Memorias de Cardiología, Cuentos, Anécdotas y Recuerdos

María Victoria Torres***

Cuando se trabaja en una institución son múltiples los recuerdos y anécdotas.

Cuando se inició la institución todo olía a nuevo, los pisos deslumbraban tanto que cuando llegamos a la entrevista nos teníamos que coger del pasamanos para no caer. Las auxiliares de enfermería, muy pocas al comienzo, éramos muy unidas y no faltaba el fin de semana que fuéramos a rumbear con los chicos del servicio de apoyo. Varios matrimonios surgieron de allí…

Nosotras sufrimos el desacierto respecto al uniforme por mucho tiempo… (figura 1).

María Victoria Torres con una vieja Máquina de Hemodiálisis

Por ello, siempre era fácilmente confundido nuestro rol; además de que sirvió muchas veces para reanimar a nuestros pacientes hombres que tuvieron la fortuna de ver nuestras piernas al pasarlos a la camilla o al secar sus pies…

He trabajado con muchas personas de las cuales tengo muchos recuerdos y que dejaron huellas en la institución (figura 2).

Luz Mercedes Moreno primera jefe de cardiología. Fue ella una de tantas jefes que ayudó a organizar la institución antes de que ésta abriera sus puertas. De ella recuerdo alguna vez que un paciente hiciera paro cardiorrespiratorio, después de la reanimación ella le dice al paciente: – “aprete mi mano”

El doctor Gustavo Restrepo siempre catedrático le dice: -“No se dice aprete sino apriete” ella algo estresada le contesta: -“estoy en una situación aprietante!”

Otra de las jefes que pasó por cardiología fue Norma Salazar. A ella sí que le pasaban cosas:

Yo le estaba haciendo prueba de esfuerzo a uno de los actuales ministros cuando ella entró lo vio y se le hizoconocido –“ Que hubooo…!”

De izquierda a derecha algunos Doctores

Él extrañado y sonriente le contestó:

– “ Que hubooo..!” Ella me pregun-tó:
– ¿Él es un paciente de rehabilitación cardiaca verdad?” Le contesté que no y le expliqué quién era. Casi se muere de vergüenza cuando él insistió en despedirse de ella.

También ella, siendo jefe de urgencias la llamaron de la dirección general recomendándole al doctor Carlos Lleras Restrepo, ex presidente. El doctor Lleras Restrepo llegó y la jefe muy amable y efusiva salió a recibirlo: doctor López!

Dice ella que al comienzo no entendía por que todos a su alrededor la miraban como si se les fuera a salir los ojos!

Secretarias, de las pocas que han pasado por cardiología, recuerdo en especial una que era muy despistada. Una vez estábamos comentando algún éxito de Diomedes Díaz y ella, al salir a llamar a un paciente: “señor Diomedes Díaz!. La gente en la sala de espera conmocionada buscaba al tal Diomedes Díaz…

A la misma secretaria el doctor Orlando Corzo le pidió que hiciera una cuenta por triplicado y ella al total lo multiplicó por tres. En el momento en que el doctor le hacía el reclamo pasó el Capellán del hospital por ahí y la saluda: adiós señorita Lina y ella le contesta: -adiós doctor!. El doctor Corzo le dice:-“ve Lina ¿cómo es usted de despistada?

Y cómo no recordar a la jefe Luz Stella Avellaneda. Un día al probar una banda sin fin me pidió que me subiera, ésta arrancó a toda la velocidad y salí disparada por los aires y terminé encima de un escritorio tratando de recordar lo que había pasado. Al final del día seguíamos riendo sobre lo que había pasado…

Y qué tal la jefe Ana María Estrada. La llamaron un domingo a la casa:

– Ana María tienes que venir a hacer una prueba de esfuerzo
– ¡Una prueba ni porque fuera el pre-sidente!
– ¡Ana María es el presidente!

Un personaje de la farándula, vino una vez para que le hicieran un ecocardiograma, mi compañera Rosario Franco le pidió que se desvistiera de la cintura para arriba. Él salió en interiores:

– ¡Ya estoy listo señorita!

Y la jefe Carolina Monroy estaba hablando por teléfono con su papá y algo le preguntó el doctor Enrique Urdaneta y ella le contestó: -“¿Qué qué papito?

No se sabía quien de los dos estaba más apenado.

A mi amiga, Sonia Chang Coley de raíces orientales, quien es auxiliar de enfermería, los pacientes le preguntan:

– ¿Usted es oriental?
– Sí soy del Oliente pero del oriente antioqueño!
– ¿Usted sabe chino?
– ¡Cachi no!

Hace algunos días llegó un paciente de la China para un chequeo ejecutivo. El señor no sabía ni jota de espa-ñol y muy poco inglés.

Yo le estaba haciendo la prueba cuan-do llegó mi amiga Chang y le mostró el carné, diciéndole:

– I am Chang, I am Chang!!!
– El paciente asombrado exclama ooh!
– Ella: ¿Do you speak chinese?
– Él contento asintió con la cabeza- Ella dice: Yo no!

Y para terminar una anécdota mía:

Alguna vez en un turno muy agitado observamos una araña de gran tamaño (para nosotras) paseándose por la pared del pasillo de cardiología. Era tal el agite que olvidamos la existencia del intruso arácnido.

Al recibir un paciente de piso que venía en silla de ruedas (una señora como de 70 años) advertí que la araña se había posado en mi pecho. En ese momento el terror se apoderó de mí y olvidé que estaba en un hospital y que había pacientes alrededor. Comencé a gritar y saltar como una loca. Cuando logré desprenderla de mi blusa y aplastarla en el piso, emití un suspiro de alivio mientras elevaba la vista…

Apenada vi muchas personas a mi alrededor: médicos, pacientes, compañeras que acudían a auxiliarme.

¿Qué tienes, un ataque? – alguien preguntó

– No, era una araña!

La risa en unos, el enojo en otros… Fue difícil tomarle el ecocardiograma a la señora, ya que cada vez que me veía soltaba la carcajada.

Me demoraría meses en contar miles y miles de anécdotas porque yo también tuve 20 años y 24 en esta institución. Dios bendiga a todos y cada uno de mis compañeros y a esta institución para que cumpla muchos más.

De izquierda a derecha: jefes

Entrevista a una Enfermera: “Mi Mami”

Gabriela Durán Vanegas♣

Soy Gabriela Durán Vanegas (GDV), hija de Stella Vanegas (SV), tengo nueve años estudio en el Newman School y voy a entrevistar a mi mamá para que me cuente anécdotas de su trabajo en la Fundación Santa Fe de Bogotá.

GDV: ¿Mami en qué área trabajas?

SV: Soy enfermera y actualmente trabajo en el área de Epidemiología.

GDV: ¿Con quién trabajas?

SV: Trabajo con el doctor Guillermo Prada.

Mi mami me cuenta que él la apoya en su trabajo y enseña a todos como evitar infecciones con el lavado de manos. También le enseña secretos de cocina; yo lo conozco por que sale en TV y me cae bien.

GDV: Mami, ¿cuántos años llevas en la Fundación?

SV: Llevo 24 años y he trabajado en la Unidad de cuidado intensivo, en urgencias y ahora en prevención de infecciones.

He sido paciente de Urgencias y me ha gustado la atención por que las enfermeras son amables y los pediatras me han curado.

GDV: ¿Qué es para tí la Fundación?

SV: Es el sitio donde he aprendido mucho de mi profesión y de las experiencias que he compartido con mis compañeros. He tenido oportunidades de aprendizaje que han fortalecido mi desarrollo profesional.

Mi papá y yo disfrutamos sus anécdotas y éxitos en su trabajo. Mi mami aunque trabaje mucho, siempre tiene un espacio para nosotros.

GDV: Mami has viajado a diferentes ciudades, ¿Cuál es el motivo de estos viajes y cuál recuerdas como especial y porqué?

SV: He viajado por dos motivos, para dictar conferencias en congresos de temas que hacen parte de la experiencia que he alcanzado en mi práctica profesional y que han dado una identidad a la institución, por ejemplo el Programa de Vigilancia del Sitio Operatorio. Recuerdo especialmente un viaje a Costa Rica con Bertha Ramírez, enfermera del área de cirugía, estuvimos en el Hospital México recibiendo un entrenamiento en el manejo de heridas, compartimos conocimientos y experiencias con enfermeras y médicos de otros países (figura 1).

GDV: ¿Qué es la clínica de heridas?

Mi mami y Bertha Ramírez en Costa Rica

SV: Es un servicio que organizamos con Sandra Torres, quien es la jefe actual. Se atienden pacientes con complicaciones de heridas después de una cirugía o heridas ocasionadas por accidentes o enfermedades. Sandra ha logrado dar una imagen nacional muy importante, somos referencia y ella ha formado a muchas enfermeras en este tipo de atención a través de un curso que se realiza cada año. Sandra es una persona que admiro mucho por su honestidad, dedicación y servicio humano, los pacientes la quieren mucho.

GDV: Parece que además del trabajo también tienes momentos de diversión, ¿con quién compartías esta celebración? (figura 2).

Fiesta de disfraces organizada por compañeros de la Unidad de Cuidados Intensivos

SV: Claro que sí; además de trabajar, nos gusta compartir otras situaciones, celebramos el Halloween, la navidad, y en esta fotografía están algunos compañeros de la unidad de cuidados intensivos.

GDV: ¡Que loquitos!!. ¿Qué recuerdos te trae la UCI?

SV: Me recuerda muchas horas de trabajo con el reto y la presión del doctor Enrique Arango y el doctor Eduardo García, quienes nos exigían mucho estudio. También lo relaciono con Marcela Correal a quien admiro por sus conocimientos y seguridad para cuidar pacientes críticos (muy enfermitos).

GDV: En estos 24 años ¿cuál ha sido el más importante y porqué?

SV: Definitivamente el año en que naciste tú.

GDV: Esta soy yo ”Gaby” recién nacida y soy lo más importante para mi mami (figura 3).

Gaby recién nacida

Mi mami recuerda que en el momento del parto recibió apoyo y tranquilidad de su compañera Vilma Ruge. También participo en los eventos que organiza la Fundación (figura 4).

Celebración del Día de los Niños

SV: Esta navidad fue muy chistosa GDV. Mi mami me dice que Pedro el escamoso fue representado por el doctor Bernardo Moreno, ginecólogo quien controló el embarazo de mi mami y su compañera Martha Mora: ella es una amiga muy especial, alegre y divertida.

Bernardo Moreno interpretando a “Pedro el escamoso”

GDV: ¿Mami qué es lo que más identifica a Martha Mora?

SV. Su memoria: nunca olvida un nombre, una cara o una situación y siempre está dispuesta a ayudar a quien lo necesita.

GDV: Uno de los eventos que más recuerdo es Divercity allí disfruté mucho y compartí con Laurita, la hija de una compañera de mi mami Cristina Salazar. Estábamos muy emocionadas porque entramos a un hospital igual a donde trabajan nuestras mamás. Con estas historias consideramos la Fundación un segundo hogar.

Scielo

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