El Síndrome de la Mujer Trabajadora

MEDICINA FAMILIAR
EDUCACIÓN CONTINUADA PARA EL MEDICO GENERAL

síndrome de la mujer trabajadora

Según O. Urdaneta, anteriormente mencionado, la mujer que desempeña estos múltiples roles y además se vincula con la actividad productiva, sufre lo que él denomina: “El síndrome de la mujer trabajadora”, que se caracteriza por los siguientes síntomas:

Estado de tensión permanente:

Se muestra tensa, tímida, aprensiva, y particularmente sensible a las opiniones de los demás, en especial de las críticas que recibe de sus propias compañeras de trabaje, con quienes, por lo general, tiene una pésima relación interpersonal, debido a que ve en la otra una gran rival y una seria competencia y obstáculo para el desarrollo de su propia carrera.

Bajo sentimiento de autoestima en detrimento de su propio aprecio personal:

Este estado de tensión permanente incide en su autoestima. La puntuación de autoestima es la más baja en el Perfil Motivacional.

Problemas de memoria y olvidos frecuentes:

El estado de tensión general la hace distraída y esto le genera olvidos frecuentes en aspectos básicos de sus relaciones económicas y familiares. (Pago de servicios, tarjetas de crédito, pensiones escilares, reuniones escolares etc). Lo que le trae reclamos, llamadas de atención e inclusive agresiones psicológicas y físicas por su pareja o la persona que le exige estas responsabilidades.

Cambios en su estado de ánimo:

Este estado le le produce una gran irritabilidad, tristeza, propensión al llanto, angustia, depresión, ensoñación y aislamiento, así como el surgimiento de inseguridad, crisis depresivas, con las consecuencias en su pareja y medio familiar.

Enfermedades psicosomáticas:

En un nivel más avanzado del síndrome se presenta, con relativa frecuencia: trastornos psicosomáticos en especial de las vías digestivas: Gastritis, úlceras, inflamaciones del colón, estreñimiento, a veces ocasionado por comer a las carreras y a deshoras comidas poco balanceadas. Del sistema cardiopulmonar:
Taquicardia, palpitaciones, opresión precordial, sensación de ahogo, sofoco permanente.

Propensión a los accidentes:

En un nivel más avanzado del síndrome se presentan, con relativa frecuencia pequeños accidentes de tipo casero: cortadas, machucones, o con los muebles o equipos de oficina como cajones y archivadores y los más graves pueden ser los accidentes en el manejo de su vehículo, al cual dedica mucho tiempo para hacerle mantenimiento.

Cambios transitorios de la personalidad:

Los trastornos del sistema digestivo, en especial el estreñimiento, se traduce en alteraciones de carácter, cambios intempestivos en su temperamento, la habituación y convivencia con esta dolencia, que se convierte en algo crónico, tienen repercusiones que se manifiestan en en problemas de la piel, mal funcionamiento del hígado, irritabilidad y alto riesgo de diverticulitis y o cáncer del colon.

Pérdida del ciclo normal de sueño:

Si el sídrome continua empeorando, la mujer comienza a perder el sueño y tener problemas de insomnio, lo cual genera angustia adicional, frecuentes retardos de trabajo, llamadas de atención y sanciones laborales. Son permanentes las consultas a los servicios médicos. Sin embargo luego de practicados los exámenes clínicos del caso estos no arrojan resultados que permitan diagnosticar alguna patología orgánica, teniendo en cuenta que son más el producto de un estado generalizado de angustia y de la autopercepción que se tiene de su propio cuerpo, su funcionamiento, su sexualidad, etc.

Fallas y conflictos en el desempeño se todos los roles:

La mujer termina por tener serias fallas en el desempeño de sus papeles, lo cual genera tensiones y reclamos en su hogar, por parte de su pareja y de sus hijos y en el medio laboral por el imcumplimiento de sus funciones. Exigen mayor consagración de un tiempo para cada uno de ellos, lo cual le genera menos tiempo para su cuidado personal y sentimientos de culpa sobre el posible abandono en que tiene a sus hijos , a su pareja y a su y a su trabajo, haciendo que se abandone a sí misma y sea mínimo el cuidado de su salud, belleza, descanso, etc. Sustración del entorno tensionante, progresiva obesidad, abandono y descuido de su imagen personal y de su características femeninas.

Conducta oral exagerada:

El permanente estado de tensión y ansiedad en que vive la mujer ante estas exigencias y conflictos de roles, se traduce en por lo general en una conducta oral expresada en dos comportamientos típicos de nuestro medio: “Hablar por teléfono”, o la cantaleta o verborrea de solucionar los problemas no resueltos y lo peor de todo: “La ingesta de alimentos ricos en carbohidratos, azúcares, y una alimentación voluminosa que le reduce su angustia y llena el vacío que la situación le depara, lo cual la lleva al sobrepeso, que además de lo problemas estéticos y de autoestima, predispone a la mujer a múltiples problemas.

Problemas de sobrepeso:

Sin un programa regular de ejercicio, se presenta en la mujer un progresivo sobrepeso que no solo alteran los sitemas digestivo y respiratorio, sino su imagen corporal y autoestima. Colombia ocupa el quinto lugar de sobrepeso luego de Estados Unidos, Alemania, Inglaterra y Rusia.

Problemas en su sexualidad

Definitivamente el área más resentida es el área sexual, que genera mucha angustia y tensión por el temor a la aceptación de su pareja.

Ruptura familiar:

La ruptura familiar entonces puede presentarse, dejando a la mujer en una crisis de inseguridad generalizada. De las mujeres que se casaron en la decada del 70, cerca de 70% han roto su relación, muchas de ellas han iniciado una segunda y tercera que tiende a ser más corta que la primera.

El trabajo adictivo:

El trabajo entonces se convierte en la principal fuente de satisfacción.

Opción mística:

Se ha comensado a observar en las mujeres solas un creciente incremento en la tendencia y adopción de lo místico, cambian su credo o religión original, y destinan una buen parte de su tiempo a los cultos, alabanzas etc, para llenar su necesidad de afecto y de soporte ánimico y psicológico.

Adicciones diversas:

Se están comenzando a observar incrementos de adiciones como el cigarrillo, el alcohol, los antidepresivos, somníferos, las drogas, con poca conciencia de su dependencia física.

Pisocorrigidez:

En este estado avanzado, crónico y acumulado de tensión la mujer se vuelve psicorígida, con esquemas poco flexibles, lo que le impide su adaptación a una nueva relación de tipo afectivo y de satisfacción existencial.

(Lea También: Planificación Familiar)

Estrés acumulativo en mujeres

En la década de los años 70, Holmes y Rahe, desarrollaron un test para el estrés, el cual ha sido ampliamente utilizado. Recientemente fue revisado y actualizado para mujeres.

En una muestra de 2.300 mujeres de 20 estados, se identificaron nuevos factores específicos de la mujer, según el porcentaje de aparición y puntuación.

A continuación se presentan en orden de puntuación, es decir desde el más estresante para las mujeres, al menos estresante:

Nuevos factores específicos para la mujer

Estresor

Puntos

Hijo deficiente físico 97
Educar hijos sin marido 96
Nuevo matrimonio 89
Aborto 89
Enfermedad de un hijo 87
Infertilidad 87
Enfermedad del marido 85
Ser víctima de un delito 84
Del marido 82
Cuidar del padre o de la madre 81
Dependencia física 80
Enfermedad del padre o de la madre 78
Ser soltera 77

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