La capacidad de adaptación al cambio es una competencia para la vida muy importante, útil en cualquier etapa, pues siempre estamos enfrentados a cambios y nuevos retos. Desde el colegio, cuando cada año llegan nuevos compañeros, nuevos profesores, los cambios de colegio; de vivienda, el paso a la universidad, nuevos trabajos, nuevos jefes, nuevas responsabilidades, nuevos miembros en la familia, etc.
Así entonces, la capacidad de adaptación se define como la habilidad para aceptar los cambios en los diferentes aspectos de nuestra vida; no se trata de ser conformista ni de seguir la corriente, sino más bien, de adaptar nuestros pensamientos, comportamientos, actitudes y emociones al cambio; logrando que la respuesta sea positiva, sin reprimir las negativas, pero sabiéndolas gestionar.
La capacidad de adaptación no es una habilidad que se aprenda o aplique de la noche a la mañana, es todo un proceso en el que el primer paso es ser conscientes de querer serlo. Ten presente estos tres pasos si te está costando adaptarte a un cambio: autorreflexión, pensamiento creativo y práctica intencional.
Por ejemplo, llegó un nuevo jefe a la empresa, el primer paso es la autorreflexión; entonces pregúntate por qué te cuesta el cambio, qué no te gusta, qué es lo positivo de la situación, etc.
Una vez tienes claro “el problema”, será más fácil plantear las soluciones, ahí es donde debe entrar el pensamiento creativo; qué puedes hacer para cambiar la situación y luego viene la práctica intencional.
Es decir, motivar una acción con toda la intención de cambiar la situación y mejorar tu adaptabilidad a ese cambio. Por ejemplo, no conoces nada bien al nuevo jefe, entonces no tienen una comunicación fluida y ambos se encuentran prevenidos; como práctica intencional puedes invitarlo un día almorzar como bienvenida a la empresa, así lo puedes conocer mejor.
Consejos para Mejorar tu Capacidad de Adaptación
Afronta el Cambio
Oblígate a asumir que hay cambios en tu vida y en tu entorno, darles la espalda a las situaciones es aún más perjudicial. Identifica qué cambios están pasando, qué es lo que te incomoda al respecto y plantea las soluciones para mejorar la situación que te permitan adaptarte. (Ver También: Cómo Ser más Asertivos.)
Gestión de tus Emociones
Los cambios en cualquier aspecto pueden producir cierto temor y hasta ansiedad, algo indispensable para mejorar la capacidad de adaptación es aprender a gestionar nuestras emociones. Es decir, no está mal sentir esas emociones, pero no debemos permitir que esas emociones sean las que tomen decisiones o las que actúen.
Una vez logras identificar qué sientes y por qué te estás sintiendo así, es más fácil establecer qué podemos hacer para que te sientas mejor. Atención, no es tratar de que las cosas vuelvan a ser como antes, sino de que te sientas bien en el nuevo entorno o la nueva situación.
Conoce al Máximo lo Nuevo por Llegar
Si ya sabes que va a haber un cambio nuevo, por ejemplo, colegio nuevo, un trabajo nuevo, una nueva competencia al sector, etc; procura conocer al máximo sobre ese nuevo cambio. De hecho, es muy importante saber a qué debemos adaptarnos, y es que muchas veces las suposiciones resultan “peor” que la realidad. (Ver También: Cómo Gestionar Mejor el Tiempo.)
Sé Flexible
La flexibilidad va de la mano con la capacidad para adaptarnos, porque es esa habilidad que nos permite adaptarnos mejor o que el proceso de transición sea más fácil.
Ser flexible no significa que vamos a cambiar nuestra esencia o valores por complacer a otros; se trata más bien de tener la mente abierta para entender a los otros, es como tratar de ponernos en sus zapatos, pues desconocemos la historia que lo ha formado para ser quien es.
Por ejemplo, tenías una relación muy amistosa con tu jefe anterior y el nuevo es más bien reservado y solo habla lo estrictamente necesario; antes de juzgarlo o cerrarnos al cambio, intentemos ser flexibles y entender que esa es su personalidad, que tal vez tiene esa actitud porque aún no se siente en confianza o también siente temor por el cambio.
