Pioneros de la Odontopediatría

Odontopediatría

RAMON LINCE PINILLOS

Dos títulos importantes merece el Dr. Ramón Lince Pinillos, dada su personalidad de profesional emprendedor, luchador y pregonador de principios innovadores. Esos dos títulos son: pionero de la Odontología Antioqueña y Precursor de la Odontología Infantil en Antioquía y en Colombia.

Estudío el Dr. Lince con el Dr. Ricardo Soto en Bogotá y allí ejerció por algún tiempo. Luego de traslado a Venezuela y allí colaboró con la Revista Unión Dental.

Viajó a los Estados Unidos en donde obtuvo su título en la universidad de Nueva York.

Ejerció en diferentes ciudades del país. Luego regresó a Medellín y estableció allí de nuevo su práctica profesional.

En 1930 publicó su libro “Notas Odontológicas y Formulario Dental” y en 1928 tramitó ante el consejo de Medellín, la fundación de un centro de atención dental infantil para las clases menos favorecidas.

Formó parte del cuerpo del Colegio Odontológico de Medellín, fundado por el Dr. Abel Uribe en 1919.

Por último publico en 1940 el libro “Reseña histórica de la Odontología en Medellín”.

Murió en Medellín en 1949. Había nacido en Rionegro en 1870.

Colaboración del Dr. Alpidio Jiménez G.

* Tomado del boletín de la Academia Colombiana de Odont.Pediatria.

UN NUEVO ORDEN

Diego Quintero

Este desorden no es más que la voluntad de un nuevo orden”, fueron las palabras del filósofo francés Jean Paul Sartre frente a los hechos históricos de mayo del 68 en París; y es que esa revolución que hoy cumple 25 años, abrió unas nuevas puertas al mundo: era la juventud quien empezaba a reinar, a interrogar, a soñar… Cinco lustros después, y muchos kilómetros de distancia, esa, “ilusión lírica” ha florecido en nuestro país, no sin despertar resquemores y envidias en algunos sectores de opinión.

Sin embargo, estas críticas deben ser bien asimiladas por quienes hoy tenemos el compromiso y el convencimiento de renovar nuestros campos de trabajo, y aún más, cundo tenemos la difícil labor de motivar a quienes, novatos o expertos permanecen apáticos frente al cambio que se está sucediendo.

Enfocando el planteamiento anterior a nuestro campo profesional, no deja de ser preocupante que en algunos casos los cambios sustanciales que estamos viviendo en la odontología hayan sido promovidos por personas ajenas a nuestra carrera, raramente motivadas por el desarrollo integral de la odontología. Es hora de que usted y yo, su alumno y mi maestro, nos comprometamos realmente, y de forma incondicional para dignificar nuestra profesión. Para lograr este objetivo, las universidades tienen la obligación de preparar a sus profesores y alumnos de una forma integral en la que debe primar el desarrollo humano, académico y ético para que el Odontólogo del mañana tenga una concepción real del mundo donde se desempeña.

Quienes fueron y siguen siendo nuestros maestros deben continuar enriqueciéndonos con sus conocimientos y experiencias, y nosotros, los que aún seguimos soñando y asumimos desde hoy que ya somos el presente y el futuro de nuestra profesión.

Este es el momento que nos ha correspondido vivir, y no podemos permanecer como espectadores a la llegada de un nuevo milenio. Con seguridad, con convicción, con compromiso y respeto. Tenemos las banderas de ese nuevo orden del que hablaba Sartre en París.

Tomado de Academia Colombiana de Odontología Pediátrica, Vol. 2 No 1, Julio 1993

LA DIFUSIÓN DEL CONOCIMIENTO EN LA ODONTOLOGÍA CONTEMPORÁNEA

FERNANDO GALINDO G.

El desarrollo del conocimiento científico es un proceso esencialmente controversial. Se construye a través de confrontar presunciones y conjeturas, con las refutaciones a las mismas. La formulación de conceptos en el área de las ciencias biológicas está fundamentada en la comprobación y confirmación cuantificable mediante el método de las observaciones empíricas repetidas, en igualdad de condiciones.

De esa manera, se llega a la denominada “evidencia científica” que se mantendrá y perdurará, hasta tanto no surjan mejores argumentos críticos que la hagan perder vigencia o modificar el enunciado.

Mientras la mayoría de los principios aceptados tienen origen en el empirismo como sistema epistemológico, existen también otras teorías nacidas del intelectualismo, de la intuición o de la tradición arcaica.

Algunas de esas creencias a veces erróneas, “pueden tener un asombroso poder para sobrevivir en franca oposición a la experiencia” (Poper 1983), pero inexorablemente sucumbirán ante la crítica racional de la metodología científica. El dinamismo de este proceso favorece la aproximación a la verdad, cada vez que una teoría es refutada.

En el medio odontológico, existen dos ejemplos paradigmáticos de las escuelas que pretenden explicar el conocimiento: el concepto del flúor como resultado de las observaciones empíricas y las teorías de la oclusión dentaría, producto de la intuición o de la tradición, con poca o ninguna experimentación.

Dependiendo del carácter de la teoría, varía el comportamiento de sus defensores.

Hasta hace diez años, la dosis de una parte por millón (1 ppm) de flúor en el agua potable se considera un axioma intocable como norma de prevención contra caries dental. Hoy los mismos seguidores de tal postulado, han aceptado sin mayores traumatismos personales o ideológicos, que en relación de la multiterapia de flúor existente y los riesgos inherentes de fluorosis y otras formas de intoxicación, el axioma de la parte por millón debe ser revisado y modificado.

En la arena de la hipótesis de la oclusión dentaría el comportamiento ha sido más emocional. “la búsqueda perenne de la relación céntrica ideal, que ha suscitado tanto debate ardiente pero tan poca ciencia en los pasados treinta años” (Ruhg, 1983), es una prueba de ello. La argumentación sigue siendo anecdótica o autoritaria al punto tal que las organizaciones académicas (AAPD, 1992; AARD, 1991), fuerzan a los predicadores de tales teorías a presentar alguna prueba científica experimental para respaldar sus afirmaciones.

Es responsabilidad de la comunidad científica de la odontología colombiana impedir que la controversia inminente sobre la fluorización de la sal, hasta ahora conducida en el terreno académico se pueda impregnar de emotividad. Por otra parte, las discusiones sobre la teoría de oclusión deben abandonar el dogmatismo incontrolado y represivo, para enmarcarse en el sistema de la prueba experimental científicamente referenciada.

1. American Academy of Pediatric Dentistry. Reference Manual, 1991-1992.
2. American Academy of Restorative Dentistry. Report of the Committe on Scientific Investigation. J Prosthet dent. 6:84-131,1991.
3. Popper, Karl R. Conjeturas y Refutaciones. El desarrollo del conocimiento científico. Ediciones Paidos, 1ª. Edición, 1983.
4. Rugh, Hohn.; advances in clinical dental practice: Temporamandibular disorders. Am. Dent Ass. J. 106: 598-611,1983.

Tomado del Boletín Informativo de la Academia Colombiana de Odontología Pediátrica, Vol 1 No3, Abril 1992.

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