Síntomas en la Erradicación de Heliocobacter Pylori en Pacientes con Úlcera Duodenal

Al ingreso, los pacientes presentaron los siguientes síntomas: dolor epigástrico (100%), sensación de plenitud (72,5%), aerofagia (45%), regurgitación (32,5%), pirosis (29,41%), náuseas (27,5%) y vómito ocasional (7,5%). El dolor epigástrico fue moderado en 70% de los pacientes.
Después del tratamiento, hubo disminución estadísticamente significativa en todos los síntomas (prueba de Cochran). De igual manera, la intensidad de los síntomas disminuyó a lo largo del estudio (prueba de Friedman) (Figura 1).

Síntomas antes y después del tratamiento

Figura 1. Comparación de los síntomas antes del tratamiento y después del tratamiento triconjugado;n=34.

Endoscopia

Los hallazgos en la primera endoscopia, en esta población, fueron: gastritis crónica (n=40), gastritis erosiva (n=10), gastritis crónica corporoantral (n=10), hernia hiatal (n=7) y úlcera duodenal (n=3). En la segunda endoscopia después del tratamiento, las úlceras duodenales habían cicatrizado.

Eventos adversos

Ocurrieron en 14 pacientes (35%). En total hubo 14 efectos adversos, discriminados de la siguiente manera: sabor metálico en 5 pacientes, diarrea en 4 pacientes y, en un solo paciente, dolor y distensión abdominal. Un paciente presentó alergia a la amoxicilina y se retiró del estudio. Finalmente, 39 pacientes terminaron el estudio.

Helicobacter pylori

Todos los pacientes tenían gastritis crónica. Globalmente, H.pylori se erradicó en 35 de 40 pacientes, 87,5% (IC 95%: 73% – 95%) (por intención de tratar) y, por protocolo, en 35 de 39, 89,7% (IC 95%: 75-97).

En relación con la severidad, los eventos fueron catalogados por los pacientes como leves en 9 ocasiones y moderados en 5 ocasiones. En relación con su etiología, se atribuyeron a los medicamentos en 4 ocasiones, posible en 2 ocasiones, probable en 7 e improbable en 1. Al finalizar el tratamiento desaparecieron todos los efectos adversos, excepto en un paciente que refería dolor abdominal leve.

Discusión

En el presente estudio, se encontró que la combinación de pantoprazol con amoxicilina y claritromicina erradicó H.pylori en un 87,5% (IC 95%: 73-95%) de los pacientes que ingresaron al estudio (intención de tratar) y en un 89,7% (IC 95%: 75-97) de los pacientes que terminaron el tratamiento.

La tasa de erradicación lograda está entre el 85 y el 90%, que son las cifras que los expertos consideran exitosas en el tratamiento de esta infección (22, 23)y es comparable a la obtenida con la misma combinación durante sólo una o dos semanas (24).

Por lo tanto, parece probable que una semana de tratamiento sea el mejor esquema ya que disminuye los costos. Sin embargo, para llegar a esta conclusión sería necesario realizar un estudio comparativo en esta población, utilizando tres grupos de tratamiento durante 7, 10 y 14 días.

Al igual que en estudios previos, en la presente investigación también se encontró que las úlceras duodenales cicatrizaron con el tratamiento de erradicación (25-27).

Todos los pacientes tratados mejoraron de manera significativa los síntomas de dispepsia no ulcerosa aunque el diseño para demostrar mejoría en esta entidad requiere un estudio doble ciego controlado con placebo, así como seguimiento a largo plazo, para poder evaluar la mejoría inicial y sostenida de los síntomas (28). No hubo efectos colaterales asociados con el pantoprazol.

Aunque las terapias combinadas de un inhibidor de bomba de protones con dos antibióticos se considera la primera opción para erradicar H.pylori (6-8), no se sabe por qué esta combinación tiene excelente eficacia.

In vitro, los diferentes IBPs tienen actividad antimicrobiana contra H.Pylori:

Probablemente como resultado de su capacidad para inhibir la ureasa (17, 29), aunque, in vivo, solamente lo suprimen sin erradicarlo (29, 30). Se ignora si esta última acción es sinergística o aditiva a los otros dos antibióticos.

Sin embargo, se sabe que la concentración inhibitoria mínima de claritromicina y de amoxicilina se aumentan al disminuir el pH, in vitro (31). Además, se ha demostrado que la inhibición de la producción de ácido en el estómago disminuye el MIC 90 de amoxicilina, posiblemente porque mejora su estabilidad y aumenta su concentración al reducirse el volumen gástrico (32).

La combinación de un inhibidor de bomba de protones con claritromicina prolonga la vida media de ambas sustancias y produce más altas concentraciones de claritromicina, tanto en la mucosa antral como en el moco gástrico (33), lo que probablemente se relaciona con secreción activa, (32).

Los efectos antimicrobianos de ambas drogas son aditivos a un pH entre 5,5 y 7,2, que puede lograrse con un IBPs administrado dos veces al día (34). Por otro lado, al aumentar el pH, los IBPs disminuyen la viscosidad del jugo gástrico y pueden facilitar la liberación y el contacto de los antibióticos con H.pylori (35).

Si bien la combinación de amoxicilina y claritromicina con los diferentes IBPs, ha demostrado eficacia similar en la erradicación de H.pylori (16, 17), la biodisponibilidad del pantoprazol no se modifica independientemente de su administración antes o después de las comidas (30) y ésta puede ser una ventaja para el cumplimiento por parte del paciente, al poder tomar los tres medicamentos después del desayuno y después de la cena.

Concluimos que el tratamiento de diez días, con pantoprazol combinado con amoxicilina y claritromicina, es seguro y eficaz para la erradicación de H. pylori .

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