suscribe recetar a los enfermos sin ser examinado, este se ve precisado a abstenerse de hacerlo por ahora, por cuanto aquella resolución le ha sido trasmitida por la misma facultad”.
En noviembre de 1831 solicitó a las autoridades licencia para ejercer su profesión. El doctor José Félix Merizalde Vice-Rector de la Facultad de Medicina fundada en 1827 dio un concepto favorable y el Ministerio del Interior eximió de los exámenes de revalidación y autorizó al doctor Cheyne el ejercicio profesional.
En el concepto de Ibáñez, fue el quien “hizo conocer prácticamente los adelantos de la Medicina operatoria, ramo de la ciencia atrasado entre nosotros por no haber tenido los profesores de aquella época escuela donde aprenderlo. “Como cosa curiosa vale destacar la oposición marcada del doctor Merizalde contra el doctor Bernardo Daste médico francés, quien llegó en 1823 contratado por el gobierno para dictar clases de cirugía en el Hospital de San Juan de Dios de Bogotá”.
El doctor Cheyne representaba a cabalidad a la Escuela Británica de John Brown, quien había simplificado la medicina hasta el punto de que creía que las enfermedades eran originadas por aumento o disminución de la condición vital que llamaban “excitación”. De acuerdo con esta teoría se consideraban las enfermedades como “esténicas” o “asténicas”. La terapéutica de estas afecciones de acuerdo con Emilio Robledo (21), estaba limitada a dar estimulantes o depresivos para lo cual se empleaba el alcohol y el opio. Doctor Cheyne también empleaba otras drogas como el ruibarbo, la quinina, la ipecacuana, la jalapa y el tártaro emético disponibles en aquella época y posiblemente también el enema de Abercrombie con 1 gramo de hojas secas de tabaco y 200 gramos de agua.
El doctor Cheyne era enemigo acérrimo de las teorías inflamatorias promulgadas en Francia por Broussais e ironizaba y se reía sobre el aforismo dogmático y desde luego erróneo que primaba en esa época: “sangrar, purgar, cristerizar ad libitum “y a fe del doctor Rico (25) que el tiempo dióle la razón”.
El doctor Cheyne practicó por primera vez en Colombia la operación conocida como talla perineal, intervención’ que despertó en el cuerpo médico nacional el deseo de adquirir conocimientos quirúrgicos. Luis Augusto Cuervo cita una parte de las memorias de Antonio Gómez Calvo, en la cual describe la primera “talla perineal”, en un individuo lla!l1ado don Pepe Olea. “Como entonces no era conocida la anestesia hizo el doctor Cheyne que cuatro peones esforzados sujetaran al paciente y el pobre don Pepe tuvo que sufrir los horrores de una larga operación, que dio por resultado la extracción de un enorme cálculo de la vejiga el cual fue después exhibido por toda la ciudad, constituyendo esto un acontecimiento que a los ojos del público pasaba los límites de lo maravilloso”.
La talla perineal o litotomía vesical es una de las operaciones más antiguas que se conocen. Cirujanos hindúes la practicaban 2000 años antes de Jesucristo, haciendo el corte en el perineo para llegar a la vejiga y extraer los cálculos de la vejiga. Se dice que el Frere J acques hizo más de mil de estas intervenciones y gastaba 45 segundos en realizarla. Con el comienzo de la asepsia y la anestesia la talla perineal fue reemplazada por la vía suprapúbica. Más tarde con la aparición del citoscopio los urólogos prefieren en la mayoría de los casos hacer la litotripsia.
En Latinoamérica la primera talla perineal fue hecha antes de 1788 por Rodríguez Rivera, Montes de Oca ejecutó la segunda en Cuba en 1822 y Cheyne en Colombia la tercera en 1834 (21).
Cordobez Moure (8) escribía en sus memorias que “El doctor Cheyne practicó con buen éxito operaciones dificilísimas y en extremo peligrosas sin tomar las precauciones que hoy se usan para prevenir la infección del paciente, lo que significa según nuestra manera de apreciar este asunto, en que somos profanos que ha perdido mucho la buena condición sanitaria de la antigua Santa Fé”. Debe tenerse en cuenta que la antisepsia quirúrgica comenzó solamente en 1865 con los trabajos de Joseph Lister en Inglaterra y las bases fundamentales proclamadas por Luis Pasteur en Francia. En estas condiciones parece injusto también el comentario de López de Mesa (20) sobre el doctor Cheyne cuando afirmaba: “mucho duele que habiendo asistido el doctor Cheyne al General Santander no hubiera podido operarlo para la litiasis biliar con vesícula infectada (o colecistitis calculosa), que tan tempranamente lo mató en 1840”.
Relata José María Samper (31), que con motivo de las fiestas de San Pedro en 1837, el caballo que montaba su padre resbaló y cayó al suelo en donde fue atropellado por un inmenso grupo de jinetes. El hombre quedó inconsciente y fue tratado por el doctor N. R. Cheyne quien era la sazón “médico de la compañía inglesa que explotaba la minas de plata de Santa Ana”.
Después de examinar el paciente el doctor Cheyne dijo: “Vamos a curarle con una pequeña operación, y entretanto que le den un vaso de vino generoso”. Cuando recuperó la conciencia el doctor le hizo atar con “fuertes fajas las piernas, los brazos, el cuerpo y el cuello; le ató a la faja de la nuca una fuerte soga que hizo echar por encima de una viga y templó haciendo poner al enfermo de pie sobre una banqueta sostenido por dos personas. A una señal del doctor zafaron la banqueta. en tanto que templaron la soga.
Durante uno o dos segundos -dice Samper- estuvo mi padre suspendido en el aire, como un ajusticiado en la horca. Dio un tremendo grito y agitó todos los miembros con violencia y cuando lo bajaron y acostaron toda dislocación había desaparecido. Diéronle en seguida por orden del doctor un baño completo de agua fría y vinagre y varias pócimas a beber. A poco se durmió y no despertó en muchas horas.
No tardó en estar enteramente repuesto sin haberle quedado lesión alguna; caso que fue de la admiración de todos. Era chistoso oír luego a mi padre cuando decía burlándose de su accidente: “El doctor Cheyne ha descubierto el modo de devolver la vida ahorcando al moribundo; y yo puedo decir que he sido ahorcado sin haber cometido crimen alguno y que debo mi perfecta salud a la horca”.
El procedimiento aquí descrito se conocía desde tiempo de Hipócrates cuatrocientos años A. C. con el nombre de “sucesión” y se suponía que al estirar bruscamente los músculos ligamentos y articulaciones se podía reducir las luxaciones. La sucusión fue precursora de la tracción empleada en la actualidad para tratamiento de las luxaciones cervicales (19).
Daniel Ortega Ricaurte señala que el famosísimo médico inglés Ninian Ricardo Cheyne vivia en la casa de tapia, situada en la Calle de la Carrera, en donde viviera el primer arzobispo de la República, don Fernando Caycedo y Flórez.
La casa de un sólo piso parecía aplastada bajo el peso de las tejas y de los amplios y verdosos aleros que volaban sobre el muro a modo de solanas para proteger a los transeúntes del solo del agua en las frecuentes épocas de lluvia.
El doctor Cheyne visitaba a sus enfermos en un caballo negro y lustroso como el azabache, llamado Chuspero. el cual daba muestras de entender lo que el doctor le hablaba; saludaba dando la mano derecha y contestaba con la cabeza si o no según le parecía. Según Cordobez Moure (8), “vestía frac, sombrero de seda de copa alta y una gruesa caña de la India con puño de oro. El doctor Cheyne se montaba y desmontaba por cualquier lado del caballo indistintamente” .
Según Cordobez Moure, el doctor Cheyne era parco en recetar drogas y en palabras, pero esto no sucedía cuando hablaba de Bolívar, por quien sentía gran aprecio y admiración. Sus relatos sobre la vida del Libertador eran interminables y frente a su lecho conservaba el retrato del héroe junto al de la Reina Victoria y al de su hija Amalia.
Don Tomás Rueda Vargas (30), refiere que un grupo de ingleses residentes en Bogotá, entre ellos el médico Cheyne levantaron la afición a las carreras de caballos, alrededor de 1845 en un hipódromo improvisado en unos potreros de Chapinero. Agrega don Tomás: “En todo tiempo los bogotanos nos hemos ido tras del profesional extranjero con una ansiedad y un fervor no siempre justificados, y por aquellos mismos años el doctor Cheyne hizo aquí una clientela y una reputación que le acompañaron en toda su larga vida”.
La Lanceta fue la primera publicación médica de Colombia, inicíada por Antonio Vargas Reyes en 1852. En el número de abril se lee: “-Un hecho lamentable- El seis del corriente por la tarde un hombre del pueblo le dio una bofetada al señor doctor Cheyne, a quien estuvo a punto de derribar. Se nos ha asegurado que el agresor se proponía hacer caer el sombrero que el doctor Cheyne tenían puesto por inadvertencia durante la procesión. Los R. R. de La Lanceta deploran profundamente este acto de intolerancía salvaje, ejecutado contra uno de sus comprofesores”.
En 1856 el señor Simón Cárdenas (4), publicó un pequeño panfleto para desmentir a quienes divulgaban la especie de que su madre padecía la enfermedad de San Lázaro o Elefancía y en esta publicación se encuentran las certificaciones del doctor Cheyne o del doctor Jorge Vargas. Después de reconocer a la presunta enferma y declararla sana, el doctor Cheyne escribió el siguiente dictamen:
“Yo no conozco de médico ninguno de ahora cuya opinión sea respetada, que crea que la enfermedad llamada Lázaro en la Nueva Granada sea contagiosa.
“Es verdad que antiguamente en Europa algunos autores que no habían estudiado personalmente esa terrible enfermedad copiaban unos de otros que era contagiosa.
“Yo jamás he conocido médico cuya opinión pueda valer que pensara que era contagiosa. El célebre Majendie, que la medicina acaba de perder, dice: “Je ne suis pas si me me il existe quelq’un qui croie a la contajion de cette maladie. (Ignoro que viva alguno que crea que esa enfermedad sea contagiosa).
“Cuando llegó a la Nueva Granada, la opinión universal era que la Phthesis y el Lázaro eran contagiosas; y cuando moría un Phthsico se mandaba quemar la ropa que había usado, &c. Creo que en el día nadie cuya opinión es de algún valor crea semejante cosa. He tenido mucha oportunidad de estudiar el Lázaro. No conozco la causa de ella, pero sé que no es contagiosa.
“Casi no necesito añadir que juzgo que es una barbaridad molestar a cualqueir infeliz que sufre de ella.
Ahora tengo tres enfermos con Lázaro. Cuando vienen a mi casa llamo a mis hijos para que les den la mano. y para que se sienten junto a ellos, para ayudar en lo que puedo a quitar una preocupación que solamente en gente muy ignorante me parece excusable.
Tuve por catorce meses en mi casa a un pobre muchacho muy afectado con el Lázaro y mandaba que lo dejaran usar platos de los cuales yo iba a comer luego.
N. R. CHEYNE”.
Vale la pena comentar que sólo hasta 1871 Hansen descubrió el bacilo -alcohol resistente que lleva su nombre aislándolos de los tubérculos cutáneos de los enfermos.
En 1837 contrajo matrimonio con la señora Paula Fajardo y tuvieron 11 hijos: cinco hombres y seis mujeres entre cuyos descendientes se encuentran médicos y profesionales quienes se han distinguido desde entonces y han servido al país en forma ilustre.
En 1847 el Congreso de la Nueva Granada “en atención a los eminentes servicios prestados a la humanidad por el Profesor de Medicina y Cirugía N. R. Cheyne: “decreta asignarle una pensión vitalicia de dieciséis mil reales al año” (2).
El Presidente de la República Tomás Cipriano de Mosquera al sancionar esta ley aprobada por el Congreso. manifestó por intermedio del Secretario de Relaciones Exteriores su viva complacencia del cual extractamos:
“Este hermoso tributo de gratitud y aprecio que un pueblo entero rinde en vida al saber y a la virtud al entendimiento y al corazón de un hombre que honra y vindica a la humanidad: no es una recompensa juzgar. no es una de esas diarias concesiones cuya noticia se recibe con frialdad o indiferencia; es un acto que inspira placer y entusiasmo en todo hecho que manifestará al doctor Cheyne que en nuestra sociedad es digno de poseerla. Fdo. MM Mallarino” (2).
El doctor Cheyne sufría de una enfermedad en el pericardio. la cual lo obligaba a permanecer en el lecho durante meses enteros; pero esto no le impedía ejercer la Medicina sin necesidad de ver al paciente pues le bastaba un ligero informe para hacer el diagnóstico de la enfermedad con asombrosa precisión y recetar el procedimiento que debía seguirse.
El 16 de marzo de 1872 falleció después de una larga y penosa enfermedad. Sus restos reposan en el Cementerio Anglicano de Bogotá.
José Eusebio Caro (5) le dedicó un poema del cual se ha reproducido en varias ocasiones la siguiente estrofa:
¡Oh! Quien no llorará sobre tu suerte.
Cheyne. Ángel de bondad sabio infeliz.
Qué sabes del dolor y de la muerte
Salvar a los demás pero no a tí’?
Resumen
Ninian Ricardo Cheyne nació en Edimburgo en 1798. Estudió Medicina y Cirugía y se graduó en la Universidad de esa ciudad en 1820. Posteriormente emigró a Bogotá en 1824. Fue uno de los médicos de Simón Bolívar y en agradecimiento por sus servicios el Libertador le obsequió la espada recibida del General Páez.
El doctor Cheyne realizó la primera talla perineal en Colombia en 1834 la tercera realizada en Latinoamérica. Practicó su profesión durante 40 años en Bogotá. Contrajo matrimonio con Paula Fajardo y tuvo once hijos. Varios de sus descendientes han sido médicos y profesionales eminentes en Colombia.
Después de dedicar su vida a los enfermos fue galardonado por el Gobierno Nacional con una pensión vitalicia. Murió y fue enterrado en Bogotá en 1872. Hace ciento diez años.
Loor a su memoria.
Bibliografía
1. Andrade Valderrama E.: Evolución de la Cirugía en Colombia 1760-1867. Rev. Fac. Med. UN (Bogotá) 39: 173-179, 1981.
2. Brandon A.: Manuscrito.
3. Caballero E.: Historia Económica de Colombia. Italgraf (Bogotá), 1970, p. 145.
4. Cárdenas S.J.: Una calumnia desmentida. Imp. F. Torres Amaya (Bogotá), 1856.
5. Caro J.E.: Obras Escogidas. Imp. El Tradicionalista (Bogotá), 1873, pp. 73-76.
6. CheyneJ.: Acase ofapoplexy. Dublin Hosp. Rep. 2: 216-223, 1818.
7. Cheyne N.R.: Emphisemate. Tesis Societ. Reg. Med. Edis. Excudetat Joannes Moir (Edimburgo), 1820.
8. Cordobez Moure J.M.: Reminiscencias de Santafé y Bogotá. 1957, pp. 34,130,204,234,822,1360.
9. Cuervo L.A.: Noticias sobre la Historia de la Medicina en Santafé de Bogotá. Casa Bayer (Bogotá), 1938.
10. De Mendoza Vargas c.: Comunicación personal, 1981.
11. Dictionary of National Biography. Smith Elder Co. 1885-1900.Vol. 10.
12. El Constitucional (Bogotá), 7 de abril de 1825.
Referencias
13. El Tradicionalista (Bogotá), marzo 19 de 1872.
14. Gómez, J.G.: Paleoneurosurgery in Colombia. 1. Neurosurg. 39: 585-588, 1973.
15. Gómez, J.G.: Perspective in International Neurosurgery in Colombia. Neurosurgery 3: 435-436, 1978.
16. Ibáñez, P.M.: Memorias para la Historia de la Medicina en Santa Fé de Bogotá. Imp. de Vapor (Bogotá), 1884, pp. 138-142.
17. Ibáñez, P.M.: Crónicas de Bogotá. Tomo IV. Imp. Nacional (Bogotá), 1923, 2a Ed., pp. 340, 341, 395, 414,415,436.
18. Jablonski, S.: Illustrated Dictionary of Eponymic Syndromes and Diseases. (W. B. Saunders), Philadelphy.
19. Loeser, J.D.: History of skeletal traction in the treatment of cervical spine injuries. J. Neurosurg. 33: 54- 59,1970.
20. López de Mesa, L.: Escrutinio Sociológicode la Historia de Colombia. Bibli. Schering (Bogotá), 1966, pp. 219.
21. Moll, A.A.: Aesculapus in Latinamerica. Saunder (USA),1944.
22. Melo, J.O.: Evolución Económica de Colombia. 1830-1900en Manual de Historia de Colombia. Inst. Col. Cultura (Bogotá), 1979. Vol. 11,p. 153.
23. Ortiz, V.: Historia de la Revolución. Imp. F. Torres Amaya (Bogotá), 1854.
Fuentes Bibliográficas
24. Restrepo, J.M., Rivas, R.: Genealogía de Santa Fé de Bogotá. Librería Colombiana (Bogotá), 1828, p. 281.
25. Rico, E., Ninian Ricardo Cheyne: Médico del Libertador y su descendencia. El Tiempo (Bogotá), 25 de noviembre de 1962.
26. Robledo, E.: Apuntaciones sobre la Medicina en Colombia. Carvajal (Cali), 1959, p. 103.
27. Roselli, H.: Historia de la Psiquiatría en Colombia. Ed. Horizontes (Bogotá), 1968.Tomo 1, pp. 65.
28. Roselli, H.: Los médicos de la Independencia. Medicina (Bogotá), 3: 55-72, 1979.
29. Rueda, Vargas T.: Escritos. La Misión de Boussingault. Antares (Bogotá), 1963.Tomo 1, p. 174.
30. Rueda, Vargas T.: Escritos. La Misión de Boussingault. Antares (Bogotá), 1963.Tomo 11,p. 165.
31. Samper, J.M.: Historia de un alma. Vol. 1-1834ª 1881. Biblioteca Popular de Cultura Colombiana (Bogotá).
32. Stokes, W.: The diseases ofthe heart and the aorta. Hodges & Smith (Dublin), 1854, p. 324.
33. Uribe, Angel M.: La Medicina en Antioquia. Ed. Minerva. Bogotá, 1936.
34. Von Hagen, V.W.: Las Cuatro Estaciones de Manuela. Ed. Carlos Valencia (Bogotá), 1980.
Autor
* Doctor JAIME G. GOMEZ. Trabajo presentado en la Academia Nacional de Medicina el martes 26 de marzo de 1982. en sesión conjunta con la Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina.
El doctor Gómez es Académico de Número
CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO