Cómo influye la menopausia en el riesgo de CHD
La supresión de estrógeno y los cambios en el perfil de lípidos en el período perimenopáusico son los dos factores principales que subyacen al aumento del riesgo de cardiopatía coronaria (CHD, su acrónimo en inglés) observado en la mayoría de las mujeres en esta etapa de la vida, de acuerdo con un análisis de datos recientemente publicado de un gran estudio poblacional.
Fuente: Maturitas 2010; in press
Issue 01 – 28 Jan 2010
Especialistas de centros de Nancy, Foix, Lille, Estrasburgo, Villejuif y Toulouse, Francia, revisaron los datos recopilados del tercer sondeo transversal francés MONICA sobre factores de riesgo cardiovasculares. La recopilación de los datos para este estudio tuvo lugar entre diciembre de 1994 y julio de 1997.
El objetivo era investigar los factores de contribución al aumento del riesgo de CHD y de mortalidad que anteriormente había sido reportado en mujeres cercanas a la sexta década de vida; la mayoría de las mujeres entró en la menopausia durante esta sexta década (50-59 años de edad). Los investigadores dispusieron distinguir entre factores de contribución relacionados con la menopausia y los relacionados con la edad.
Se investigaron datos clínicos y socio-demográficos sobre tres grupos de mujeres de 35-64 años (media etárea 50,3 años): 659 mujeres premenopáusicas, 183 perimenopáusicas y 696 postmenopáusicas (con amenorrea durante 12 meses o más). Ninguna de ellas tenía historial de histerectomía –todas las mujeres con tales antecedentes fueron excluidas del estudio–.
En su nuevo trabajo a ser publicado en la revista Maturitas, los investigadores (Agrinier N y cols.) informan que hubo asociaciones significativas entre el estado menopáusico y los siguientes factores de riesgo de CHD: edad, índice de masa corporal, diámetro de cintura, tensión arterial, glucemia, perfil de lípidos en suero y puntaje de Framingham (riesgo de CHD a 10 años). Todos los valores p fueron <0.002.
Tras controlar la edad, sólo el colesterol total y el colesterol LDL en suero y el puntaje de Framingham permanecieron significativamente asociados con el estado menopáusico (p < 0.05 para todos). Los tres factores aumentaron del estado premenopáusico, al perimenopáusico, al postmenopáusico. Estas asociaciones no cambiaron a causa de otro ajuste del índice de masa corporal (IMC) y el uso de tratamientos hormonales, ni por un subsiguiente ajuste de la actividad física, el hábito de fumar y las concentraciones de glucosa en sangre en ayunas.
La concentración media de colesterol total fue 5,7 mmol/L en las mujeres premenopáusicas, 5,8 mmol/L en las perimenopáusicas y 6,0 mmol/ L en las postmenopáusicas. Las cifras promedio correspondientes al colesterol LDL fueron 3,6 mmol/L, 3,7 mmol/L y 3,9 mmol/L, respectivamente. El puntaje medio de Framingham fue del 5,0 %, 5,0 % y 5,1 %, respectivamente.
Los investigadores también hallaron que, en las mujeres postmenopáusicas, no hubo una asociación significativa del perfil de lípidos o el puntaje de Framingham con el tiempo transcurrido desde la menopausia. Esto sugiere –según los investigadores– que los cambios en el perfil de lípidos ocurren en gran parte en el período perimenopáusico y pueden explicarse por una disminución de las concentraciones séricas de estrógeno al momento de la menopausia. En su trabajo concluyen diciendo que el elevado riesgo de CHD en la sexta década, como lo reportaron los trabajos publicados, puede explicarse “no solamente por la supresión de estrógeno sino también por un efecto en el perfil de lípidos, el que es posible que ocurra en el período perimenopáusico”.
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