El Lóbulo Frontal Identifica al Mamagallista

Tel Aviv. El sarcasmo o la ironía –entre nosotros popularizado por García Márquez como mamagallismo- es una forma de liberar tensiones y de mejorar la autoestima, además de que controvierte las afirmaciones de otros de una manera sutil. Esto no lo pueden lograr personas con daño prefrontal, afirmó Simona Shamay-Tsoory, investigadora de la Universidad de Haifa en Israel (Nuropsychology). Estas personas no comprenden bien lo que otros quieren decir –por lo que les falta empatía- y sólo entienden las frases de manera literal. En un estudio sobre cincuenta y ocho pacientes (veinticinco pacientes con daño prefrontal, dieciséis con daños en la parte posterior del cerebro y diecisiete controles saludables) fueron expuestos a comentarios o neutros o de tipo sarcástico, como parte de una historia narrada por actores. Con este metro de la ironía pudieron medir la capacidad de los participantes de reconocer el mamagallismo. Un ejemplo podría ser que el actor decía “no trabaje tanto”, con un énfasis serio o neutral (usted se está matando, mérmele) o un énfasis sarcástico (no sea perezoso). Las personas con lesiones prefrontales (particularmente de su área ventromedial) fueron incapaces de diferenciar la forma como se les hablaba, mientras que los otros si lograron identificar el tono irónico. Se considera que este estudio puede ser de ayuda en los centros de rehabilitación de personas con estas secuelas neurológicas, para que puedan empatizar con otras personas y adaptarse al mundo real. Cuando alguien habla en tono irónico, la forma como se dice –o las experiencias previas con el individuo que lo dice, quien puede tener la costumbre de mamar gallo- la corteza cerebral puede identificar este estilo, como parte de numerosas funciones sofisticadas que realiza.

Resultados señalan la necesidad de unificar la Relatividad General con la Teoría Cuántica (Max Planck), el otro gran desarrollo científico de la primera mitad del siglo XX. Una consecuencia de tal unificación que él descubrió era que los agujeros negros no eran totalmente negros, sino que podían emitir radiación y eventualmente evaporarse y desaparecer. Otra conjetura es que el universo no tiene bordes o límites en el tiempo imaginario, lo que implicaría que el modo en que el universo empezó queda completamente determinado por las leyes de la ciencia. Sus numerosas publicaciones incluyen La Estructura a Gran Escala del Espacio-Tiempo con G. F. R. Ellis, Relatividad General: Revisión en el Centenario de Einstein con W. Israel, y Trescientos Años de Gravedad, con W. Israel. Stephen Hawking ha publicado tres libros de divulgación: su éxito de ventas Breve Historia del Tiempo, Agujeros Negros y Universos Bebés y Otros Ensayos y más recientemente en 2001, El Universo en una Cáscara de Nuez. (Hemos leído este último y reconocemos que hace un gran esfuerzo para que los que no somos físicos podamos entender todas estas teorías y leyes físico-matemáticas; en este sentido también recuerda los libros de divulgación de Carl Sagan). (Ver los portales www.hawking.org.uk y www.es.wikipedia.org).

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