Experiencias del Pasado y compromiso del Futuro

Despedimos el 2003 con un parte de tranquilidad parcial para el futuro de nuestra actividad tanto en materia de comercio exterior como de política doméstica. Sin embargo, el curso de la negociación del acuerdo bilateral con Estados Unidos, la nueva reforma tributaria programada para marzo y la definición sobre el futuro de la parafiscalidad, requerirán una activa agenda gremial y del decidido compromiso y unidad por parte de todos los productores avícolas de Colombia en el 2004.

La expedición del Decreto 3762, que traslada el pollo entero de la franja del maíz amarillo a la de trozos de pollo, sumado al resultado favorable de la negociación avícola en la zona de libre comercio con los países del Cono Sur, crean condiciones propicias para la transformación productiva del sector, de cara a la competencia con el Mercosur. El trabajo mancomunado entre el sector privado y el Gobierno Nacional, combinado con el entendimiento de senadores y representantes fue definitivo para la adopción de esta medida por parte del Gobierno del Presidente Uribe.

El resultado final de la reforma tributaria, que nos deja en la misma condición en la que estábamos con la Ley 788, pero que en su proceso de definición generó un situación de alto riesgo para el sector y para los consumidores, responde parcialmente a la disposición de la Corte Constitucional de no gravar la canasta básica de los colombianos. La dificultad inicial, en términos del entendimiento por parte de la Dian de los efectos nocivos del proyecto de ley, fue superada una vez el Congreso de la República generó responsablemente el espacio para que Fenavi y los demás integrantes de la cadena productiva, le hicieran ver tanto a parlamentarios como al Ejecutivo las consecuencias de adoptar el proyecto tal cual como lo había presentado el Gobierno inicialmente.

De nuevo, el trabajo conjunto entre el sector privado, el Ejecutivo y el Congreso se vio reflejado en un resultado favorable para la avicultura y para los consumidores colombianos.

Si bien el balance final del 2003 en materia de política avícola genera optimismo, el 2004 impone mayores retos y por tanto la necesidad de mayor compromiso por parte de todos:

– La política comercial de nuestro país en el 2004 será tal vez la más decisiva para el desarrollo futuro de la economía colombiana. En la negociación del bilateral con Estados Unidos se juega el futuro de la avicultura y de los sectores productivos que dependen de ella. El reconocimiento de una distorsión estructural en el patrón de consumo de los americanos es fundamental para adelantar la negociación sectorial con el país del norte.

– La posibilidad de que el Gobierno presente un nuevo paquete tributario, discutido con los diferentes estamentos de la sociedad, hace que nuestra participación como sector que provee dos alimentos básicos a los colombianos y que es gran generador de empleo, sea más activa en los diferentes foros públicos y privados. De ser exitosa la iniciativa del Gobierno, el proceso de discusión se convierte en una oportunidad única para armar un paquete tributario equitativo, con sustento técnico y que evite el deterioro de las condiciones de vida de los consumidores colombianos.

– Finalmente, la parafiscalidad. En los últimos meses se ha especulado mucho sobre posibles cambios en el sistema de administración de los recursos aportados por productores de diferentes sectores del campo colombiano a través de la figura de la parafiscalidad. En la medida en que las políticas exterior y tributaria definirán las condiciones de desarrollo futuro de nuestra avicultura, la claridad absoluta sobre el pensamiento gubernamental en materia del futuro de esta herramienta de desarrollo productivo, es fundamental para el diseño e implementación de la estrategia sectorial de largo plazo.

Así las cosas, despedimos el 2003 con una tranquilidad parcial en términos de la estabilidad de las condiciones de desarrollo de la avicultura, y recibimos el 2004 con nuevos retos que demandan la atención y activa participación de todos nosotros: la búsqueda de condiciones favorables para el desarrollo de nuestro sector debe estar acompañada de la implementación de decisiones empresariales, de cara a afrontar exitosamente las condiciones impuestas por la globalización; estos son algunos de los retos para el gremio y los empresarios. En lo que respecta al Gobierno y al Congreso de la República, el compromiso de escuchar y trabajar continuamente con esta actividad debe ser una constante durante el año que ya empieza.

Cuando esta columna se escriba en enero del 2005, el panorama de largo plazo para la avicultura estará prácticamente definido. El trabajo que realicemos durante los próximos doce meses definirá el contenido de este espacio dentro de un año.
Que en el 2004 logremos todos nuestros propósitos en pro de la avicultura y de los consumidores colombianos. El compromiso de todos es vital. Feliz año.

Jorge Enrique Bedoya Vizcaya

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