Beber en forma moderada puede proteger contra la disminución cognitiva en mujeres mayores

Menopausia al Día

Effects of moderate alcohol consumption on cognitive function in women. N Engl J Med 2005; 352: 243-253.

Stampfer Mj, Kang Jh, Chen J, Cherry R, Grodstein F

Víctor W. Henderson, MD, MS
Professor of Epidemiology and Neurology
Stanford University School of Medicine
Stanford, CA

Evidencia Nivel II-2

Por encima de un trago de bebidas alcohólicas no se trastorna la función cognitiva, de acuerdo a los datos del Nurse’s Health Study, un estudio observacional, longitudinal de enfermeras registradas. En esta parte del estudio, los investigadores evaluaron la función cognitiva en 12 480 mujeres postmenopáusicas de 70 años de edad o más. Los datos del consumo de alcohol se recolectaron como parte de un cuestionario de frecuencia de alimentos.

Las mujeres consideradas como bebedoras moderadas (p. ej < 15.0 g/día o aproximadamente un trago) tenían mejores resultados cognitivos que las no bebedoras. Comparadas con las no bebedoras, las bebedoras moderadas tenían un significativo menor riesgo (RR) de daño cognitivo: 0.77 ( 95% IC, 0.67-0.88) basado en cognición general y 0.81 ( 95% IC, 0.70-0.93) basado en resultados de cognición global. Las bebedoras moderadas también tenían una significante menor RR de disminución sustancial en la actividad cognitiva: 0.85 ( 95% IC, 0.74-0.98). Bebedoras de alto nivel (15-30 g/día, o 1-2 tragos diarios) no afectaron su riesgo cognitivo. También, el tipo de bebida alcohólica consumida, vino o cerveza, no afecta significativamente los resultados.

Comentario. Un consumo severo de alcohol puede causar un estado de anestesia o demencia, ya sea a través de un estado neurotóxico o en asocio con deficiencia nutricional dietaria.

En este estudio, mujeres mayores sin una historia de ACV quienes consumían cantidades moderadas de alcohol (cerca de 1 trago por día, 44% de una muestra total) tenían mejores objetivos cognitivos que las mujeres que no consumían alcohol (51%). En un pequeño grupo (5%) de mujeres en cierto modo bebedoras severas (1-2 tragos por día), los estimados de riesgo se aproximan a los estimados del grupo de uso moderado, aunque éstos no se pueden distinguir estadísticamente de las no bebedoras.

Basados en estos niveles de ingesta de alcohol, las diferencias en puntajes cognitivos fueron muy pequeñas. La disfunción cognitiva (definida de tres maneras: por un corte en puntajes de un test cognitivo general y por ser el peor 10% en un test de memoria en un puntaje global compuesto) ocurrió significativamente con más frecuencia entre las no bebedoras que en la bebedoras moderadas.

La disminución cognitiva significante, definida como el peor 10% de la disminución sobre un promedio de seguimiento de 1.8 años, fue más frecuente en las no bebedoras que en las bebedoras moderadas cuando la disminución se basó en el conocimiento general y la memoria, pero no en el conocimiento global.

Para bebedoras moderadas, la reducción del riesgo de daño cognitivo fue de alrededor del 20%.

En contraste con reportes previos, este estudio mostró que el vino tinto no tiene ventajas sobre otro tipo de bebidas alcohólicas, y los hallazgos no se modificaron por el genotipo de la alipoproteína E.

Un número de fortalezas metodológicas le da credibilidad a los hallazgos de este estudio.

Las mujeres con patrones inestables de bebida se excluyeron del análisis; los investigadores usaron medidas validadas de ingesta de alcohol, y fueron capaces de ajustar para un número importante de factores de confusión. Los resultados son congruentes con otros hallazgos observacionales en los cuales bebedoras moderadas mostraban una mejor función cognitiva que las no bebedoras y fueron menos propensas a desarrollar demencia ([Ruitenberg Lancet 2002; Britton Am J Epidemiol 2004] In the Women’s Health Initiative Memory Study, [Espeland Am J Epidemiol 2005]): por ejemplo, el autoreportado consumo de uno o más tragos estándar por día se asoció con reducción de disminución significativa de cognición.

Aunque el alcohol aumenta la tasa de eventos hemorrágicos, el consumo moderado puede proteger contra enfermedad vascular isquémica. Es especulativo que mejores resultados cognitivos pueden reflejar efectos favorables del alcohol en la vasculatura cerebral.

Sin embargo, es difícil de excluir la posibilidad de que los abstemios pueden consumir una dieta menos sana y se pueden involucrar en menos promociones de comportamiento de salud que los bebedores sociales [Barefoot Am J Clin Nutr 2002].

Es importante, por lo tanto, considerar factores de confusión por la no medición de prácticas de estilo de vida como una explicación alternativa para la asociación reportada entre los bebedores moderados y la reducción de la disminución cognitiva.

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