Por fin, la Insulina

El joven ortopedista Frederick Banting acudió al profesor John James Richard Mc Leod (1876-1935), fisiólogo de la Universidad de Toronto, para exponerle su idea simplista y pedirle su ayuda. Convencer a McLeod no fue fácil, pero en el verano de 1921, J.J.R. le prestó con displicencia su laboratorio con algunos perros, le asignó como asistente a Charley Best (1899-1990), futuro estudiante de medicina, quien tenía ya un grado de Baccalaureate en fisiología y bioquímica recién obtenido a los veintiún años. No era mucho lo que se les dio a estos ilusos, pero así se gestó el descubrimiento de la insulina.

Los canadienses lograron hacer un extracto del páncreas que se atrofió al ligársele el conducto de Wirsung; tajadas de él fueron colocadas en solución de Ringer, enfriadas y maceradas en mortero y luego filtradas.Una hora después de inyectada la solución a un Terrier diabético, la glicemia descendió para volver a subir después de pasar azúcar por una sonda nasogástrica, aunque ni la hiperglicemia ni la glicosuria fueron tan marcadas como sucedió con un perro en que, sin darle el extracto, se había hecho previamente esto. Los dos investigadores habían hecho un descubrimiento extraordinario. Al año siguiente, sus investigaciones fueron publicadas en el Canadian Medical Association Journal.

Bliss M. The discovery of insulin. https://www.amazon.com/Discovery-Insulin-Michael-Bliss/dp/0226058980

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