¿Cómo se diagnostica el cáncer de próstata?
El diagnóstico del cáncer de próstata se realiza por medio de una biopsia. Dicho examen puede estar recomendado cuando hay alteraciones en el tacto rectal o en el antígeno prostático (PSA).
En Colombia, se recomienda ofrecer a los pacientes mayores de 50 años que consultan al médico los exámenes para la detección del cáncer de próstata (antígeno prostático y tacto rectal), incluso si acuden a consulta por otras causas. Este examen se puede realizar anualmente.
¿Cómo se diagnostica el cáncer de próstata?
Tacto rectal
Se realiza en el consultorio médico, no requiere anestesia ni ninguna preparación en especial. Pretende evaluar algunas características de su próstata, como el tamaño y la dureza, lo cual puede ser determinado gracias a su cercanía al recto. No es un examen doloroso, puede ser ligeramente incómodo y puede ser tolerado por cualquier hombre en edad adulta (figura 4). (Te puede interesar también: Enfermedades y Guías de Salud)
Antígeno prostático específico (PSA)
La medición de los niveles del antígeno prostático se hace en una muestra de sangre que se toma en el laboratorio. Es necesario realizar la toma del examen evitando cualquiera de las situaciones mencionadas a continuación, pues pueden alterar el examen:
- Infecciones en curso, como la prostatitis.
- Instrumentación reciente o biopsias previas de la próstata.
- Eyaculaciones recientes.
El antígeno prostático se considera normal cuando su valor según la edad es inferior a los rangos de referencia que se muestran en la tabla 1. El PSA es una proteína producida en la próstata, que no es única para cáncer, lo que significa que puede estar elevado en otras enfermedades de la próstata.
Es importante aclarar que se debe evaluar el comportamiento del valor del PSA de forma individual, acorde con la edad y las características de cada paciente.
Por esto, es importante que la determinación de si un antígeno está en un nivel anormal sea realizada por un médico.
En ocasiones existen dudas sobre un nivel de antígeno anormal, en esos casos el médico requiere repetir el examen no más allá de los siguientes seis meses. (Lee también: ¿Cuáles son los riesgos y efectos secundarios de los tratamientos?
Tabla 1. PSA según la edad
Rangos de normalidad para el PSA ajustado por la edad |
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Edad (años) | PSA normal |
40 -49 | 0-2,5 ng/mL |
50- 59 | 0 – 3,5 ng/mL |
60 – 69 | 0 – 4,5 ng/mL |
70 -79 | 0 – 6,5 ng/mL |
Fuente: Tomado de Oesterling JE, Jacobsen SJ, Chute CG, et al. Serum prostate-specific antigen in a community- based population of healthy men: Establishment of age-specific reference ranges. J Am Med Assoc. 1993;270:860-4.
Otra utilidad del PSA es servir como herramienta para evaluar la respuesta a los tratamientos instaurados en pacientes con cáncer de próstata; por eso, si usted ha sido diagnosticado con cáncer de próstata se le hará seguimiento con este examen con una frecuencia que establecerá su médico tratante.
Figura 4. Tacto rectal
Biopsia
Cuando con base en el resultado del PSA y del tacto rectal se concluye que se debe practicar una biopsia, esta se realiza por vía rectal, o sea, a través del recto.
La ecografía transrectal permite al urólogo escoger los lugares de la próstata donde pueden ser tomadas las muestras. Se deben tomar entre 10 y 12 muestras, que luego se envían a patología. Una vez estudiadas dichas muestras se podrá hacer el diagnóstico del cáncer de próstata.
Este examen es un procedimiento ambulatorio, incómodo, pero no muy doloroso, y es fundamental para descartar un cáncer de próstata. El procedimiento requiere una preparación especial, que le debe ser explicada antes de iniciarlo.
Es importante tener en cuenta que después del procedimiento es normal tener dolor en la región perineal, algo de sangre en la orina, el semen o la materia fecal.
No es normal la presencia de fiebre o sangrado abundante; si este se presenta, debe consultar urgentemente a su médico. Si se presenta una infección posterior a la biopsia, la cual no suele ser frecuente, se requiere un manejo rápido con antibióticos, pues es una situación delicada.
Respecto a los resultados de la biopsia, la primera pregunta sería: si son negativos los resultados, ¿esto implica que no tengo cáncer de próstata? La respuesta es no.
La biopsia toma unas muestras de la próstata con las cuales se puede diagnosticar hasta el 75% de los casos cuando es tomada correctamente.
Si aún persiste alguna duda por el comportamiento del PSA o los hallazgos del tacto rectal, se debe practicar una segunda biopsia, con las cuales se llega a diagnosticar hasta el 90% de los casos.
Lo ideal es que se tomen no menos de diez muestras, pues esto mejora de manera sustancial la posibilidad de hacer un diagnóstico.
Se recomienda hacer la biopsia con anestesia para así permitir tomar un número adecuado de muestras.
Después de establecer el diagnóstico de cáncer de próstata mediante la biopsia, la siguiente pregunta es ¿qué tan peligrosa es mi enfermedad?
El patólogo utiliza una medida que se denomina escala de Gleason (figura 5), la cual clasifica el grado de severidad de los cambios hallados en las muestras recibidas.
Esto es fundamental, pues de acuerdo con la severidad de los cambios se establece qué tan agresivo es el tumor y se puede orientar la decisión sobre el tratamiento.
Como se puede ver en la figura 5, se tiene una escala que va del grado 1 (menor alteración respecto a las células normales) al grado 5 (mayor alteración respecto a las células normales).
El patólogo, de acuerdo con esta escala, clasifica los dos patrones más frecuentes; así, el menor valor posible es 2 (1 + 1) y el mayor, 10 (5 + 5).
El orden de la clasificación es importante, es más grave un 4 + 3 (la mayoría de las células encontradas tienen alteraciones más severas) que un 3 + 4 (la mayoría de las células encontradas tienen alteraciones menos severas).
En general, la agresividad del tumor (que tan rápido puede crecer) se puede ver como se expresa en la figura 5.
Figura 5. Escala de Gleason
¿Qué tan avanzada está mi enfermedad?
Para evaluar la extensión del cáncer de próstata existen diversos exámenes que pueden dar información de puntos específicos que en un momento determinado podrían estar comprometidos por la enfermedad. Ejemplos de estos exámenes son:
1. Tomografía axial computarizada (TAC) abdominopélvica: es un examen de radiología que requiere la aplicación de una sustancia en la sangre, llamada medio de contraste, que ayuda a ver mejor los órganos del cuerpo.
Esta imagen permite visualizar la próstata y los órganos internos del abdomen y la pelvis, con el fin de detectar la presencia de órganos vecinos a la próstata o ganglios linfáticos comprometidos por el tumor. Desafortunadamente no detecta lesiones pequeñas, pero es de gran utilidad si se va a practicar tratamiento con radioterapia.
2. Gammagrafía ósea: el objetivo de este examen es saber si hay extensión del tumor a los huesos. Se realiza administrando en la vena de uno de los brazos una sustancia que se fija en los huesos y dos horas después puede ser vista en una imagen. (Te puede interesar también: ¿Cómo puedo apoyar mi tratamiento?)
Esta sustancia se fija en zonas donde hay producción de hueso nuevo.
Es útil para encontrar metástasis grandes, pero no detecta sitios donde hay pocas células cancerosas. Asimismo, es muy inusual encontrar metástasis en huesos cuando el PSA es menor de 10 ng/ml. Es importante mencionar que si hay artritis u otras enfermedades inflamatorias de huesos y articulaciones, estas se evidenciarán en el examen.
3. Resonancia magnética nuclear (RMN, o MRI por sus siglas en inglés): puede detectar si la lesión ha comprometido los tejidos cercanos a la próstata y los ganglios linfáticos vecinos. Es un examen que no requiere la administración de ninguna sustancia, es muy ruidoso y para algunas personas puede resultar un poco incómodo, porque se debe mantener una posición inmóvil durante un tiempo. Este examen se utiliza para planear la radioterapia o para detectar lesiones por la enfermedad cuando hay recurrencia del cáncer después de remover la próstata.
Pronóstico (gravedad de la enfermedad): para tener una idea del pronóstico o gravedad de la enfermedad en cada caso particular se combinan los hallazgos del antígeno (PSA), de la clasificación de Gleason (figura 5) y del TNM (T: tumor de la próstata; N: ganglios linfáticos cercanos a la próstata; M: presencia de metástasis), con el fin de establecer si el cáncer está solo en la próstata o fuera de ella, y evaluar la posibilidad de estar libre de la enfermedad en diez años.
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