Editorial: La Nutrición Intrahospitalaria

Patricia Savino1

La vigilancia del estado nutricional es una necesidad para los pacientes hospitalizados. La única manera de establecer el grado de desnutrición o de sobrepeso es mediante la tamización nutricional y, a partir de ese punto, hacerles seguimiento en el hospital en forma cercana. Aquellos que se encuentren desnutridos, pue­den presentar un incremento en el riesgo de compli­caciones intrahospitalarias. Uno se pregunta cómo es que una situación de “no comer”, pasa inadvertida en los hospitales, mientras que normalmente genera tanta preocupación en la vida diaria (1,2); es como si todos diéramos por hecho que el estar hospitalizado significa inanición o “semiinanición”. Además, cuando quere­mos decir que una comida es desagradable, decimos “parece comida de hospital”.

Para muy pocos pacientes la pérdida de unos cuan­tos kilos durante la hospitalización es beneficiosa; para la mayoría significa un aviso de alerta y, por lo tanto, implica la necesidad de actuar para modificar esta situación (3,4).

La tamización nutricional es tan sencilla, que solo requiere buena voluntad para hacerla y decisión para implementarla. Sin embargo, en la mayoría de los hos­pitales no se hace de rutina.

La desnutrición hospitalaria es un mal que nos aqueja globalmente. No se salvan los países desarro­llados y mucho menos aquellos en desarrollo, como el nuestro. La situación se vuelve más grave en la medida que se conjugan varios factores, como son los pacientes de bajos recursos económicos, que por su condición de pobreza tienen una mala alimentación, aquellos con adecuados ingresos pero que tienen malos hábitos alimentarios, el incremento de la edad, la presencia de enfermedad, o la combinación de cualquiera de los fac­tores mencionados anteriormente (3,4). La Asociación Colombiana de Nutrición Clínica publica en la presente edición el consenso para la tamización nutricional, con el objeto de hacerlo disponible para los diferentes pro­fesionales de la salud y facilitar su implementación.

La educación en nutrición es fundamental para todos los profesionales de la salud. Infortunadamente, no se imparte en la mayoría de las facultades de Medicina, pudiendo ocasionarles daño principalmente a los pacientes, quienes se encuentran indefensos y tienen que seguir la recomendación de su médico tra­tante. He atendido muchos pacientes diabéticos que se encuentran desnutridos y desorientados debido a que sus médicos les han prohibido tantos alimentos, que los han dejado con una alimentación deficiente y desequi­librada.

A nivel hospitalario, la situación no es mejor, muchos de ellos se quedan sin alimentación por días y hasta por semanas, pues la nutrición no es una prioridad. La vía oral se suspende por los diferentes procedimientos (5). Las comidas se quedan servidas, se enfrían o, en otros casos, llega a ser tan restringida, que realmente no es apetecible (1-4). En situaciones más delicadas, los pacien­tes requieren nutrición entérica por sonda; sin embargo, esto exige el conocimiento de la fisiología gastrointesti­nal, las características de las fórmulas de nutrición enté­rica y de las sondas y las vías de acceso.

Los médicos de diferentes especialidades no tienen esta compleja información, ya que no se encuentra dentro de su manejo de rutina. La inexistencia de los grupos de soporte nutricional en los hospitales dificulta la implementación de la nutrición entérica por sonda, prefiriéndose la administración de nutrición parenteral, que evita todas estas variables y simplifica la adminis­tración por ser intravenosa, despreciándose los efectos secundarios negativos que conlleva ( 6).

La Asociación Colombiana de Nutrición Clínica, tal como se muestra en el artículo sobre el curso educa­tivo de terapia nutricional total (7), ha educado hasta el momento en Colombia a 2.730 médicos con el objeto de brindar un mayor conocimiento en el campo de la nutrición y lograr una adecuada selección y administra­ción del soporte nutricional entérico o parenteral.

El conocimiento de la nutrición parenteral ha tenido varios cambios en los últimos tiempos. Colombia tiene la fortuna de disponer de la mayoría –por no decir de todos– los sustratos disponibles tanto en Norteamérica como en Europa para poder administrar un soporte nutricional parenteral adecuado. Para quienes segui­mos los estándares norteamericanos, entre ellos los de la American Society for Parenteral and Enteral Nutrition (ASPEN), se nos quedan cortos pues no disponen de las infusiones europeas de emulsiones de lípidos, al no estar aprobadas por la Food and Drug Administration. Inclusive, he visto con sorpresa que desde hace un par de años, han pasado tiempos muy difíciles por el inade­cuado abastecimiento de vitaminas y minerales traza.

Con el objeto de contribuir con la actualización en la información del manejo de la nutrición parenteral, la Asociación Colombiana de Nutrición Clínica ha obte­nido un permiso especial con la European Society for Parenteral and Enteral Nutrition (ESPEN) para traducir las guías de manejo de nutrición parenteral. Al final de esta edición se encuentran los dos primeros capítulos pertenecientes a esta serie.

Finalmente, quiero manifestarles mi agrado por vol­ver a estar a cargo de la revista oficial de la Asociación Colombiana de Nutrición Clínica y espero obtener retroalimentación de las diferentes ediciones y de aque­lla información que ustedes quieran recibir.

Referencias

  • 1. Kondrup J. Can food intake in hospitals be improved? Clin Nutr. 2001;20:153-60.
  • 2. Savino P. Desnutrición hospitalaria: grupos de soporte metabólico y nutricional. Primera parte. Rev Colomb Cir. 2012;27:46-54.
  • 3. Savino P. Desnutrición hospitalaria: grupos de soporte metabólico y nutricional. Segunda parte. Rev Colomb Cir. 2012;27:79-84.
  • 4. Kondrup J, Johansen N, Plum L, Bak L, Larsen I, Martinsen A, et al. Incidence of nutritional risk and causes of inadequate nutritional care in hospitals. Clin Nutr. 2002;21:461-8.
  • 5. Lamb S, Close A, Bonnin C, Ferrie S. ‘Nil by mouth’. Are we starving our patients? e-SPEN. 2010;5:e90-2.
  • 6. Dhaliwal R, Jurewitsch B, Harrietha D, Heyland DK. Combination enteral and parenteral nutrition in critically ill patients: Harmful or beneficial? A systematic review of the evidence. Intensive Care Med. 2004;30:1666-71.
  • 7. Waitzberg D, Correia I, Echenique M, Lamache I, Soto K, Mijares M, Alvarez N, et al. Total nutrition therapy: A nutrition education program for physicians. Nutr Hosp. 2004;19:28-33.

Correspondencia:

Patricia Savino, ND, MBA, CNSD
patricia.savino@gmail.com
Bogotá, D.C., Colombia


1 Patricia Savino. Licenciada en Nutrición y Dietética, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, D.C., Colombia; Magister of Business Administration.
Certified Nutrition Support Dietitian
Recibido: 25 de julio de 2012; Aceptado: 25 de julio de 2012

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