Gramíneas para Producción Sostenible de Carne

cultivos de gramíneas

Solucionar problemas de compactación del suelo que dificultan y disminuyen la productividad de los cultivos de gramíneas; para la alimentación ganadera mediante incremento de los contenidos de materia orgánica del suelo; es el objetivo de una investigación que realiza CORPOICA en el Valle del Sinú.

Así mismo, busca hacer más amigable este sistema de producción con el medio ambiente, reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero.

Proyecto de Cultivos de gramíneas

El proyecto llamado “Mejoramiento de la capacidad productiva y calidad de gramíneas de uso actual y potencial para la producción sostenible de carne; mediante el manejo apropiado del suelo para sistemas de ceba en el Valle del Sinú”; es cofinanciado por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y Fedegan.

Su ejecución está a Cargo del Centro de Investigación Turipaná, de CORPOICA, en alianza con Universidad de Córdoba; y la Federación Ganadera de Córdoba, Ganacor.

El investigador Joaquín García Peña, quien acaba de culminar sus estudios de Doctorado en Suelos y Nutrición Vegetal en Brasil y actúa como líder del proyecto; explicó que se están evaluando cuatro gramíneas forrajeras establecidas con diferentes sistemas de labranza y dos niveles de fertilización química de los cultivos.

El objetivo es determinar la mejor combinación de tecnologías para recomendar a los productores.

Los avances de resultados, serán presentados en el Congreso Nacional de la Sociedad Colombiana de la Ciencia del Suelo; a realizarse en Pereira del 27 al 29 de octubre.

Tales resultados hacen parte de una tesis de grado que realiza la investigadora Martha Oliva Santana Rodríguez; para obtener el título de Máster en Ciencias Animales en la Universidad de Córdoba.

Capacitación financiada por el convenio y en la que la está complementando su formación en la relación suelo- planta- animal; importante para la generación de recomendaciones en sistemas de producción ganaderos.

La segunda fase de la investigación será la validación de la tecnología generada en el C.I. Turipaná en 6 fincas de productores de la región del Valle del Sinú.

Cultivos de gramíneas en el Valle del Sinú y deficiencias a superar

De acuerdo con la información obtenida del estudio de los Sistemas de Producción del Caribe Colombiano; realizada por CORPOICA previamente, en el Valle del Sinú se dedican cerca de 713.000 hectáreas a la producción bovina.

La región está ubicada en Córdoba, departamento que ocupa el segundo lugar en población bovina en Colombia.

Lo que se detectó es que las pasturas predominantes utilizadas en los sistemas productivos en la actualidad; presentan problemas de baja productividad asociadas a incidencia de plagas; y menor tolerancia a sequía que otras especies que ya están siendo introducidas al Valle del Sinú.

La productividad de los pastos es afectada por la compactación de suelos ya sea en forma natural o por acción de los seres humanos.

Adicionalmente, los suelos del Valle del Sinú son jóvenes y presentan limitaciones físicas, asociadas a alta densidad aparente y resistencia a la penetración de las raíces; factores que dificultan el establecimiento y la persistencia de las pasturas.

La labranza y el sistema radical de los cultivos de gramíneas perennes mejoran algunas propiedades físicas del suelo; y a su vez, el mejoramiento del suelo favorece a la pastura.

En esta investigación, se determinaron los efectos de cuatro sistemas de labranza vertical, dos niveles de fertilización y cuatro gramíneas; sobre la densidad aparente y la penetrabilidad del suelo.

Está documentado que la labranza vertical y la introducción de materia orgánica en el perfil del suelo mejora las propiedades físicas del mismo.

Una de las formas de introducir materia orgánica de manera permanente es logrando un desarrollo importante de las raíces de las gramíneas.

De esta manera se busca que el efecto de la labranza sea más efectivo y pueda practicarse con menor frecuencia.

Como beneficio adicional figura el tema ambiental. La materia orgánica del suelo contiene 57% de carbono que es un componente del dióxido de carbono; un gas de efecto invernadero.

Si se seleccionan cultivos de gramíneas que tengan capacidad de producir alta cantidad de raíces que contribuyan a la fijación de este carbono; se puede mitigar el efecto ambiental negativo de la producción agropecuaria.

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