Gestión de productos

Si estás pensando en lanzar o producir un producto nuevo o mejorar los que ya existen, sin duda tienes que recurrir a la gestión de productos. Esto te permitirá asegurar en una mayor medida el éxito de este proyecto. La gestión de productos se refiere a todo el proceso que guía el ciclo de vida de un producto en sus diferentes etapas. Una característica importante del proceso de gestión de producto es que se centra en el cliente y lleva su voz, necesidades o exigencias adentro de la organización. Así, todos trabajan en función del cliente final.

La gran ventaja de contar con procesos de gestión de productos dentro de las empresas, es que se obtienen productos pensados para y por el cliente, diseñados para el cliente y que realmente va a satisfacer alguna necesidad del mercado.

En términos generales, la gestión de productos acompaña y supervisa el ciclo de vida del producto en todas sus etapas. Desde su concepción y desarrollo, pasando por la producción hasta la fijación de precios y posicionamiento. Este acompañamiento permite tomar decisiones claves en los momentos más oportunos dentro de todo el proceso.

Como lo mencionamos anteriormente, el gestor de productos o product manager es el encargado de representar la voz de los clientes dentro de la empresa. De esta manera se logra crear productos con valor y ventajas competitivas. (Ver También: Tablero Kanban)

¿Por qué es importante la gestión de productos?

Son varias ventajas las que otorga el proceso de gestión de productos que, además, se puede estandarizar, dependiendo de las necesidades de cada empresa.

Una de ellas es que el gestor de productos debe entender y conocer perfectamente las necesidades del mercado, así como su sector. Esto al llevarlo dentro de la empresa se traduce en una ventaja competitiva que se aplica en el producto para entregar soluciones de valor al cliente.

Esto, además de asegurar que el producto sí tiene salida y sí se va a vender, se convierte también en la posibilidad de la marca o de la empresa para ser autoridad del sector o dominar el mercado.

Y es que, desde la gestión de productos se deben entender todas las dimensiones del cliente, porque no se trata solo de satisfacer una necesidad con un producto. Esta gestión también implica entender qué les gusta y qué no les gusta, cómo prefieren comprar, en dónde lo compran, por qué lo necesitan, etc.

En resumidas cuentas, con la gestión de productos podemos crear un producto, no solo que sí se venda, sino que se venda en los lugares adecuados, en el momento adecuado y al precio adecuado. (Ver También: Cómo Calcular el Tamaño del Mercado.)

¿Cómo implementar la gestión de productos?

Generalmente, el proceso de gestión de producto está conformado por subprocesos que son: planificación, creación del producto, lanzamiento, gestión y optimización del producto final.

1. Problema

El primer paso para implementar la gestión de productos es definir el problema, identifica lo que se conoce como el “punto de dolor del cliente”. Es una forma de generarle alto valor al cliente. (Lee además: Producto mínimo viable, MVP: ¿qué es y cómo puede impulsar tu startup?)

2. Oportunidad

Ahora es el momento de cuantificar la oportunidad, es decir, establecer qué tan viable es la producción de ese producto. Por ejemplo, ¿el mercado al que iría dirigido pagaría por esa solución?, ¿es realmente la necesidad tan importante para que las personas consideren comprar el producto? Incluso, en este paso se pueden identificar otras formas de monetizar la solución.

Cuantificar la oportunidad es realmente importante, porque le permite a la marca o empresa invertir los diferentes recursos en un proyecto viable, evaluando el mercado y la oportunidad de negocio.

3. Desarrollo

Llegó la hora del desarrollo y para ello se deben establecer las mínimas funcionalidades o MPV. Con este prototipo se puede medir el funcionamiento del producto con clientes reales.

La idea es aprovechar que la producción de un prototipo con MPV sale menos costoso que el producto final. Y sí nos ayuda a obtener una retroalimentación real que permita mejorar el producto antes de su lanzamiento.

4. Marketing

En este caso, tanto el equipo de gestión de productos como el área de marketing deben trabajar de la mano para que todas las estrategias y esfuerzos de las campañas de marketing estén orientadas al éxito del producto.

En este punto el equipo de gestión conoce muy bien tanto el producto como el mercado, pero el área de marketing tiene la experiencia y conocimiento sobre el manejo de marca y los posibles canales para la divulgación y comercialización del producto, así que se recomienda que sea una tarea conjunta.

5. Mejoras

La tarea de la gestión de productos no acaba cuando se lanza el producto al mercado, incluso después de esto, debe continuar su trabajo en proponer mejores y seguir generando valor al cliente. Para que esto suceda es importante tener buenos canales de retroalimentación, en donde se pueda conocer los comentarios del cliente, sus opiniones y sensaciones respecto a todo lo que implica el proceso de compra del producto. Ten en cuenta que para el cliente no se trata solo del producto, sino de toda una experiencia de compra.

¿Cómo se lleva a cabo el análisis de la competencia y el benchmarking dentro del proceso de gestión de productos?

Dentro del proceso de gestión de productos, el análisis de la competencia y el benchmarking juegan un papel fundamental en la toma de decisiones estratégicas. Estas prácticas permiten a las empresas comprender el panorama competitivo en el que operan, identificar oportunidades y amenazas, y mejorar la posición de sus productos en el mercado.

1. Identificación de competidores relevantes

El primer paso en el análisis de la competencia es identificar quiénes son los competidores directos e indirectos en el mercado. Esto implica no solo a las empresas que ofrecen productos similares, sino también aquellas que podrían satisfacer las mismas necesidades del cliente de manera diferente.

2. Recopilación de información

Una vez identificados los competidores, se recopila información relevante sobre ellos. Esto puede incluir su gama de productos, precios, estrategias de marketing y distribución, fortalezas y debilidades, participación en el mercado, y percepción de la marca por parte de los consumidores.

3. Análisis comparativo

Se realiza un análisis comparativo detallado para evaluar cómo se posiciona cada competidor en relación con el producto propio. Esto implica examinar aspectos como la calidad del producto, la innovación, el servicio al cliente, la experiencia del usuario y la percepción de la marca.

4. Identificación de brechas y oportunidades

A partir del análisis comparativo, se identifican las brechas en el mercado y las oportunidades para diferenciar el producto propio y ganar ventaja competitiva. Esto puede implicar mejorar características existentes, desarrollar nuevas funcionalidades, ajustar precios o mejorar la experiencia del cliente.

5. Benchmarking

El benchmarking consiste en comparar el rendimiento de un producto o proceso con el de los líderes del mercado o las mejores prácticas de la industria. Esto proporciona puntos de referencia claros y ayuda a establecer metas realistas para mejorar el desempeño del producto.

6. Implementación de estrategias

Finalmente, basándose en los hallazgos del análisis de la competencia y el benchmarking, se desarrollan e implementan estrategias para mejorar el producto y su posición en el mercado. Estas estrategias pueden incluir ajustes en el diseño del producto, cambios en la estrategia de precios, campañas de marketing más efectivas, o mejoras en el servicio al cliente.

¿Qué metodologías ágiles se pueden implementar en la gestión de productos y cuáles son sus beneficios?

En la gestión de productos, la implementación de metodologías ágiles ha ganado popularidad debido a su capacidad para adaptarse a los cambios rápidos del mercado y las necesidades de los clientes. Estas metodologías proporcionan un marco de trabajo flexible y colaborativo que permite a los equipos de desarrollo y gestión de productos trabajar de manera más eficiente y eficaz.

1. Scrum:

Scrum es una metodología ágil que se basa en iteraciones cortas de trabajo llamadas “sprints”, que suelen tener una duración de 2 a 4 semanas. Durante cada sprint, el equipo se enfoca en entregar un conjunto de funcionalidades prioritarias.

Beneficios:

• Mayor transparencia y visibilidad del progreso del proyecto.
• Flexibilidad para adaptarse a los cambios en los requisitos del cliente.
• Mejora de la colaboración y la comunicación dentro del equipo.

2. Kanban:

Kanban es un sistema visual de gestión del trabajo que se basa en tableros visuales con columnas que representan diferentes etapas del proceso. Las tareas se mueven a través de las columnas a medida que avanzan en el flujo de trabajo.

Beneficios:

• Visualización clara del flujo de trabajo y los cuellos de botella.
• Priorización efectiva de tareas y gestión del tiempo.
• Flexibilidad para ajustar la carga de trabajo según sea necesario.

3. Extreme Programming (XP):

Extreme Programming es una metodología ágil que se centra en la entrega temprana y frecuente de software de alta calidad. Se enfoca en prácticas como la programación en pares, pruebas automatizadas y desarrollo incremental.

Beneficios:

• Mayor calidad del producto a través de pruebas continuas y retroalimentación inmediata.
• Reducción del riesgo de errores y defectos en el producto final.
• Mayor involucramiento del cliente a lo largo del proceso de desarrollo.

4. Lean Startup:

Lean Startup es una metodología ágil que se centra en validar las hipótesis del negocio de forma rápida y económica a través de experimentos y aprendizaje validado. Se enfoca en maximizar el valor para el cliente y minimizar el desperdicio.

Beneficios:

• Reducción del riesgo de fracaso al validar las ideas de forma temprana.
• Mayor agilidad para pivotar o ajustar la estrategia en función de los resultados.
• Aprendizaje continuo y mejora iterativa del producto.

5. Design Thinking:

Design Thinking es una metodología centrada en el usuario que se enfoca en comprender las necesidades y deseos del cliente para generar soluciones innovadoras y centradas en el usuario. Se basa en la colaboración multidisciplinaria y el prototipado rápido.

Beneficios:

• Desarrollo de productos más centrados en el usuario y con una mejor experiencia de usuario.
• Estimulación de la creatividad y la innovación a través de la colaboración multidisciplinaria.
• Identificación de oportunidades de mejora a través de la empatía con el usuario final.

Conclusión

La gestión de productos emerge como un proceso esencial en la creación, desarrollo y lanzamiento de productos exitosos en el mercado actual. Al centrarse en las necesidades y deseos del cliente, esta disciplina permite a las empresas ofrecer soluciones innovadoras y centradas en el usuario, garantizando así su relevancia y competitividad en un entorno empresarial cada vez más dinámico y exigente.

Desde la identificación del problema hasta la mejora continua del producto, la gestión de productos implica una serie de pasos y prácticas, como el análisis de la competencia, la implementación de metodologías ágiles y la atención constante a la retroalimentación del cliente, que son fundamentales para el éxito a largo plazo de cualquier producto o servicio en el mercado.

En última instancia, una gestión efectiva de productos no solo se trata de crear productos que se vendan, sino de construir relaciones sólidas con los clientes y ofrecer experiencias excepcionales a lo largo de todo el ciclo de vida del producto.

Esto implica una comprensión profunda del mercado, una colaboración estrecha entre equipos multidisciplinarios y una mentalidad centrada en la innovación y la mejora continua. En un panorama empresarial caracterizado por la rápida evolución de las tecnologías y las expectativas cambiantes de los consumidores, la gestión de productos se convierte en un elemento crucial para el crecimiento y la sostenibilidad de las empresas en el mercado global.