La Mujer con Comportamientos Autoestresantes

MEDICINA FAMILIAR
EDUCACIÓN CONTINUADA PARA EL MEDICO GENERAL

La crisis y el desempleo

Que la mujer no tenga trabajo o pierda su empleo, en la actual crisis económica que vive el país, es otro de los factores más estresantes para la mayoría de las mujeres, sobre todo cuando su pareja no alcanza a cubrir todas las necesidades o también pierde su trabajo. La mujer es más vulnerable a las crisis, a la incertidumbre y la desesperanza y depresión, sobre todo cuando es madre y tiene hijos dependientes.

Más trabajo, menos tiempo

Al presente milenio ha llegado una generación de mujeres estresadas, agravada por los problemas económicos. Dos de cada tres mujeres dicen que preferirían tener más tiempo que tener más dinero.

El espacio de tiempo cada vez más limitado aumenta la presión y la tensión de la mujer con demasiadas responsabilidades, más aún cuando están siempre iniciando nuevas actividades, sin analizar cuales son realmente importantes y sin abandonar ninguna. Las mujeres presionadas por el tiempo son motivadas por ideas fantasiosas y expectativas falsas de ellas mismas o de otros.

Fatiga, agotamiento físico y emocional

La mujer con fatiga, agotamiento físico o emocional es vulnerable a la rabia. Estos factores también son desencadenantes de estrés y depresión.

Mujeres casadas y solteras se sienten agotadas cuando intentan realizar otras actividades y responsabilidades de la vida con su profesión.
La frustración y fatiga desestabilizan a la mujer que responde con agresividad a su entorno familiar.

Sueño insuficiente

La pérdida de sueño es otra epidemia del presente milenio para muchas mujeres. La mayoría de las mujeres no duerme lo suficiente, es decir unas 8 horas por noche, según lo que se requiere como afirman los especialistas para un buen funcionamiento del organismo. En promedio las mujeres están durmiendo apenas 5 o 6 horas, tiempo que resulta insuficiente para su recuperación.

Con el paso de los años termina por acabar las resistencias de la mujer, lo que resulta en menos energía, menos control emocional, menos claridad de raciocinio, pérdida de la salud en general y mayor riesgo de enfermedades físicas y mentales, accidentes, conflictos laborales, familiares y rabia.

Pérdida del significado de lo que se hace

La falta de significado en aquello que la mujer hace genera estrés, seguir una rutina constante y monótona puede convertirse en un factor estresante.

Las amas de casa o las que hacen trabajos o actividades rutinarias pueden terminar estresadas.

A veces se requiere que la mujer cambie de actividad para que descubra realmente el significado de lo que hace y aprenda a ser más creativa y además encuentre nuevas formas de reaccionar a un ambiente monótono.

Falsas expectativas y perfeccionismo

Las falsas expectativas y fantasías terminan por agotar y estresar a la mujer que las tiene. El ser humano tiene expectativas en relación con sí mismo y en relación con los otros, pero no siempre todas se convierten en realidad. Las mujeres perfeccionistas son personas con expectativas prácticamente imposibles de alcanzar, por eso son candidatas en potencia al estrés.

Existe una gran diferencia entre vivir una “vida de perfección” y una “vida de excelencia”, según NH. Wright, “La perfección es ausencia de erroreso defectos”, en cambio “la excelencia es hacer lo mejor posible y de excepcional mérito, pero con derecho a cometer errores”. La perfección es un estado final, mientras la excelencia es crecimiento personal. La mujer perfeccionista tiene éxito en 98% de las actividades y las cosas que hace, pero lo que hace con el 2% restante, termina por opacar todo su éxito. La mujer perfeccionista se concentra en el defecto y no en el verdadero valor de lo que realmente vale la pena reconocer en los demás.

Conflictos de funciones

Los conflictos de funciones generan estrés, frustración y rabia. La mujer muchas veces tiene en su trabajo conflictos de funciones y mal clima en su trabajo o también una actividad es incompatible con otras o hay un conflicto de roles: ama de casa, mujer trabajadora, etc.

Bloqueos de comunicación

La comunicación es una de las primeras causas de divorcio y de estrés. La mujer que no consigue comunicarse abiertamente en su relación de pareja o con otros, de una manera adecuada a nivel personal, expresando sus emociones y sin lastimar a sus seres queridos tiene riesgo de sufrir de estrés. Cuando se rechaza la comunicación y se obliga a otros a permaner callados, las consecuencias son desatrosas, se pierde la intimidad y se termina por romperse el matrimonio.

(Lea También: El Síndrome de la Mujer Trabajadora)

Presiones en el ambiente de trabajo

La década de los “90” introdujo el concepto de la “nueva mujer”, un número cada vez mayor de mujeres ocupan cargos en las empresas. Sin embargo los empleos de hoy son estresantes y ejercen demasiada presión sobre la mujer: En algunos casos el costo del estrés supera los beneficios. Según NH. Wright, factores como los que se enumeran a continuación son causa de estrés en las mujeres:

La Mujer con comportamiento tipo “A”

Irritabilidad oscilante: Especie de rabia duradera y enraizada. Esta hostilidad aumenta con frecuencia, y se exhibe ante las más insignificantes frustraciones.
Es experta en esconder esta tendencia o en encontrar disculpas y motivos para justificar su irritación.
Se vuelve excesivamente crítica y desprecia y humilla a otras personas.
Pérdida del ritmo normal de trabajo: Tiene que ver con el sentido y manejo del tiempo. Se manifiesta de dos maneras:
1) Acelera sus actividades. El modo como ella piensa, planea y realiza las tareas es acelerado. Ella habla rápido y forza a otros a hacer lo mismo. Es difícil para alguien relajarse al lado de ella.Todo debe hacerse rápidamente, ella procura encontrar medios de acelera las cosas.
2) Piensa y hace varias cosas al mismo tiempo. A la hora de descansar no logra reducir su tensión porque ella exagera su programa de actividades hasta ese momento. Ella intenta buscar más tiempo para hacer dos o tres cosa juntas. Ella se enfrasca en un gran número de actividades y proyectos y quizás algunos se quede por hacer Con el tiempo su organismo se resentirá de esto, pues segrega más noradrenalina, hormona que contrae los vasos sanguíneos y eleva la presión sanguínea.

Factores laborales que causan estrés en la mujer

  • Tener una gran carga de responsabilidad, pero pocaautoridad y control
  • Tener trabajo en exceso pero tiempo insuficiente para hacerlo
  • De igual manera, Tener un gran deseo de prosperar en el trabajo, pero con posibilidades muy limitadas.
  • Darse cuenta la mujer de que es más competente que su jefe, pero nadie lo reconoce.
  • Estar mal remunerada por lo que hace y descubrir que no hay equidad, pues otras personas, incluyendo los hombres, ganan más por hacer lo mismo.
  • Tener mucho que hacer y ser constantemente interrumpida.
  • Hacer un trabajo monótono, aburrido y sin significado, que no la motive y que no sea estimulante ni desafiante.
  • Ocupar una función común de escritorio en la cual los anteriores factores se sienten con más intensidad y frecuencia.

La mujer con comportamientos autoestresantes

Lo cardiólogos Meyer Friedman y Ray Rosenman, describieron el “Síndrome Tipo A” sufrido por la mayoría de los hombres que solo pensaban en el éxito profesional. Hoy se discute sobre esta misma condición en la mujer. Entre los factores de mayor riesgo psicosocial para la mujer se encuentran: “La premura de tiempo y la rabia crónica”. La mayor parte de la rabia se origina en la falta de tiempo, el exceso de trabajo, las falsas expectativas y la culpa.

Los múltiples roles de la mujer

Según el Dr. O. Urdaneta, la mujer desempeña seis o más roles simultáneos. Estos roles de acuerdo con la clasificación del autor, se describen a continuación teniendo en cuenta lo que el sistema educativo brinda a la mujer y el desempeño que de ella se espera en el sistema productivo:

Los “6” roles de la mujer

Mujer procreadora Sistema productivo
Limitados conocimientos sobre anatomía y fisiología de la reproducción: Ovulación, menstruación etc.
Superficial instrucción sobre planificación familiar y métodos anticonceptivos.
Se juega a los muñecos gordos y de ojos azules, sacados de las revistas
Se les exige un perfil muy similar al del personal del área de la salud: pediatría, enfermería, dietética y nutrición.
Durante el embarazo y una vez nacido el bebé debe conocer de vacunas, prevención y tratamiento de enfermedades infantiles, dietas, medicamentos, primeros auxilios, etc.

Mujer educadora de la nueva generación

El sistema educativo resulta altamente teórico, volcado sobre el pasado. Memorización, repetición de conocimientos que la descentran de su entorno y de su medio y no la habilitan para lograr una alta calidad de vida.
Muy poco énfasis en materias prácticas que favorezcan su desarrollo físico, alimenticio, de hábitos y disciplinas que mejoren su desarrollo y calidad de vida.
Desde el embarazo, la mujer se convierte en una trasmisora de valores, actitudes y enseñanzas prácticas para la vida del nuevo ser: canciones, arrullos, masajes, caricias, van preparando a la nueva generación.
Necesaria invitada a los talleres de padres de familia para que ayuden a sus hijos en las tareas y trabajos escolares.
La pareja, por lo general está distante de estos quehaceres que por comodidad, supone, deben ser funciones femeninas.

Mujer del hogar

Desde los primeros juegos infantiles se brinda un cierto entrenamiento a la niña para su futuro desempeño en el arreglo de la casa, preparación de los alimentos, etc.
Los juguetes que recibe: cocinas, planchas, muñecas para cambiar, juegos de decoración, etc., representan un cierto entrenamiento para las labores de aseo y mantenimiento del hogar.
Una vez conformada la pareja, la mujer debe saber preparar alimentos, comidas especiales, arreglo de la casa o apartamento, decoración, conocer de etiqueta, manejar los electrodomésticos y mantener su hogar en forma impecable. Hacer las compras y rendir cuentas sobre lo gastado.
La pareja aporta parte de su sueldo y solamente contribuye con algunas tareas específicas: lavar el carro, cortar el césped, colocar un cuadro o colaborar en un trasteo.

Mujer trabajadora

La formación recibida es muy teórica y no habilita a hombres ni a mujeres para el mundo del trabajo.
Ensayos, disquisiciones, paralelos entre personajes históricos, repetición de teorías del pasado, alejan al alumno del mundo real y de un posible trabajo de tipo práctico.
Si bien la jornada y las normas laborales establecen una cierta homogeneidad y tratamiento igual para ambos sexos, una vez finalizada la jornada laboral, el hombre sale a descansar, mientras la mujer debe iniciar una serie de tareas como el arreglo de la casa, la preparación de los alimentos, ayuda en las tareas escolares, etc., lo cual le exige una doble jornada laboral, casi siempre extenuante.

Mujer estudiante

Dadas las innovaciones y cambios tecnológicos, el avance de los conocimientos, hombres y mujeres deben prepararse, actualizarse en técnicas y desarrollos profesionales que los habilite para ingresar y mantenerse en el mercado laboral. La formación sin embargo adolece de equipos, sistemas, ejercicios prácticos que los familiaricen con el mundo del trabajo.Las empresas cuentan con maquinaria y equipos sofisticados sobre los cuales deben hacerse entrenamientos intensivos para suplir las deficiencias de formación recibida en el período educativo.

Mujer pareja sexual

Se hace énfasis en los riesgos del embarazo, de las enfermedades venéreas, en la virginidad y se refuerzan valores sobre cómo la mujer debe ser ante todo casta y no experimenta deseos ni en pensamiento, palabra ni obra.
Se hace una apología de la pareja, en donde la sumisión y la obediencia deben ser observadas por parte de la mujer con respecto a su pareja masculina. La fidelidad y el amor que se jura la pareja ” deben ser para toda la vida”.
Cuando manifiesta deseos o toma liniciativas en materia sexual, su pareja la reprime y castiga por la suposición que hace de que quizá le está siendo infiel.
Aún no se acepta que la mujer exija el uso del condón y sus requerimiento suele provocar aireadas reacciones, agresiones y violencia por parte de la pareja masculina quien aún no es consciente de que justamente uno de los grupos humanos de mayor riesgo en términos de contaminación por enfermedades de transmisión sexual lo constituye el de las mujeres en pareja.

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