Hábitos Alimentarios y Actividad Física con el Sobrepeso y la Obesidad

Artículos originales

Asociación de Hábitos Alimentarios y Actividad Física con el Sobrepeso y la Obesidad en Estudiantes Universitarios

Association of eating habits and physical activity with overweight and obesity in college students

Gilma Rodríguez Escobar, ND,1 Diana Milena Jiménez, MD, 2 Paola Heredia, MD,3
Édgar Ibáñez, Ing,4 Diana Cárdenas Zuluaga, MD.5
Universidad El Bosque

Resumen

La obesidad, el sobrepeso y las enfermedades crónicas asociadas son un problema de salud pública en Colombia. Los médicos deben afrontar esta epidemia a través de la realización de una consejería adecuada en hábitos de vida saludables. Mejorar los hábitos de vida de los estudiantes de medicina durante su formación podría tener un impacto benéfico sobre las actitudes del médico en ejercicio hacia esta consejería en el futuro.

Objetivo: determinar los hábitos alimentarios y de actividad física que se asocian al Índice de masa corporal en los estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad El Bosque.

Materiales y métodos: estudio descriptivo de corte transversal. La población estudio estuvo constituida por estudiantes de medicina de primero a sexto semestre, mayores de edad de la Universidad El Bosque; se utilizó el método de evaluación de consumo alimentario individual (cuestionario de frecuencia de consumo). Tomaron el peso y la talla de los estudiantes con básculas de piso y tallímetros calibrados. Se utilizó Epi info 3.5.1 para el análisis estadístico.

Resultados: participaron 195 estudiantes. En 16,4% de la población estudiada se encontró sobrepeso, mientras que en 0,5% obesidad. Se halló una asociación estadísticamente significativa entre el consumo de alimentos por ansiedad (p = 0,036), el poco tiempo dedicado a comer (p = 0,031) y el consumo irregular de alimentos (p = 0,032) con el exceso de peso por IMC. Se apreció 48,3% de sedentarismo.

Conclusiones: hábitos alimentarios inadecuados como el poco tiempo para comer y el consumo de alimentos por ansiedad y la inactividad física se asocian con sobrepeso y obesidad en los estudiantes de medicina de la Universidad El Bosque. Se hacen necesarias estrategias para mejorar estos hábitos y fomentar la actividad física en esta población.

Palabras clave: Hábitos alimentarios, actividad física, obesidad y sobrepeso (fuente: MeSH).

Abstract

Obesity, overweight and associated chronic diseases are a public health problem in Colombia. Physician-delivered preventive counseling is important for prevention and management of these diseases. Improving students’ personal habits during medical training may have a beneficial impact on future physicians’ counseling attitudes.

Objective: The aim of this study was to determine any associations which may exist between personal nutrition habits and habitual physical activity of medical students with their body mass indices.

Materials and methods: This is a descriptive cross sectional study of the population of adult first, second and third year medical students at the Universidad El Bosque. An individual food frequency questionnaire was used and students’ weights and heights were measured with a floor scale and a calibrated stadiometer. Epiinfo 3.5.1 was used for statistical analysis.

Results: A total of 195 students participated in the survey. 16.4% of the students in the study were overweight, while 0.5% were obese. Statistically significant associations were found between body mass indices and anxious food consumption (p=0.036), body mass indices and time spent eating (p=0.031) and irregular eating habits (p= 0.032). Sedentary life styles habits were found among 48.3% of the surveyed students.

Conclusions: Inappropriate dietary habits such as inadequate time for meals, eating associated with anxiety, and physical inactivity are associated with overweight and obesity among medical students at El Bosque University. Strategies are needed to improve these habits and foment physical activity in this population.

Key words: Nutrition habits; physical activity; obesity, and overweight.

Introducción

La obesidad y el sobrepeso son un problema de salud pública en Colombia. La Encuesta Nacional de la Situación Nutricional de 2010 (ENSIN 2010) mostró una prevalencia de la obesidad y sobrepeso en los adultos de 52%, y un aumento en la obesidad de 11% en jóvenes de 5 a 17 años con respecto a la ENSIN 2005.(1)

La obesidad es considerada factor de riesgo para las enfermedades de alta tasa de mortalidad como son los diferentes cánceres, la hipertensión arterial, la diabetes mellitus y las enfermedades cardiovasculares. La Ley 1355 de 2009, llamada “Ley de la Obesidad” reconoce la obesidad y las enfermedades crónicas asociadas como un problema de salud pública, prioritario y de interés nacional y pretende, a través de la promoción de una alimentación equilibrada y del ejercicio, controlar la epidemia.

Entre las estrategias que la ley plantea para promover hábitos de vida saludables está la educación dirigida a las madres comunitarias, centros educativos públicos y privados, así como a la población en general. Sin embargo, para poder llevar a cabo estas actividades se necesita personal de salud preparado.

Los médicos juegan un papel importante en la consejería de hábitos de vida saludables. En particular en el tema de consejería en nutrición, la población en general considera que el médico es el interlocutor más idóneo para tratar dichos problemas.(2)

Pero, la educación en nutrición y en general en el tema de los hábitos de vida saludables es muy deficiente en las facultades de medicina.

A pesar de que la nutrición es percibida como un tema de fundamental importancia para los estudiantes, médicos, enfermeras y otros profesionales del campo de la salud, manifiestan que su formación en nutrición ha sido inadecuada y se sienten incapaces de tratar esos temas con sus pacientes.(3-5)

Pérdida de peso en pacientes obesos

Menos de la mitad de los médicos discuten de manera rutinaria acerca de la pérdida de peso en pacientes obesos o dan recomendaciones dietéticas. (6,7) Una encuesta realizada en 2010 en la Facultad de Medicina de la Universidad El Bosque de Bogotá, sobre las actitudes y los conocimientos en nutrición de 384 estudiantes de VII a XII semestre y de primer año de residencias médicas y quirúrgicas mostró que, en general, el tema de la nutrición es de interés (95%) pero que la formación ha sido inadecuada o insuficiente (86%); el promedio de respuestas correctas de los estudiantes fue de 53%.(8)

Diversas publicaciones han mostrado una relación positiva entre los hábitos de vida de los médicos y estudiantes de medicina y la capacidad de aconsejar a sus pacientes.(9,10) En un estudio publicado en 2009 por J. Duperly y colaboradores(11) se mostró una relación positiva entre los hábitos personales de 661 estudiantes de medicina de 8 universidades de Colombia y la actitud hacia la consejería en hábitos. Este estudio se realizó como parte del programa de médico saludable paciente saludable.

Por lo tanto, conocer la situación nutricional de la población universitaria y su relación con los hábitos alimenticios y el nivel de actividad física, es de fundamental importancia para realizar acciones e intervenciones específicas encaminadas a buscar un médico saludable capaz de realizar consejería en hábitos de vida saludables.

Metodología

Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal que estima la magnitud y distribución del Índice de Masa Corporal (IMC) relacionándolo con los hábitos alimentarios y la actividad física. La población objeto estuvo constituida por estudiantes de la facultad de medicina de primero a sexto semestre, durante el segundo periodo académico de 2008. La participación fue voluntaria. De estos, 195 alumnos cumplieron con el siguiente criterio de inclusión: estar matriculados en la Facultad de Medicina de la Universidad El Bosque durante el segundo periodo académico de 2008, pertenecer a los semestres de primero a sexto y ser mayores de 18 años.

Cada participante fue informado sobre la investigación y sus implicaciones éticas, y se obtuvo el consentimiento informado de cada uno de ellos (Resolución No. 008430 de 1993).(12) El proyecto fue aprobado por el Comité de Ética de Investigaciones de la Universidad El Bosque.

Análisis estadístico

Se describieron las variables cualitativas mediante distribuciones de frecuencias absolutas y porcentuales, variables cuantitativas con medidas de tendencia central como el promedio y medidas de dispersión como la desviación estándar; para determinar asociación bivariada se utilizó la prueba Chi-cuadrado de Pearson o test exacto de Fisher.

Todas las pruebas se realizaron con un nivel de significancia de 5%. Se digitó y depuró en Microsoft Excel versión 2003 y se procesó la información en el paquete Epi Info 3.5.1.

Para la recolección de los datos, se diseñó un instrumento estructurado con 18 preguntas abiertas y cerradas, que indagaba los hábitos alimentarios y la actividad física de cada estudiante. Esto fue evaluado a través de variables agrupadas de la siguiente manera:

  • Información general: semestre, edad, sexo, peso, talla.
  • Hábitos alimentarios: comidas realizadas durante el día, alimentos consumidos, tiempo dedicado a consumir los alimentos, lugar donde acostumbra a realizar sus comidas, consumo de alimentos por ansiedad y de refrigerios entre comidas y preferencias alimentarias en la universidad.
  • Actividad física: actividades que realizan dentro y fuera de la universidad, medio de transporte, tiempo dedicado a realizar actividades físicas.

Para realizar el análisis de peso y talla se utilizó la clasificación nutricional y el riesgo según el IMC (tabla 1).

Tabla 1. Clasificación nutricional y riesgo según el Índice de masa corporal (OMS 1998).

Índice de masa corporal

De igual manera, para el análisis de la información se tomaron como base las Guías alimentarias para la población colombiana de 18 a 59 años(13) y para evaluar la actividad física las Guías del Colegio Americano de Medicina del Deporte (American College of Sports Medicine).(13,14)

Resultados

En este estudio se encuestaron 195 estudiantes (45% de la población total estudiantil de 1 a 6 semestres). Al analizar las características generales de la población estudiada se encontró que el sexo predominante fue el femenino con 58,9% (115 estudiantes), y la edad promedio fue de 19,4 años.

Con respecto a la variable hábitos alimentarios se encontró que 93% (180 de los estudiantes) ingieren diariamente el almuerzo, 82% (160 estudiantes) consume la comida, 78% (151) ingieren el desayuno, 43% (83) toma las medias nueves (refrigerio en la mañana), 32% (62) toma onces (refrigerio en la tarde) y 17% (33 estudiantes) consume un refrigerio adicional.

Se interrogó a los estudiantes acerca del motivo para suprimir la primera ingesta diaria, encontrando que 40,4% no lo realizaba por “estar en dieta” y 36,2% por falta de tiempo. En cuanto al tiempo que dedican los estudiantes a consumir los alimentos se encontró que la mayoría, 46,7% (91) lo realiza “muy rápido”, en un tiempo estimado de 15 a 20 minutos y solo 5% (10) lo hace en un tiempo mayor a 31 minutos.

Al analizar la relación del tiempo dedicado para comer y el IMC se encontró que sí existe correlación significativa entre estos (p = 0,03).

Debido a que los estudiantes están la mayoría del tiempo en la universidad se quiso conocer el sitio donde realizan las tres comidas principales, y se encontró que 73,3% de los que desayunan lo hace en su casa, 67,9% almuerzan en la universidad y 89,2% come en la casa.

Guías alimentarias para la población colombiana

De acuerdo con las Guías alimentarias para la población colombiana se preguntó qué tipo de alimento se consumía con mayor frecuencia, y se evidenció que ingieren en mayor proporción las carnes 77,9% (152), azúcares 64,1% (125), productos lácteos 61% (119), grasas 46,7% (91), las frutas 39% (76) y en menor porcentaje las hortalizas y verduras con 37,4% (73).

Con relación al consumo de medicamentos o productos para perder peso se observó que la mayoría, 83,6% (163 estudiantes) nunca ha acudido a este tipo de productos. Sin embargo, 14,9% (29) sí lo ha hecho.

Tomando en cuenta que los estudiantes pasan su mayor tiempo en la universidad se preguntó si esta ofrecía productos adecuados para una alimentación saludable, de lo cual 75,9% respondió que la institución no ofrecía alimentos que les ayudaran a mantener una dieta balanceada.

Con base en esto, se investigó qué alimentos consumían con más frecuencia los estudiantes dentro de la universidad, y se encontró que se consume en mayor cantidad bebidas refrescantes y comidas rápidas.

La tabla 2 muestra la relación entre los hábitos alimentarios y el IMC.

Tabla 2. Relación entre los hábitos alimentarios y el IMC.
Hábitos alimentarios y el IMC

Se observó que 66,7% de estudiantes tiene un alto consumo de alimentos por ansiedad; en cuanto a la frecuencia, se evidenció que la mayoría lo hace diariamente, lo cual nos muestra una relación significativa entre este hábito y el IMC de los estudiantes con sobrepeso y obesidad (p = 0,036).

Otro hábito alimentario que tuvo relación significativa con el sobrepeso y la obesidad fue el no comer a horarios regulares (p = 0,032) pues el no respetar el horario de las comidas, alimentándose a cualquier hora del día está en contradicción con la buena salud alimentaria ya que no se le da la importancia necesaria a planificar, compartir, preparar y disfrutar de los alimentos de forma natural y saludable.

Al analizar el IMC se encontró que 79,5% de la muestra estudiada está en el rango normal, entre 18,9 y 24,9, solo una persona se encuentra en el rango de obesidad y 32 personas encuestadas se encontraron con sobrepeso (tabla 3).

Tabla 3. Porcentaje de estudiantes por categoría de IMC.
categoría de IMC

En cuanto a la variable actividad física, se tomaron como referencia las recomendaciones del Colegio Americano de Medicina del Deporte (American College of Sports Medicine).(14)

Tomando como parámetros la realización de mínimo 30 minutos de actividad moderada o vigorosa durante 5 ó más días a la semana para determinar si se realizaba la actividad física necesaria, se preguntó acerca de la frecuencia y tipo de actividades que realizaban los estudiantes, y se encontró que 48,3% de los estudiantes son sedentarios.

Al interrogar acerca del medio de transporte que utilizan los estudiantes se encontró que 59% utiliza el transporte público, 19% automóvil y solo 13,3% usa algún medio de transporte que involucre otro tipo de actividad física como el caminar.

Al analizar la relación de la actividad física y el índice de masa corporal de los estudiantes no se encontró ninguna relación de significancia estadística.

Ante la falta de ejercicio se preguntó a los estudiantes la razón para no practicar algún deporte. Se evidenció que el tiempo es un factor determinante en la práctica de la actividad física. Los estudiantes no disponen de tiempo para realizar ejercicio por las largas jornadas académicas, que en la mayoría de casos disminuye la adherencia a algún tipo de actividad física (tabla 4).

Tabla 4. Relación entre el IMC y actividad física.
Relación entre el IMC y actividad física

Discusión

Mejorar los hábitos de vida de los estudiantes de medicina durante los años de formación puede tener un impacto benéfico sobre las actitudes en consejería del futuro médico en ejercicio.(11)

En este sentido, el presente estudio ha permitido identificar los hábitos alimentarios y de actividad física de los estudiantes de Medicina de la Universidad El Bosque (1 a 6 semestres) y su impacto sobre el IMC, para así poder plantear las estrategias necesarias para mejorarlos.

De acuerdo con los resultados de la presente investigación en la que se realizó el análisis estadístico de los hábitos alimentarios y de la actividad física de los estudiantes en relación con el IMC, se encontró un importante porcentaje de sobrepeso (16,4%) y solamente una persona en el rango de obesidad; recordemos que la participación de los estudiantes en este estudio fue voluntaria.

Estos datos se acercan a los observados en un estudio realizado en la Universidad Católica de Valparaíso (Chile), el cual encontró que 26% de la población estudiada presenta obesidad y sobrepeso.(15) En otro estudio realizado en Brasil se encontró con sobrepeso a 3% de la población estudiada.(16)

En Colombia, en la ENSIN 2010 se observó un aumento en la obesidad tanto de jóvenes como de adultos y hoy, más de la mitad de la población tiene problemas de sobrepeso y obesidad.(1)

Con respecto a los hábitos alimentarios de los estudiantes se encontró que 22% no acostumbra desayunar por falta de tiempo, porque consumen algo más tarde o porque están realizando algún tipo de “dieta”.

Estudio Enkid

Según el estudio Enkid realizado en una población estudiantil en España, 8% de la población española asiste a sus actividades escolares sin desayuno e incluso 4,1% no consume alimentos en la mañana.(17)

Otro estudio realizado en ese mismo país, pero con estudiantes universitarios, encontró que 6% no desayunaba nunca.(14) Las cifras presentadas en este estudio son superiores a los estudios descritos anteriormente, lo que muestra un problema relevante en la población universitaria estudiada.

El estudio Enkid reveló que el desayuno es la comida más importante y que es el punto de partida para determinar los hábitos alimentarios que se tengan durante el día.

Diferentes estudios han demostrado que la supresión del desayuno reduce tanto el rendimiento físico como el intelectual, y además dificulta una adecuada recomendación de energía y de nutrientes.(18)

Según el estudio Enkid los estudiantes consumen una gran cantidad de alimentos fuentes de grasa y de proteínas que incrementan el aporte calórico diario; y que asociado al poco tiempo dedicado a la actividad física aumenta el riesgo de sufrir de sobrepeso y obesidad. Se ha visto que los patrones culturales como la disponibilidad de tiempo, las creencias y la cultura influencian a los adolescentes para escoger el tipo de comida que consumen.(19)

En este estudio se encontró una relación importante entre el no dedicar tiempo a la alimentación, el no comer en horarios regulares, comer por ansiedad y el comer rápido con los rangos de IMC en sobrepeso y obesidad.

Índices de obesidad en personas que comen con rapidez

Se han visto mayores índices de obesidad en personas que comen con rapidez, como en los que comen hasta la llenura, pues estas personas multiplicaban por dos la probabilidad de ser obesos; pero cuando se presentan las dos situaciones a la vez, el riesgo se incrementa más.(20)

Otro estudio realizado en la Universidad Politécnica de Valencia recomienda que el grado de masticación y la forma de trocear los alimentos y el tiempo que se dedica a comer son los únicos factores de la digestión que se pueden controlar y podrían modificar de cierta forma el curso de la obesidad y el sobrepeso.(21)

El no respetar el horario de las comidas está en contradicción con la buena salud ya que así no se le da la importancia necesaria a planificar, compartir, preparar y disfrutar de los alimentos de forma natural y saludable.(22)

Esto se encuentra muy marcado en los estudiantes que consumen sus alimentos en la universidad, por los diferentes horarios, por las “modas de las dietas” y por factores sociales a los que están expuestos diariamente; además, esto predispone a consumir comidas rápidas, fáciles de preparar, a un costo accesible y de fácil consumo.

Se encontró también una relación entre el consumo de alimentos por ansiedad, el sobrepeso y la obesidad; se observó que los alimentos que generalmente consumen los estudiantes entre comidas son de paquete o con attiun alto índice calórico que proporcionan mayor aporte de grasas saturadas y trans al organismo.

Este tipo de consumo de alimentos por ansiedad es muy común e inadecuado en la edad juvenil, lo que lleva a una mala distribución de alimentos durante el día, y genera aumento de peso ya que en general los alimentos elegidos suelen ser grasos e hipercalóricos.

“Picotear” no es un mal hábito

Aunque para algunos especialistas “picotear” no es un mal hábito, lo que es incorrecto es la calidad de los alimentos que se eligen. Por lo general, son ricos en azúcares, grasas trans y carbohidratos de fácil absorción, que se acumulan en las zonas críticas del cuerpo, haciendo que la persona caiga en un círculo vicioso, que hace que se reduzca el apetito en la comida principal y reaparezca en horas posteriores con fuerza para picotear aún más.(23-25)

En cuanto a la valoración de la actividad física o ejercicio se encontró que 48,3% de los estudiantes no realiza ningún tipo de actividad física.

Estos datos se asemejan a los resultados de dos estudios elaborados en Chile y España donde se evidenció que 60% de la población estudiada no realizaba ningún tipo de actividad física.(16,17) En este estudio no se encontró relación entre la actividad física y el IMC en los rangos de sobrepeso y obesidad.

Posiblemente por el tamaño de la muestra y porque 79,5% de los estudiantes se encontraba con un IMC normal y 3,7% tiene bajo peso.

Las nuevas conductas de actividad física en los adolescentes derivan hacia estilos de vida más sedentarios.

El ocio masivo, el mayor acceso al transporte y las nuevas tecnologías como ver televisión y los videojuegos han remplazado la actividad física que efectuaban los estudiantes. Se ha encontrado en numerosos estudios que los jóvenes dedican 26 horas a la semana a ver televisión comparado con la década de 1960 en la que se dedicaba 13 horas a esta actividad.(26)

Aunque no se encontró relación entre la actividad física y el IMC es importante recalcar que la mayoría de los estudiantes no realiza ningún tipo de actividad física.

La principal limitación de este estudio se presentó en la selección de la población la cual fue citada de manera voluntaria, lo que pudo excluir a los estudiantes con mayor sobrepeso y obesidad.

Sin embargo, cabe resaltar que una fortaleza fue la alta participación que se obtuvo. La encuesta se realizó ágilmente y no hubo dificultades en su ejecución.

Conclusiones

Este estudio ha permitido identificar la relación significativa entre el tiempo dedicado a la alimentación, el consumo de alimentos por ansiedad, no realizar las comidas en horarios regulares y comer en menos de 15 minutos, con el sobrepeso y la obesidad de los estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad El Bosque. Se identificó de igual forma un alto porcentaje de sedentarismo. Se hace necesario crear estrategias que promuevan la actividad física y mejoren los hábitos alimentarios de los estudiantes.

Conflicto de intereses

Los autores declaran ausencia de conflicto de intereses en la elaboración y publicación del artículo.

Financiación

La investigación contó con la participación de estudiantes y profesores de la universidad El Bosque y con los recursos disponibles en la Facultad de Medicina.

Referencias BIbliográficas

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* Trabajo realizado para obtener el título de Médico Cirujano de la Universidad El Bosque de las doctoras Diana Milena Jiménez y Paola Heredia.

  1. Nutricionista Dietista. Magíster en Educación, Magíster en Bioética. Universidad El Bosque.
  2. Médica Cirujana. Universidad El Bosque. djimenezt@unbosque.edu.co
  3. Médica Cirujana. Universidad El Bosque. pheredia@unbosque.edu.co
  4. Ingeniero Catastral y Geodesta. Magíster en Epidemiología Clínica. Universidad El Bosque. ibañezedgar@unbosque.edu.co
  5. Médica Cirujana. Magíster en Nutrición. Directora del Instituto de Investigación, Nutrición y Genética, Universidad El Bosque

Correspondencia: rodriguezgilma@unbosque.edu.co
cardenasdiana@unbosque.edu.co
Recibido: abril de 2011
Aceptado para publicación: mayo de 2011.
RMNC 2011; 2(1): 5-12.

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