Las empresas familiares mandan

En una nota titulada Lee Kuan Yew, acerca de la educación, Juan C. Mondragón A., decano N.I. del Politécnico Grancolombiano, habla de la necesidad de que Colombia, como lo hizo Singapur, cambie su sistema educativo para que pueda aprovechar mejor los beneficios del mundo globalizado.

Si algún elemento ha caracterizado el despegue económico de Singapur, ha sido haber decidido muy rápidamente, después de la independencia, que sus ventajas competitivas, como pequeña nación que es, estarían fundadas en el desarrollo de un recurso humano de primer orden mundial. El artífice en ese momento del diseño de la política educativa fue su primer ministro Lee Kuan Yew, quien aún asesora al gobierno de su país y viaja por todo el mundo como invitado especial, compartiendo la exitosa experiencia de su patria.

Encrucijada en Japón

Hace unas semanas, en una de sus múltiples visitas a Japón, le preguntaron a Lee Kuan: “¿Qué debería hacer Japón para recobrar su vitalidad económica después de algo más de diez años de recesión?”.

La respuesta del viejo líder fue clara y contundente: “Cambiar el sistema educativo. Japón lo hizo durante la Restauración Meiji, cuando decidió abrirse al mundo y adoptar elementos foráneos en su sistema educativo. Y lo hizo nuevamente en 1945, después de la II Guerra Mundial, bajo la ocupación estadounidense. Ahora es el momento de volver a hacerlo”.

Según Lee Kuan, la estructura mental que genera en los estudiantes el actual sistema educativo japonés, está altamente influido por la concepción confuciana de la educación, que hasta ahora fue su gran fortaleza, pero que en este mundo que camina a enormes velocidades hacia un mundo globalizado, empieza a mostrar grandes limitaciones en términos de no privilegiar la creatividad individual, en generar aversión al riesgo y en ser aún muy conducente a una educación memorística. “La educación japonesa debería encaminarse a formar jóvenes con espíritu empresarial, con gran capacidad para entender la dinámica del progreso tecnológico y con mente abierta a los grandes cambios que está generando la globalización”, afirmó.

La educación en Colombia

A diferencia de un país como Japón, la educación en un país en desarrollo como el nuestro, enfrenta no solamente crisis de calidad y pertinencia, sino de cobertura. Pero, si como lo dice Lee Kuan Yew para el caso japonés, nosotros mirásemos brevemente si nuestro sistema educativo está preparado para la globalización, la respuesta sería un no rotundo. Aun cuando existe un gran consenso acerca de que el fin último de la educación debe ser formar seres humanos integrales, parece existir menos claridad acerca de importancia de formar jóvenes emprendedores, productivos y competitivos para un mundo cada vez más global. Muestra de esto puede encontrarse en los resultados del examen del Icfes, en los que nuevamente queda establecido que la mayor debilidad de los estudiantes está en las matemáticas.

Si a esto le agregamos las ya demostradas limitaciones de nuestros estudiantes en inglés y en el manejo de tecnologías, especialmente las de la información, y la muy baja exposición a otros ambientes y culturas, estamos ante un cuadro clínico bastante serio. Si queremos realmente participar exitosamente del mundo global, nuestro sistema educativo está en mora de enfocar y canalizar esa creatividad casi innata de nuestra gente, hacia formar jóvenes emprendedores, productivos y, como en el caso de Japón y del Este asiático, más orientados al empresarismo y a la problemática nacional.

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