Prevalencia de Lesiones por Presión en el Adulto Mayor Institucionalizado

Prevalencia de Lesiones Adulto Mayor

En el estudio de A Igarashi, et al 2013 (4) de prevalencia de úlceras por presión en diferentes centros de salud, indican que esta fue 9.6 (7.9) %; etapas II (40.0%) y III (38.0%) y el sacro (60.5%), el 80% eran pacientes de 75 años o más y el 65% estaban en cama.

Factores asociados con una menor Prevalencia de Lesiones Adulto Mayor

Los factores asociados con una menor Prevalencia de Lesiones Adulto Mayor por presión fueron: una relación menor de nivel 3 de la gravedad médica (p = 0.025), una proporción más baja de pacientes en cama (p = 0.020), protocolo clínico que contiene la gestión del equipo (p = 0.014).

Por otra parte, Alves Brito et al, 2013(5) evidenció que el 38.9% de los pacientes eran ancianos. Una Prevalencia de Lesiones Adulto Mayor del 16.9%. El (16.3%) tenía más de tres úlceras por presión sacra, trocánter, calcáneo, y las regiones de la espalda y el codo fueron las más afectadas.

Estrategias de educación al cuidador para la prevención de lesiones por presión.

Diana H. Rintala et al, 2008 (6), luego de establecer un sistema intensivo e individualizado de programas de educación y seguimiento para personas con úlceras por presión se pueden reducir las hospitalizaciones, recursos económicos, en el estudio se identifica que a los pacientes a los que se realizó acompañamiento permanente, un programa de educación estructurado se mantuvo libre de lesiones por presión durante más tiempo.

Son escasos los estudios que cuentan con evaluación de la educación para la prevención de lesiones por presión y establecer las diferencias con cada una de las intervenciones y la metodología usada.

Así mismo Howe, Lynn et al 2008 (7) demuestra que la utilización del equipo de enfermería profesional y auxiliar de enfermería debe ser educado en la prevención y el tratamiento de las lesiones por presión. Las sesiones educativas deben enfatizar el cuidado de la piel e incluir la importancia de voltearse y posicionarse para pacientes postrados en cama, la necesidad de reposicionamiento y relleno para aquellos en sillas de ruedas y la comunicación al personal apropiado ante los primeros signos de anormalidades en la piel. Los auxiliares de enfermería y cuidadores son los que permanecen en mayor contacto con los pacientes, lo que permite una vigilancia constante de la piel.

La educación oportuna previene lesiones por presión, además conlleva a minimizar costos.

Es así como A. Talsma, et al 2011 (8) concluye que una valoración diaria e integral en donde se tengan en cuenta, edad, sexo y comorbilidades de los pacientes reduce la presencia de lesiones por presión, el estudio muestra que la intervención diaria no redujo significativamente el número de los pacientes que desarrollaron las etapas iniciales de úlceras por presión estadío I, pero redujo la conversión de una etapa I a una etapa II en la clasificación de la úlcera por presión.

Impactó significativamente en la incidencia, gravedad y número de úlceras por presión de la unidad de intervención.

El hecho de no usar adecuadamente una herramienta de medición de riesgo para desarrollar úlceras por presión provoca intervenciones inadecuadas que por lo tanto afectan al paciente.

Tener un programa de seguimiento y de intervención disminuye costos, estancia hospitalaria en los pacientes y lo más importante la no presencia de úlceras por presión que causan retraso en la evolución del paciente.

El estudio no especifica qué estrategias de educación se usaron. Se hace necesario que en los centros de atención de pacientes se entrene al personal de enfermería para el uso de escalas de medición de riesgo de sufrir lesiones por presión.

Igualmente, Cecilia Inés Loudet, et al 2017 (9) refiere que la intervención educativa multifacética, consistente en la participación de un equipo multidisciplinario es fundamental para el control o prevención de lesiones por presión, además se brinda un cuidado integral al paciente.

Teniendo en cuenta el avance de la tecnología:

Se puede afirmar que una aplicación para teléfono inteligente es una herramienta de telemedicina para controlar las lesiones intrahospitalarias como seguimiento por todo el equipo de trabajo. Así como la participación de las familias o cuidadores en la atención al paciente, puede disminuir incidencia y la gravedad de las lesiones.

Por otra parte Donna Martin, et al 2017(10) Indica que el nivel de conocimiento de los participantes sobre la prevención y la gestión de la lesión por presión se vio reforzado por el tutorial virtual, estas reducciones fueron tanto estadísticamente como clínicamente significativas, el hecho de involucrar al profesional de salud en la prevención de úlceras por prevención es de gran impacto para las instituciones de salud, buscar alternativas de educación lúdicas, con incentivos para el personal.

El acceso a materiales y recursos humanos junto con el conocimiento sobre las mejores prácticas en la prevención de lesiones por presión son facilitadores clave para prevención. Por el contrario, las limitaciones de personal, la falta de equipamiento y la falta de comunicación entre los administradores y el personal de primera línea son barreras para la prevención de dichas lesiones.

Limitantes o facilitadores en el desarrollo de estrategias educativas al cuidador que permitan la prevención de úlceras por presión en el adulto mayor.

De igual forma Nancy Bergstrom, et al 2013 (11) muestra que el hecho de documentar y reportar los hallazgos oportunamente permite tomar medidas de prevención. El entrenamiento y medición semanal al personal de enfermería para la prevención de UP disminuye los costos de los tratamientos de estas lesiones. El estudio no muestra el impacto de las estrategias de educación usadas.

Así mismo Tracey L. Yap An, et al 2016 (12) recopila los resultados de tres estudios en donde se implementaron diferentes estrategias para la prevención de úlceras por presión en ancianos, logrando unificar procesos y protocolos que tengan un impacto importante en la incidencia de estas lesiones, las estrategias deben ser específicas y propias de cada institución de acuerdo al nivel cultural, infraestructura y personal de enfermería.

El hecho de realizar una evaluación objetiva por parte del cuidador del paciente del riesgo de desarrollar úlceras por presión mediante la escala de Braden disminuye la presencia de las lesiones, al igual que la inclusión del familiar en todo el proceso de educación y entrenamiento.

Las barreras más comunes para el desarrollo de actividades de educación son: la falta de recursos laborales (85%) y recursos materiales (56%) y mala comunicación (38%), por lo tanto, se deben intervenir para lograr el objetivo.

Discusión

Como lo evidencia la literatura reciente, un aliado importante en el cuidado de enfermería es la telesalud, que permite realizar seguimiento a la educación impartida tanto al paciente como al cuidador. Existen diferentes modelos como, la llamada telefónica, tutoriales virtuales que pueden ser aplicados a las instituciones de salud.

El hecho de involucrar al profesional de salud en la prevención de úlceras por presión es de gran impacto para las instituciones prestadoras de este servicio, buscar alternativas de educación lúdicas que incluyan incentivos.

El acceso a materiales y recursos humanos que cuenten con el conocimiento para la prevención de lesiones por presión son facilitadores indispensables. El entrenamiento y medición semanal al personal de enfermería para la prevención de lesiones por presión disminuye los costos de los tratamientos de estas lesiones.

Gráfica 1. Anexos PRISMA 2009
Diagrama de Flujo
(Spanish version – versión española)

Presión en el Adulto Mayor Institucionalizado

Validez analizada por la escala Johanna Brigs y CASPE

Referencias

  • 1. Tizón Bou, E. and Marcos Espino, M. (2014). Guía de práctica clínica para el cuidado de personas con úlceras por presión o con riesgo de padecerlas: Generalitat Valenciana, 2013. Gerokomos, [online] 25(1), pp.53-54. Available at: http://www.guiasalud.es/GPC/GPC_520_Ulceras_por_presion_compl.pdf.
  • 2. Pignolo R, Forciea M, Johnson J. Biblioteca Juan Roa Vásquez – Universidad El Bosque [Internet]. Site.ebrary.com.ezproxy.unbosque.edu.co. 2014 [cited 19 November 2016]. Available from: http://site.ebrary.com.ezproxy.unbosque.edu.co/lib/bibliobosque/reader.action?docID=10542557&ppg=167
  • 3. Gallo Woolcott K, Pachas Fernández C. Riesgos de úlceras por presión según Escala Norton en una población de ancianos de un servicio domiciliario de Lima. [Internet]. Faenf.cayetano.edu.pe Rev. enferm. Herediana. 2008 [cited 26 November 2016]. Available from: http://faenf.cayetano.edu.pe/images/ pdf/Revistas/2008/enero/v1n1ao4.pdf
  • 4. Igarashi A, Yamamoto-Mitani N, Gushiken Y, Takai Y, Tanaka M, Okamoto Y. Prevalence and incidence of pressure ulcers in Japanese long-term-care hospitals. Archives of Gerontology and Geriatrics [Internet]. 2013 [cited March 2017];56(1):220-226. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/ pubmed/22974661
  • 5. Brito P, Generoso S, Correia M. Prevalence of pressure ulcers in hospitals in Brazil and association with nutritional status—A multicenter, cross-sectional study. Nutrition [Internet]. 2013 [cited May 2017];29(4):646-649. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23466049
  • 6. Rintala D, Garber S, Friedman J, Holmes S. Preventing Recurrent Pressure Ulcers in Veterans with Spinal Cord Injury: Impact of a Structured Education and Follow-Up Intervention. Archives of Physical Medicine and Rehabilitation [Internet]. 2008 [cited August 2017];89(8):1429-1441. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18674978

Bibliografía

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  • 8. Talsma A, Tschannen D, Guo Y, Kazemi J. Evaluation of the Pressure Ulcer Prevention Clinical Decision Report for Bedside Nurses in Acute Care Hospitals. Applied Clinical Informatics [Internet]. 2011 [cited September 2017];2(4):508- 521. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23616892
  • 9. Loudet C, Marchena M, Maradeo M, Fernández S, Romero M, Valenzuela G et al. Reducing pressure ulcers in patients with prolonged acute mechanical ventilation: a quasi-experimental study. Revista Brasileira de Terapia Intensiva [Internet]. 2017 [cited September 2017];29(1). Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5385984/
  • 10. Martin D, Albensi L, Van Haute S, Froese M, Montgomery M, Lam M Et al. Healthy Skin Wins: A Glowing Pressure Ulcer Prevention Program That Can Guide Evidence-Based Practice. Worldviews on Evidence-Based Nursing [Internet]. 2017 [cited October 2017];14(6):473-483. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28755424
  • 11. Bergstrom N, Horn S, Rapp M, Stern A, Barrett R, Watkiss M. Turning for Ulcer ReductioN: A Multisite Randomized Clinical Trial in Nursing Homes. Journal of the American Geriatrics Society [Internet]. 2013 [cited September 2017];61(10):1705-1713. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24050454
  • 12. Yap T, Kennerly S, Bergstrom N, Hudak S, Horn S. An Evidence-Based Cue- Selection Guide and Logic Model to Improve Pressure Ulcer Prevention in Long-term Care. Journal of Nursing Care Quality. 2016;31(1):75-83.

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