Mascar Chicles ¿Mejor Cultura?

Pensamos en los americanos cuando de mascar chicles se trata, pero también en los beisbolistas y quizá en falta de cultura si la persona está hablando. En realidad es un hábito más bien inocuo que sólo preocupa a los dentistas, si la goma de mascar contiene azúcar, así que los que contienen edulcorantes sintéticos no debe haber problema. Pero no veamos sólo la parte negativa, pues lo positivo es que sirve para ejercitar la memoria. Esta última ayuda a mejorar la cultura general, no necesariamente la urbanidad. Los aficionados a mascar chicle –como en algunas oportunidades el Editor de Tensiómetro Virtual- recibimos descargas vertiginosas de actividad en el cerebro, más específicamente en el hipocampo (responsable de la inteligencia espacial y la memoria visual), según han descubierto investigadores japoneses de la Universidad Gifu en voluntarios. La función cerebral no se modificó en los no mascadores, mientras que en los mascadores hubo gran actividad neuronal así no estuvieran ejercitándose intelectualmente en ese momento. Como el movimiento masticatorio induce una actividad muscular específica, que a su vez dispara la aceleración del ritmo del hipocampo, cosa que no ocurre si estamos chupándonos una colombina. De esta manera los investigadores creen que el hábito de mascar chicle puede ayudar a prevenir la pérdida de memoria que ocurre con la ancianidad y aumentar las habilidades cognitivas de una persona. Otro estudio hecho en Holanda llegó a similares conclusiones, ya que al mostrarles imágenes raras a gran velocidad, un solo individuo –uno que se encontraba mascando una goma- fue el único capaz de recordar con exactitud la forma del objeto en una imagen dada. Como el estrés se alivia con esta actividad masticatoria, el cerebro se alivia, pudiéndose concentrar en la función neuronal para activar la estimulación intelectual. Imaginamos que cuando los fabricantes de chicles (Adams, Wrigleys) descubran el potencial de esta investigación, nos abrumaran con publicidad al respecto.

Comentario. La masticación es un movimiento sofisticado, pues el proceso total de mascar y tragar es muy complejo y pone muchas demandas al cerebro. Los movimientos sostienen la supervivencia celular (úselo o piérdalo); la masticación requiere memoria espacial: si usted no se acuerda cómo hacerlo, o en que parte de la boca estaba el pedazo de carne algunos milisegundos antes de la mordida anterior, o si lo hace demasiado rápido, uno se muerde la lengua o se ahoga, como le ocurre a las personas que comen como perros (con hambre de…), por la rapidez con que lo hacen (es decir, que la comida se les va por el camino viejo, como decían nuestras abuelas). Sugerimos que la Wrigley’s debiera continuar fabricando chicles sin azúcar para evitar las caries pero también añadiéndole antioxidantes para tener a la gente mascándolos hasta bien longevos.

Daniel Jácome Roca, MD Profesor Asociado Clínico de Neurología Darmouth & Universidad de Miami
Terasawa H et al. Influence of tooth-loss and concomitant masticatory alterations on cholinergic neurons in rats: immunohistochemical and biochemical studies. Neurosci Res. 2002 Aug;43(4):373-9
Mitome M, Hasegawa T, Shirakawa T. Mastication influences the survival of newly generated cells in mouse dentate gyrus. Neuroreport. 2005 Feb 28;16(3):249-52.

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