Civilización Tolteca: explorando sus orígenes y su grandeza

Civilización Tolteca

La civilización Tolteca fue una cultura precolombina en Mesoamérica, sus primeros registros se tienen sobre el año 900 d.C y hasta los años 1.168 d.C; en donde se comienza a registrar su decadencia, cuando los Chichimecas los conquistaron.

La civilización tolteca emerge como una de las culturas precolombinas más enigmáticas y fascinantes de Mesoamérica. Aunque su período de esplendor fue relativamente corto, su influencia perdura en la memoria histórica y la tradición de la región. En este artículo, nos sumergiremos en el mundo de los toltecas, explorando su historia, logros culturales y legado perdurable.

Orígenes y expansión de la civilización Tolteca

Los primeros registros de la civilización tolteca datan del año 900 d.C., con su apogeo alcanzado en los siglos X y XI. Originalmente nómadas, los toltecas se establecieron en la región central de Mesoamérica, donde construyeron una sociedad avanzada con una notable influencia en el arte, la arquitectura y la religión.

Una de las primeras grandes hazañas de los toltecas fue la conquista de la ciudad de Teotihuacán, donde se establecieron y absorbieron elementos de la cultura teotihuacana en su propia identidad. Posteriormente, se expandieron por lo que hoy son los estados mexicanos de Puebla, Morelos, Hidalgo, Ciudad de México y Tlaxcala, estableciendo una red de ciudades y centros ceremoniales.

Características de la civilización Tolteca

Los toltecas, que se caracterizaron por ser nómadas, se establecieron primero en Teotihuacán, conquistando esta ciudad y asentándose allí; luego se establecieron en lo que actualmente se conoce como los estados de Puebla, Morelos, Hidalgo, Ciudad de México y Tlaxcala.

La civilización Tolteca se caracterizó por ser militar, de hecho, su gobierno militar llegó a reemplazar la administración religiosa del lugar; fueron muy belicosos lo que les facilitó conquistar a los pueblos cercanos. Se cree que hay varias razones para la desaparición de esta civilización, una de ellas fueron las sequías largas que debieron soportar, disputas internas por el poder y hay evidencia de saqueos sistemáticos de los mexicas.

Organización social y política

Fue una civilización más guerrera y militar que religiosa, de ahí, a que en las dos clases que se dividió la civilización, en la privilegiada estuvieran militares, aquellos quienes estuvieron al servicio de la casta militar; además de jerarcas, sacerdotes y el supremo gobernante.

Al supremo gobernante que se le llamaba Tlahtoque estaba a cargo del poder absoluto; los otros funcionarios de esta clase social se encargaban de la administración pública, los cultos, calendarios y los ataques tanto de expansión como de defensa.

En el grupo denominado clase servil se encontraban los trabajadores, agricultores y diferentes artesanos como los pintores, tejedores, hilanderos, carpinteros, alfareros; también los lapidarios y albañiles, entre otros. También se encontraban los esclavos como último escalón de la pirámide social, generalmente eran capturados de otras civilizaciones vecinas.

Economía de la civilización Tolteca

La agricultura fue la base de la economía de la civilización Tolteca, incluso a pesar de que eran tierras áridas, contaban con un complejo sistema de canales de riego. Aunque en épocas de sequía el riego se dificultaba. Sus principales cultivos fueron el algodón, maíz, frijol, amaranto, chile y maguey y agave.

Al presentar temporadas de sequía el comercio también fue influyente en su economía, de esta manera lograban abastecerse de materias primas de tribus cercanas. Aunque también lo hacían mediante la guerra. Además, se desarrolló en menor medida la artesanía y trabajos con piedras preciosas y metales.

Religión

La religión y la mitología desempeñaron un papel central en la vida de los toltecas. Adoraban a una variedad de dioses y diosas, incluyendo a Quetzalcóatl, la serpiente emplumada asociada con la sabiduría y la fertilidad. Los toltecas también creían en la importancia de los sacrificios humanos como parte de sus rituales religiosos, aunque en menor medida que otras culturas mesoamericanas contemporáneas.

Aunque los toltecas fueron politeístas, es decir, adoraban a varios dioses, dos se destacaron especialmente: Tezcatlipoca y Quetzalcóatl. El dios Quetzalcóatl se le consideró como el dios de la sabiduría, de la vida, de la luz y de la fertilidad. Se le conoció también como “la serpiente emplumada”.

Por su parte, el dios Tezcatlipoca de la civilización Tolteca era el dios de la oscuridad y lo invisible, el antagónico de Quetzalcóatl. Entre otros dioses estaban Tláloc, el dios de la lluvia, Centéotl, el dios del maíz, Itzlacoliuhque, el dios de los sacrificios, de los desastres y del frío.

Justamente, una característica importante de los toltecas fueron los sacrificios humanos, realizaban esta práctica con frecuencia para complacer a sus dioses. Por ejemplo, la estatua Chac Mool, que es al de una figura humana que sostiene un cuenco, en donde se depositaban las ofrendas. En este caso, los sacrificios humanos.

Cultura Tolteca

La cultura de la civilización Tolteca, plasmada especialmente en su arquitectura y esculturas, es vasta e interesante.  Se destacaron principalmente por sus esculturas que contaban con columnas que mostraban a los gobernantes vestidos para las batallas. Y las estatuas que representaban a los guerreros. Este tipo de arte, que también representaba a los dioses, se evidenció en murales, trabajos de artesanías, pinturas y cerámicas.

En cuanto a la arquitectura se destaca el templo de Tlahuizcalpantecuhtli que es la pirámide B en el sitio arqueológico de Tollan. Esta zona está compuesta por una plataforma por 5 pirámides con forma de cuerpos.

También se destaca de la civilización Tolteca el edificio C llamado Palacio Quemado, está compuesto por tres salas con columnas de piedra. La civilización Tolteca contó con diferentes centros ceremoniales, se construyeron con una orientación muy específica que fue de este a oeste. Siguiendo el movimiento del sol y la luna.

Arte y arquitectura

La influencia tolteca en el arte y la arquitectura es notable por su estilo distintivo y su énfasis en la representación de la figura humana. Esculturas de piedra, relieves y frisos adornaban los templos y palacios toltecas, representando deidades, guerreros y figuras míticas en poses majestuosas. La pirámide de Tula, conocida como la “Pirámide de Quetzalcóatl”, es uno de los monumentos más emblemáticos de la civilización tolteca, destacando por sus columnas esculpidas en forma de guerreros toltecas.

Escultura y relieves

La escultura tolteca se caracteriza por su estilo distintivo y la representación de figuras humanas y divinas en poses majestuosas y vigorosas. Los toltecas eran maestros en la talla de piedra, y sus esculturas, que adornaban templos, palacios y plazas ceremoniales, eran expresiones de su visión del mundo y su conexión con lo divino.

Uno de los ejemplos más destacados de la escultura tolteca es el “Chac Mool”, una figura reclinada con la cabeza girada hacia un lado y sosteniendo un cuenco en su abdomen. Esta representación deidad o sacerdote tolteca se encuentra en el Templo de los Guerreros en Chichen Itzá y es un símbolo de la influencia tolteca en la región maya.

Los relieves toltecas también son impresionantes en su detalle y complejidad. Utilizando piedra caliza y otros materiales, los artistas toltecas crearon frisos y paneles que representaban escenas mitológicas, batallas y rituales religiosos. Estas obras de arte no solo eran decorativas, sino que también transmitían mensajes políticos y religiosos, fortaleciendo la cohesión social y el poder de la élite gobernante.

Arquitectura Monumental

La arquitectura tolteca se destacó por su monumentalidad y su habilidad para combinar elementos de diferentes culturas mesoamericanas en un estilo único y distintivo. Los toltecas construyeron impresionantes pirámides, palacios, acrópolis y plazas ceremoniales, que servían como centros de poder político, religioso y económico.

La pirámide de Tula, también conocida como la “Pirámide de Quetzalcóatl”, es uno de los monumentos más emblemáticos de la arquitectura tolteca. Construida con bloques de piedra y adornada con esculturas de guerreros toltecas y serpientes emplumadas, esta imponente estructura sirvió como un centro religioso y ceremonial en la ciudad de Tula.

Además de las pirámides, los toltecas también erigieron templos, palacios y complejos residenciales elaboradamente decorados. Las columnas esculpidas en forma de guerreros toltecas, conocidas como “atlantes”, son características distintivas de la arquitectura tolteca y se encuentran en varios sitios arqueológicos en Mesoamérica.

Decadencia y Legado

La civilización tolteca experimentó un declive gradual hacia el siglo XII, marcado por conflictos internos, invasiones externas y el colapso de sus centros urbanos. La llegada de los chichimecas, un grupo nómada de guerreros, aceleró su caída y eventual desaparición. Sin embargo, el legado cultural y artístico de los toltecas continuó influenciando a las civilizaciones posteriores en Mesoamérica, incluyendo a los aztecas y los mexicas.

En conclusión, la civilización tolteca sigue siendo un enigma envuelto en la niebla del tiempo, pero su influencia perdurable en la historia y la cultura de Mesoamérica es innegable. A través de su arte, arquitectura y mitología, los toltecas dejaron una marca indeleble en la rica tapestry de la historia mesoamericana.

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