Cómo Controlar los Nervios

Controlar los Nervios

Los nervios son una emoción o sensación natural del cuerpo, se deben a lo que conocemos como “las hormonas del estrés”; que cuando nos vemos enfrentados a situaciones que nos generen nervios se produce y provoca síntomas como sudoración, frío, dificultad para concentrarse, una especie de cosquillitas en el estómago, entre otras. La buena noticia, es que existen técnicas efectivos que nos ayudan a controlar los nervios.

Ten presente que los nervios no deben confundirse con la ansiedad, la diferencia, principalmente radica en que los nervios tienden a desaparecer una vez haces o terminas esa actividad que te pone nerviosa; en cambio, la ansiedad, es tan extrema que llega al punto de limitarte y solo tiende a empeorar si debes hacer dichas acciones que la provocan. (Ver También: Hábitos de Personas Resilientes)

Consejos Prácticos para Controlar los Nervios

Respiración

Los nervios afectan directamente nuestra respiración, pero a través de esta también podemos controlarla. Cuando estamos nerviosos tendemos a respirar rápido sin inhalar adecuadamente, por esto esta técnica de la respiración es recomendadísima para controlar los nervios.

Una vez eres consciente que estás nervioso y buscas calmarte, tómate el tiempo necesario para que seas igualmente de consciente de tu respiración. La técnica consiste en inhalar profundamente contando hasta 5 durante la inhalación; y luego exhalar también de manera muy lenta en otros 5 segundos. Repite hasta que sientas que tu respiración está más calmada y tú te sientas mejor.

Técnicas de Relajación

Si eres una persona que frecuentemente se ve enfrentada a situaciones que generen nerviosismo, lo que se recomienda que practiques técnicas de relajación como la meditación, yoga, técnicas de relajación, mindfulness, ejercicios de relajación muscular progresiva, musicoterapia, entre otros. (Ver También: Cómo Manejar la Ansiedad)

Prepárate

Si situaciones como hacer una presentación, hablar en público, liderar una reunión, etc, te generan muchos nervios, la mejor recomendación es que te prepares lo suficientemente bien para que te sientas muy seguro y confiado de tus capacidades.

Muchas veces en este tipo de situaciones se juntan varias cosas, por ejemplo, miedo o pena a hablar en público, la falta de preparación, la poca confianza en sí mismo, el desconocimiento de la situación, entre otras.

En esos casos, lo que se recomienda es primero, identificar esos factores que nos ponen nerviosos y comenzar a trabajar en ellos para eliminarlos. Entonces, si no te sientes bien preparado, pues prepárate muy bien, eso también ayuda a aumentar tu autoconfianza.

Aliméntate Adecuadamente

Si tienes situaciones ya programas que te generan nervios, como una presentación, una conferencia, un discurso, una reunión, un juego si eres deportista, un concierto, etc, evita consumir previamente alimentos que estimulen el sistema nervioso como bebidas energizantes o café.

En cambio, reemplázalo por agua y mantente siempre hidratado, resulta que si nos deshidratamos esto favorece la producción de cortisol, que es la hormona del estrés, haciendo que nos sintamos aún más nerviosos.

Enfrenta las Situaciones

La gran ventaja entre los nervios y la ansiedad es que se recomienda enfrentar las situaciones para que la persona pueda comprobar la experiencia, y en la mayoría de las ocasiones, vencer el miedo.

¿Por qué esto es importante? Porque cuando estamos nerviosos nuestra mente piensa mucho más rápido, pero no tan eficientemente, por lo que tendemos a no razonar bien; entonces de esta manera vamos construyendo miedos mentales e ideas irracionales sobre situaciones específicas.

En este caso, debemos preguntarnos, ¿qué pasaría si…?, Por ejemplo, si tenemos miedo a hablar en público por equivocarnos, piensa, ¿qué pasará si me equivoco al hablar? Piensa en todos aquellos speakers o conferencistas que también se equivocan en sus discursos, no pasa nada, ¡el miedo está solo en la mente! Y, al contrario, cada error o tropiezo nos enriquece mucho el camino.

Distrae tu Mente

No te concentres en todo lo malo que podría pasar, en tus nervios o en los errores que ya hayas cometido, enfoca toda tu energía y pensamientos en cosas positivas. Motívate, busca charlas o discursos motivacionales, rodéate de un grupo que te brinde buena energía y apoyo.

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