Luxación Acromio Clavicular

Tratamiento quirúrgico mediante cerclaje con cinta de dacrón (Cervi-set_)

Dr. Luis Carlos Morales Sáenz
Dr. Miguel A. Murcia Rodríguez
Departamento de Ortopedia y Traumatología Hospital Clínica San Rafael

Introducción

La luxación acromio-clavicular es una de las lesiones traumáticas del hombro que día a día se hace más común, en virtud al aumento de la frecuencia de accidentes de tránsito y deportivos, evidente en la última década.

El aporte funcional de la articulación acromio clavicular a la biomecánica del hombro, fuera de contribuir con el 20% del total de los arcos de movimiento, y quizás más importante, es el de actuar como fulcro, sobre el cual se completan la abducción y flexión del hombro, importantísimas para el desempeño armónico y funcional de la extremidad superior10.

Lo anteriormente expuesto, nos plantea la necesidad de encontrar un tratamiento idóneo, por lo menos en lo que respecta a la luxación Grado III según la clasificación de Allman descrita en 1976 y otras similares, (Zlotsky, Ballard y Tossy en 1963)1. Se han realizado numerosos estudios comparativos entre tratamientos quirúrgico y conservador en importantes series de pacientes (Larsen y Nielsen en 1986, Rosenorn y Pedersen en 1974 y otros3, 5), sin obtener resultados óptimos con uno u otro.

En cuando al mecanismo del trauma, el más frecuente encontrado en los diversos estudios revisados1, 4, 5 y en nuestra propia casuística, es la fuerza vulnerante aplicada sobre la parte posterior y superior del hombro, bien sea por caída sobre el hombro, trauma directo con objeto contundente y con menor frecuencia, caídas sobre el miembro superior en extensión. Igualmente se ha descrito la lesión por tracción súbita del miembro superior hacia abajo4.

La mayoría de los pacientes sufre la lesión en actividades deportivas y accidentes automovilísticos, y dependiendo de la duración e intensidad de las fuerzas aplicadas, se producirán las lesiones descritas como G I, G II y G III de Allman1:

  • G I: Lesión intraarticular sin ruptura del complejo capsuloligamentoso acromioclavicular, generalmente producida por impacto directo de mediana intensidad sobre la cara externa del acromión.
  • G II: Subluxación de la clavícula por ruptura de la cápsula y de los ligamentos acromioclaviculares, por una fuerza aplicada en dirección superior y lateral, produciendo inicialmente una rotación externa de la escápula que toma como punto de pivote los ligamentos coracoclavículares.
  • G III: Luxación completa de la clavícula en dirección postero superior por ruptura de los ligamentos coracoclaviculares, debido a la progresión de la fuerza lesionante descrita en el G II.

Generalmente se encuentran desgarros de los músculos deltoides y trapecio en sus inserciones a nivel de clavícula distal y acromión.

Teniendo en cuenta esta clasificación, todos los autores revisados están de acuerdo en que los grados I y II deben ser manejados conservadoramente, con inmovilización en cabestrillo durante un promedio de 10 días, tratamiento sintomático del dolor y movilización precoz. En nuestro servicio empleamos el vendaje de Gilchrist7.

La lesiones G. III, una vez diagnosticadas según parámetros que expondremos más adelante, ya ofrecen algún problema en cuanto a la selección de la técnica entre 30 distintas, todas ellas encaminadas a reestablecer y mantener la congruencia articular, empleando para restituir los ligamentos coracoclaviculares, diversos materiales, desde la seda (Delbet-Moqot, 1910), pasando por las plastias con fascia (Bunnell Carrell, 1928), Broglio en 1931, Bosworth que instauró en 1941 el uso del tornillo para fijar la clavícula a la coracoides, Neviaser que utilizó el ligamento acromiocora coideo como plastia, la fijación transarticular con agujas de Kirschner preconizada por Phemister, la trenza de Supramid _ utilizada por Schoze y Ludwing en 1970. La esencia es la misma en todas las técnicas, variando de una a otra en el tipo de sujeción lo que nos lleva a pensar que aún no tenemos una que llene completamente los requisitos de lo ideal.

Últimamente, se ha venido empleando una nueva técnica de cerclaje, inicialmente en el servicio de ortopedia y traumatología del Hospital San José de Bogotá, utilizando una cinta de dacrón (Cervi-set_), diseñada originalmente para realizar cerclajes del cérvix en el tratamiento de la incompetencia del cuello uterino, cuyos resultados nos proponemos evaluar en el presente trabajo.

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