Eyaculación Precoz: ¿Qué es en Realidad y Cuanta falta para la Solución?

Preámbulo

Hace 6 años presentamos una revisión sobre este tema1. Aunque pasado este tiempo se sabe mucho más. Sin embargo, la terapéutica disponible aun no es suficientemente efectiva para solucionar de manera satisfactoria la disfunción.

La Sexología Médica finalmente se interesó de lleno por esta afección y en los últimos años los investigadores han enfocado sus esfuerzos en conocer a fondo los aspectos epidemiológicos y etiopatogénicos de la afección en la búsqueda del medicamento ideal.

Compete al urólogo conocer este proceso para personalizarse del tratamiento del que pronto se esperan grandes avances.

Por ahora, si bien son numerosas las investigaciones en los aspectos epidemiológicos, neuroquímicos y moleculares, y la farmacoterapia muestra panoramas interesantes, el tratamiento realmente efectivo no aparece aún.

La mayoría de los autores concuerdan en que se trata de un asunto neurobiológico, muy probablemente con un trasfondo genético. Los estudios demuestran que las técnicas conductuales (“psicológicas”), que han dominado el panorama terapéutico por más de cuatro décadas, no han sido efectivas además de que tienen altos índices de deserción y resultan costosas. La farmacología busca con afán la medicación oral que, a similitud de los Inhibidores de PDE5 para la Disfunción Eréctil (DE). Utilizando una dosis precoital, sean efectivos en la mayoría de los casos, y con pocos o mínimos efectos secundarios.

Por supuesto que no se trata de desconocer el aspecto psicológico de la afección. Pero no ya como causal específica del trastorno, sino más bien como consecuencia del profundo impacto emocional que esta disfunción acarrea en el individuo afectado, así como en su pareja.

Cada vez con más frecuencia se encuentran en la literatura médica trabajos e investigaciones sobre la Eyaculación Precoz (EP).

Más información de Eyaculación Precoz

  1. La Historia de la Eyaculación Precoz
  2. Fisiología de la Eyaculación Precoz
  3. Etiología de la EP según la teoría Neurobiológica
  4. Diagnóstico de la Eyaculación Precoz (EP)
  5. Medicamentos que pueden Retardar la Eyaculación Precoz
  6. Algunas Propuestas de Tratamientos Coadyuvantes de la Eyaculación Precoz

La urología, la neurología, la bioquímica, la medicina molecular y la epidemiología:

Se hacen cargo de estudiar la etiopatogenia de este trastorno, ante la debilidad de las propuestas analíticas y de los deficientes resultados de los tratamientos de la psicoterapia sexual tradicional.

Pues cada vez más, la investigación médica demuestra que existe una relación genética y un mecanismo neurológico y bíoquímico. En contraposición con las explicaciones de las teorías psicológicas, que no han podido comprobar ninguna de sus aseveraciones tradicionales.

El compás de espera que la medicina cedió a la psicología para que esta solucionase la disfunción. Ha tenido como consecuencia un atraso de por lo menos treinta años en el estudio y solución de este problema. Dicho en otras palabras. Hasta hace treinta años la medicina no se ocupaba de la EP -como tampoco de la DE- ya que estas disfunciones estaban en manos de la psicología.

A raíz de la aparición de las prótesis peneanas, de los aparatos de vacío, de las inyecciones intracavernosas y de la medicación oral con fármacos vasoaactivos específicos y del conocimiento de los mecanismos bioquímicos y moleculares y de la neuroendocrinología de la erección. La medicina tomó en sus manos el diagnóstico y tratamiento de la DE, con los resultados extraordinarios ya bien conocidos. Si se hubiese concedido el mismo interés a la EP. Tal vez no estaríamos en este momento en la crasa ignorancia en que nos debatimos en relación con esta disfunción. Vale decir, que en relación con la DE, en EP tenemos un atraso de 20 ó 30 años.

Llama la atención que los trastornos de la eyaculación (Ey) en urología, hayan sido tan solo de interés parcial. En contraposición con síntomas como una Ey dolorosa, una hemospermia o una deficiente cantidad de semen en los que el0 urólogo es consultado.

Pero si se trata de un caso de EP o de una Inhibición de la Eyaculación (mal llamada Eyaculación Retardada) se torna, entonces, en una noxa psicológica. Y la psicología nada ha solucionado en relación con estas dos últimas disfunciones.

Ante los fracasos de las terapias tradicionales que ofrece la mal llamada psicología clínica, de una parte, y de la otra la aparición de estudios médicos que sugieren la posibilidad de una etiología organogénica. Así como del advenimiento de fármacos que empiezan a surtir efectos en los casos de EP, la Sexología Médica y la Urología han empezado a interesarse por esta disfunción.

El Acto Sexual en Términos de Tiempo ¿Qué es lo “Normal”?

Como EP es sinónimo de coito rápido, debería definirse qué es un coito no rápido, o sea, que se pueda calificar de satisfactorio en este aspecto del tiempo que transcurre entre la penetración y la eyaculación.

En sexología se estima que la palabra normal es un término subjetivo, variable y aun peligroso. Hablaremos entonces de adecuado, corriente, habitual o satisfactorio. En la mayoría de las investigaciones la adecuación y grados de satisfacción suelen relacionarse con el parámetro orgasmo (no necesariamente mutuo y simultáneo)4.

En estudios, o conceptos, sobre cuál es la duración del acto sexual promedio, Kinsey8 y Vasilcenco9 econtraron que en hombres sanos el promedio del coito era de 20 minutos (20′). Dato de interés que indica que, en dos países tan distantes. Los autores concuerdan (USA y Rusia respectivamente). Sin embargo, otros sexólogos que se han ocupado del tema hablan de promedios más bajos:

Morton Hunt10 habla de 10′, mientras Schnabl11 en una extensa muestra encontró que tan solo un 50% de la población logra coitos de más de 5′. Hasta en uno de los números de la revista PlayBoy el vulgo se ocupó del asunto para dejar constancia de un promedio de 10′.

Otros autores han reemplazado el dato del tiempo por el número mínimo de movimientos pélvicos o “empujes” y en este punto basan su definición. Así, el límite serían 8 y para otros 1512. Sin embargo, esta propuesta no ha progresado ya que el ritmo cronológico de los empujes varía en cada individuo y en cada coito.

Definición

Además de Precoz, se invocan otros términos: Prematura, Rápida, Temprana. Premature Ejaculation (PE) se encuentra en las publicaciones sajonas. Pues el término Precocious, equivalente a Precoz, es un término de origen latino que resulta complejo para los angloparlantes.

La tendencia en países latinoamericanos de adoptar el término Eyaculación Prematura, obedece a la influencia de las publicaciones norteamericanas. Cuando lo más lógico es conservar el término tradicional de Eyaculación o Eyaculador Precoz (EP).

Numerosas definiciones se ensayan para precisar esta disfunción. Lo que indica el desconocimiento que se tiene de ella.

Hasta hace un quinquenio nadie había disputado alternativas a la definición cualitativa: La imposibilidad o persistente incompetencia para controlar la eyaculación de tal manera que esta se presenta antes de lo deseado con la consecuente insatisfacción sexual personal y de la pareja6.

Es completamente cierto que se trata de una ausencia o falta de control de un reflejo que debería dominarse a voluntad6.

Pareciera que el EP no reconoce o no percibe las sensaciones previas al momento de la eyaculación. O sea, que no descifra las sensaciones previas al que podríamos llamar el Punto Pre-Eyaculatorio (PRE-E) o punto de ida sin retorno1.

Eyaculación Precoz EsquemaExplicación de las siglas del esquema.

ER: Erección
M: Meseta
A.C.: Área Crítica
A.E.: Alta Excitación
B. E.: Baja Excitación
PRE-PRE-E: Punto pre-pre-eyaculatorio, que coincide con cualquiera de los puntos A.E. en los cuales aún hay control eyaculatorio y apenas se inicia la emisión. PRE-E: Punto pre-eyaculatorio. Corresponde al punto de ida sin retorno en el cual la emisión pasa a la eyaculación propiamente dicha.
E: Eyaculación.
DET: Detumescencia o resolución.
V: Verde – A: Amarillo – R: Rojo

El DSM-IV -Diag. and Statistical Manual-2 define la EP como La persistente o recurrente presentación de la eyaculación y el orgasmo con mínima estimulación antes, durante o inmediatamente (prontamente) después de la penetración y antes de que la persona lo desee, causando un marcado malestar o dificultad interpersonal.

Estas definiciones son ciertas, pero no miden todas las variables del problema, como sería la de cuantificar qué es y cómo se mide la falta de control eyaculatorio, como punto de referencia preciso, con el fin de poder adelantar estudios basados en la evidencia.

Masters y Johnson3 enfocaron la EP como un problema en el desempeño sexual que repercute de manera adversa en la compañera.

Otro aspecto o variable del problema. Por esta razón, en su definición mencionan que se trata de una disfunción en la que en un 50% o más de las relaciones la compañera no logra el orgasmo. Lo que como parámetro no resulta aceptable por los múltiples factores que intervienen en la disfunción del orgasmo femenino. Aunque sin duda existe una conexión entre el tiempo de coito y la mayor posibilidad del orgasmo femenino.

Es así como Fisher4:

Informa que solamente un 27% de las compañeras del EP que eyacula antes de 1′ logran orgasmo, mientras que en las parejas en quienes ellos eyaculan luego de 12′, el orgasmo femenino se eleva al 66%. Acuña en un estudio en 600 mujeres, encontró que 121 tenían un compañero EP y de ellas solamente el 7% eran orgásmicas, el 50 % oligoorgásmicas y el 42% completamente anorgásmicas, cifras que cambiaban de manera significativa cuando el compañero no era EP5.

Una tendencia actual es la de definir la EP desde el punto de vista cuantitativo, con el fin de que los estudios basados en la evidencia tengan un punto de referencia más concreto, pues con el solo empleo de términos cualitativos los parámetros son difíciles de comparar. Lo que da origen a los más diversos resultados. Si bien es cierta la necesidad de considerar lo cuantitativo con el fin de poder elaborar protocolos viables y uniformes para la investigación, también es cierto que últimamente los investigadores retoman la importancia de aspectos cualitativos como el control y los grados de satisfacción.

Fisher, 19734, fue el primero en hablar no solo de satisfacción, sino que se refirió al tiempo de duración del coito relacionado con la satisfacción. Kaplan, 19746, habló de “ausencia de control”, término que se tomó como el más adecuado para referirse y explicar el trastorno de manera que por largo tiempo quedaron estancadas las cosas, hasta cuando empezó la idea de definir la disfunción desde el punto de vista cuantitativo.

En este aspecto el pionero ha sido Waldinger (año 2002):

Quien en un estudio de 110 EP de larga data, midió el tiempo entre la penetración y la eyaculación o IVELT (Tiempo de Latencia Eyaculatorio Intravaginal) o IELT, y encontró que el 80% eyaculaban antes de los 30”, el 10% entre los 30” y 60” y el 10% entre 1′ y 2′. Concluyó el autor que los EP tienen en el 90% de los coitos un IVELT de menos de 1 minuto7.

La tendencia final ha sido la de compaginar lo cualitativo y lo cuantitativo en tres aspectos igualmente importantes: 1-Tiempo de latencia intravaginal -IVELT-, 2- Control eyaculatorio y 3- Satisfacción. Los estudios que ahora se emprenden tienden a correlacionar estos tres aspectos predictores, con lo que se espera que el resultado tenga mayor validez71,75,88.

Autor


Dr. Alonso Acuña Cañas. Miembro Emérito de la Sociedad Colombiana de Urología. Profesor Titular Cátedra Sexología, Facultad de Medicina. Fundación Universitaria Ciencias de la Salud -FUCS- Bogotá

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