Institucionalización para Pacientes Ancianos

MEDICINA FAMILIAR
EDUCACIÓN CONTINUADA PARA EL MEDICO GENERAL

CAPITULO 60
SILVIO VELÁSQUEZ
MD., Especialista en Medicina Familiar, Magíster en Gerontología, Docente Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, D. C.

La residencia de ancianos ofrece cuidado y entorno social a personas que de otra manera no lo tendrían.

Según la Organización Mundial de la Salud, la mejor alternativa de cuidado gerontológico es la familia.

Cuando el anciano sano o enfermo no puede ser tenido en casa, o no se disponen o se agotan otras alternativas, la institución pueden ser una salida, y un alivio para las familias y los ancianos que quieren mantener su independencia.

Desafortunadamente los sitios especializados son muy escasos, y no garantizan calidad. Las instituciones tipo cerrado (albergues colectivos) son una solución para los ancianos carentes de redes de apoyo. La mayor parte de las personas mayores no desean vivir en ancianatos, en general no pueden adaptarse a estos sitios cuando aún son funcionales, y donde son maltratados con frecuencia, por acción o por negligencia. Con frecuencia el cuidado no es adecuado debido al personal insuficiente, carencia de programas de rehabilitación, abuso de medicamentos, alimentación mal balanceada, etc.

El antiguo ancianato está siendo reemplazado por instituciones más abiertas, que separan a los viejos sanos de los enfermos, con servicios más especializado y personalizado, según las necesidad del usuario (terapeuta ocupacional, psicólogo, voluntarios, etc.), y con estructura administrativa y planta física que evite la masificación.

Se necesitarían personas dedicadas completamente al cuidado, que se encarguen de ellos y les brinden seguridad.

Una alternativa a las residencias de ancianos son los hospitales y los centros de día, los servicios de respiro y los cuidados de fin de semana, que facilitan la permanencia del enfermo en la comunidad.

(Lea También: Trastornos Psiquiátricos en Ancianos)

El Centro Día debe ser un sitio agradable donde puedan pasar el día, un club más que un hospital.

Los hospitales día hacen énfasis en programas de rehabilitación.

Las instituciones ideales deben parecerse en lo posible a un hogar, por lo tanto no deben ser muy grandes ni alojar un número elevado de personas, y se debe mantener el contacto permanente con la familia, involucrándolos en el cuidado.

El paciente institucionalizado debe ser evaluado al ingreso, y en forma periódica, en aspectos como problemas de salud física y emocional, habilidades que conserva, grado de dependencia, presencia de confusión y de trastornos del comportamiento, sociabilidad, y recursos disponibles.

Los instrumentos para medir el apoyo social y los servicios, describen aspectos objetivos como servicios, relaciones sociales, y aspectos subjetivos; eventualmente los más importantes, de cómo se percibe el apoyo.

Las siguientes pueden ser funciones de las instituciones:

a) cumplir marcadores de calidad,
b) lograr el trabajo transdisciplinario,
c) asegurar tratamientos,
d) identificar a tiempo los problemas que afecten la función,
e) promover la salud.

El Traslado

“La totalidad de mis posesiones refleja la totalidad de mi ser.
Soy lo que poseo”. J.P. Sartre

Aunque el traslado a una residencia para ancianos parece algo muy fácil, para la persona puede representar un proceso adaptativo complejo y requerir tiempo variable. Existen pruebas de que la angustia asociada al traslado se padece antes de que este ocurra, y es función de la anticipación del cambio.

Con frecuencia el traslado no es voluntario, generalmente es decisión de la familia, especialmente cuando existe algún grado de deterioro físico o cognoscitivo. La persona adulta mayor reconoce que hay un declive de sus funciones, elabora un duelo y asocia el traslado a su propia muerte. Con frecuencia debe abandonar también los muebles y a veces las pertenencias personales más apreciadas.

El estrés se puede minimizar favoreciendo un entorno que produzca sentimientos de hogar y de apoyo y fomentando sentimientos de continuidad.

Las siguientes son aspectos prácticos que se tienen en cuenta al escoger una institución: seguridad, limpieza, formación e información del personal, frecuencia y clase de cuidados, supervisión que se ejerce, frecuencia y calidad de las actividades lúdicas, calidad de los alimentos, apoyo médico, costos, servicios que cubre, actividades de prevención, emergencias, transporte, etc.

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