Seguridad del Paciente, Implementación de una Cultura

Los procesos clínicos que se atienden en las instituciones de salud son cada vez más complejos. El trabajo se realiza bajo niveles altos de estrés y decisiones cruciales se deben tomar en cuestión de segundos.

En estos momentos de presión en la atención de pacientes suceden eventos indeseables, algunas veces sin causar daño, pero en otras ocasionando lesiones importantes que pueden comprometer la vida del paciente.

Al ingresar a una institución de salud los pacientes buscan mejorar su salud y no empeorar o morir como consecuencia de errores en la atención. Siguiendo el principio Hipocrático Primum Non Nocere, Primero no hacer daño, el trabajador de la salud brinda la atención con responsabilidad y ética, sin la intención de causar daño, tema que se creía implícito en el proceso de atención, a pesar de que se reconoce que los procesos de la atención de salud son de los más complejos que enfrenta el ser humano.

Se entiende por seguridad del paciente:

El “Conjunto de estructuras o procesos organizacionales que reducen la probabilidad de eventos adversos resultantes de la exposición al sistema de atención médica a lo largo de enfermedades y procedimientos.”(1)

La compleja combinación de procesos, tecnología e interacciones humanas, son algunos de los elementos que constituyen la medicina moderna.

Lo anterior puede tener beneficios, pero también, resultados no esperados y hacen parte del riesgo inevitable de los eventos adversos que pueden ocurrir.

Tales eventos se relacionan con diferentes situaciones: error humano (fatiga, estrés, distracción, falta de competencias técnicas y no técnicas adecuadas); errores en los procesos (desconocimiento en aspectos médicos, científicos, operativos y guías de manejo, ausencia de listas de chequeo, diseño inadecuado de los procesos clínicos, falta de estandarización de procesos clínicos, falta de desarrollo o adopción de guías de atención, ausencia de compromiso gerencial con la seguridad de los pacientes y la no implementación de prácticas seguras reconocidas); error del paciente y fármaco vigilancia o tecno vigilancia.

Diversas entidades de salud se cuestionan seriamente: ¿Por qué en otro tipo de organizaciones los resultados son mejores que en las instituciones de salud? La respuesta es sencilla, porque tienen procesos menos variables, más predecibles y más seguros. El ser humano es altamente complejo e impredecible.

En consecuencia y según Kerguelén, las Organizaciones Altamente Confiables (OAC), recientemente creadas, hacen énfasis en que éstas son complejas en su operación y que con tecnología de vanguardia funcionen hasta donde sea humanamente posible, libre de errores.(2)

Entre las características de las OAC se encuentran:

  1. la preocupación constante por las pequeñas fallas;
  2. antes de adoptar un cambio, hacerlo sobre el terreno, con el fin de optimizar su implementación;
  3. el manejo de lo inesperado, puesto que por más estructurados que se encuentren los sistemas siempre existen riesgos latentes;
  4. compromiso con la adaptación y recuperación, lo cual pretende mantener el control de los errores y estar preparado para responder con el objeto de que el proceso siga funcionando; y
  5. la deferencia hacia la experticia: la organización puede ser flexible y adoptar una estructura jerárquica transitoria en una situación de riesgo determinado, momento en el cual aquellos con más experticia o experiencia toman el mando y una vez superada la crisis regresan a su tradicional jerarquía.(2)

En la década de los noventa, se inicia un boom mediático del evento adverso, en el que participaron países como Estados Unidos de América, Australia, Gran Bretaña, Reino Unido e Irlanda del Norte, entre otros. Un caso particular ocurrió con el libro “Errar es Humano”, publicado en el año 2000 por el Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de América, el cual produjo un profundo impacto en el ámbito mundial, por su conclusión controversial: cada año, ocurren entre 44,000 y 98,000 muertes como resultado de los errores en los procesos de atención en los hospitales de Norteamérica.(3)

¿Pero qué efectos produjo esta publicación en la población mundial?

Concientizar a los trabajadores de la salud, partiendo desde los entes gubernamentales, de la importancia de brindar una mejor atención y más segura: crear la cultura de seguridad del paciente. Alarmar y alertar a la población en general, en especial a los medios de comunicación, acerca de la calidad del cuidado médico que los pacientes reciben en los hospitales.

Otra publicación que causó gran impacto fue la que mostró los resultados del estudio de práctica médica de Harvard en 1991 (Harvard Medical Practice Study). Dicho estudio mostró que 4% de los pacientes sufren un evento adverso en el hospital, 70% de los cuales acusan discapacidades transitorias y 14% fallece como consecuencia del evento adverso.(4)

Los eventos adversos representan un aumento en los costos hospitalarios y del Sistema de Salud en general.

En Estados Unidos de América, el precio de los eventos evitables, incluyendo la pérdida de ingresos (lucro cesante), discapacidad y gastos médicos, entre otros, se estima entre 17,000 y 29,000 millones de dólares anuales. En Gran Bretaña, el incremento de la estancia hospitalaria genera un costo adicional de 2,000 millones de libras y de 400 millones por demandas médico legales.

Según la OMS en los países en vía de desarrollo, 77% de los eventos adversos corresponden a casos de medicamentos adulterados y de baja calidad. El mal estado de la infraestructura y de los equipos médicos, el escaso control de las infecciones y la falta de cultura hacia la seguridad del paciente, entre otros, conducen a una mayor probabilidad de que se presente esta alta incidencia de eventos evitables.

La gran mayoría de los eventos adversos suelen suceder en los hospitales debido a su complejidad per se. Sin embargo, pueden ocurrir en consultorios médicos, farmacias y en el hogar.

En la mayoría de los países de América Latina el tema de la seguridad en la atención de los pacientes, es uno de los referentes de calidad en atención en salud. De igual forma, trabajar en la seguridad del paciente, además de ser un imperativo ético de las instituciones de salud, es una obligación de Ley. En Colombia, tanto el tema de calidad como de seguridad se consideran en el Decreto 1011 de 2006 artículo 2º, la Resolución 1443 de 2006, artículo 6º y la 1446 de 2006, artículo 1o.

Es así como la seguridad en la atención de pacientes se ha convertido en un aspecto prioritario en las organizaciones y el funcionamiento de todo el sistema de salud en el ámbito mundial dado que repercute directamente en la calidad de atención.

“ATENCIÓN CONFIABLE”

En mayo de 2007 en el Hospital Universitario de la Fundación Santa Fe de Bogota, se consolidó el programa para la seguridad en la atención de pacientes “ATENCIÓN CONFIABLE”, cuyo objetivo es garantizar que todos los riesgos inherentes a los procesos de atención sean minimizados para ofrecer un servicio seguro y de excelencia enfocado en el paciente y su familia, y hacia el personal de la institución con un énfasis enorme en el proceso de reporte de los eventos adversos.

Dicho programa se ha desarrollado en tres fases:

fase inicial

En la fase inicial se unieron todos los esfuerzos de la institución en temas de seguridad en la atención de pacientes como el de la cultura de reportes de incidentes/accidentes del departamento de enfermería, a través del Comité de calidad de atención de enfermería cuya trayectoria se remonta a 1983;

Comité de Infecciones con el seguimiento de la infección nosocomial y del sitio operatorio por 18 años; guías basadas en la evidencia, digitalización de la historia clínica y órdenes médicas, adherencia a las guías de manejo del programa Salve 100,000 vidas; comité de farmacia con su correspondiente reporte de eventos adversos; prácticas seguras por área; proyectos Seis Sigma en áreas clínicas y finalmente adherencia al Consentimiento Informado.

Segunda fase

La segunda fase consistió en la formalización del Sistema de Reporte Institucional conformando una base de datos, documentación y difusión de casos, análisis de las causas de los eventos utilizando la herramienta de espina de pescado, formulando, junto con las áreas comprometidas, las acciones preventivas y correctivas. Todo esto dentro de un ambiente de confidencialidad.

Adicionalmente se creó la Oficina de Atención confiable, la cual está integrada por un médico, una enfermera y un químico farmacéutico, quienes participan en forma activa en los comités antiguamente establecidos, consolidan, analizan y hacen seguimiento a los eventos adversos reportados, para lo cual se instaló la línea telefónica *123. Se diseñó una estrategia de comunicación y un logotipo del programa de Atención Confiable y finalmente la creación del Comité de Seguridad.

Tercera fase

Por último, en la tercera fase se ha implementado el programa mediante la identificación de temas críticos tales como la identificación del paciente, las caídas, y la formulación de medicamentos, abordados con la metodología Seis Sigma.

La capacitación a un grupo líder sensibilizado y entrenado; el énfasis en las listas de chequeo; la revisión de procesos críticos; el grupo permanente de trabajo (planeación, evaluación y mejoramiento); la comunicación a toda la organización en espacios ya establecidos; rondas de seguridad; estudio de prácticas internacionales y el lanzamiento de la campaña/obra de teatro “Atención Confiable“ son algunas de las estrategias utilizadas.

Con lo anterior podemos concluir que existen falencias en los diversos procesos establecidos en las instituciones de salud que comprometen la vida de los pacientes. En algunos casos, los eventos adversos son prevenibles y en otros no.

Lo importante es que se reconozca el error, se reporte, se aprenda de éste para que no se repita y si esto ocurre se mitigue el daño ocasionado al paciente. Las acciones de mejoramiento, el rediseño de los procesos y la elaboración de mapas de riesgo son las principales herramientas para garantizar la seguridad en la atención al paciente.

Referencias Bibliográficas

1. World Health Assembly Quality of Care: Patient Safety. WHA55, Geneva, 2002.
2. Kerguelén C. La Teoría de las organizaciones altamente confiables en el contexto de la seguridad de pacientes. Vía Salud, gestión, calidad y logros. Bogotá. Editorial Kimpres Ltda. Número 39. Abril 2007.
3. Kohn LT, Corrigan JM, Donaldson MS (eds). To err is Human: Building a Safer Health System. Washington DC: National Academy Press. 2000.
4. Brennan TA, Leape LL, Laird NM, et al. Incidence of adverse events and negligence in hospitalized patients. Results of the Harvard medical practice study. N Engl J Med. 1991; 324(6):370-6.


Oficina de Atención Confiabl eHospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá Correspondencia: armando.rojas@fsfb.org.co angela.torres@fsfb.org.co Felipe Guzmán: felguz@hotmail.comRecibido: diciembre de 2007Aceptado para publicación: diciembre de 2007

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