Carta al Editor: Enseñanza en Medicina

¿ES LA CLASE MAGISTRAL ALGO OBSOLETO EN EL CAMPO DE LA ENSEÑANZA EN MEDICINA?

Jorge Eduardo Duque-Parra1

En el interesante trabajo titulado “La simulación clínica: nueva herramienta para enseñar medicina” se enfatiza la simulación como una novedosa herramienta para enseñanza, más en un aparte, el autor hace la notación propia, de que el método pedagógico tradicional es obsoleto y paternalista con base en la clase magistral (1).

Dicha aseveración puede ser discutida. Si el método pedagógico tradicional es obsoleto deberíamos considerar algunos aspectos y cómo ver si la educación que imparten tradicionalmente o de cualquier otra manera los profesores universitarios, debe estar guiada por virtualización de la experimentación por simulación, como si esta fuera la respuesta a la educación que debería ser.

Como el campo de la educación es extenso, una aproximación al interrogante planeado se puede ilustrar en parte con la parábola del elefante: A una aldea, en la que todos sus habitantes eran ciegos, llegó una vez un elefante, y los aldeanos se acercaron a palpar la inmensa presencia para enterarse a su manera, de cómo era ello. Uno palpó la trompa, otro palpó su gran costado, otro llegó hasta las orejas y uno incluso pudo subir sobre su lomo. Luego, las descripciones fueron muy dispares: para uno de ellos el elefante era un gran tubo elástico que ondeaba en el aire, para el siguiente era una inmensa pared palpitante. Para un tercero, era una gran masa carnosa que azotaba el espacio con gran fuerza. El último de los investigadores desmintió a todos los demás diciendo que en realidad se trataba de una montaña en movimiento. Cada uno defendía su verdad con ardor, todos aquellos que no se acercaron a palpar, se aburrieron con tanta discusión y se fueron a dormir, sin acabar de enterarse cómo era el elefante.

Verdades parciales, verdades momentáneas. Los mejores de entre nosotros se acercarán a palpar esta verdad con mayúscula y luego intentarán contarnos lo que han tocado con sus manos tan pequeñas y tan temporales (2), mas, si esta verdad momentánea que extraen es puesta por escrito, ésta disponible en cualquier momento, podrá ser comparada con otras verdades y verificada o rechazada para convertirse en verdad del momento. En ese sentido, pregunto: ¿se han realizado pruebas experimentales que demuestren que este método pedagógico supera el método tradicional?, o son suposiciones del autor.

La enseñanza magistral involucra análisis, no es una mera repetición de hechos de manera intrascendente como bien pudiera serlo una simulación. La esencia de la educación superior no vocacional, es ayudar a los estudiantes para que se den cuenta que pueden reconfigurarse y no inculcar ninguna verdad, mas bien incitar a la duda e incitar y estimular la imaginación, desafiando por esta vía el consenso predominante (3) sin importar que método se utilice, pues puede suceder que métodos robotizados sean un sistema que no de opciones de análisis más bastos y obliguen a perpetuarse. Por lo tanto, el hecho que la educación sea guiada por un maestro –magister- no implica que sea obsoleta, es la repetición de datos sin análisis la que la hace obsoleta y en ello puede ir también la simulación clínica.

Se puede asumir de la historia anterior, que aunque vivimos en sociedad con poetas, políticos, religiosos, filósofos, todos ellos con sus propias maneras de conocimiento, y todas ellas válidas en sus propios dominios (4), el tener una visión única del mundo es un imposible, y dicha verdad puede ser anecdótica o caprichosa, llegando a convertirse en algo tan peligroso, como intentar conseguir la unidad a través de la confusión (5). Esta confusión de unas muy aparentes verdades que presentadas por personas no científicas o expertas en cada uno de los dominios del saber, conocedoras superficiales de algo y desconocedoras de la tradición escrita sobre ese algo, se convierte en mera opinión o en palabras que pueden transmitir muchos significados, algunos de los cuales son alegóricos o metafóricos y, las personas, pueden fabricar las metáforas más disparatadas (4) con su enorme carga de subjetividad que a muchos podrá parecerles verdad. El que enseña en ciencia y en ella la ciencia médica, y los que en ella se desempeñan, deben saber que la ciencia como mínimo requiere un análisis. Para lo anterior, los profesores de ciencia utilizan el método científico, buscando hechos que sean significativos en el sentido de conducir a leyes generales. Si la afirmación de lo obsoleto de la enseñanza magistral tiene peso de “verdad”, deberían mostrarse los estudios significativos que le den peso.

Si la educación tradicional es magistralidad obsoleta, ha sido dependiendo de quién la ha recibido y quien la imparte sólo por repetición memorística intrascendente, pues la educación magistral seguirá impartiéndose por mucho como la que percibimos de nuestros padres para poder reconocer el mundo. Mas esta, no es una educación para ir en contra de consensos predominantes como ser un ser asocial. En la educación magistral se debe construir o recrear por análisis y ser sometido a la inteligencia los pros y contras del saber y para ello, el edificio de la ciencia exige el uso de la inducción y de la analogía. Estas formas de inferencia, más bien que de deducción, son las que deben ser examinadas si hemos de captar el mundo de la ciencia – en ella la educación- u otro que no sea el de los sueños (6).

Pero esta inferencia desde lo real, es más objetiva que desde lo virtual, pues asumiendo lo virtual, se estaría alterado significativamente el aprendizaje, porque la demostración de la virtualidad carecería de elementos de primera mano, y las leyes obtenidas serían de segunda mano, por ser un acercamiento que toma como base lo virtual y no lo real. Si la mente construyese significados virtualizando la realidad extracorpórea, más desvirtuada sería si construyese virtualizaciones de virtualizaciones.

REFERENCIAS

1. Matiz Camacho H. La simulación clínica: nueva herramienta para enseñar medicina. Medicina (Bogotá). 2012; 34 (3): 242-246.
2. Lorén S. Del electrón a Dios. Barcelona: Plaza & Janes, S.A. 1968.
3. Rorty R. Educación sin Dogma. Facetas 1990; 88 (2): 44-47.
4. Gould J. Ciencias versus religión, un falso conflicto. Crítica, Barcelona 2000.
5. Geymonat L. Filosofía y filosofía de la ciencia. Barcelona. Labor.1970.
6. Russell B. La perspectiva científica. Madrid. Ediciones Sarpe. 1983.


1 BSc, MSc, PhD. Departamento de Ciencias Básicas. Programa de Medicina. Universidad de Caldas. Manizales. Departamento de Ciencias Básicas. Programa de Medicina. Universidad de Manizales. Academia de Medicina (Caldas).

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