Problemas Auditivos en Niños: Cómo Identificarlos

Problemas Auditivos en Niños

Los problemas auditivos en niños pueden aparecer al nacer y empeorar de manera progresiva con el paso de los años; un tratamiento a tiempo (se recomienda antes de los 3 meses de vida) es lo ideal para tratar estos problemas, por eso las citas con el pediatra son tan importantes en los primeros meses de vida.

Una pérdida de la audición, ya sea leve o parcial, afecta el desarrollo emocional, social y cognitivo del niño; pues estos problemas no solo afectan la capacidad de hablar, sino de entender el lenguaje de las personas.

 

Problemas Auditivos en Niños

Pérdida de la Audición Conductiva

Se trata de una interferencia que aparece entre el oído interno y la transmisión del sonido, este tipo de problema auditivo en los niños suele ser transitoria pues es tratable con medicamentos y en algunos casos con cirugía. Cuando esta pérdida de audición se presenta en niños o en bebés que están lactando, se debe frecuentemente a infecciones en los oídos.

Pérdida de Audición Neurosensorial

Este tipo de problema auditivo es más grave y suele ser permanente. Se debe a un daño en el oído interno, a una malformación y muy pocas veces a un problema en la corteza auditiva del cerebro. Esta pérdida de audición puede estar desde el nacimiento porque puede ser una condición hereditaria, en otras ocasiones por problemas médicos.

En la pérdida de audición neurosensorial hay grados de afectación: leve, moderado, grave y profundo; además puede ser unilateral, es decir que afecta solo un oído y ser progresiva.

Pérdida de Audición Mixta

Se refiere al tipo de problema auditivo que combina la pérdida de la audición conductiva y la neurosensorial.

Pérdida de Audición Central

Si bien no se trata de una pérdida de audición como tal, sí se relaciona a un problema de auditivo. La cóclea que es el oído interno funciona correctamente; pero las partes del cerebro que procesan el habla no logran distinguir un sonido del otro haciendo que para el niño los sonidos se entremezclen, dificultando así su comprensión.

¿Por Qué un Niño Puede Perder la Audición?

Son varios factores los que pueden provocar la pérdida de audición, por ejemplo, la familia tiene antecedentes de pérdida de la audición infantil; nació prematuro; estuvo mucho tiempo en la unidad de cuidados intensivos; necesitó una transfusión; nació con una alta concentración de bilirrubina; le dieron medicamentos que puede causar la pérdida de audición; la mamá tuvo complicaciones en el parto; sufrió citomegalovirus o meningitis; presentó infecciones frecuentes en los oídos; o que el bebé estuvo expuesto a sonidos muy fuertes, aunque haya sido por poco tiempo.

Las evaluaciones periódicas son fundamentales para identificar a tiempo los problemas auditivos y tener el tratamiento adecuado. ¿Por qué son importantes las citas y exámenes a tiempo? Porque los síntomas no se logran evidenciar sino hasta la niñez, pero también en esta etapa de la vida es súper importante evaluar la audición de los niños y durante su crecimiento.

Lo ideal es realizar las pruebas de audición al nacer y antes de que el bebé se vaya a casa, si el resultado es positivo los exámenes se deberán repetir a los 4 años de edad, 5 años, 6 años, 8 años, 10 años, 12 años, 15 años y 18 años.

 

Claves para Saber si un Niño está Perdiendo la Audición

Desde más o menos lo 8 meses de edad se pueden comenzar a identificar factores o pautas que nos indique si el niño tiene problemas auditivos. Por ejemplo, entre los 8 y 12 meses de edad si el bebé no voltea la cabeza hacia algún sonido familiar y si no balbucea.

A los 2 años de edad si el niño no entiende una orden sencilla sin señalarle o mostrarle puede ser una pauta de que tiene un problema auditivo. Un niño de 3 años de edad que no es capaz de repetir frases y que no localiza la fuente de un sonido puede afrontar problemas auditivos.

Otro indicador es que a los 4 años no pueda contar nada y a los 5 años de edad que no logre mantener una conversación sencilla. Y en general en cualquier etapa de los niños que diga ¿qué? con mucha frecuencia, que ponga la televisión con mucho volumen, que no entienda cuando se le habla desde otra habitación u otro lugar de la casa, se le dificulta concentrarse, pierde la atención con facilidad o se queda mirando fijamente la cara de la persona que le está hablando como tratando de leer los labios.

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