Salud durante la Colonia y la República en Colombia

De la  Academia
Bicentenario de la Independencia 

Hospitales, Educación Médica e Instituciones de Salud durante la Colonia y la República en Colombia

Michel Faizal Geagea1

Introducción

La Medicina colombiana surgió con la evolución de los conocimientos, bajo la influencia de las corrientes sociales, culturales y religiosas. En el período precolombino, la Medicina fue ejercida por los Shamanes, quienes con el conocimiento de los poderes terapéuticos de las plantas medicinales atendían al enfermo con rituales que elevaban el poder de la influencia psicológica.

Durante la conquista y la colonia, la atención de los enfermos era una labor eclesiástica, los sacerdotes estaban a cargo de la atención de los padecimientos que aquejaban a la población. La organización y la formación de los hospitales estaban a cargo de los obispos, quienes disponían de sus propiedades en función de la labor médica.

Ante la creciente necesidad de atención de la salud y la enfermedad, el Rey de España Carlos V (1500-1558), expide las Cédulas Reales 1537 y 1541 en las que ordena la creación de hospitales en todo su dominio colonial de ultramar, con cargo al Rey y a las colonias. Fue así que durante el período colonial se construyeron hospitales en La Española, hoy República Dominicana, Haití, México, Cuba, Nueva Granada, Quito y Perú. (Ver: Situación en el Territorio que sería el Nuevo Reino de Granada)

Atención de los enfermos

Antes y después de esta ordenanza, los obispos disponían o donaban sus terrenos y casas, que adecuaban para la atención de los enfermos.

Posteriormente, por la influencia de la corriente Carolingia, año 819, se dispuso de arquitecturas denominadas claustros, los que servían como colegios, conventos, hospitales y guarniciones militares.

La atención y tratamientos en estos centros hospitalarios estaban dominados por la fe y preceptos espirituales, aunque se disponía de plantas medicinales en preparaciones como brebajes, infusiones, baños y sangrías, entre otros.

Las plantas provenían de Europa o eran originarias de las colonias y tradicionalmente usadas por los curanderos.

Manuales de terapéutica dogmatizaban los tratamientos, por ejemplo “Recetas de espíritu para enfermos del cuerpo” de autoría del padre Pedro de Mercado o la consagración victimal “Ni sanar, ni morir, solo vivir para sufrir”, del padre Andrea Beltrami.

Los recursos para el sostenimiento de los hospitales provenían de donaciones, regalos, testamentos de almas de carácter piadoso, pues era una práctica común entregar sus bienes en vida a la Iglesia para la salvación de su alma en el cielo.

Hospitales durante la Colonia

Los hospitales estaban exentos del pago de impuestos o diezmos y eran bienes de difícil enajenación. El tér­mino hospital incluía hospicios, casas de misericordia, obras pías, patronatos de legos, cofradías y nosoco­mios. La función de los hospitales era atender a los enfermos, a las mujeres embarazadas, los niños huér­fanos y abandonados, los ancianos incapacitados, los minusválidos, los pobres, los peregrinos, los vagos y, en contadas excepciones, a los hijos naturales.

En los inicios de la misión hospitalaria, los clérigos eran los que atendían a los enfermos en la oración y los tratamientos empíricos, de manera ocasional los médi­cos o los barberos fueron requeridos. Posteriormente, por la influencia de la Ilustración, los médicos fueron el eje central de la atención médica.

El primer hospital construido en la América de Colón fue en la isla de Santo Domingo, hoy República Do­minicana, y Haití en el año 1503, por instrucción de los Reyes Católicos al gobernador de las Indias con sede en ese territorio insular, don Nicolás de Ovando. El hospital se llamó San Nicolás de Bari, construido a las afueras de la urbe para evitar el contagio de la población sana.

El segundo hospital fundado en América y el primero en tierra firme fue en Colombia, la Nueva Granada, en el año 1513 y se llamó Santa María La Antigua del Darién. La población, hoy en ruinas, se encuentra lo­calizada en el margen occidental del golfo de Urabá, departamento de Chocó. (Ver también: La Conquista y la Colonia)

Santa Marta

Por ordenanza del Rey Carlos I y Cédula Real de 1530, se funda el Hospital de Santa Marta, llamado Hospital San Rafael. Hay registro de otras fechas de su funda­ción que datan del año 1532 y 1535. El hospital estuvo atendido por la comunidad de las Hermanas Domini­cas de la Presentación de Tours y la comunidad de San Juan de Dios.

El descubridor de la costa atlántica de Colombia y el fundador de Santa Marta, en el año 1525, fue Rodrigo de Bastidas, asesinado en Santo Domingo en 1527.

En 1528, el Consejo de Indias nombra Gobernador a Gar­cía Lerma, quien en 1530 fundó el hospital y, de su pro­pio pecunio, lo construyó, mantuvo y pagó el salario del médico. La población fue atacada con frecuencia por los indios Tairona, con lo cual eran atendidas en el hospital las víctimas de flechas envenenadas.

El hospi­tal tuvo que enfrentarse a epidemias como la ocurrida en 1536, con el arribo a Santa Marta del adelantado de las islas Canarias, don Pablo Fernández de Lugo, quien trajo una epidemia de disentería o posiblemente Cólera, que puso a prueba la capacidad para atender a gran cantidad de enfermos, los cuales morían y eran sepultados en fosas comunes. En 1557, la viruela azo­tó a Santa Marta y ello diezmó la población.

Cartagena de Indias

Cartagena, fundada por don Pedro de Heredia en 1533, contaba un año después con el primer hospital llamado de San Sebastián o de la caridad, y denomi­nado posteriormente Santa Clara, obra de Fray Tomás de Toro. Sin embargo, hay controversia hasta la actua­lidad acerca de estos datos, pues algunos mencionan 1604 como fecha de su fundación y se cree que fue obra del obispo de la Diócesis Fray Juan de Ladrada.

El hospital se construyó gracias a las donaciones del rey y de los habitantes. Los materiales que se emplea­ron fueron cal y canto. Fue encomendada su adminis­tración a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en 1596.

En 1603 se fundó el hospital del Espíritu Santo en el barrio de Getsemaní, por el hermano Juan de Segu­ra de la comunidad de San Juan de Dios. En 1613 se fusionaron los hospitales San Sebastián y del Espíritu Santo.

El Hospital de San Lázaro, fundado entre 1608 y 1610, fue destinado a la atención de enfermos de la enferme­dad de Hansen (Lepra) y estaba constituido por una serie de chozas de paja sin cercas ni tapias, con capaci­dad para doce enfermos, los cuales vivían en precarias condiciones. En este hospital y en otros de la ciudad, realizó su labor pastoral San Pedro Claver.

El hospital fue trasladado, en el año de 1640, del cen­tro de la ciudad a las afueras, al cerro de San Lázaro cerca del fuerte de San Felipe de Barajas.

Posterior­mente, por presión de los habitantes, en 1791 el virrey Espeleta lo hizo trasladar a la isla de Tierrabomba, en la población de Caño de Loro. Dicho hospital fue in­cendiado y los enfermos pasados a cuchillo por el ge­neral Francisco Tomás Morales en el año de 1815, por órdenes del pacificador español Pablo Morillo.

Pamplona

Fundada en 1549 por el capitán Pedro de Úrsula; a pocos años de su fundación, se construyó el hospital denominado Santa Ana. El padre Miguel de Isla lo re­construyó en el año 1777.

Mompox

Fundada en 1537 por el capitán Pedro Alfonso de He­redia con el nombre de Santa Villa de Santa Cruz de Mompox, tuvo al poco tiempo la construcción del hos­pital San Juan Bautista. Posteriormente, en el año de 1668, fue entregado en administración a la comunidad de San Juan de Dios.

Vélez

La fundación de la población de Vélez está fechada el 3 de junio de 1539 por el capitán Martín Galeano, bajo la orden del adelantado don Gonzalo Jiménez de Quesada. Posteriormente, la población fue trasladada a otro lugar y se construyó el hospital, que fue admi­nistrado por la comunidad de San Juan de Dios de la cual recibe su nombre.

Cali

Miguel López Muñoz, por orden de Sebastián de Be­lalcázar, fundó la ciudad de Santiago de Cali el 25 de julio de 1533, siendo ocupada hasta 1536. La cons­trucción del hospital se inició a mediados del siglo XVI adjunto al convento de la Merced, el cual sucum­bió cien años después.

Le siguió otro hospital anexo a la capilla de San Juan de Letrán que se derrumbó en 1672. Posteriormente, en el año de 1751, por iniciativa del Dr. Leonardo Sudrot de la Garda, con donaciones y legados, se logró terminar la construcción del hospi­tal de Cali, entregado en 1758 a la comunidad de San Juan de Dios para su administración.

El Hospital San Juan de Dios de la ciudad de Cali fue inaugurado el 23 de enero de 1752, atendió a los pa­cientes de la cuidad y a poblaciones circunvecinas, y fue cuna de una escuela práctica de Medicina. En 1802 don José Urbina realizó una operación de cesárea.

Tunja

La población de Tunja fue fundada el 6 de agosto de 1539 por el capitán Gonzalo Suárez Rendón. La crea­ción del Hospital de la Purísima Concepción de Tunja data de 1560. Pasó a ser administrado por los religio­sos de San Juan de Dios el 17 de julio de 1736.

Pos­teriormente ocurrieron varios traslados: es así como estuvo contiguo al edificio de los Jesuitas; en 1688, al convento de San Agustín; y en 1860, al convento de las Clarisas. En 1884 pasó a ser administrado por las Her­manas de la Caridad de la Presentación hasta 1920, cuando el arzobispo Eduardo Maldonado entregó la dirección eclesiástica. Se reabrió con una administra­ción laica en 1952.

(Lea También: La Educación Médica)

Santafé de Bogotá

En Santafé de Bogotá se fundó un primer hospital que llevó el nombre de San Pedro, aunque posteriormente recibiría el nombre de Jesús, María y José y, finalmen­te, el de San Juan de Dios.

El 21 de octubre de 1564, el arzobispo de Santa Fe, Fray Juan de Los Barrios y Toledo, otorgó escritura pública ante el presidente don Andrés Díaz Venero de Leiva, donando unas casas de su propiedad situadas en la calle de San Felipe (hoy carrera 6ta), en la parte posterior de la actual catedral Metropolitana. La aten­ción hospitalaria estaba a cargo de las órdenes Domi­nica y Franciscana.

El 2 de diciembre de 1595 el rey Felipe II otorgó la li­cencia a la orden monástica de San Juan de Dios para la fundación de hospitales en América. El Fraile de esta orden, San Juan Buenafuente, arribó a Santa Fe en 1603 para tomar posesión del hospital San Pedro. Sin embargo, el regente de la institución, arzobispo Loboguerrero, negó la entrega del hospital y fue solo hasta 1635 que el arzobispo Fray Cristóbal de Torres entregó el San Pedro al fraile Gaspar Montero.

La atención que prestaban a los enfermos estaba fun­damentada en la medicina humoral y dietética, con tratados que hacían dogma como “Recetas de espíritu para enfermos del cuerpo “, escrito por el padre Pedro Mercado de la Compañía de Jesús en 1680 y “El plan de dieta alimentaria del hospital San Juan de Dios Santafé” de 1790.

El hospital se tornó insuficiente

Para atender la cre­ciente demanda de la población, sus espacios exiguos y su ubicación en el centro de la ciudad hacían temer el contagio de las personas sanas. Con las rentas re­cibidas de la venta de varias casas que eran parte del hospital, así como también donaciones y limosnas, se inició en 1723 la construcción de la nueva sede, bajo la dirección de fray Pedro Pablo de Villamor, prior de la orden. La edificación localizada en la calle de San Miguel (hoy carreras 9 y 10, entre calles 11 y 12) fue inaugurada en 1739 con el nombre de Jesús, María y José.

Con esta ampliación el centro hospitalario entró en un período de crecimiento. Los santafereños estaban satisfechos y realizaron cuantiosas donaciones, limos­nas, capellanías, legados de gentes piadosas, cesiones de propiedades para dar alimento a los pobres el día de su santo, abultados espolios de presbíteros y frailes de la orden, incluso donaciones del Virrey Solís.

Como la población seguía en aumento junto con sus necesida­des de salud, el hospital se fue tornando insuficiente de nuevo, y fue cercado por construcciones aledañas, algunas auspiciadas por la misma orden clerical que vendió propiedades vecinas al hospital, por tanto, dejó de estar a las afueras de la ciudad y perdió su carácter de aislamiento.

Junto con la ciudadanía, el hospital debió afrontar la segunda peste del siglo XVIII

“La peste grande de las viruelas” durante la que murieron 5000 personas en el año de 1783, esto es, el 32 % de la población de Santa­fé. Durante el movimiento de los Comuneros de 1790, atendió a los soldados heridos, los enfermos acanto­nados en la ciudad, las tropas que participaron en las batallas de la independencia y las luchas fratricidas que sucedieron con posterioridad, es decir, el hospital asumió y cumplió funciones de un hospital militar.

En lo relacionado con la atención profesional médica, las prácticas aplicadas por los seculares no eran acor­des con los avances científicos de la época. La Ilustra­ción que intentó implementar Carlos III en el reino, llegó lentamente o no lo hizo.

Las autoridades civiles de Bogotá asumieron la ad­ministración del hospital ocasionando el retiro de los religiosos del hospital en 1835. La gobernación de la provincia de Bogotá fue incorporada al Estado de Cun­dinamarca en 1864, asumiendo ésta la dirección del hospital desde 1835 y hasta 1867. Durante ese período se llamó Hospital de Caridad.

La sobrepoblación de enfermos en el hospital, las fricciones entre la forma de administrar con el personal laico, los médicos, el gobierno de la ciudad y las críticas de la población so­bre la prestación del servicio, conllevaron al desgaste del hospital.

Desde 1834, la junta administrativa del hospital y la junta general de la Beneficencia de Cundinamarca,

En conjunto, tomaron la dirección del hospital, es decir, la administración completa e integral, la determinación de los reglamentos, los legados y, en general, todo lo concerniente al manejo del hospital. La ley del 14 de agosto de 1869 del Estado soberano de Cundinamarca, sobre los establecimientos de beneficencia y caridad, constituyó la junta de beneficencia del Estado; en vir­tud de ella, todos los establecimientos de beneficencia y caridad, quedaron bajo la dirección de la junta, entre ellos, el hospital San Juan de Dios. Los establecimien­tos administrados por la junta fueron: Hospital San Juan de Dios, Hospicio de Bogotá, Asilo de Locos, Asilo de Locas, Asilo de mujeres indigentes, Colonia de Mendigos en Sibaté, Asilo de niños desamparados, Asilo especial para niñas, Hospicio campestre de Sibaté y el manicomio para varones en Sibaté.       

Entre 1848 y 1890 se crearon las siguientes institucio­nes: La sociedad filantrópica de Bogotá, la sociedad central de San Vicente de Paul y sus entidades anexas, el Lazareto, El Asilo de inválidos, el Asilo de San José y la casa de corrección de mujeres del Buen Pastor. La manutención de las obras de fundación provenía de auxilios nacionales, departamentales, municipales y de la solidaridad ciudadana.       

La enseñanza de la Medicina en Colombia la iniciaron, en 1802, el padre José Celestino Mutis y el padre Miguel de Isla. Las clases teóricas se dictaban en el Colegio del Rosario y la práctica en el hospital San Juan de Dios; con interrupciones, el hospital cumplió con labores do­centes desde su inicio. En 1864 se fundó la escuela pri­vada de Medicina del doctor Rafael Vargas Reyes, cuyas prácticas médicas se realizaban en el hospital.

En noviembre de 1867, la gobernación de Cundina­marca expidió un decreto que organizaba los estudios de Medicina en el antiguo colegio de San Bartolomé y que alteraba el dominio que tenía el consejo de la es­cuela de Medicina privada sobre el hospital San Juan de Dios.

El consejo de la escuela de Medicina protestó enérgicamente y como medida de presión resolvió sus­pender la enseñanza de la Medicina, con la esperanza de que fuera una medida temporal.

Estos acontecimientos coincidieron con la creación de la Universidad Nacional de Colombia, que incluye la Facultad de Medicina en 1867. El gobierno, sin dejar­se presionar, determinó que para ejercer las labores en la Universidad Nacional se tendrían en cuenta a los profesores, pero no los sistemas u orientaciones, entre ellas las religiosas, ni tampoco el material de enseñan­za de la antigua escuela de Medicina. En consonancia con ello, el 11 de noviembre el consejo de la escuela de Medicina decidió clausurar la institución privada de formación médica.

El 3 de enero de 1868 se reglamentó la ley que creaba la Universidad Nacional de Colombia y estableció que el hospital San Juan de Dios sería el espacio físico para el desarrollo de la actividad académica.

La presencia de la naciente Universidad Nacional, con su Facultad de Medicina en el San Juan de Dios, permitió que la actividad hospitalaria se modernizara en concordan­cia con los conocimientos de la época, para lo cual se adoptaron los preceptos de la Medicina inglesa y fran­cesa.

La junta del servicio científico del hospital y la Escuela de Medicina de la Nacional adoptaron, el 1 de enero de 1874, la nosología metódica del Real Colegio de Médicos de Londres. Se puso en práctica el mismo año que fue editado en Inglaterra.

El proceso de ac­tualización y mejoramiento del servicio hospitalario y académico contó con la incorporación de las Herma­nas de la Caridad de la Presentación de la Santísima Virgen de Tours, que llegaron al hospital el 21 de junio de 1873, actualizando los servicios del hospital en sus aspectos asistenciales, de manera análoga al hospital general de París. Cada sección estaría atendida por un profesor, un médico hospitalario, dos internos, una hermana enfermera, un jefe de servicios, un ayudante y una empleada de aseo.

El crecimiento del hospital no acompañó el crecimien­to de la población. La estructura física del hospital es­taba cayendo en deterioro, amenazando la salubridad e higiene de la ciudad, pues los enfermos adquirían enfermedades nosocomiales, producto de la mala dis­tribución de los pacientes y de la higiene del hospital. Las aguas que servían al hospital se mezclaban con las de los habitantes sanos de la ciudad.

Estas y más razones hicieron necesario el traslado del hospital a un lugar lejano de la ciudad; así lo determinó la Asamblea Legislativa de Cundinamarca, que promulgó la ley 27 de 1884 para el traslado y construcción de una nueva sede para el hospital, con capacidad para cuatrocien­tos pacientes.

Ante la necesidad de trasladar el actual hospital y el re­querimiento de nueva infraestructura para incrementar la cobertura, la Sociedad de Cirugía de Bogotá, confor­mada por profesores de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, acudió y construyó el hospital San José, obra iniciada en el año 1905.

Sin embargo, por diferencias con la junta general de la Beneficencia de Cundinamarca, esta edificación nunca se utilizó como el hospital de caridad que reemplazaría al anti­guo San Juan de Dios y los pabellones del hospital San José permanecieron desocupados durante quince años.

Desde 1907, la Beneficencia de Cundinamarca con­templó la necesidad de ampliar el hospital. El gobier­no del presidente Rafael Reyes compró por cien mil pesos, el predio conocido como el Molino de Tres Es­quinas o La Hortúa, de propiedad de varios dueños, entre ellos, el señor Ospina Camacho. El predio per­maneció sin destinación mucho tiempo, incluso servía como pastizal para caballos.

El gobierno nacional, preocupado por la necesidad de trasladar el Asilo de locos, entregó el predio de La Hortúa a la Beneficencia de Cundinamarca para que construyera el edificio del manicomio, conminándola a ejecutar la obra en me­nos de cuatro años o, de otro modo, el predio sería de­vuelto al gobierno nacional. El acto fue protocolizado mediante la ley 63 de 1911.

Ante el apremio de perder la propiedad, la Beneficen­cia de Cundinamarca inicia la construcción de tres edi­ficios, celebrando la iniciación de la obra el 20 de julio de 1913.

Uno de los edificios corresponde a lo que es hoy el Instituto Materno Infantil, el otro al pabellón de la Administración y al hoy Instituto de Inmunolo­gía Dr. Manuel Elkin Patarroyo.

Los pabellones nunca fueron ocupados por el manicomio, permanecieron en abandono y solo fueron utilizados por la emergencia que ocasionó el terremoto de 1917, cuando debieron trasladarse los pacientes del antiguo Hospital, en con­diciones muy precarias puesto que estas instalaciones no contaban con mobiliario y los pacientes dormían en el frío piso bogotano.

Con posterioridad, las edifi­caciones fueron ocupadas nuevamente en 1924 por los jóvenes y niños de las excursiones escolares y misiones católicas. Finalmente, el manicomio fue ubicado cerca de la estación férrea de Sibaté.

La obra de los tres primeros pabellones o edificios se inició en 1919. La obra se paralizó en 1921 y por con­curso se adjudicó, finalmente, al arquitecto Pablo de la Cruz en ese mismo año.

El proyecto de construcción del arquitecto mencionado consistía en 25 pabellones: 1- casa para médicos internos, 2- consulta externa, 3- farmacia, 4- radiología, 5- bacteriología, 6- capilla, 7- dormitorio de servicio hombres, 8- dormitorio de servicio mujeres, 9- enfermedades tropicales, 10- ojos, oídos, nariz y garganta, 11- vías urinarias, 12- enfer­medades venéreas, 13- contagiosos, 14- dermatología, 15- anfiteatro, 16- lavandería, 17- garaje y caballerizas, 18- maternidad. Sin embargo, el proyecto de Pablo de la Cruz no se concluyó, de los 18 pabellones progra­mados solo se construyeron ocho, de los cuales tres estaban finalizados en 1926.

El conjunto de las obras de infraestructura y de pai­sajismo fueron prioritarias por su utilidad, bienestar y belleza estética.

El hospital fue inaugurado el 13 de febrero de 1926. La última construcción fue el bloque central de nueve pisos, construido entre 1948 y 1952, de estilo moderno de acuerdo con las recomendacio­nes norteamericanas, ambientando bellamente el gru­po de ocho pabellones de estilo europeo neoclásico, el último construido en 1934, el cual correspondió al pabellón de Medicina tropical. En últimas, se trató de un contraste de arquitectura neoclásica y moderna.

La Facultad de Medicina de la Universidad Nacional nació del hospital San Juan de Dios. Las dos institu­ciones en conjunto atendieron las necesidades de sa­lud, no solo de la población bogotana, sino también del territorio nacional. Sirvió de centro de investiga­ción e innovación, con numerosos aportes a la Medici­na colombiana y mundial. Dicha Facultad fue un Cen­tro de educación en salud de excelencia, contribuyó en la construcción y puesta en marcha de numerosos proyectos de salud públicos y privados.

El Hospital fue cerrado en 2001. Actualmente es un hospital distrital y, luego de muchos esfuerzos y nego­ciaciones con el gobierno de Bogotá y la Beneficencia de Cundinamarca, se ha logrado poner en funciona­miento la consulta externa de especialidades médicas y quirúrgicas, y en reconstrucción las demás edifica­ciones con la esperanza viva de su apertura total.

Mariquita – Hospital San José

La población de Mariquita fue fundada el 23 de agosto de 1552 por el capitán Francisco Núñez Pedroso. El hospital funcionó hacia finales de 1565 en el convento de los dominicos, dirigido por el padre Andrés de San­to Tomás. Pasó a ser administrado por los hermanos de la orden de San Juan de Dios el 23 de enero de 1663, por Fray Andrés de Hermosilla. El Adelantado don Gonzalo Jiménez de Quesada falleció en Mariquita el 18 de febrero de 1579, afectado presumiblemente de la enfermedad de Hansen (Lepra).

Villa de Leyva – Hospital Nuestra Señora de Monserrate

La población fue fundada por el capitán Francisco Ji­ménez de Villalobos, el 15 de junio de 1572. El hospi­tal fue fundado y construido en una hacienda por su propietario de nombre Cristóbal y puesto al servicio de las gentes, sin distinción de linaje. El hospital fue entregado a la comunidad de San Juan de Dios el 3 de febrero de 1648.

Pasto – Hospital de la Madre de Dios

San Juan de Villaciosa de Pasto, nominación dada a la ciudad de Pasto, fue fundado el 8 de diciembre de 1536 por Sebastián de Belalcázar. El hospital fue construido por obra pía en el año de 1556 y se llamó Hospital de la Madre de Dios. Con posterioridad, en el año 1647, recibió el nombre de hospital de la Asunción de Pasto.

La comunidad de San Juan de Dios tomo posesión de la administración del hospital por solicitud popular el 11 de agosto de 1671. La ciudad fue incendiada en dos ocasiones durante la guerra de la independencia y padeció un terremoto en 1834. La obra hospitalaria permaneció en la pobreza y, aun así, atendió a todos los pacientes que acudían a sus puertas.

Popayán – Hospital San José

Hacia finales del siglo XVI y ante la carencia de médi­cos, el Obispo de Popayán, don Juan del Valle, atendía empíricamente en su casa a los pacientes. En el año de 1606, Monseñor Juan de Roca construyó la iglesia y dentro de ella adaptó un espacio amplio para el hospi­tal. Con ayuda de los pobladores lo fueron adecuando y reconstruyendo conforme a las necesidades.

El 22 de diciembre de 1711, fue entregado para su admi­nistración a la comunidad de padres Bethlemitas con Fray Francisco de Jesús y Francisco de los Reyes. La comunidad permaneció hasta el año 1827 cuando un terremoto derrumbó buena parte del hospital.

Honda – Hospital San Rafael

Francisco Núñez Pedroso fundó la población de Hon­da el 24 de agosto de 1560, erigida villa el 4 de marzo de 1643 mediante Cédula Real de Felipe IV.

En el año de 1659, el Alférez Pedro González Barrosos constru­yó la casa de misericordia, término equivalente a hos­pital, con dineros provenientes del legado del comer­ciante Jorge Grijalva. En 1770 se fundó oficialmente el hospital, a cargo de la comunidad de San Juan de Dios.

San Gil

La fundación del Hospital de San Gil está fechada el 12 de septiembre de 1765, por el padre José Velásquez con dineros de las cajas reales de la junta de tribunales. Posteriormente, el hospital fue administrado por la co­munidad de San Juan de Dios.

Ocaña

En el año de 1645, los hermanos de San Juan de Dios fundan el Hospital Manicomio que funcionó, por poco tiempo, en una casa ubicada en el barrio San Agustín, cerca al convento de la capilla de San Sebastián.

En el año de 1888, Ocaña es azotada por una epidemia de fiebre amarilla que diezmó la población a menos de la tercera parte. Ante esta apremiante necesidad, la Diócesis de Santa Marta autoriza al párroco de Ocaña para la creación de un hospital de caridad, que inicia su funcionamiento en 1891, en el sitio llamado “El lla­no de Echávez”.

Santa Fe de Antioquia – Hospital San Carlos

La población de Santa Fe de Antioquia fue fundada el 4 de diciembre de 1541 por el capitán Robledo.

Debido a la penosa situación de salud de la población, carente de servicios médicos, el Virrey ordenó la fundación de un hospital que data con fecha 10 de julio de 1782, atendido por los religiosos Salvador Lastra y Antonio de Loza. En 1807, el hospital pasó a ser administrado por la comunidad de San Juan de Dios.

Cúcuta – Hospital San José

La población de Cúcuta fue fundada por Antonio Vi­llamizar Pineda en el año de 1773, con el nombre de San José de Guasimal. Ante la imposición de Cédula Real de villa Carlos IV, el 18 de mayo de 1792, cambió su nombre a San José de Cúcuta.

La construcción del hospital está fechada el 15 de mayo de 1778, gracias a un legado del Sargento Mayor de las milicias españolas y Alcalde de Cúcuta Manuel Antonio Fernández. Sus albaceas, don José Jerónimo Tovar y don Pedro Ortiz, construyeron el hospital.

En 1807, el cabildo de Cúcuta lo entregó para su admi­nistración a la comunidad de San Juan de Dios, los hermanos de la orden Juanina, el vice comisario gene­ral Fray Lorenzo Manuel Amaya y el padre Domingo Cancino. El hospital fue destruido por el terremoto del 18 de mayo de 1875, con el que se perdieron todos sus documentos, aunque fue felizmente reconstruido en 1789.

Cúcuta celebró el primer congreso Constituyente de la Gran Colombia, el 6 de mayo de 1821, y fue cuna del general Francisco de Paula Santander, prócer de la independencia y Presidente de la República. A él se le debe, entre otras cosas, la obligatoriedad del Estado respecto a la educación y la salud públicas.

Medellín – Hospital San Juan de Dios

La ciudad de Medellín fue fundada el 2 de marzo de 1616 por el Licenciado Francisco de Herrera Campu­zano, con el nombre de San Lorenzo de Aburrá, el cual se trasladó en 1646. Jerónimo Luis Tejedo realizó el avistamiento del valle de Aburrá que estaba habita­do por los indígenas Nutabaes y Tahamies, el 24 de agosto de 1541.

En virtud de la Cédula Real del 22 de noviembre de 1674, fue declarada Villa de Nuestra Señora de la Can­delaria de Medellín por el gobernador De Aguinaga y Mendigoitia, el 2 de noviembre de 1675. Después, en 1813, fue denominada ciudad y, el 17 de abril de 1826, fue declarada capital de la región con el nombre de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín.

Los terrenos y materiales para la construcción del hos­pital fueron donación del doctor Sancho Londoño, el 5 de noviembre de 1781.

La primera piedra fue empo­trada en 1787 y las puertas abiertas al servicio de la población el 4 de abril de 1797.

Obraba como gober­nador don Víctor Salcedo. El hospital fue trasladado a la calle Colombia y entregado para la administración a la comunidad de San Juan de Dios en 1803.

Por su parte, el Hospital San Vicente de Paul, fue fun­dado por Alejandro Echavarría. La primera piedra fue empotrada el 24 de agosto de 1913 por el Arzobispo de Medellín, José Manuel Caicedo. Debido al deterioro del Hospital San Juan de Dios se decide su demoli­ción, que da paso a la construcción de la Avenida Co­lombia, y sus 140 pacientes son trasladados al Hospital San Vicente de Paul.

A manera de síntesis sobre lo expuesto hasta aquí, en relación con los hospitales durante el periodo de la colonia, en la Tabla 1 se registra la fundación de los principales hospitales coloniales de Colombia y en la Figura 1 se muestra la localización geográfica de los mismos.

Fecha de fundación de los principales Hospitales coloniales de Colombia

Localización geográfica de los Hospitales coloniales de Colombia

 

Autor

1 Michel Faizal Geagea. Dermatólogo. Esp. en Cirugía Dermatológica. Profesor Titular de Dermatología, Cirugía dermatológica y Oncología, Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Colombia. Miembro de Número de la Academia Nacional de Medicina. Bogotá, Colombia.

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