Bajo el título La misión de los veterinarios en Colombia, Raúl Mateus, presidente de la Asociación Colombiana de Médicos Veterinarios y Zootecnistas, Amevea, editorializa en la revista de la institución sobre este tema de gran actualidad.
Una de las mayores preocupaciones que hoy tenemos en la industria avícola es la amenaza a que estamos sometidos, por causa, quizá, de la apertura, de la posible aparición de enfermedades exóticas, con especial énfasis en la Influenza aviar; su reciente notificación en Chile y la falsa alarma anunciada de su presencia en Ecuador, nos obligan a estar alerta para evitar a toda costa que este flagelo haga su aparición en el país.
Como quiera que la situación actual de patología es compleja y se vienen presentando condiciones de elevadas mortalidades, especialmente en pollo de engorde, se hace imprescindible realizar diagnósticos claros, apoyados con resultados de laboratorio que nos permitan identificar con precisión la causa de los problemas y, de esta manera, evitar caer en falsas especulaciones que podrían conducirnos a soluciones erradas y al desastre de la avicultura nacional.
Se sabe de la presencia de diagnósticos recientes de enfermedad de Newcastle y de algunos casos de Gumboro por parte de compañías que, a pesar de tener muchas medidas de bioseguridad y ser realmente concientes de su manejo sanitario, están expuestas a un ambiente hostil por parte de quienes siendo sus vecinos, no toman las precauciones necesarias para mantener sus planteles en un estado sanitario óptimo.
Dada la gran capacidad de los colombianos para iniciar empresas y ser independientes, deberíamos tomar conciencias de lo que esto puede generar en materia sanitaria y, por supuesto, extremar al máximo las medias de prevención y control de enfermedades, planes de vacunación basados en diagnósticos de laboratorio, aplicación técnica de la vacunación, dosis completas, vías a aplicación correctas, planes vecinales y aun zonales concordantes y, lógicamente, medidas de bioseguridad óptimas, manejo adecuado de las mortalidades y los subproductos; en fin, todo lo que esté a nuestro alcance para evitar la presencia de problemas patológicos.
El papel que jugamos los médicos veterinarios en esta materia es de gran importancia y debemos ser los generadores de actividades que nos conduzcan a clarificar los diagnósticos y ser capaces de formular las estrategias que encaminen nuestras empresas al éxito.
Desafortunadamente, nuestro país no está aún preparado para hacer frente a la presencia de una enfermedad exótica de gran magnitud como la Influenza aviar, frente a la cual la medida de control sería el fusil sanitario para los animales con presencia de seropositividad. Todos los veterinarios deseamos estar capacitados para evitar que esto ocurra y que diagnósticos equivocados induzcan a confusiones y a la toma de acciones inadecuadas que hagan un daño de gran magnitud a la industria avícola colombiana.
