La Vacuna del Sarampión

Una de las enfermedades infecto-contagiosas e inmuno-prevenibles más peligrosas para la niñez es el sarampión. En la lucha contra este mal juega un papel decisivo la vacunación masiva, que ha hecho que en países como Estados Unidos sólo se presenten casos en inmigrantes. En nuestro medio se han logrado avances, gracias a las recientes campañas, sin embargo, en estos países se presentan situaciones especiales que es necesario tener en cuenta, entre otras cosas por lo común de la desnutrición (millones de niños están afectados), flagelo que trastorna la capacidad de respuesta inmunológica. Las actuales vacunas se dan en forma de triple viral (sarampión, paperas y rociola) o anti-sarampionosa, para mayores de un año y hasta cuatro años.

Recuerdo que unos años atrás, el pediatra e inmunólogo Francisco Javier Leal hizo unas observaciones sobre la inmunidad humoral antisarampión en un grupo de niños de la ciudad de Bogotá, y encontró que tal como lo había advertido la OPS, un porcentaje importante no presentaba la inmunidad natural que transmite la madre a través de la placenta; por lo tanto, este organismo internacional de salud había recomendado para nuestros países que se vacune a los 15 meses (en vez de los dos años, como sería lo óptimo, ya que en esta última edad se logra casi siempre una protección de por vida). En la vacunación a los 15 meses se observa que un porcentaje de infantes no logra inmunizarse, y que revacunaciones posteriores no obtienen la respuesta inmunitaria deseada en muchos de ellos. En esta discusión sobre la fecha ideal de vacunación hay que pensar que lo mejor es enemigo de lo bueno.

Además de la viruela ya erradicada hace muchos años, Colombia continúa con sus esfuerzos para mantener la poliomielitis erradicada, y desde 1993 se comprometió a hacer lo mismo con el sarampión. La meta de cobertura de inmunización (que se logra con la triple viral en los menores de un año, y con la vacuna antisarampionosa a los niños entre uno y cuatro años) es del 95%, pero no a nivel nacional global sino municipal, para realmente erradicar la enfermedad que deja altos índices de mortalidad.

Sin embargo, el problema actual más importante es el rezago en la vacunación infantil –tal como recientemente lo tituló el diario El Tiempo- pues más de dos millones de niños colombianos no tienen su programa de inmunización completo, particularmente por falta de interés de los padres, que aducen toda clase de razones para no hacerlo. Afortunamente la última campaña emprendida por las autoridades sanitarias colombiana resultó incluso más exitosa de lo esperado.

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