Gestión Emocional
La gestión emocional se define como el conjunto de habilidades y herramientas que nos ayudan a manejar, de manera apropiada, nuestras emociones; en las diferentes situaciones que se nos presentan en la vida, esto como consecuencia, también nos ayuda a manejar nuestro comportamiento.
Es importante entender que las emociones son expresiones naturales del ser humano y que la gestión emocional no busca reprimirlas o suprimirlas; sino aprender a manejarlas de la manera más adecuada posible para lograr varios objetivos.
Uno de los objetivos de la gestión emocional es evitar conflictos o enfrentamientos innecesarios, por ejemplo, cuando reaccionamos exageradamente ante la frustración o la ira. También es útil para ser más empáticos, la gestión emocional nos ayuda a entender mejor nuestros sentimientos para poder expresarlos correctamente; adicionalmente nos ayuda a aprender de nuestros errores y a orientar nuestros esfuerzos hacia nuestros objetivos.
A través de la gestión emocional, podremos lograr entender, no solo qué emoción sentimos sino también por qué. Por ejemplo, entendemos que estamos sintiendo rabia, porque nuestros hijos no hicieron caso en una orden que les dimos; una vez somos conscientes de esa emoción podemos manejar mejor nuestro comportamiento o reacción ante la situación.
¿Cómo? Primero preguntarás por qué no obedecieron la orden, es claro que sientes rabia porque no hicieron caso, pero también es importante conocer la opinión, experiencia y sentimientos de las otras personas. Luego del ejercicio, comprenderás que hay una solución ante el imprevisto, y, por ejemplo, que no es necesario ser violento o agresivo. (Ver También: Competencias para la Vida.)
Técnicas para Desarrollar la Gestión Emocional
1. Sé consciente de tus emociones. El primer paso para desarrollar la gestión emocional es querer hacerlo y para ello, es necesario que seamos conscientes de lo que sentimos; un buen ejercicio es anotar las emociones que sientes a diario, esto te ayudará a ser más consciente, además, porque también te ayuda a entender por qué las sentiste y cuál fue tu reacción ante esa emoción.
Una vez eres consciente de eso, podrás identificar qué está mal o qué se puede mejorar, así a la próxima vez que experimentes esa emoción, tendrás un poco más consciencia hasta llegar al punto de gestionar mejor tus emociones.
2. Aprende a diferenciar, manejar y soltar. Esta técnica es muy importante para no abrumarte, porque tienes que diferenciar entre las emociones que puedes manejar y las que son inevitables para aprender a soltarlas.
Por ejemplo, el estrés laboral es inevitable, pero sí depende de ti qué tanto te afecta, cuando algo no depende de ti o no lo puedes manejar lo mejor es soltarlo. Tú no manejas las emociones de otros y tampoco dependen de ti, así que cuando una persona se encuentre frustrada, agobiada o estresada y no gestione de manera adecuada sus emociones, lo mejor que puedes hacer es soltar y no enfrascarte en sus emociones también.
3. Positivismo vs negativismo. No se trata de ignorar que cosas malas, que no esperamos, que no nos gustan o poco adecuadas pasan a nuestro alrededor; sino más de bien de darle más protagonismo e importancia a las cosas buenas y positivas.
Por ejemplo, si ya eres consciente que sientes frustración cuando te dicen “no”, ahora lo que tienes que hacer es trabajar en ello y no quedarte enfrascado en “ese defecto” o esa cosa negativa.
4. Escucha siempre. Es la otra parte tan importante de todo lo que abarca la gestión emocional, la mayoría de veces nos enfrascamos en nuestras emociones a raíz de una acción o detonante; pero no hacemos una pausa para escuchar las emociones de los otros y saber por qué actuaron así.
Trabaja en escuchar, tanto el lenguaje verbal como no verbal de los otros, por ejemplo, cuando te encuentres en el medio de una discusión, escucha primero y luego responde.
Importancia de la Gestión Emocional
La gestión emocional trae consigo muchos beneficios en cualquier etapa de la vida, es útil durante la niñez, en la escolaridad, durante la vida universitaria; también en el trabajo, para la vida en familia, pareja y en general todas las relaciones interpersonales.
Seguro que alguna vez te ha pasado que alguien te dijo que no y sentiste mucha frustración y rabia, y al escuchar ese no tu respuesta fueron gritos, agresividad y hasta violencia; pero luego, cuando escuchaste la razón del porque no, te arrepentiste de haber tenido un comportamiento exagerado. A través de la gestión emocional vas a aprender a controlar esas emociones, tus reacciones y comportamiento; de ahí radica la importancia de la gestión emocional. (Ver También: Cómo Tener más Liderazgo en la Vida.)
Ésta se debe trabajar desde la infancia, comenzando por reconocer los sentimientos y poderlos compartir tranquilamente. Durante la vida, vamos experimentando nuevas emociones y sensaciones, por lo que es un proceso de aprendizaje que nos acompañará siempre; las emociones que nos genera el colegio no serán las mismas de la universidad, así como tampoco las de la vida laboral o las de las relaciones interpersonales.
Pero ya teniendo las bases y técnicas para la gestión de esas emociones, será más fácil manejar las nuevas emociones que sintamos. Es decir, la técnica no consiste en aprender a manejar la ira, la frustración, la tristeza, la agresividad, etc; sino en general todas las emociones.
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