El Siglo XVIII en la Nueva Granada

ADOLFO DE FRANCISCO ZEA, M.D

Servicios en Santafé de Bogotá, intentaban hacer avanzar la profesión médica

En tanto que en España se desarrollaban acontecimientos políticos de importancia como el ascenso al trono de Carlos III y se iniciaba un movimiento intelectual de consideración que tendría amplias repercusiones en la administración pública, la economía y la educación de la península, en el Virreinato de la Nueva Granada algunos profesionales de cierta importancia, que prestaban sus servicios en Santafé de Bogotá, intentaban hacer avanzar la profesión médica.

Entre ellos, sobresalió el doctor Francisco de Fontes, médico de la Universidad de Palermo, quien obtuvo la cátedra de medicina “con donación del Cabildo”, que debía dictarse en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario por nombramiento hecho en 1733 y firmado por don Rafael de Eslava y Caballero, Gobernador y Capitán General del Nuevo Reino. El doctor Fontes se posesionó de la cátedra, siendo Rector del Colegio don Fernando Camacho y Rojas, pero no se inscribió en ella ningún estudiante porque la carrera de médico era considerada indigna y apropiada sólo para personas de baja condición social, según lo afirma el historiador de la medicina Andrés Soriano Lleras.

Al año siguiente, el doctor Fontes partió para Caracas en donde se radicó y falleció años más tarde.

(Lea También: Don José Celestino Mutis)

A partir de 1740 ejerció la medicina en Santafé don José Vicente Román Cancino, quien había hecho estudios de filosofía hasta graduarse de maestro y que a pesar de no ser médico contaba con una sólida clientela particular.

Además, por esa época ejercieron en Santafé el médico francés Domingo Duquesne y el doctor Juan José Courtois, que se decía graduado de Montpellier y quien cambió luego su apellido por el de Cortés, y don Juan Bautista de Vargas, procedente de Cartagena, quien había venido a Santafé a seguir los cursos de medicina que dictaba don José Vicente Román Cancino, gracias al nombramiento de Protomédico que le hizo el Virrey Solís con la obligación de regentar la cátedra.

En la provincia del Cauca, en Popayán, practicó la medicina el doctor Francisco Berbet, a quien correspondió actuar como médico legista en el caso de sangre de una señora que había recibido “tres heridas por la espalda, al lado izquierdo, penetrantes y mortales por echar el resuello por ellas”.

En Lorica, ejerció el médico francés Pedro de Euse, en la ciudad de Antioquia, el doctor Gabriel Montenegro y en Medellín el doctor Juan Cano, reemplazado después por el doctor Euse.

Y en general se trataba de profesionales que habían hecho algunos estudios en España o Francia, pero, las más de las veces, el cuidado de la salud en todo el territorio del Nuevo Reino de Granada estuvo a cargo de los empíricos y de los curanderos, algunos de los cuales obtenían del Protomedicato licencia para ejercer.

Andrés Soriano Lleras en su libro “La Medicina en el Nuevo Reino de Granada durante la Conquista y la Colonia” y Gerardo Paz Otero en su obra “La Medicina en la Conquista y la Colonia”, presentan amplia información sobre el ejercicio médico de esas épocas; el primero, en relación especialmente a Santafé de Bogotá y el segundo, a Popayán y las regiones del sur del país del sur, aspectos sobre los cuales no vamos a extendernos.

En el Virreinato de la Nueva Granada, en las postrimerías del siglo XVIII, la medicina aún no había mostrado adelantos de importancia.

La Cédula real del 31 de diciembre de 1651 mediante la cual Felipe IV daba licencia al Arzobispo de Santafé para fundar un Colegio en el que “se estudiase la doctrina de Santo Thomas, la Jurisprudencia y la Medicina”, no había tenido resultados prácticos en el caso de la cátedra de medicina por no encontrarse en la ciudad una persona idónea para desempeñarla.

Cien años más tarde, el Virrey Solís nombró como Protomédico de Santafé a don Vicente Román Cancino, quien abrió el primer curso de medicina en la colonia y dictó algunas lecciones “sin orden, método ni constancia”, como lo señala don Pedro María Ibáñez.

Román Cancino confirió el título de doctor en Medicina a don Juan Bautista de Vargas y autorizó el ejercicio de la profesión al doctor Juan José Cortés.

El doctor Vargas fue el primero en obtener el título de doctor en Medicina en Santafé y el segundo en regentar la Cátedra de Prima de Medicina del Rosario, a pesar de múltiples dificultades relacionadas con el atraso intelectual de la época colonial que tenía a la medicina como “vulgar y baja”, razón por la cual los padres de familia impedían a sus hijos dedicarse a ella.

Al acto de graduación del doctor Vargas asistió don José Celestino Mutis quien acababa de llegar al Nuevo Reino en calidad de médico personal del Virrey don Pedro Messía de la Zerda.

CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *