La avicultura, sensible en todo el mundo

avicultores9202-20“PREFERIRÍA QUE MERCOSUR FUERA EN LIANZA CON LA CAN”.
avicultores9202-21“PEQUEÑOS Y MEDIANOS AVICULTORES
TIENEN QUE REPENSAR EL NEGOCIO”.
avicultores9202-21b“LO MEJOR SERÍA LA NOTICIA QUE EL ALCA SE HICIERA DESPUÉS DE LA OMC”

 

Para Juan Daniel Irigoyen, asesor de la Cámara Argentina de Productores Avícolas, Capia, uno de los expositores del XI Congreso Avícola Colombiano, la avicultura de Estados Unidos es tan sensible como la de cualquier país latinoamericano.

AVICULTORES: ¿A los países latinoamericanos les puede ir bien en el Alca?

JUAN DANIEL IRIGOYEN: Mi visión es que debemos jugar como en un match de boxeo. Como somos los peleadores peso liviano, mientras que Estados Unidos y Brasil son los peso pesado, es muy difícil pelear contra ellos, por lo que necesitamos igualarnos. ¿Qué es lo que está distorsionando el comercio? Las subvenciones, las medidas de ayuda interna, las condiciones propias de cada uno de nuestros países, que nos restan competitividad, por lo cual la gran mayoría de las empresas avícolas de nuestros países han adoptado todos los parámetros tecnológicos de competitividad. Entonces, lo que necesitamos es que las negociaciones se hagan de manera correcta para que podamos competir en igualdad de condiciones, es decir, que estén compensadas las asimetrías de nuestras economías (no de nuestras empresas). Esto requiere que en las negociaciones la avicultura sea considerada como sensible, o sea, que no la vayan a poner a competir sin antes equiparar las asimetrías.

Poniéndonos en igualdad de condiciones, aunque Estados Unidos y Brasil sean el primero y el segundo del mundo, podemos competir, desde el más pequeño hasta el más grande.

Pero del lado nuestro tenemos que hacer muchas tareas. Si bien en cuanto a los parámetros zootécnicos ya prácticamente no podemos sacarles más a las aves, nos falta mucho en el campo de la gestión. Como no todo se lo podemos dejar a los políticos, tenemos dos acciones: una excelente negociación para equiparar las asimetrías, y prepararse las empresas para esa competencia.

AVICULTORES: ¿Pero hasta qué punto el poderío político de Estados Unidos va a obstaculizar esos anhelos de equidad?

J.D.I.: Ese poderío, justamente, puede ser una debilidad por lo grande que es Estados Unidos. Me explico, uno en ese país puede encontrar muchos nichos de mercado (el de la arepa de huevo podría ser uno de ellos). Mire, si el pollo colombiano tiene libertad de acceso a ese mercado, podría atender un segmento de la población compuesta por colombia nos y demás latinos. Podemos lograr, igualmente, que la patamuslo estadounidense no llegue a Colombia a US$0.15 la libra.

AVICULTORES: Pero es previsible que Estados Unidos se vaya a hacer sentir en las negociaciones del Alca, frente a países como Colombia, que está hipotecado o endeudado por concepto del Plan Colombia y del Atpa…

J.D.I.: Estados Unidos está extorsionando a muchos países. A Bolivia, por el Programa de Retiro de Tierras de la Coca; a Colombia, por el Plan Colombia; a Argentina, por la ayuda del Fondo Monetario; en fin, todos los países tienen algún tipo de presión por parte de Estados Unidos. Es por ello que nuestros políticos deberían pensar que, independientemente de dicha extorsión, tenemos que pensar en la supervivencia. Si no, ¿qué va a ocurrir? ¿Dejar que nuestros países vivan sólo del turismo? Pues no. Necesitamos generar producción, ya que de todas formas el turismo no le daría ocupación a todo el mundo, y uno de los sectores de mayor movilización de producción, aparte de la construcción, es justamente el avícola que, además, significa asiento en el campo.

Si en el Alca nuestros países, por extorsión o lo que sea, no pueden lograr condiciones adecuadas de competencia, sería mejor que no siguieran ese acuerdo. De todas formas, lo lógico sería que el Alca se hiciera después de la Organización Mundial de Comercio, OMC, para ver cómo lo mejoramos con el Alca.

AVICULTORES: ¿Mercosur, la Comunidad Andina y otros acuerdos de tipo regional pueden mejorar la posición negociadora ante el Alca?

J.D.I.: Por supuesto. Pero preferiríamos que Mercosur no fuera solo, sino en alianza con la Comunidad Andina. Ojalá los andinos limen sus diferencias para que puedan salir a las negociaciones con una voz unificada. Los países andinos tienen que prever que Estados Unidos va a querer aumentar su participación en la subregión, pero al mismo tiempo ustedes tendrán que ser capaces de decirles que ellos no son los únicos proveedores de insumos, implementos y equipos, sino que está Europa para negociar, como lo está haciendo el Mercosur.

AVICULTORES: ¿Pero sí habrá en la subregión andina gobiernos lo suficientemente pantalonudos como para presentarse ante Estados Unidos con una propuesta de esta naturaleza?

J.D.I.: Si no, por lo menos deben conseguir que la avicultura, por ser sensible, tenga una protección adecuada. De lo contrario, no vamos a poder pelear contra Estados Unidos y Brasil.

AVICULTORES: ¿La avicultura argentina es igual de sensible a la colombiana?

J.D.I.: En todo el mundo la avicultura es sensible, aun en Estados Unidos. ¿O por qué cree que esta cerrado el mercado de ese país? La avicultura estadounidense es tan sensible como la colombiana o la brasilera. ¿O uno puede introducir pollo o huevo a Brasil? Mire, cuando Argentina comenzó a exportar huevo en polvo a Brasil inmediatamente surgieron problemas: en la frontera paraban los camiones, dizque para obtener unas muestras cuyos análisis se hacían a 800 kilómetros de distancia. Con Estados Unidos estamos tratando desde hace seis años que nos reconozcan la equivalencia en los sistemas de control.

La avicultura es sensible en todas partes porque es un negocio de centavos y de volumen, por lo que pequeñas variaciones alteran el precio. Fíjese que cada cuarenta o cincuenta días está rotando todo el capital del productor, y en esto no hay otra actividad que la iguale.

AVICULTORES: Saliéndonos del Alca, ¿qué futuro le deparan a la avicultura de Latinoamérica las disposiciones sobre el “bienestar” de las aves, que hacen curso en la Unión Europea y en Estados Unidos?

J.D.I.: Ya se están viendo los efectos. Cuando en 1998 le propuse a la Asociación Latinoamericana de Avicultura, ALA, que prestara atención al Codex Alimentarius y cuando en la ronda preparatoria de la Ronda Agrícola aparecieron los conceptos de mano de obra y la preocupación ambiental en Estados Unidos, y el “bienestar “animal en Europa, yo les dije que ahí íbamos a tener barreras al desarrollo de nuestra avicultura. Siempre he creído que el Codex, las normas ISO y la Oficina Internacional de Epizootias, OIE, son las ventanas por las que se cuelan los ladrones de nuestro negocio.

La nueva legislación va a afectar a todos. A los países de la cuenca del Caribe porque el huevo y el pollo que se venda en hoteles y restaurantes (como el Hilton y McDonald´s) tendrán que cumplir con determinados requisitos ambientales y de “bienestar” animal. Esto quiere decir que el empresario que quiera abastecer a dichos establecimientos, se va a ver obligado a desarrollar programas en estos campos, tal como lo hacen o tendrán que hacerlo los europeos, sólo que en nuestros países no hay plata para eso, lo cual no parece justo y menos si se sabe a aquí, a diferencia de Europa, hay gente que se muere de hambre.

AVICULTORES: ¿Estamos frente a un caso de histeria ecologista?

J.D.I.: No es histeria. Es una preocupación de un sector de consumidores desinformados que buscan que haya más armonía con el ambiente. Desinformados porque creen que las aves no gozan de confort.

AVICULTORES: De un lado, tenemos una avicultura latinoamericana en condición de desventaja frente a la de Estados, y de otro, expuesta a mayores restricciones por cuenta del “bienestar” animal, ¿esto debe alarmarnos?

J.D.I.: No. Todo esto es una oportunidad para diversificar la producción. Si se diversifica la oferta se pueden generar productos para nichos especiales de mercado, como el de los orgánicos. ¿Cómo veo a la avicultura centroamericana, por ejemplo? Metida justamente en el negocio de los productos orgánicos, que requieren mucha mano de obra en un trabajo que no podría ser masivo.

Todo esto quiere decir que pequeños y medianos tienen que repensar el negocio y hallar la manera de aprovechar una ventaja adicional que aparece para los productores de pollo y huevo: la posibilidad de llegarle directamente al cliente. En Argentina, por ejemplo, productores de huevos, frutas y hortalizas les venden directamente a tiendas y hasta en la misma casa de los consumidores.

Finalmente, quiero decirles que no esperen que el gobierno lo haga todo: ustedes también deben moverse. En definitiva, este el mensaje de Fenavi. Diego Miguel Sierra lo ha dicho.

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