Evaluación Agronómica de los Sustratos de Espuma Termoexpandible

cultivo de la rosa

Cultivo de la Rosa

Paola López Sandoval1, Diana Patricia Neisa López1, (Cultivo de la Rosa)
Víctor J. Flórez R.2 y Cecilia Bacca3
1 Licenciadas en química. Universidad Pedagógica Nacional.
E-mails: neisapatricia@hotmail.com, josohannalopez@hotmail.com
2 Profesor Asociado Facultad de Agronomía. Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá. E-mail: vjfl orezr@unal.edu.co.
3 Profesora Departamento de Química, Universidad Pedagógica Nacional.
E-mail: ceciliabacca@hotmail.com.
* Este proyecto se realizó con el apoyo fi nanciero de Brenntag de Colombia S.A.

Resumen

En Colombia el cultivo de la rosa se ha desarrollado generalmente en suelo, sin embargo, la perdida de fertilidad, la incidencia de plagas y enfermedades radiculares, entre otras razones, ha llevado a los productores de flores a adoptar experiencias de países como Holanda y España, relacionadas con la utilización de sustratos para el desarrollo de este cultivo.

Esta investigación tuvo como objetivo evaluar los sustratos de espuma termoexpandible (Oasis floral®) y cascarilla de arroz quemada, utilizados puros, en mezcla y en capas, en proporciones 3:1, 1:1 y 1:3 respectivamente, como medios de cultivo para el crecimiento y desarrollo del cultivo de la rosa.

Se evaluaron diez tratamientos, entre los cuales estaba el sustrato compuesto por turba, y el efecto sobre seis variables, de las cuales tres arrojaron resultados con diferencias altamente significativas (emisión de basales, productividad, longitud de tallo).

Con la utilización de sustratos compuestos de oasis y cascarilla de arroz quemada en mezcla, se obtuvieron rendimientos (tallos/ha-año) más altos y mejor calidad de flores (longitud de tallo), de igual forma, la emisión de basales fue mayor para estos sustratos, comparado con los obtenidos utilizando el sustrato de turba.

Los mejores resultados se obtuvieron cuando se uso la mezcla en proporciones (Oasis 75% – Cascarilla 25%, proporción 3:1).

La mezcla de oasis y cascarilla, se presenta como una alternativa para ser utilizado como medio de cultivo para el cultivo de la rosa bajo invernadero, donde existan problemas limitantes de suelo que impidan o afecten el desarrollo del cultivo.

Palabras Claves: Humedad, propiedades físicas, aireación, rendimientos, turba, calidad, brotes basales.

Summary

In Colombia the culture of the rose has been generally ground in soil, althugh, loss fertility, incidence diseases and pests root, among other reasons, encouraged flower producer to adopt experiences of countries like Holland and Spain, regarding substrate utilization in order to developed this crop.

This investigation was carried out with the objective to study the substrates it foams termoexpandible (floral oasis®) and burn rice halls utilized solely, mixed and coal in different portions (3:1, 1:1, 1:3) as culture media for growth and development of the rose culture, having peat moss as a check.

There were evaluated ten different processing between which it was the substrate made of peat moss, its effects on six variables, of which three threw results with highly significant differences (bottom break formation, production, length of stem).

With the utilization of the substrates composed by Oasis and burn rice halls mixed, higher yields (stems/hayear) ere obtained, higher flower quality (stem length), also a bottom breaks formation was bigger in this substrates, compared with those obtained with peat moss.

The better results were obtained when itself use the mixture in proportions was used (Oasis – burn rice hulls, proportion 3:1). The mixture Oasis and burn rice halls presents is an alternative for being utilized as a culture median for the rose crop in greenhouses, where soil problems appear which they prevent or they affect the development of the culture.

Key words: Humidity, air circulation, physical properties, peat moss, yield, quality, bottom breaks.

Introducción

Las técnicas culturales aplicadas en la producción de plantas y hortalizas han experimentado cambios rápidos y notables durante las tres últimas décadas. Se ha venido produciendo una sustitución gradual del cultivo tradicional en el suelo por el cultivo fuera del suelo. (Abad et al. 1996), explican algunas razones para darse dicha sustitución: 1) La necesidad de transportar las plantas de un lugar a otro; 2).

La existencia de factores limitantes para la continuidad de los cultivos intensivos en el suelo natural, particularmente salinización, enfermedades y agotamiento de los suelos agrícolas; y 3).

La fuerte intensificación cultural que facilita el cultivo hidropónico y en sustrato, al permitir un control riguroso del medio ambiente radical, especialmente de los aspectos relacionados con el suministro de agua y nutrientes.

Se entiende por cultivo sin suelo aquel sistema de cultivo en el que la planta desarrolla su sistema radical en un medio (sólido o líquido) confinado en un espacio limitado y aislado, fuera del suelo.

Desde el punto de vista práctico, los cultivos sin suelo suelen clasificarse en cultivos hidropónicos (cultivo en agua más nutrientes o sobre materiales inertes) y cultivos en sustrato (cultivos sobre materiales químicamente activos).

En adición, los cultivos sin suelo pueden funcionar como sistemas abiertos o cerrados, estos últimos con recirculación de las soluciones nutritivas (FAO, 1990).

En el sector horticultor, sustrato se define como todo material sólido distinto del suelo in situ, natural, de síntesis o residual, mineral u orgánico, que colocado en un contenedor, en forma pura o en mezcla, permite el anclaje del sistema radical, desempeñando por tanto un papel de soporte para la planta.

El sustrato puede intervenir (material químicamente activo) o no (material inerte) en el complejo proceso de la nutrición mineral de la planta ( Abad, 1991) y su finalidad es, proporcionar un medio para producir una planta/cosecha de calidad, en un periodo de tiempo corto y con los más bajos costos de producción.

En adición el sustrato no debería provocar un impacto medioambiental de importancia (Abad y Noguera, 2000).

Para obtener buenos resultados durante la germinación, el enraizamiento y el crecimiento de las plantas, se requiere de las siguientes características del sustrato:

TABLA 1. Resumen de las principales propiedades físico-químicas
y otras de un sustrato hortícola.

Propiedades físicas

Propiedades físico-químicas y químicas Otras propiedades
A. Elevada capacidad de retención de agua fácilmente disponible.*
B. Suficiente suministro de aire.*
C. Distribución del tamaño de las partículas que mantenga las condiciones antes mencionadas.
D. Baja densidad aparente.
E. Elevada porosidad total.
F. Estructura estable, que impida la contracción.

A. Baja capacidad de intercambio catiónico, dependiendo de que la fertirrigación se aplique permanentemente o de modo intermitente, respectivamente.
B. Suficiente nivel de nutrientes asimilables.
C. Salinidad reducida.*
D. pH ligeramente ácido y moderada capacidad tampón.*
E. Mínima velocidad de descomposición.

A. Libre de semillas de malas hierbas, nemátodos y otros patógenos, y sustancias fitotóxicas.*
B. Disponibilidad.
C. Bajo costo.
D. Fácil de preparar y manejar.
E. Fácil de desinfectar y estabilidad frente a la desinfección.
F. Resistencia a cambios externos físicos, químicos y ambientales.

*Propiedades altamente limitantes para el crecimiento de las plantas.
Tomado y modificado de Tomado y modificado de Raviv Raviv et al. et al. (1986 1986) y Abad y Abad (1991 1991 y 1995 1995).

Debido a que los cultivos en sustratos, a diferencia de los de suelo, crecen en un volumen limitado por un contenedor (matera, bandeja, cama, banco, entre otros.) la cantidad de agua y de aire que contiene debe ser mayor. En términos de volumen, un buen suelo está conformado por 50% de sólidos, 25% de aire y 25% de agua, a diferencia de los sustratos donde el volumen total de materia sólida no debe sobrepasar del 15%, con el fin de aumentar la relación agua aire en el medio por unidad de volumen.

Las propiedades físicas básicas son de primerísima importancia, ya que no es posible modificarlas una vez el sustrato esté en el contenedor y la planta esté creciendo en él.

Esto contrasta con las características químicas, muchas de las cuales pueden ser modificadas mediante técnicas de cultivo apropiadas, realizadas por el propio cultivador (Abad y Noguera, 2000); Ansorena (1994).

Para tener éxito en el enraizamiento es necesario mantener la relación entre el aire y la humedad del sustrato, ya que cuando se manejan grandes volúmenes de agua se requiere de un sustrato de rápido drenaje para permitir una adecuada aireación de la raíz (Carrizoza, 1999).

La altura o profundidad del contenedor influye sobre las interacciones entre el aire y el agua del ambiente superficial. Cuanto más alto es el contenedor, mayor es el drenaje y, por consiguiente, mayor es el contenido de aire.

Después del riego la mayor parte del agua queda “suspendida” entre los poros del sustrato mediante una combinación de enlaces de hidrógeno, acción capilar y gravedad.

Las plantas obtienen el agua del sustrato desarrollando en sus raíces una presión negativa de succión (potencial hídrico), que es menor a aquella con la cual el agua es retenida en el sustrato mediante la tensión mátrica; esto les permite sustraer el agua de los poros de manera efectiva (AbaLos cultivos sin suelo ocupan actualmente superficies muy importantes en los países del Centro y el Norte de Europa.

Entre los sustratos más utilizados y estudiados en el ámbito mundial se encuentran; fibra de coco (Coco deuce y Coco peat), lana de roca, turbas (Peat moss) y perlita, entre otros.

La utilización de las técnicas de cultivo fuera del suelo se ha ido difundiendo y perfeccionando desde entonces. Entre los materiales más utilizados en Colombia se encuentra la cascarilla de arroz quemada, escoria (de carbón coke), mezcla escoria – cascarilla (1:1), arena gruesa (de mina), arena fina (de río), y mezcla de turba y perlita (Pizano, 2000).d yNoguera, 2000).

Algunas propiedades de los sustratos utilizados en cultivo sin suelo

Espacio poroso total en el cultivo de la rosa

Es el volumen total del sustrato no ocupado por partículas orgánicas ni minerales. Ésta es la principal diferencia entre el suelo y los sustratos. Mientras que la mayoría de los suelos minerales tienen un 50% de sólidos y un 50% de porosidad por volumen, los sustratos cuya base es la materia orgánica son porosos en un 75- 85%, lo cual mejora la capacidad de retención de agua y aire para el cultivo en contenedores (Fonteno, 1999)

Agua fácilmente disponible

Es la diferencia entre el volumen de agua retenida por el sustrato después de haber sido saturado con agua y dejado drenar a 10 centímetros de tensión matricial, y el volumen de agua presente en dicho sustrato a una succión de 50 centímetros de columna de agua (c.a.).

También muchos experimentos han demostrado que una tensión de agua superior a 50 centímetros puede afectar desfavorablemente el crecimiento y desarrollo de las plantas (Abad y Noguera, 2000).

Agua de reserva

Es la cantidad de agua (% en volumen) que libera un sustrato al pasar de 50 a 100 centímetros de c.a. El nivel óptimo se sitúa entre 4 y 10%.

El agua total disponible de un sustrato se define como la suma del agua fácilmente disponible y el agua de reserva. Su valor óptimo varía entre el 24 y 40% del volumen del sustrato. El agua difícilmente disponible es el volumen de agua retenida por el sustrato a una tensión de 100 centímetros de c.a. Esta agua difícilmente disponible puede ser usada por la planta en condiciones de estrés hídrico.

Además, para caracterizar la capacidad de retención de agua del sustrato bajo diferentes tensiones entre 0 y 30 kPa, se utiliza una curva de retención de humedad (De Boodt et al., 1974). También los componentes de los sustratos varían ampliamente en su capacidad de retener y liberar agua (Fonteno, 1999).

Capacidad de aireación para el cultivo de la rosa

El nivel óptimo de la capacidad de aireación oscila entre el 20% y el 30% en volumen (Abad y Noguera, 2000). Según Ansorena (1994), ésta es la medida más importante en sustratos, puesto que deficiencias de aire en el mismo, limitan el crecimiento vegetal. Para el cultivo de la rosa se necesita un 20% de aire en el sustrato; sin embargo, el cultivo del clavel requiere un sustrato que posea una aireación mucho menor, entre 2 y 5%.

La fase gaseosa del sustrato esta constituida en mayor concentración de dióxido de carbono que de oxígeno, por tanto la capacidad de aireación del sustrato es esencial para que haya un buen intercambio de gases, ya que, cuando un sustrato presenta deficiencias en oxígeno las raíces no pueden respirar adecuadamente, al suceder esto la planta no puede absorber agua y nutrientes y muere por inanición (Amézquita, 1996).

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