Historia de los Falsos Positivos en Colombia

Falsos Positivos en Colombia

Los falsos positivos fue el nombre con el que se designó al escándalo en Colombia, en donde las fuerzas militares asesinaron a al menos 6.402 civiles; y los hicieron pasar por “bajas en combate” durante los años 2.002 y 2.009. Sin embargo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos tiene registros de ejecuciones extrajudiciales desde el año 1.978.

Se estima, que cerca de 1.500 militares estuvieron involucrados en la práctica de estos falsos positivos, con el fin de obtener algún tipo de beneficio; ya sea una retribución económica por cada “baja” presentada, días de descanso, condecoraciones, etc.

Todo esto sucedió en el marco del conflicto interno armado en Colombia, dentro del gobierno de Álvaro Uribe Vélez y su política de seguridad democrática; y como parte de un programa de incentivos a los militares del Ejército Nacional para que se mejoraran los resultados contra los grupos insurgentes activos del conflicto interno en Colombia.

De hecho, la JEP señala que el 78% del registro de falsos positivos en la historia se produjeron durante el periodo de gobierno de Uribe; y que, el 66% del total de víctimas se concentraron en 10 departamentos: Antioquia, Meta, Caquetá, Cesar, Norte de Santander, Tolima, Huila, Casanare, La Guajira y Cauca. (Ver También: Masacres del Conflicto Armado Interno en Colombia)

Etapa más Crítica de los Falsos Positivos en Colombia

Aunque se tienen registro de los falsos positivos desde el año 1.978 y hasta el año 2.009, la época más crítica se considera entre el 2.002 y 2.008; de hecho, la JEP indicó que en el año 2.008 se reportaron 792 víctimas, y en el 2.009 se redujo a 122 casos.

Y es que el 2.008 fue el año en el que se dio a conocer este oscuro escándalo en Colombia, cuando familiares de las víctimas denunciaron y revelaron; que fueron militares los que habían asesinado a civiles para presentarlos como guerrilleros caídos en combate.

Es el caso, por ejemplo, de los 19 jóvenes desaparecidos en el año 2.008 del municipio de Soacha, Cundinamarca y encontrados muertos en el municipio de Ocaña, Santander. Éstos jóvenes, con promesas de empleo, fueron engañados y trasladados, los vistieron con uniformes camuflados, simulando ser guerrilleros y luego fueron asesinados. Los uniformes presentaban muy poco uso; y algunos de ellos fueron asesinados 1 día después de su desaparición, y el resto entre 3 y 4 días después.

Otro caso, es el de la masacre ocurrida en la vereda San José de Apartadó, en Antioquia en el 2.007; donde en operación conjunta entre militares y paramilitares, asesinaron varios civiles, entre ellos tres niños; y luego culparon a las FARC-EP de los hechos, presentando testimonios falsos. (Ver También: Narcotráfico en Colombia y Carteles de Droga)

Testimonios de los mismos paramilitares involucrados permitieron conocer la verdad de estos hechos; en los que además de descuartizar y degollar a los tres niños víctimas, reconocen que esta masacre fue en venganza por la muerte de 18 soldados y 1 oficial en Mutatá, Antioquia, perpetrada por las FARC. Por este caso, Armando Gordillo, capitán del Ejército y otros 10 militares fueron juzgados y condenados.

Evidencias de los Falsos Positivos

Entre las mayores evidencias de los falsos positivos se encuentran las botas de caucho. En Colombia, se cree que este tipo de calzado es frecuente entre los guerrilleros. Por tal motivo, los militares además de poner camuflado a las víctimas civiles, también les ponían este tipo de botas; sin embargo, en varios casos, las víctimas presentabas calzaban las botas en el pie contrario, lo que se consideró como evidencia por parte de las familias de los falsos positivos.

Adicionalmente, los cuerpos de las víctimas eran puestos con armas, en ocasiones, las víctimas que eran zurdas aparecían con las armas en la mano derecha; lo que se consideró como otra evidencia de que los “muertos en combate” no eran guerrilleros, sino civiles.

Directiva Ministerial 029 de 2.005

Se trató de la directiva, firmada por el entonces Ministro de Defensa, Camilo Ospina Bernal, en la que se ofrecía $3.800.000 millones de pesos por cada paramilitar o guerrillero muerto. Se considera, que esta iniciativa fue la que dio lugar a los falsos positivos en Colombia; lo que propició que, no solo los militares asesinaran civiles; sino también, en operaciones conjuntas entre militares y paramilitares.

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