Dengue Hemorrágico

Bucaramanga. La reciente epidemia de fiebre amarilla en Colombia –precisamente iniciada en la región de los santanderes y continuada en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta- nos recordó que hay que controlar al mosquito transmisor Aedes aegypti (fotografía del CDC), que también transmite el virus del dengue. Ángela Méndez y Gerardo González -de la Universidad Industrial de Santander- estudiaron setecientos sesenta y tres pacientes menores de trece años que debieron ser admitidos al Hospital Ramón González Valencia de dicha ciudad colombiana con un cuadro sugestivo de dengue hemorrágico. 617 llenaron los criterios de la OMS pero no se pudieron clasificar 146 pacientes. La mayor incidencia se presentó en los años 1997, 1998 y 2001. Un 75% procedía del área metropolitana de Bucaramanga y aproximadamente la mitad eran del género masculino; 0,3% eran recién nacidos; lactantes, 11,8%; preescolares, 23,1%, y escolares, 64,9%. Las principales manifestaciones clínicas fueron fiebre y manifestaciones hemorrágicas, 100%; vómito y dolor abdominal, alrededor de 60%; cefalea, 50%, dolor osteo-muscular, 41%; hepatomegalia y exantemas en una tercera parte. Un poco más de la mitad de las manifestaciones hemorrágicas correspondieron a petequias (35% con prueba de torniquete positiva). Una tercera parte tuvo hemorragias digestivas y otro tanto epistaxis. Algo menos de la quinta parte tuvo derrames serosos . Entre los signos que sugerían choque se destacó el dolor abdominal intenso. La mitad tuvieron leucopenia y una tercera parte linfocitos atípicos. Como manifestaciones poco frecuentes se presentaron hepatitis, encefalopatía, colecistitis acalculosa, insuficiencia renal aguda, síndrome hemofagocítico, infecciones sobreagregadas y enfermedades concomitantes. La evolución fue favorable en la mayoría de los pacientes pero fallecieron 12 pacientes.

Esta enfermedad se vio esporádicamente en el siglo XVIII pero a mediados del siglo XX empezó a verse en forma epidémica –e incluso endémica- en el sureste asiático e islas del Pacífico. La primera -y más importante- epidemia de dengue hemorrágico en América ocurrió en Cuba en 1981, lo cual despertó preocupación en la región. Posteriormente se comprobó que era una enfermedad emergente en las Américas: Venezuela presentó entre 1983 y 1990 la segunda epidemia grave en el continente. En Colombia el dengue estuvo ausente durante 20 años pero reapareció en 1971 y en 1989 se presentaron los primeros casos de dengue hemorrágico; desde entonces han venido aumentando progresivamente en gran parte del territorio nacional . En el departamento de Santander fue descrito el primer brote en la ciudad de Barrancabermeja en 1991 y al año siguiente se describió la epidemia inicial en niños en Bucaramanga, momento desde el cual ha continuado presentándose en forma endémico-epidémica. (Biomédica, 2003. 23: 180-93).

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