Cáncer Colo-Rectal en Jóvenes

Dentro del total de casos diagnosticados con cáncer colo-rectal (CCR) en un período de 20 años, la frecuencia en personas menores de 40 años estuvo entre el 20.9 y el 21.9% en los hospitales Hernando Moncaleano de Neiva y San Vicente de Paúl de Medellín, informaron Yenny Montenegro, Adonis Ramírez y colaboradores en la Revista Colombiana de Cirugía, confirmando la alta incidencia de la enfermedad en nuestro país entre este grupo etàreo, en relación con lo informado mundialmente (21% vs 5%).

Las lesiones se localizaron principalmente en el recto; los síntomas más frecuentes fueron dolor abdominal, sangrado rectal y pérdida de peso. El diagnóstico fue realizado en los estadios Dukes C y D, indicando que en personas jóvenes el diagnóstico se realiza generalmente en forma tardía. Aunque en Colombia, el CCR es la cuarta causa de muerte por cáncer (ocupa el puesto 18 en frecuencia) en algunas poblaciones se ha encontrado una frecuencia mayor al 20% en personas menores de 40 años. En dicho grupo de edad, este cáncer es de origen genético en síndromes como la Poliposis adenomatósica familiar y el cáncer colo-rectal (heredado) sin poliposis; este último tiene el problema de que no presenta ningún tipo de sintomatología previa que permita hacer un diagnóstico precoz. Se pueden desarrollar estrategias para la detección de la mutación específica, tanto en individuos afectados como portadores, lo cual es de gran utilidad para el clínico, ya que el tipo de mutación puede correlacionarse con el fenotipo de la enfermedad, el sitio de metástasis y la resistencia a ciertas drogas antineoplásicas; además permite la identificación de familias afectadas, facilitando la detección de individuos susceptibles, permitiendo controlar ciertos factores predisponentes como el régimen alimenticio y realizar algunas recomendaciones como la práctica de colonoscopias periódicas que permitan identificar el tumor de forma temprana, mejorando la sobrevida del paciente.

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La localización del carcinoma y el tipo de presentación –dicen los investigadores huilenses y antioqueños- determinaron la clase de intervención (Ver gráfico). En el Hospital de Neiva predominó la hemicolectomìa izquierda (31%), seguida por la colostomía y la hemicolectomía derecha; en contraste, en el Hospital San Vicente predominó la colostomía (23%) seguida por la resección abdomino-perineal (22%). En un caso no se practicó cirugía porque presentaba metástasis hepática y ganglio de Virchow positivo. El método menos usado fue la colectomía total.

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