Los conflictos están presentes durante toda la vida, son casi como situaciones cotidianas que vamos a tener que enfrentar en todas las etapas; en diferentes circunstancias y en los diferentes roles que asumimos a lo largo de nuestra vida. Por eso es importante desarrollar habilidades para la resolución de conflictos, que nos permitan abordarlos de la mejor manera y llegar a buenos términos en su solución.
Un conflicto se define como la o las diferencias entre dos o más partes y que además se caracteriza por ser una situación tensa; por la polarización, por el desacuerdo y la exaltación de las emociones. El conflicto se puede escalar hasta la agresión, por eso es importante tener habilidades para resolver dichos conflictos antes de que lleguen a límites extremos. (Ver También: Técnicas para Controlar la Frustración)
Habilidades para la Resolución de Conflictos
Comprender las Necesidades de Todas las Partes
Conocer y comprender las necesidades de todas las partes del conflicto es el primer paso para resolverlo. Ya sea que seas parte del conflicto o seas el mediador, es importante que todos entiendan qué quiere la otra parte; qué esperan que la otra persona haga, por qué están pidiendo lo que piden, etc.
Generalmente las personas inmersas dentro del conflicto no logran encontrar una solución justa y viable para todas las partes, por tal razón un mediador es útil. Sin embargo, si no es posible, conocer y comprender la opinión, pensamiento, sentimientos o emociones de los otros, es un paso fundamental para encontrar soluciones. (Te puede interesar también: Habilidades Blandas, Consejos para el Éxito Personal y Profesional)
Reciprocidad
Para la resolución de conflictos es indispensable aplicar la reciprocidad, ser colaborativo y cooperativo. Es decir, es importante entender que en una negociación para resolver un conflicto no debería haber un solo ganador; todas las partes involucradas deberían obtener alguna ganancia o beneficio.
De esta manera, si la otra parte cede ante alguna petición tuya, lo mejor y más adecuado que puedes hacer: es también concederle a la otra persona algo de lo que está pidiendo (siempre y cuando sea viable).
Esto es muy importante, porque comienza a construir un vínculo positivo entre las partes involucradas en el conflicto; una relación en donde predomine el equilibrio y la razón. (Ver También: Desarrollar Habilidades para Negociar)
Gestión Emocional
Es muy importante que durante la resolución de conflictos se aprenda a gestionar las emociones y sentimientos; de lo contrario, emociones como frustración, temor, enojo, miedo, ansiedad, etc, pueden dominar la situación y provocar consecuencias indeseables, innecesarias o exageradas.
Asimismo, es importante que el moderador o las personas implicadas en el conflicto, sean capaces de gestionar y aliviar el estrés; de esta manera podrán estar más enfocados y equilibrados dentro de la concertación.
Adicionalmente, a través de la gestión emocional o la inteligencia emocional podemos lograr comunicarnos de manera más asertiva y eficaz, indispensable para la resolución de conflictos. Si no podemos lograr comunicar nuestras peticiones de manera clara, concisa y certera, ¿la otra parte cómo va a saber qué queremos?
Desarrollar Empatía
Esta es una excelente habilidad para la resolución de conflictos, además que también ayuda a crear un vínculo positivo con las partes del conflicto. Esta empatía la podemos demostrar de manera muy sencilla durante la resolución de un conflicto, y es escuchando activamente; esto hace que la o las otras personas sientan que estamos comprendiendo su punto de vista.
Creatividad
Aplicar la creatividad para la resolución de conflictos es una habilidad muy importante, porque consiste en cambiar un problema por soluciones o posibilidades. Muchas veces dentro del conflicto, las partes solo se dedican a plantear los problemas y en una lucha de “egos” solo cada persona tiene la razón y la última palabra. (Vea también: Fomentar la Resolución de conflictos en los Estudiantes )
Por tal motivo, la creatividad juega un papel muy importante, porque es la habilidad que permite convertir problemas; no solo en soluciones, sino en soluciones creativas, con beneficios o ganancias para todas las partes y en buenos términos.
