Ir Hacia la Gente: Estrategia y Lugares

investigación niños como audiencias

Maritza López de la Roche

El propósito de la investigación de niños como audiencias no es sólo incrementar la comprensión de la vida social por parte del investigador, sino también compartir esa comprensión con otras personas.

S. J. Taylor y R. Bogdan

Este capítulo describe dos elementos del trabajo de campo: los métodos, y los lugares de la investigación de niños como audiencias.

Aunque sobre los primeros ya se ha precisado nuestro enfoque en el texto precedente, el propósito aquí es explicar a los lectores el modo en que se recogieron e interpretaron los datos, y en un segundo momento, los escenarios sociales que se estudiaron.

LA ESTRATEGIA METODOLÓGICA PARA LA INVESTIGACIÓN DE NIÑOS COMO AUDIENCIAS

La investigación tiene como población objeto niños escolares de primaria -de 8 a 10 años de edad.

La parte cualitativa del trabajo de campo se desarrolló en 4 zonas del suroccidente del país, dos urbanas, las ciudades de Cali y Pereira, y dos rurales, la comunidad paez de Pueblo Nuevo (Cauca), y la comunidad afrocolombiana de Zaragoza, cerca de Buenaventura.

Es central plantear aquí que todo el desarrollo del trabajo etnográfico, y también la presentación de los hallazgos en los capítulos referentes a barrio-ciudad, país y mundo evidenciarán estar estructurados con base en un circuito que conecta 3 polos: experiencia vital (del niño y del grupo al que pertenece), imágenes y narrativas mediáticas , y cambios socio-culturales que están dinamizando tanto la existencia social del sujeto (niño o niña), como las formas de percibirse a sí mismo y a su sociedad.

Todos los procedimientos de indagación utilizados articulan los polos señalados, y los ponen a dialogar a manera de «textos» que remiten unos a otros, y configuran los relatos de los capítulos mencionados, que por lo tanto nos exigen leerlos en esa triple articulación.

Fundamentándonos en la decisión metodológica de asumir la recepción como objeto de estudio, la generación de datos se centra en la audiencia, en explorar desde los niños, a través de metodologías predominantemente cualitativas.

La investigación de niños como audiencias, se organiza a partir de preguntas más que de hipótesis. Se desarrolla según una lógica comparativa, entre grupos de niños socioculturalmente diferenciados.

Esto de acuerdo con la tradición dentro de la que nuestro enfoque se inscribe, denominada «Investigación crítica de audiencias» (Orozco, 1991). La elección de metodologías cualitativas no descarta los procedimientos cuantitativos, sino que inscribe éstos en la perspectiva de una investigación predominantemente etnográfica.

Una parte de los talleres fue estructurada con base en la puesta en práctica de «ver con la gente»tal como la formulo J. Martín Barbero en su obra De los medios a las mediaciones , (1987), o sea compartir y sistematizar las formas de ver televisión los niños.

Este método tuvo su aplicación para la indagación sobre familia y barrio o «comunidad», para las zonas rurales. Se utilizaron además otra serie de métodos etnográficos como cuestionarios semiestructurados, elaboración de composiciones gráficas y dibujos, juegos, juegos de simulación, lectura de libretos breves en voz alta, y diálogos grupales controlados.

La mayor parte de éstos fueron grabados en audio, y simultáneamente registrados en las notas de campo. Se usó también el sicodrama como estrategia para explorar procesos no alcanzables a través del discurso lingüístico racional emitido por los niños, particularmente en lo que se refiere a analizar la relación que establece el niño con la televisión en su espacio familiar.

Se ha registrado el esquema general de actividades realizadas durante los talleres en el anexo correspondiente, aunque la distribución de los ejercicios en distintos días -y durante un número variable de jornadas- fué suficientemente flexible en cada caso, y lo mismo vale para los diálogos |1|.

En el caso de las zonas rurales, las condiciones propias de cada comunidad exigieron realizar observación previa y durante el tiempo de los talleres, para registrar información pertinente al contexto, a las rutinas cotidianas de las familias y a la disponibilidad de medios de comunicación en el área.

El trabajo de los talleres con los niños se desarrolló en el período comprendido entre julio de 1996 y febrero de 1997 inclusive, con un asistente de investigación por cada zona, quien o es residente en esa área del país, o -en el caso de Pueblo Nuevo y Zaragoza- ambos, por razones de trabajo profesional anterior- ya conocían la cultura donde iban a investigar.

El trabajo de campo conformó grupos de 10 niños, 5 hombres y 5 mujeres.

Como en las ciudades se investigaron 3 niveles socioeconómicos (alto, medio y bajo), en cada ciudad (Cali y Pereira), participaron 30 niños; eso significa 60 niños urbanos involucrados en la indagación cualitativa.

En el caso de Pueblo Nuevo y Zaragoza, en cada localidad participó un grupo de 10. O sea, 20 niños rurales. El total de niños participantes en la estrategia cualitativa fué de 80.

El equipo de investigación niños como audiencias estuvo integrado así: como asesor, Jesús Martín Barbero, quien no requiere presentación por su trayectoria investigativa y académica ya consagrada. Como investigadora principal y coordinadora del trabajo empírico y el desarrollo de todo el proyecto, estuvo a cargo Maritza López de la Roche, profesora de la Universidad del Valle, y Magister en Cine y Televisión para la Educación de la Universidad de Londres2.

El estudio contó con la participación animosa y la intensa dedicación de 4 asistentes de investigación, uno por zona, quienes realizaron las labores etnográficas incluídos los talleres con los niños, y redactaron los informes sobre los cuales se han estructurado y presentado los hallazgos del trabajo de campo en este libro.

Ellos fueron: Amanda Rueda para Cali, comunicadora y docente de la Universidad del Valle. Ligia Méndez para Pereira, profesora de la Universidad Tecnológica de Pereira, donde obtuvo su Maestría en Comunicación Educativa. Martha Corrales en la comunidad paez, Profesora de la Universidad del Cauca, y Jaime Londoño en Zaragoza, Comunicador de la Universidad de Chile. Tanto A. Rueda, M. Corrales y J. Londoño son alumnos de la Maestría en Comunicación y Diseño Cultural de la Universidad del Valle.

Adicionalmente debe registrarse aquí que Amanda Rueda ha escrito los capítulos 3 y 5.

La estructura de la publicación y la redacción de los restantes capítulos estuvo a cargo de la investigadora principal, con la asesoría de J. Martín Barbero.

Así mismo, Maritza López ha coordinado y supervisado el trabajo previo y la redacción de los informes relativos a las encuestas, y revisado la edición en su totalidad.

El componente cuantitativo estuvo representado por dos encuestas. La primera fué hecha -cara a cara- a 1015 escolares de primaria del mismo rango de edades que los participantes en el trabajo empírico cualitativo, es decir, de 8 a 10 años de edad.

Se aplicó en 5 ciudades: Bogotá, Cali, Barranquilla, Bucaramanga y Pereira. Se eligieron 3 ciudades grandes y dos medianas, se buscó la posibilidad de contrastar zonas culturalmente distintas, y se incluyeron las dos zonas urbanas de la estrategia cualitativa. Los resultados se presentan en el capítulo 8.

La firma Napoleón Franco de Santafé de Bogotá aplicó la encuesta. El procesamiento de los datos fue realizado por el sociólogo Alexander Montoya, y la redacción del capítulo correspondiente, por él y Maritza López.

La segunda encuesta entrevistó a 60 educadores en ejercicio en el nivel de básica primaria en 10 zonas del país, 6 personas por zona.

Las entrevistas fueron realizadas cara a cara, en la fase inicial de los talleres sobre «Educación para los Medios» que el Proyecto Infancia y Mujer implementó durante 1996.

Los lugares de trabajo de los educadores son las mismas áreas donde se realizó la capacitación: Santafé de Bogotá, Barranquilla, Cali, Bucaramanga, Ibagué,Popayán, Boyacá, Eje Cafetero, Costa Pacífica, y comunidades indígenas del Cauca. Los resultados de esta encuesta se presentan en el capítulo 9.

La interpretación de los datos y la redacción del capítulo correspondiente fueron realizadas por Stella Valencia Tabares, Magister en Política y Gestión de la Educación, y Directora de la Licenciatura en Educación Primaria en la Universidad del Valle.

El procesamiendo previo de los datos fué preparado por la comunicadora Luisa Fernanda Arias. Participaron en la realización de las entrevistas a maestros las comunicadoras Elsa Alvarado y Luz Elena González, y también algunas de las funcionarias del Proyecto Infancia, del Ministerio de Comunicaciones.

LOS LUGARES – En las Ciudades

Cali

El trabajo de campo fue realizado involucrando grupos de niños de tres niveles socioeconómicos. Para el caso de Cali, el grupo del estrato popular (estrato 2, considerado como “bajo”, dentro de la clasificación de EMCALI) estuvo conformado por estudiantes de la escuela pública Luis Eduardo Nieto, ubicada en el barrio Meléndez.

La mayoría de niños viven en este barrio o en barrios cercanos como El Jordan, Alto Jordán y Caldas, que junto con éste conforman lo que se ha denominado el sector Meléndez.

La escuela cuenta con cinco aulas y un patio central; no tiene biblioteca ni salas de cómputo, y sólo tiene a su disposición un televisor y un VHS.

Este sector está ubicado en el sur, a cinco cuadras de la Calle Quinta, una de las avenidas más importantes de la ciudad, la cual todos los domingos es usada como ciclovía.

En el barrio los niños cuentan con un parque de recreación, además juegan en las calles que no son demasiado transitadas por carros. Algunos habitantes tienen antena parabólica, pero la gran mayoría sólo cuenta con las dos cadenas nacionales y el canal regional de televisión.

El grupo de niños de nivel socioeconómico medio (estrato 3, considerado como “medio bajo”) son habitantes del barrio San Nicolás, uno de los más antiguos de Cali. Hasta los años 50 estaba poblado por las élites de la ciudad.

Con el crecimiento urbano y el desarrollo del comercio, San Nicolás sufrió un proceso de transformación severo. La actividad comercial se tomó todo el barrio y fue desplazando a muchas familias hacia sectores residenciales de la ciudad. La mayoría de habitantes que quedan, unos 8000, no son propietarios.

San Nicolás comprende desde la Calle 15 hasta la calle 25 y desde la carrera 8a hasta el Río Cali. Las mayoría de casas han sido tumbadas y convertidas en bodegas, talleres y almacenes.

En general, todo el barrio está lleno de grandes industriascomo Tecnoquímicas, Icollantas, y pequeñas industrias y fábricas (almacenes eléctricos, imprentas, funerarias). La carrera 8a es una calle de cantinas y bares.

El barrio tiene una iglesia católica grande, una de las más antiguas de la ciudad, y un parque central de cemento, con unos cuantos árboles.

La ausencia de áreas de juegos y la inseguridad, les niega la posibilidad a los niños del barrio de usarlo como sitio para su recreación. Debido a la actividad comercial que se desarrolla el tráfico de las calles también les dificulta la posibilidad de entretenimiento fuera de las casas.

En cuanto a la oferta televisiva, la mayoría de familias sólo tiene las dos cadenas nacionales y el canal regional de televisión. No existe antena parabólica y en muchas casas no entra Señal Colombia .

El grupo de niños con el que trabajamos estudia disperso en las dos escuelas públicas y los dos colegios privados, localizados en el barrio; pero cuentan con un espacio de encuentro en la iglesia mencionada La Cruzada de la Amistad; creado en 1972, por el sacerdote belga Cirilo de Pawn.

Su trabajo está orientado a la formación de jóvenes y niños a través de actividades artísticas (tuna, «comités» de música, de teatro, de danza); y de reuniones de grupos donde además de leer y discutir el evangelio se realizan juegos.

También cuentan con una biblioteca abierta para todos los habitantes del barrio. Gran parte del tiempo libre lo pasan en este espacio (algunas tardes, incluyendo los sábados).

Los niños del nivel socioeconómico alto son estudiantes del Colegio Bolivar, un plantel educativo privado, ubicado en Pance, a las afueras de la ciudad. Ellos son habitantes de distintos barrios, todos pertenecientes a los estratos cinco y seis. Su colegio, en donde pasan gran parte del tiempo, cuenta con espacios verdes, canchas, piscina, dos bibliotecas, varias salas de video y de cómputo y aulas grandes.

|1|. Para el sicodrama se siguieron los procedimientos sugeridos por CORNEJO, Inés, en «¿Cómo la ves? El psicodrama aplicado para el estudio de la recepción televisiva de los niños», en orozco, G. (Coord.), Televidencia. Perspectivas para el análisis de los procesos de recepción televisiva, México: Universidad Iberoamericana, 1994, y también por LOPEZ DE LA ROCHE, Maritza y GOMEZ, Griselda, en «¿Cómo vemos televisión en la casa?», Los niños cuentan, Santafé de Bogotá: Ministerio de Comunicaciones de Colombia, 1996.

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